𝒔𝒊𝒙𝒕𝒆𝒆𝒏. birds of a feather.
・ . ° · 𝖇𝖗𝖆𝖓𝖌𝖜𝖞 . . !
👁️ · .° chapter 𝙨𝙞𝙭𝙩𝙚𝙚𝙣.. ✦ ❝ birds of a feather ❞
𝔣𝔦𝔳𝔢 𝔥𝔞𝔯𝔤𝔯𝔢𝔢𝔳𝔢𝔰 𝔣𝔞𝔫𝔣𝔦𝔠𝔱𝔦𝔬𝔫 ❜ 🌪 © 𝗐𝗋𝗂𝗍𝗍𝖾𝗇 𝖻𝗒 𝗆𝖾𝗅 . .
𝐓𝐎𝐃𝐀 𝐋𝐀 𝐀𝐂𝐀𝐃𝐄𝐌𝐈𝐀 𝐒𝐄 𝐄𝐍𝐂𝐎𝐍𝐓𝐑𝐀𝐁𝐀 𝐄𝐍 𝐑𝐄𝐏𝐋𝐄𝐓𝐀 𝐎𝐒𝐂𝐔𝐑𝐈𝐃𝐀𝐃, a excepción del bar, el cual solo estaba iluminado gracias a dos candeleros de oro en cada esquina del estante principal. Lila Pitts hurgaba entre las bodegas del pequeño lugar en busca de alguna botella de Vodka o Whiskey, sin embargo, se habría llevado una gran decepción.
—Solo hay champaña. —rió brevemente al encontrarse con dichas botellas en uno de los cajones— son unos idiotas.
Allison, quien se sentaba en una de las sillas del bar bebiendo tranquilamente de una petaca, no hizo ningún comentario al respecto, manteniendo su vista al frente hasta que logró divisar como Brangwy se adentraba al oscuro salón.
Ella se acercó a Lila con una sonrisa— mi reserva está en el cajón de la izquierda. —cuando la peliblanca hizo caso sin rechistar, sus ojos brillaron como si hubiera encontrado un tesoro oculto, susurrando un "gracias" antes de destapar la botella oscura de cerveza— pero sí tienes razón en la parte de que son unos idiotas. —.
La peliblanca le dedicó una sonrisa, bebiendo directamente de la botella— hablando de idiotas... —tomó una pausa dirigiéndose a Allison, por otro lado, Brangwy tomó asiento en una de las sillas del bar, tomando de la misma botella que había sacado Lila— ¿tienes algún consejo para que el estúpido de tu hermano.. acepte mis disculpas?
—Las personas no quieren disculpas. Quieren confesiones. Quieren que les digas cómo las lastimaste para así saber que lo comprendiste. A menos que seas Viktor, en cuyo caso nada es suficiente. —declaró tomando de la petaca. La rubia a su lado hizo una mueca mientras observaba a Lila.
—Sí, eso fue algo intenso... —tomó una breve pausa incómoda— ¿cómo te sientes al respecto?
La morena alzó sus brazos, ofreciéndole el líquido en su petaca— Bien. —.
—Yo prefiero la amargura de esta buena Guiness. —señaló la botella que Brangwy tenía en la mano.
Allison bajó la mirada pensativa por unos instantes, relamiendo sus labios.
—Creí que matar a Harlan me haría bien, o peor. Aunque sea sentir algo. —murmuró con su vista perdida en el salón.
—¿Y qué es lo que sientes? —inquirió Brangwy con curiosidad, pasando sus dedos entre su rubia cabellera.
Allison solo negó con su cabeza suavemente— nada.
—O... quizás sientes todo al mismo tiempo, y como que eso a veces cancela todo. —dijo la peliblanca dejando la oscura botella sobre la mesa.
—No, creo que por fin estoy empezando a entender todo. —resopló divertida.
Brangwy arqueó sus cejas, observándola detenidamente.
—¿Y cómo es?
Allison tomó una pausa seguido de un largo suspiro— en unos días estaremos muertos. O en otra línea de tiempo en la que Harlan ni siquiera haya existido.
