𝒇𝒐𝒖𝒓. no more heroes.

 . ° · 𝖇𝖗𝖆𝖓𝖌𝖜𝖞 . . !
👁️ · .° chapter 𝙛𝙤𝙪𝙧.. ✦ ❝ no more heroes ❞
𝔣𝔦𝔳𝔢 𝔥𝔞𝔯𝔤𝔯𝔢𝔢𝔳𝔢𝔰 𝔣𝔞𝔫𝔣𝔦𝔠𝔱𝔦𝔬𝔫 ❜ 🌪 © 𝗐𝗋𝗂𝗍𝗍𝖾𝗇 𝖻𝗒 𝗆𝖾𝗅 . .


𝐄𝐋 𝐏𝐄𝐑𝐅𝐄𝐂𝐓𝐎 𝐃𝐄𝐒𝐀𝐒𝐓𝐑𝐄 𝐐𝐔𝐄 𝐇𝐀𝐁𝐈𝐀 𝐎𝐂𝐀𝐒𝐈𝐎𝐍𝐀𝐃𝐎 𝐁𝐑𝐀𝐍𝐆𝐖𝐘 desencadenó una de las entidades más poderosas del mundo. Como se especulaba, el Kugelblitz había tomado un lugar bastante inestable en el corazón de la ciudad. Sin embargo, no fue hasta que los responsables de la fusión con dicha paradoja se presentaron por primera vez en una peligrosa y extraordinaria línea de tiempo alternativa.

EEUU.

Abril, 2019.

El fuerte sonido de la alarma de misiones retumbó fuertemente por toda la Academia Sparrow. Mientras se repetía monótona y escandalosamente, su deslumbrante tono rojo escarlata se reflejaba en los rostros de los chicos que caminaban de prisa por el no tan ancho pasillo de la mansión.

—¡Vamos, vamos! —gritaba Marcus enfurecido mientras que a la par veía el reloj de pared que colgaba frente a él en el pasadizo.

Los hermanos caminaban en dirección al balcón que daba vista precisamente al gran salón del primer piso. Número Uno se hincó con una expresión confusa en el barandal, mientras sus otros hermanos asomaban sus cabezas para observar mejor la escena que apenas daba inicio.

Los hermanos observaban atentamente a las seis personas que estaban invadiendo su hogar sin su consentimiento.

—Papá, ¿quiénes son estos tarados? —el antipático tono de voz de Ben retumbaba por toda la sala, e incluso hasta la segunda planta, donde se encontraban el resto de sus hermanos, debido al eco de ambas partes. Los Sparrow se veían desafiantemente entre ellos.

Los impostores desconocidos del otro lado del lugar susurraron fuertemente.

—..Mierda..

Los Sparrow no tenían ni la menor idea de quiénes serían sus nuevos contrincantes, pero algo los mantenía seguros, nadie iba a tocar su territorio. Eran los héroes de la ciudad y tenían todo bajo control, o al menos eso creían.

—¿Ben?— Habló uno de los intrusos. El asiático frunció el ceño.

—¿De verdad eres tú?— Un enorme hombre dió unos cuantos pasos más, quedando delante de todos y observó con una mirada nostálgica al nombrado.

—¿Y quiénes son los raritos en el balcón? ¿Eh?— cuestionó otro sujeto de cabello largo a un lado, ignorando el tema presente. Algunos se compartieron miradas levemente desde este.

—Son los Sparrow, mis hijos e hijas— respondió Hargreeves a la pregunta del castaño de cabello largo.

Lo que los superhéroes no sabían, era que se estaban metiendo en un desastre, uno muy grande. Y tenía por nombre "La Academia Umbrella".

Lo extraño realmente era el hecho de un pequeño factor presente en la sala, eran seis extrañas copias de ellos, deterioradas sin duda alguna, pero una especie de variantes con poderes al fin y al cabo.

Interesante. Pensó Brangwy en su cabeza.

Los Umbrella dirigieron su mirada hacia el balcón, en ese, por supuesto, se encontraban los integrantes de la academia. Desde la primera planta se escuchaban diversos susurros de estos.

