𝒆𝒊𝒈𝒉𝒕. kugelblitz.
・ . ° · 𝖇𝖗𝖆𝖓𝖌𝖜𝖞 . . !
👁️ · .° chapter 𝙚𝙞𝙜𝙝𝙩.. ✦ ❝ kugelblitz ❞
𝔣𝔦𝔳𝔢 𝔥𝔞𝔯𝔤𝔯𝔢𝔢𝔳𝔢𝔰 𝔣𝔞𝔫𝔣𝔦𝔠𝔱𝔦𝔬𝔫 ❜ 🌪 © 𝗐𝗋𝗂𝗍𝗍𝖾𝗇 𝖻𝗒 𝗆𝖾𝗅 . .
𝐁𝐑𝐀𝐍𝐆𝐖𝐘 𝐏𝐀𝐒𝐀𝐁𝐀 𝐄𝐋 𝐂𝐄𝐏𝐈𝐋𝐋𝐎 𝐃𝐄 𝐌𝐀𝐃𝐄𝐑𝐀 𝐒𝐎𝐁𝐑𝐄 𝐒𝐔 𝐎𝐍𝐃𝐔𝐋𝐀𝐃𝐀 𝐂𝐀𝐁𝐄𝐋𝐋𝐄𝐑𝐀 𝐑𝐔𝐁𝐈𝐀, desenredaba pequeños mechones que se entrelazaban entre sí con poca delicadeza mientras su mente creaba nuevas alucinaciones qué, con el paso del tiempo, se habían hecho costumbre.
Sus botines de cuerina resonaban por todo el pasadizo cada que daba fuertes pisadas, divagando hasta las escaleras, donde Brangwy se recostó en el barandal de madera de estas mientras observaba a dos de sus hermanos conversar sospechosamente. Ben al parecer tenía una nueva estrategia, pero la rubia no se iba a quedar de brazos cruzados.
—Iré con ustedes. —Fei y Ben notaron su presencia, dándose la vuelta de inmediato. La dupla la observaba detenidamente.
—Brangwy.. —murmuró la chica de anteojos oscuros, negando lentamente con su cabeza— no hagas esto. —.
La rubia resopló divisando a su hermano.
—¿Por qué no debería? —inquirió irónica— Somos un equipo, ¿no es así? —se acercó quedando a pocos metros de ellos. Brangwy se dirige de manera confrontante a Ben, quien le regala una mirada seria— Vamos, Número Uno. Tu decides. —.
Ben y Fei compartieron miradas brevemente.
—Irás con nosotros —el asiatico esbozó una falsa sonrisa—, al fin y al cabo es una misión Sparrow, ¿no? —la chica asiente divertidamente mientras se encamina hasta la entrada trasera de la academia, dirigiéndose al patio seguido de sus hermanos no tan convencidos ante la idea. La expresión de Brangwy cambió cuando Viktor y Allison Hargreeves traspasaban su campo de visión.
La morena los observaba intimidante, en cambio, el chico que la acompañaba se veía notablemente dudoso de lo que estaría a punto de hacer.
—Les falta uno. —el ambiente se tensó. Allison ladeaba su cabeza con una ruda mirada.
—¿Y el resto de tu patética familia? —inquirió Fei. Brangwy alzó sus cejas ante la reacción de su hermana.
—Oh, ¿eso es un insulto? —habló burlonamente la chica Umbrella.
Fei resopló irritada.
—Última advertencia. —.
—Tu no tienes derecho a advertirme una mierda, parodia de Trinity. —contraatacó Allison impaciente, ganándose varias risas por parte de Ben y Brangwy ante su comentario.
El asiático dejó caer su expresión carraspeando, optando por una más seria y amenazante—¿Dónde verga está Marcus?
—Marcus.. —Viktor miró a su hermana suplicante, sin saber qué decir.
—Está a salvo. —interrumpió Allison al de baja estatura, el cual frunció el ceño. —Por ahora. Pero eso cambiará muy rápido si no hacen lo que decimos. —.