Luego de tal declaración, soltó una carcajada fuerte, lo que provocó que Lila y Brangwy se miraran entre sí completamente desconcertadas.
—Es todo una mierda. —exclamó en medio de la carcajada—. Nada de esto es real. Nada permanece..
Esa última frase hacía eco en la mente de Brangwy. Era cierto que muy probablemente para los Umbrella este inoportuno encuentro con los Sparrow, lo que la llevó a una siguiente pregunta.
¿Y si para Número Cinco su ayuda no servía de nada y había perdido su tiempo con él?
¿Acaso había valido la pena todo?
La voz de la peliblanca interrumpió hasta sus más profundos pensamientos— Mierda, esa cosa sí que pega. —hizo referencia a la petaca en su mano para luego sentarse encima de la barra, quedando en medio de Allison y Brangwy— Okey, mira. Joder con lo del tiempo es una locura, pero las cosas siguen siendo reales. Es solo que cambian demasiado rápido y te mareas con los cambios.
Brangwy frunció su ceño nuevamente, provocando que Lila bufara.
—Como con los patinadores, y su triple salto alcaucil o como carajos se llame. Solo necesitas un punto de enfoque. Algo en concreto a lo que puedas anclarte... sin importar que pase alrededor.
Allison suavizó su mirada aun desviada— ¿y si la tenía y ya no está? —habló algo vulnerable.
—Te buscas otro... o caerás. —culminó por decir la rubia, ganándose una sonrisa sin ganas por parte de la peliblanca.
La profunda conversación fue interrumpida por unos pasos adentrándose al salón. Cinco mantenía sus manos en sus bolsillos, contemplaba a las tres chicas sobre el bar antes de tomar la palabra. Brangwy dejó la botella nerviosamente sobre la mesa del bar, cosa que Lila pudo notar a la perfección.
—Llegó el momento. —.
Cuando todos se reencontraron en el sótano, rodearon a la brillante esfera rojiza que soltaba zumbidos y vibraciones. Todos los Hargreeves se miraron entre sí, incluyendo a la última en entrar al sótano: Brangwy.
Viktor rompió el silencio, contemplando al Kugelblitz.
—Bien, ¿cómo empezamos? —cuestionó a Sloane.
—¿Han manipulado un panal de abejas? —.
Lila negó frente a la esfera—No, ¿quién haría eso?
—No puedes solo levantarlo. —soltó la castaña suavemente—. Debes calmarlas mientras construyes una caja alrededor para atraparlas.
Su mirada se dirigió hacia Christopher, el cual se encontraba arriba de la bola llena de energía. Un tintineo enérgico retumbó entre las vibraciones, Sloane tomó en uso su poder, extendiendo sus brazos alrededor del Kugelblitz mientras levitaba frente a este.
Fei acomodó sus gafas, dando las indicaciones necesarias— bien, Brangwy extraerá la mayor parte de energía del Kugelblitz, junto a ella, sus poderes. —todos asintieron ante las palabras de la elegante mujer, esta se dirigió a su hermanita—. Estamos aquí, no te asustes si sientes que te domina, o todo acabará. Una vez hecho eso; Sloane, Viktor y Lila harán el trabajo, ¿entendido?
La rubia asintió lentamente, sintiendo las miradas de todos sobre ella.
Brangwy se acercó más al Kugelblitz, quedando a tan solo unos pocos metros de él, sus ojos avellana recorrieron el lugar hasta encontrarse con los de Número Cinco, quién la miraba expectante.
Tomó un poco de aire antes de extender sus brazos de igual manera y estirando todo lo posible sus finos y largos dedos de ambas manos. Repentinamente, un sonido de toma de corriente eléctrica invadió el lugar, sentía la energía fluir a la misma sintonía que ella, tratando de sacarla toda de la esfera.
Las gruesas líneas enérgicas trataban de invadir el cuerpo de la rubia, la mitad de sus dedos estaban oscuros, como si los hubiese remojado en un balde de pintura negra, y su cabello rubio danzaba en el aire al llegar hasta el nivel máximo de sus poderes.