Klaus y Cinco Hargreeves, de parte de la Academia Umbrella, con el ceño fruncido se realzaron, luego hablaron al mismo tiempo.

—¿El cubo también?—.

—Disculpa, ¿a qué te refieres con que son tus hijos e hijas? Eso no es posible, anciano. —cuestionaron en unísono.

—¡Claro que sí! Creo que yo lo sabría, ¿no?— respondió Reginald al chico que lucía como adolescente.

Marcus se hizo a un lado del barandal y bajó seguido de sus hermanos, estos se posicionaron detrás de él y Ben. El equipo Umbrella los veía detenidamente. Más que todos, el sujeto de cabello largo, quién observaba curiosamente a la rubia.

Que desde la perspectiva de esta, parecían recién salidos de una historieta del antiguo, lejano y salvaje Oeste.

—Todos pueden ver a Ben, ¿no es cierto? —volvió a inquerir Klaus señalando al mismo.

—Qué gran disfraz. —dijo Ben elogiando con sarcasmo. El dirigido le dió una sonrisa de lado.

—Se hacen llamar la Academia Umbrella, un grupo de intrigantes y pérfidos insatisfechos que me abordó en el otoño de 1963 cuando estuve en Dallas por negocios. —intervino Reginald—Les advierto que dicen ser mi prole. —añadió.

—¿Dicen? Cinco, ¿qué demonios está pasando?— cuestionó la chica Umbrella; Allison, hacia el adolescente impacientemente.

—Aún no lo sé. —respondió Cinco observando a la adolescente del equipo contrario de una manera nada discreta, con leve confusión en su mirada—, pero es preocupante. —Brangwy solo escuchaba su voz a detalle mientras fruncía su ceño.

—Mierda, creo que hemos encontrado a tu variante, Cinco. —bromeó Klaus dándose cuenta de la pequeña tensión que empezaba a formarse entre su hermano y cierta chica del equipo contrario.

—¿Dice la verdad? —inquirió Marcus ignorando el tema.

—Con la parte de pérfidos, no —contestó Viktor, un Umbrella oculto detrás de quién se podría decir su superior por primera vez en la conversación.

—No, pero estamos algo perdidos —interrumpió Klaus con una sonrisa pintada en el rostro.

—¿Perdidos? —cuestionó la rubia, manifestándose— ¿Y planean quedarse en nuestra casa? —.

—Somos sus hijos. Esta es nuestra casa— contestó Viktor recalcando la penúltima palabra.

—Así es. Crecimos aquí— le dió la razón el grandulón.

—"Así es. Crecimos aquí"— imitó Alphonso, el Sparrow que se encontraba atrás, ganándose una sonrisa de Fei Hargreeves.

—De ser así, nos habríamos dado cuenta— dijo Sloane por delante de la rubia, ignorando a su hermano.

—Hola, soy Luther— se presentó el grandulón rubio ante la chica, esta solo le dió una sonrisa.

—Okey, no deberían estar aquí— dijo Allison irritada.

—De acuerdo, supongo que haremos las maletas y nos mudaremos— dijo Fei con ironía.

Christopher empezó a charlar, tirándose de diferentes tonos, los Umbrella lo miraron con curiosidad, parecían estar alucinando, mientras que sus contrincantes se reían.

—Gracioso, Chris—

—No esperaba visitas, esto es lo mejor que pude hacer en tan poco.. tiempo— dijo Grace entrando a la sala con una bandeja de plata con galletas recién horneadas encima.

—Mamá. —exclamó el chico que se hacía llamar Diego.

—¿Mamá? Es un robot, pervertido. —insultó la pelinegra, Jayme.

—Claro que no —.

—Oye, no lo llames así. —defendió Luther.

—¿O qué? —retó Ben.

—Ven y averígualo. —.

—¡Tranquilo! —.

—No das miedo. —.

—¡Ben!

—¿Y si te meto ese cubo en el trasero? —.

Lo último, Brangwy lo tomó a mal, pero al momento de hacer algo siquiera, Jayme actuó más rápido que ella, usando su poder contra el chico castaño de pelo largo; Diego. Quién gracias a eso se empezó a poner un poco pálido y empezó a sudar como un animal.