Brangwy abrió sus ojos incómoda— qué carácter. —pensó en voz baja, la morena se cruzó en brazos.
—¿Ves? Te dije que lo tenían. —murmuró Fei hacia Ben ignorando el comentario de su hermana.
—Se lo dije a Marcus, pero no. Dijo que debíamos escucharlos. —el asiático hizo un ademán con sus manos incrédulo.
—No se equivocó. Queremos arreglar las cosas. —pidió Viktor con un tono de voz pacífico.
—¿Con un secuestro? —preguntó Brangwy después de encontrarse callada por un rato.
—No, eso.. —negó nerviosamente.
—Sí. —intervino la morena. Su hermano la volteó a ver y esta le dio una mirada la cual transmitía que se encargaba de todo. Viktor suspiró frustrado.
—Miren, están pasando muchas cosas. El mundo corre peligro y debemos trabajar juntos. —los Sparrow se miraron entre sí, Brangwy oía sus palabras con interés.— Mi hermano podría explicarlo mejor que yo, pero es un problema de viajes en el tiempo. —.
La rubia vertía toda su atención a las palabras provenientes del Umbrella. Cruzó sus brazos y ladeó su cabeza con el ceño fruncido, analizando cada frase que salía de sus labios.
—Causamos una paradoja y ahora se está tragando cosas. Muchas vacas, un perro, algunas langostas.. —Fei y Ben aguantaron las risas, compartiendo miradas venenosas, pero Brangwy se veía algo inquieta—Y un montón de personas. —siguió, la rubia se tensó.— Sé que suena..
—Solo devuelvan el maletín y les daremos a Marcus— interrumpió Allison con molestia.
—¿Qué maletín?— inquirió Fei con notable confusión en su rostro.
—El que dejamos en su casa. —Allison se acerca intimidante.
Los Sparrow se hallaban confundidos. Pero Brangwy fue mucho más veloz, aceptando el trato.
—Bien, el maletín por nuestro hermano. —Fei y Ben la voltearon a mirar incrédulos, la rubia estiró su brazo, sugiriendo un estrechón de manos para concluir el trato, pero Allison no se molestó en corresponderle.
—Perfecto. Hotel Obsidian a las cuatro. O lo enviaremos en pedazos. —amenazante, se pone unas gafas de sol que colgaban anteriormente en su abrigo para retirarse del lugar con un Viktor muy apenado.
Los tres Sparrow divagaban entre la gran mansión hasta que dieron con el oscuro sótano subterráneo de la Academia.
—Si dejaron un maletín, Grace sabrá donde está. —dijo Ben adentrándose al sótano seguido de Fei y Brangwy. Quienes observaban el lugar con cautela.
—¿No les parece raro que hayan olvidado algo aquí? — inquirió Fei.— ¿Y si es una trampa? ¿Y si lo abrimos y explota? —dudosa, seguía caminando detrás de su hermano.
—No lo creo, no son tan inteligentes. —comentó Brangwy.
Los hermanos se pusieron en alerta al observar una potente luz naranjosa provenir del otro lado del sucio y amplio lugar. Distintos zumbidos se hacían presentes, causandoles curiosidad a los chicos.
—¡Grace! ¿Qué diablos está pasando? —dijo esto. Los tres quedarón atónitos al ver aquella bola llena de agujeros de negros colapsantes. Una esfera magnífica y radiante, que destellaba relámpagos y energía por todas partes invadió sus vistas. El gigante orbe se movía en su lugar como lava bañándose sobre sí mismo. Una vista encantadora, pero completamente letal.
—Por Dios. —Fei se encontraba boquiabierta, mientras acomodaba sus gafas sobre el puente de su nariz.
—Esa es una posible interpretación de esta deidad. O quizá sea la reencarnación de Buda o Brahma, el creador.
Brangwy observaba con detenimiento y curiosidad el Kugelblitz.
—Sí, como dices. —dijo Ben asombrado, acercándose a la anomalía.
—Ten cuidado, Número Dos. No quieres perturbar su sueño. —el asiático miró a Grace desconcertado.— ¿Quién sabe a quién elegirá al despertar? —Brangwy y Fei contemplaban aquella brillante esfera.