Las lámparas se movían alocadamente, desconcertando a los Umbrella por varios segundos. Brangwy comenzaba a sentir que la atraían hacia el Kugelblitz, cuando sintió como sus manos se entrelazaban lentamente en la esfera rojiza, una onda escalofriante recorrió su cuerpo para dar preámbulo a su blanquecina mirada.
Soltó un jadeo tras no sentir esa sensación por mucho tiempo, la mayoría observaba con preocupación a excepción de los Sparrow, quienes le daban más indicaciones.
—Lo estás haciendo bien, Brangwy. —murmuró Fei observando como pequeñas partículas naranjas que flotaban en el aire se acercaban a la rubia—.
Brangwy había sacado todas sus fuerzas para extraer el mayor flujo de energía del Kugelblitz, junto a sus poderes, sin embargo, escuchó a lo lejos como un pequeño muro de ladrillos comenzaba a hacerse polvo lentamente, lo que la desconcentró por completo.
Al final, dirigió nuevamente su tétrica mirada en el Kugelblitz, ya era demasiado tarde, sentía como sus manos se evaporizaban en cámara lenta. Su respiración estaba entrecortada y el miedo la invadió. Un fuerte resplandor blanco salía de su cuerpo en forma de onda.
—Sloane.. me.. me estoy desintegrando. —murmuró con dificultad, ganándose una mirada preocupada por parte de su hermana.
—Está bien. Detente, Brangwy. —ordenó mientras seguía flotando frente al Kugelblitz.
—No... no puedo. —soltaba quejidos a la par que sentía sus ojos blanquecinos cristalizarse.
Todos observaban con atención a la dominante rubia que trataba de zafarse de la deidad con dificultad. Su corazón latía con fuerza y la sangre en su cuerpo parecía congelarse por un instante.
Fue hasta que Número Cinco se teletransportó en alerta a sus espaldas, que ella se logró zafar de la esfera ardiente de una vez. Sus ojos volvieron a la normalidad, dejándose caer en los fuertes brazos del adolescente con traje con la respiración entrecortada.
Sintieron las miradas sobre ellos por unos instantes hasta que Fei se dirigió a Viktor— los agujeros vibran a un ritmo diferente, aún queda energía en ellos, así que pase lo que pase, no dejes que cambien o todo explotará. —indicó.
—Bien, no agitar a las avispas, entendido. —el chico se posicionó frente a la bola brillante, activando su poder liberando una alta vibración mientras envolvía al Kugelblitz en una capa esférica azulada.
—Lila, cuando estés lista, copia exactamente a Viktor. —sentenció Fei, haciendo un pequeño ademán con sus manos.
La peliblanca asintió, copiando los poderes del pequeño hombre, provocando que la capa azulada se volviera más fuerte y protectora. Un zumbido se volvió a escuchar cuando la luz color celeste reflejó en su rostro.
Luther, quien miraba encantado dicha secuencia, susurró por lo bajo— hey... ¿Qué está haciendo? —con una sonrisa cerca del oído de Ben. Refiriéndose a Sloane.
—Está utilizando su gravedad para condensarlo. Manipulando adecuadamente el panal. —dijo Brangwy por lo bajo llegando al lado del fuerte rubio.
—Es asombroso, ¿no crees? —observó maravillado la escena, contemplando a su amada. Sin embargo, solo recibió una mirada llena de seriedad por parte de Ben.
La esfera radiante se hacía cada vez más pequeña, siendo envuelta en las capas energéticas y vibrantes azuladas. Christopher charlaba desde lo más alto, timbrandose de un grisáceo brillante bajo la mirada de Sloane, quien respiraba con dificultad.
La voz de Grace invadió el polvoriento sótano— no me dijeron que iban a construir una prisión para Dios. —todos la observaron desconcertados. Diego se dirigió hacia ella seguido de Luther, observando a detalle el espacio de su ojo vacío sin la prótesis cableada— No tienen derecho de hacer eso.