—No sé de qué circo escaparon, ni cómo pasaron la seguridad, pero se acabó, tienen 30 segundos para irse de aquí— despachó Marcus finalmente harto, deshaciéndose de la situación.

—¿Y si no nos vamos?— retó Allison con los brazos cruzados.

—Lo resolveremos a la antigua. —acomodó su saco.

Diego, el afectado anteriormente por Jayme, volvió de aquel pequeño trance, rápidamente secó las gotas de sudor y lágrimas que caían de sus ojos.

—Adelante. —accedió Luther.

Los Umbrellas miraron confundidos esperando a que dieran el primer paso, aún con confusión observaron hacia todas partes, pues, las pequeñas lamparas y el candelabro de la sala se apagaron por completo. Parpadeando las luces con poca energía, los Umbrella devolvieron su vista a los Sparrow.

—Miren, acabamos de luchar contra un ejército. ¿Sí? no queremos que esto se descontrole, calmemonos y hablemos— sugirió Viktor intentando acabar con el problema.

Brangwy, Alphonso y Jayme se miraban entre sí completamente confundidos, sin entender ninguna sola palabra y con muchas dudas presentes como el por qué miraban a su hermano como si fuese un objeto de los más preciado.

—Pss, Benerino— llamó Klaus dirigiéndose a Ben y llamando la atención del resto. —Te ves mucho mejor estando vivo que muerto. ¿No? Excepto ese corte de cabello— dijo provocando que Ben lo mirara con repugno.

—¿Qué diablos acabas de decir?— preguntó el pelinegro.

—Por favor, basta de tanta hostilidad, pequeño gruñón. —comentó señalando— vaya, linda cicatriz, muy macho—.

—¡Cierra la boca!—

—¡Tú cállate y dale un abrazo a tu hermano!— ordenó Klaus extendiendo sus brazos, sin embargo, en vez de recibir un cálido abrazo recibió un gran puñetazo.

—¿Qué diablos le hiciste? ¡No era necesario!— enunció Luther enojado al ver a su hermano golpeado mientras se levantaba del suelo.

—¡Claro que sí!— aseguró Ben saliéndose de sus casillas, evidentemente.

—¿Crees que puedes golpearlo y salirte con la tuya?— dicho esto, Marcus empujó a Luther pero no se dejó, este le iba a dar un puñetazo al contrario pero lo pudo esquivar. Aprovechó y le dió una patada en el estómago, esta vez empujándolo del todo hacia la parte de atrás.

En ese camino de reversa, se encontraba Klaus, quién estaba tratando de recuperarse del golpe. Pero Luther, por su peso, lo aplastó, dejándole un gran dolor de espalda. Sin que nadie se percatara, Reginald salió de la habitación.

El pleito verbal pasó de nivel, llegaron a la zona de golpes. Dos chicos de la academia Umbrella salieron hacia la entrada, seguidas por Fei, Alphonso, Sloane y Jayme. El resto se quedó en la sala.

—¡Un momento! Amor y paz ¿bien?— se escuchaba la voz de Klaus y los golpes de Marcus y Luther detenerse, esperaron a que él abandonara aquel lado para luego retomar lo que dejaron sin terminar.

—¡Ven, cajita infeliz!— retó Diego al cubo flotante, este se tornó de color rojo.

Christopher se dirigió hacia el chico de pelo largo, el cubo verbalizó algunas palabras qué, al parecer, hirieron al castaño.

—Oye, ¿qué dices? Mi cabello es genial, de acorde a la época— defendió enojado contra Christopher.

Con lo que el castaño no contaba es que una extraña silueta se encontraba a sus espaldas. Brangwy, lo atacó por esta misma, a través de tomas de corriente eléctricas provenientes de las palmas de sus manos.

—¿Es todo lo que tienes?— cuestionó esperando más, claramente quería que se detuviera.

Diego dió varias vueltas hasta casi marearse, prácticamente no podía zafarse. Brangwy, acompañada del cubo, disfrutaba su sufrimiento hasta que su energía cada vez se gastaba más rápido. Al darse cuenta, dejó el uso del poder.

Era el turno de Christopher, al acercarse de manera amenazante, Diego actuó rápido y huyó del cubo, siendo perseguido por este. Al fin decidió enfrentarlo, esta vez, lanzándose encima de él.