—Grace, ¿esto se llevó a Marcus?— preguntó la última con un tono de voz lleno de confusión.
La androide asintió sin observarlos—se acercó y lo tocó. Hombre descarado. —Brangwy pasó saliva.— La luz del señor es demasiado poderosa para un simple mortal. —.
—Grace, ¿cuándo llegó Dios? —inquirió la adolescente a su madre.
—Hace dos días, junto con las nuevas visitas. —.
Fei y Ben intercambiaron miradas repletas de preocupación, mientras Brangwy trataba de no tener un ataque de pánico.
Brangwy le dió un sorbo a su espresso—La Academia Umbrella no tiene a Marcus, de eso pueden estar seguros. —dejó la taza en la bandeja de plata que reposaba en la pequeña mesa de centro que había entre los muebles del gigante salón.
La rubia conversaba profundamente con Jayme y Alphonso, quienes habían escuchado la mitad del plan que tenía Ben tras enterarse de la muerte de su hermano.
—Entonces.. ¿dices que a Marcus se lo llevó esa cosa del sótano? —inquirió una intrigada Jayme mientras mordía su tercer cabanossi del día.
Brangwy dejó liberar un pequeño suspiro, tomando su taza nuevamente para darle otro sorbo a su café, asintiendo con la cabeza.
—¿Cómo? ¿Entonces por qué nos habrían citado en el Hotel Obsidian si no tienen a Marcus? —el sonido de la soda siendo abierta por Alphonso inundó brevemente la sala.
Jayme golpeó la cabeza de su hermano suavemente, recibiendo el golpe de vuelta casi al instante— es una trampa, genio. —.
—Obviamente los atacaremos, nosotros no tenemos su preciado maletín. —finalizó Brangwy dando otro sorbo del espresso en sus manos— Quizá el viejo lo tomó, adora las antigüedades.
—Los maletines no deberían ser un objeto de antigüedad. —discutió la pelinegra desde el otro extremo del sofá.
—Por supuesto que sí, ¿o alguna vez has visto que se sigan usando hoy en día? —contradijo Brangwy dejando la vajilla nuevamente en la bandeja de plata.
—Suficiente. —interrumpió Alphonso otro posible debate entre ambas hermanas— Jayme, por favor —bufó cansado, levantándose del mueble individual mirándola suplicante. La pelinegra resopló saliendo del salón.
El silencio profundo invadió el tenso ambiente que los envolvía. Brangwy dejó salir un suspiro, poniéndose de pie frente a Alphonso, quién la escaneaba con una mirada no tan intimidante a comparación de la chica que se encontraba a tan solo centímetros de él.
—No iremos a esa misión, Brangwy. —aseguró firmemente.
Brangwy chasqueó su lengua irritada— Phonso, es nuestra oportunidad... —insistió— tengo una estrategia.
—Tú no tienes ningún maldito plan, aceptalo, Ben ganó. —protestó el joven mientras cruzaba los brazos, estando consciente del peligro que correrían por su culpa— él es Número Uno.
Sus ojos estaban fijos en ella, llenos de sospecha y desconfianza. Lo último que quería era dejarse llevar por las palabras de la chica, la cual puso un mechón rubio detrás de su oreja con frustración.
—¿Por qué mierda te pones así? —subió el volumen de su tono de voz lleno de reclamo.
Alphonso rodó los ojos— ¡Porque no siempre puedes tenerme sometido a tus putas órdenes! —replicó él, sintiendo el enfado recorrer cada uno de sus sentidos— maldita sea, Brangwy. No pienso ir a una misión suicida. —.
Ella se quedó callada aún manteniendo su expresión de enojo en su rostro.
—Ni tampoco pienso dejarte ir a una misión suicida.
El silencio volvió a inundar la sala por un breve e incómodo momento, hasta que Brangwy separó sus labios para hablar.
Exhaló un poco de aire antes de decir una sola palabra— ¿Siquiera te sigo importando? —lo observó expectante.