—Estamos un poco ocupados, Grace. —dijo el ojiazul contemplando cómo el androide se encaminaba hacia ellos de manera amenazante.
—Porque el día de la venganza estaba en mi corazón... —la mirada de Diego extrañado volvió a centrarse en ella— y el año de mi redención había llegado. —completamente furiosa, sacó un potente lanzallamas, apuntando a los dos hombres frente a ella.
Al momento de que el fuego había sido disparado, Diego lo esquivó velozmente, tumbandose en el suelo mientras salían gruñidos de sus labios. Sloane se percató de la mirada llena de preocupación de la peliblanca.
Los que manipulaban al Kugelblitz ni siquiera se inmutaron, continuaron con su trabajo a pesar de la distracción por la auténtica llegada de Grace bajo el sótano.
El radiante fuego salía por todo el lugar, buscando caer sobre los Umbrella y los Sparrow. Todos se cubrían entre las paredes mientras Sloane seguía haciendo el trabajo junto a Viktor y Lila.
Luego de maldecir profundamente, Diego salió de su escondite— ¡Hey, mamá! Soy yo, Diego... no queremos lastimarte. —dijo tratando de detener la acalorada situación junto a la androide, la cual seguía repitiendo la misma frase monótonamente.
Grace hizo caso omiso, siguiendo disparando con el lanzallamas molesta.
Al notar nuevamente que Lila buscaba al moreno con su mirada preocupada, Sloane llamó su atención— Lila, te necesito. —la peliblanca volteo a ver rápidamente al Kugelblitz, tratando de mantener la esfera azulada a su alrededor.
Número Cinco se teletransportó rápidamente a las espaldas de la robot y junto a ella, volvió a aparecer nuevamente en el vestíbulo de la Academia Sparrow.
Cinco tomó su mandíbula aún a sus espaldas— no es personal. —dijo girando su cabeza repentinamente, un crujido eléctrico salió de su interior, sintiendo como su sistema robótico comenzaba a fallar. Cuando ella estaba por caer, el pelinegro la sostuvo con dificultad, dejándola cuidadosamente en las escaleras.
—Firmes y adelante... huestes de la fe. Sin temor alguno. —tarareaba mientras su voz fallaba y se hacía cada vez más gruesa. El silencio invadió el lugar cuando su circuito se apagó por completo. Cinco la contempló con una mirada vacía.
En el sótano, las luces azuladas y rojizas se reflejaban por todos lados, las pequeñas vibraciones retumbaban casi inaudibles.
—Christopher, ¡ahora! —indicó firmemente Sloane, el grisáceo cubo bajó lentamente del techo, posicionándose arriba de la esfera energética Christopher se dividió en muchos pedazos, flotando alrededor del Kugelblitz.
Los pies de Sloane ya habían tocado el suelo nuevamente sin dejar de usar su poder, acercándose más al Kugelblitz por su tamaño, el cual lucía como una pequeña bola destilante blanca.
Christopher se volvió a reconstruir, atrapando al Kugelblitz en su interior. Una vez ya realizado, Viktor y Lila desactivaron sus poderes completamente agotados, desapareciendo así el pequeño resplandor azul que salía de sus cuerpos. Junto a Sloane, soltaron jadeo debido al agotamiento que sentía, la castaña se tambaleó levemente con una sonrisa apreciando como el cubo brillaba más de lo común.
Todos depositaron su atención sobre este, el cual parece luchar por contener al Kugelblitz en su interior. Número Cinco se teletransportó nuevamente al sótano, apreciando como todos rodeaban al brillante cubo con cautela.
—¿Funcionó? —cuestionó atento en un susurro.
El pecho de Sloane subía y bajaba por sus nervios, esperando que su plan haya salido a la perfección— la onda Kugel será en tres... dos... uno. —su mano se entrelazó junto con la de Luther.
Los Umbrella y Sparrow esperaban inquietos. Brangwy sintió varias veces un escalofrío recorrer su nuca, su cuerpo se sentía diferente y su mente aún daba vueltas en desorden.