Cinco, quién había dejado noqueado a Ben, miró con curiosidad al cubo, aquel se le iba a acercar pero Diego se abalanzó sobre él. Christopher intentó quitarse al humano de encima pero no pudo, aprovechó para levitar lo más alto que pudo y comenzó a dar varias vueltas, provocando que este se mareara. Diego aflojó su agarre y luego Christopher lo arrojó hacia uno de los balcones del segundo piso. El cubo se posó junto a Brangwy.

—El chico es mío. —le murmuró la rubia a Christopher condenandolo con la mirada, el cubo flotante le dejó el camino libre antes de irse contra Cinco.

Este actuó rápido, dándole un gran golpe por detrás de la cabeza a Brangwy, haciendo que se cayera al suelo, pero desde este, ella lo dió una patada en la espinilla, provocando que se queje el otro adolescente.

Brangwy y Cinco se encontraban en un enfrentamiento rígido y tenso. El ambiente que envolvía sus ataques se convirtió en uno para nada agradable, Cinco quería deshacerse de aquella rubia cuanto antes, pero el deseo de irse contra ella lo invadía por completo.

—Eres bueno, pero no tanto como yo. —reprendió la rubia agitada, mientras le daba un golpe en la mejilla a Cinco, quien la tomó de su rubia cabellera para estrellar su cabeza contra un jarrón de cristal, ocasionando una herida en su frente.

—Estas haciendo que pierda la poca paciencia que me queda en este momento. —soltó el chico con frustración y su respiración entrecortada, viendo como Brangwy estaba por sacar tomas de corriente nuevamente provenientes de las palmas de sus manos.

Diego, desde arriba y escapando del cubo, empezó a tirar navajas por todos lados, algunas cayeron hacia la primera planta, dándole en el blanco a la rubia, haciendo que cancelara el uso de su poder de inmediato. Soltó varios quejidos y un gemido de dolor desgarrador, para luego sacarse las dos cuchillas de la pierna derecha.

Brangwy se levantó del suelo, comenzando una pelea con Cinco. En donde cada uno esquivaba sus propios golpes mutuamente. En uno de los puñetazos, la rubia, le iba a dar uno al chico, pero este se teletransportó. Alphonso, quién estaba detrás de él, recibió el impacto del puño de la chica en su nariz. Brangwy, no tardó mucho en volver a recibir su propio golpe, debido al poder de su hermano.

—¡Hijo de perra!— se quejó Brangwy.

—Sabes que no fue mi intención. —Alphonso dirigió su mirada hacia donde se encontraban sus hermanas, luego se encaminó hasta allá.

Por otro lado, la rubia se encontraba en el pasillo oculto en donde se encontraban las habitaciones auxiliares, buscando energía de parte de las luces que lo adornaban y también algunas vendas para que detenga el sangrado en su pierna.

De pronto, empezó a dejar de sentir movilidad en la pantorrilla, debido a las dos perforaciones en esta, estaba desangrándose a casi litros. Con cuidado, se sentó recostada de la pared en medio del pasillo.

Tres de los Umbrella se encontraban corriendo en este, escapando de algo, o bueno, de Fei y su emanada de aves sombrías.

Fei, al ver que se encerraron en una de las habitaciones, se cruzó de brazos esperando a que sus cuervos terminaran de picotear la puerta de madera mientras que observaba a su hermana desangrarse.

—¿Quién fue?

—Cierra la boca— respondió levantándose. —Nada de esto a nadie— ella solo asintió.

Brangwy soltó un quejido más hasta que perdió el control y el dolor se hacía cada vez más fuerte, provocando que se robará energía de varias fuentes eléctricas sin darse cuenta, reventando así las lámparas antiguas que adornaban el ambiente cercano a ella.

Justo cuando atravesaba nuevamente aquél pasadizo chocó contra el Número Cinco de la academia contraria.— Otra vez tú. —dijo la chica antes de golpearle la nariz. Por otro lado, Cinco no se quedó atrás y la noqueó finalmente.

Lo único que pasó por su mente antes de perder la conciencia fue una fugaz visión totalmente terrible.

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