Christopher soltó un gas ante el suspenso en el polvoriento sótano. Todos los Hargreeves se observaron entre sí con una sonrisa pintada en sus rostros, exhalando con calma.
La blanca espuma de la botella de champaña se dispersó por todos los aires del gran salón. Ben tomó de la boquilla con una sonrisa de dientes. Todos bailaban sin preocupación mientras sus copas en mano se llenaban alegremente.
Brangwy sentía la música recorrer su cuerpo, el cual se movía indiferente y relajado por el salón. Su boca atrapaba la mayor cantidad de espuma proveniente de otra botella que Luther había destapado, agitándola divertido.
Las risas no cesaban dentro de la gran mansión, todos se dispersaban entre el ambiente animado, como si nunca hubiese existido una rivalidad entre ellos. Incluso, Brangwy reía fuertemente junto a Ben, quién la hacía girar sobre su eje con una sonrisa.
La rubia movía sus caderas con su copa en mano como si su entorno no importara, y es que, todos hacían exactamente lo mismo.
Disfrutaban del momento.
O bueno, fue hasta que ella sintió unos penetrantes ojos verdes acechandola.
—No jodas, detuvimos el apocalipsis. ¿En serio te quedarás allí? —sonrió Brangwy tocando la mano en la que Cinco no llevaba su copa, sintiendo la calidez de esta para atraerlo con fuerza al centro del salón. La joven bailaba despreocupada mientras el amargado Número Cinco ladeara una pequeña sonrisa.
Después de que el ambiente se encontrara más calmado, Luther y Sloane se dirigieron a la terraza de la academia, buscando un momento de privacidad entre la celebración. Algunos seguían bebiendo, a excepción de Viktor y Allison, quienes aún se hallaban un poco tensos.
Brangwy subió velozmente las escaleras del vestíbulo, encaminándose hasta su habitación algo ebria. Su cabeza daba muchas vueltas, a pesar de la diferencia que sentía en su cuerpo, estaba relativamente bien.
Chasqueó su lengua cuando se adentró a su pieza, dirigiendo sus ojos avellana por su tocador color crema— aquí estás... —susurró para sí misma al observar una caja de cigarrillos junto a un encendedor oscuro, se puso el cigarro entre sus labios rosas para luego tomarlo entre sus dedos y dejar salir el humo.
Una pequeña hoja de papel color beige, notablemente arrugada, captó su atención por completo, frunció su ceño, puesto a que no recordaba qué cosa podría estar escrita ahí. Sin miedo y con el humeante cigarrillo entre sus labios, la desdobló.
Reconocía esa forma de escribir.
Ahogó un jadeo cuando la comenzó a leer.
"Si pudiera estar contigo esta noche, te cantaría hasta que duermas. Nunca dejes que se lleven la luz detrás de tus ojos. Un día perderé esta pelea. Mientras nos desvanecemos en la oscuridad. Sólo recuerda que siempre arderás igual de brillante."
—Oh, Dios. Phonso.. —guardó la hoja arrancada y la guardó en el bolsillo de su falda negra medianamente corta. Sin más, liberó el humor retenido por sus labios y bajó nuevamente hasta la primera planta.
Sus botines resonaban, encaminandose hasta la oficina de su padre, la cual esperaba ver vacía y así sobrepensar un poco las cosas que pasaban por su mente. Sin embargo, y para su sorpresa, se encontró con la silueta de un Cinco pensativo y con un tabaco en su mano derecha, sin percatarse aún de la presencia de la rubia.
Ella suspiró, adentrándose en la habitación— Vaya, pero si es el pequeño Número Cinco. —sus ojos verdes se posicionaron en ella al reconocer su voz a sus espaldas— ¿Puedo? —inquirió haciendo referencia a si podía hacerle algo de compañía.
—¿Por qué no? —el pelinegro alzó sus hombros viendo como tomaba asiento a un lado de él.
Brangwy dio un profundo suspiro por sus fosas nasales antes de volver a hablar, distrayéndose en los ojos verdosos de Cinco.
—Gracias. —.
—¿Por permitirte hacerme compañía?
—Por dejarme ayudarte a salvar al mundo.
El pelinegro se lamió los labios— Bueno, el crédito no es todo mío en cierta parte... —.
Ambos rieron suavemente, mientras un singular brillo aparecía en sus miradas, las cuales habían estado conectadas durante varios segundos.
—Cuando te conocí... creía que no te importaban las personas a tu alrededor. Pero ya veo que no es del todo cierto. —dijo Brangwy con sinceridad, observando nerviosamente como el ceño del pelinegro se suavizaba.
Este resopló— ¿Por qué lo dices? —esta vez, su tono de voz era bajo. No era el típico serio y arrogante que usaba con frecuencia.
—Has salvado a tu familia durante tres apocalipsis. Realizaste distintos viajes en el tiempo sin importar las consecuencias a futuro con tal de que ellos pudieran seguir viviendo. —la rubia le dio una calada a su cigarrillo, liberando el humo grisáceo— eres un idiota de buen corazón después de todo.
Cinco sonrió cabizbajo inconscientemente tras escuchar esas palabras provenientes de la joven, nadie había notado el esfuerzo detrás de todo lo que él había hecho durante veinticinco días, ni siquiera su familia.
El pelinegro no era un libro abierto, no a comparación de Brangwy. Pero aquella fuerte armadura que él traía consigo desde que había renunciado a La Comisión del Espacio y Tiempo comenzaba a desmoronarse, lentamente. Sin embargo, sabía que sus acciones hablaban por él, cosa que aquella rubia a su lado había notado desde el momento en el que había regresado al hotel para buscarlo.
—Debo admitir que tampoco creía que tú fueses de las personas que ven la bondad oculta en la oscuridad de los demás. —soltó Cinco observando esos ojos color avellana que comenzaban, muy en el fondo, a enloquecerlo— Y créeme, solo hago lo que sea para sobrevivir.
Brangwy soltó una carcajada, se sentía cómoda en aquél momento junto a él— Oh, no. No soy de esas personas, solo... te vi por primera vez con otra visión, en la cual no quiero asesinarte. —ambos adolescentes seguían riendo, sin pensar en el resto, solo se encontraban ellos dos en aquella pieza—. Ya quisiera que alguien se preocupara por mí así como tú lo haces por tu familia... —dijo sin pensarlo mucho.
Ambos cesaron sus risas lentamente, perdiéndose en la mirada del otro. Brangwy podía sentir como su corazón era un completo descontrol, sus respiraciones se combinaban y los centímetros entre ellos comenzaban a recortarse.
Miró los labios del pelinegro con nerviosismo, temblando bajo su mirada. Sin pensarlo más por su caótica mente, se acercó lo suficiente como para que sus narices pudieran rozar.
Sentía el pecho del ojiverde subir y bajar con dificultad, su mirada brillante la observaba de arriba hacia abajo, pasó saliva por su garganta ante el pequeño espacio que sobraban entre los dos.
Entre ellos había una tensión agradable, ambos temerosos de dar el siguiente paso. Sin esperar más, Brangwy unió sus labios con los de Cinco, ambos envueltos en un suave beso y sin prisas, solo no querían que el momento terminase.
El pecho de Brangwy estaba por explotar, sentía varias emociones a la vez, su mente no maquinaba como de costumbre y solo se derretía por el contacto que sus labios tenían con los de Número Cinco.
Una blanquecina neblina los envolvía, dejando sus nervios poco a poco conforme continuaban el beso. Sus mentes estaban vacías, sus pestañas reposaban sobre sus pómulos, sintiendo las emociones del otro.
Cinco posicionó una mano en el cuello de la rubia, profundizando el beso, liberando todos sus sentimientos encontrados. Por otro lado, Brangwy trataba de no enloquecer, sus labios temblaban bajo la calidez de los del pelinegro.
Finalmente se distanciaron lentamente.
Para Brangwy no era algo extremadamente difícil de asimilar, verdaderamente no sabía por qué había hecho eso. Su personalidad caótica e impulsiva siempre la habían caracterizado, sin embargo, todo era diferente cuando se trataba del chico que se encontraba frente a ella.
Mantuvieron el contacto visual por unos instantes, cuando los dos estaban por siquiera decir una palabra de lo que había pasado, la puerta de madera oscura se abrió, dejando ver la pequeña silueta de Viktor desconcertado.
Brangwy se alejó rápidamente del pelinegro, quedando a una distancia prudente— Oh, lo siento. No sabía que estarías con Brangwy. —dijo el de baja estatura a Cinco, completamente apenado.
—No, Viktor. Yo... ya me iba. —dijo la despistada rubia, dejando su cigarrillo apagado en el suelo. Ella se levantó de prisa sin siquiera mirar al ojiverde, el cual la observaba con extrañeza.
Una vez la chica abandonó la pieza, en el rostro de Viktor se dibujó una sonrisa llena de sorpresa. Por lo que Cinco agachó su mirada.
—Oh por Dios, ¿acaso tú y Brangwy...?
—Ni siquiera lo menciones.
El pelinegro llevó una mano a su nuca, aún tratando de analizar todo lo que había sucedido minutos antes de la llegada de su hermano.
Viktor rió sentándose en uno de los sillones de la oficina de Reginald— tu rostro dice todo lo contrario. —habló pacíficamente haciendo referencia a las mejillas sonrojadas del ojiverde— me alegro por tí en ese caso, no te vendría mal. Es una linda chica y el mundo ya no corre riesgo, mereces una oportunidad con alguien que te quiera.
Cinco resopló estresado— dudo mucho de eso, Viktor. —su tono de voz había vuelto a ser arrogante.
—¿Bromeas? Vi como te miraba en el salón... —dijo con una sonrisa ladeada.
Los hermanos siguieron conversando, mientras que por otro lado, Brangwy se encaminaba hasta la sala de la gran mansión, encontrándose con los Sparrow frente a la chimenea y con una luz blanquecina reflejándose en ellos.
Su mente era un remolino en ese instante, no sabía qué pensar al respecto. Sin embargo, sus pensamientos fueron interrumpidos al observar como Christopher emitía un potente brillo a través de las grietas que llenaban el cubo.
Christopher soltaba parloteos mientras parecía luchar contra el Kugelblitz en su interior. El cubo daba miles de vueltas tambaleándose, la esfera rojiza en su interior había explotado, destruyendo a Christopher a la par que soltaba un crujido.
El cuerpo de Fei se desintegró instantáneamente, provocando un rostro de pánico en Brangwy. El Kugelblitz soltó una onda mortal llena de resonancia, la rubia gritó desgarradoramente cuando sus ojos se tornaron color blanco y sintió como tenía la necesidad de liberar un esplendor de su cuerpo junto con la onda.
El Kugelblitz se hacía cada vez más gigante, emitiendo más oleadas destructivas. La Academia Sparrow comenzaba a derrumbarse, los pilares y las columnas se hacían polvo en cuestión de segundos.
Brangwy vió como una luz azul aparecía en una esquina, indicando que Cinco se había teletransportado para salvarla a un Ben inconsciente y a ella. Todos los Hargreeves corrían despavoridos hacia la entrada de la Academia.
Los ojos blanquecinos de la rubia volvieron a la normalidad, observando como su casa se desintegraba gracias al Kugelblitz, el cual se hacía cada vez más grande. Su pecho había comenzado a arder.
La Academia Sparrow se había destruido finalmente.
. ָ࣪ ִֶָ 𖥔 ━━━━HEY, HEY, HEYY! ESPERO LES HAYA ENCANTADO ESTE CAP COMO A MI, escribí la escena del beso con Die With A Smile de fondo y fue mágico la verdad. No crean que eso es todo, apenas es el inicio de la caótica relacion entre FIVE y BRANGWY <3 💚🌪
NO OLVIDES VOTAR, ME AYUDAS MUCHO!
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