—Claro que me importas —su enojo se atenuaba y su expresión se había suavizado ligeramente al ver como la situación se volvía vulnerable—. y no sabes cuánto detesto eso.— admitió finalmente con voz baja, entrando en conflicto con él mismo sin querer seguir dejándose llevar por sus sentimientos.
—¿Aún después de todo lo que te hice? —.
Brangwy quería pegarse un tiro en ese instante al darse cuenta que la respuesta de Alphonso no era más que un profundo silencio. Segundos después, el chico miró hacia abajo, evitando tener cualquier tipo de contacto visual con la rubia. La tensión entre ambos crecía cada vez más conforme Brangwy se acercaba más a él, quedando a cortos movimientos de sus labios.
—A pesar de toda la mierda que me haz hecho... No puedo evitar tener sentimientos hacia ti. Y eso es jodido.
Sin más, Alphonso se dió media vuelta, dejando a Brangwy totalmente resentida a sus espaldas.
—Solo iré si Jayme lo hará. —sentenció sin mirarla a los ojos, dando un breve suspiro, retirándose finalmente de la sala.
Brangwy ahogaba sus confusos sentimientos en lo más hondo de su ser. Caminaba velozmente a través de los amplios y rústicos pasadizos de la gran mansión, su cuerpo era invadido por la frustración y estrés. Ben ahora era líder y estaba dispuesto a volver mierda la Academia Sparrow, los Umbrella se estaban preparando para un siguiente ataque, su extraviada habilidad continuaba acechando conforme avanzaban los días y por último estaba Alphonso, él último de sus problemas.
La espalda de la rubia chocaba contra la puerta de madera cerrada de su habitación, con los ojos cerrados dejó escapar un gran suspiro, el cual sería sustituido por un pequeño grito al separar sus párpados y encontrarse con una peculiar silueta vagando por su cuarto.
Pequeñas corrientes eléctricas se entrelazan en la palma de su mano, amenazando con atacar— ¿Qué carajo estás haciendo aquí? ¿Acaso tu familia te hizo infiltrarte en nuestra casa?—sus ojos se abrían a más no poder.
—¿Qué? No, no, no, no. —el ruloso negaba agitando sus manos, acercándose a Brangwy, quién detectó el putrefacto olor de inmediato— esto un simple malentendido, pero por favor, por lo que más quieras.. No le cuentes a tus hermanos que me has visto. —recargó su mano sobre una vela encendida por accidente— ¡Mierda! —brincó sobre su lugar, quejándose, para luego sentir como Brangwy lo atacaba con los poderosos rayos de energía que provenían de sus manos.
—Si no me dices qué hacías en la Academia, freiré todo tu cuerpo hasta que te quedes sin vida en un santiamén, ¿entendido? —amenazó con un tono de voz intimidante al Umbrella que colapsaba sobre su alfombra.
—¡Bien, bien! —el hombre sintió alivio al no recibir más choques eléctricos contra su pecho, sin embargo, sentía la dominante mirada de Brangwy sobre él— creo que no nos hemos presentado cómo se debe, soy Klaus, ¿y tu eres...? —esbozó una sonrisa, la cual se cayó en instantes al divisar como la rubia alzaba nuevamente su mano hacia su dirección— una persona a la cual no le agrada las presentaciones, por lo que veo. —.
Klaus Hargreeves se puso de pie, quedando enfrente de una amenazante Brangwy— última advertencia.
—Vine a hablar con mi queridísimo padre. Bueno. No mi padre que es tu padre en esta línea de tiempo. —se sentó en la alfombra beige que decoraba el suelo, dejando caer su espalda en la cama de Brangwy, quién minutos después se sentó junto a él, doblando sus piernas sobre la incómoda superficie—. mi padre que ya no es mi padre, en pocas palabras. —Klaus dió un suspiro, mirando al suelo con una expresión perdida.
—Mierda, ¿estás drogado? —Klaus dejó escapar una breve risa nasal aún sin mirarla— .
—No sabes cuanto quisiera.
Brangwy observaba detenidamente su comportamiento, descartando el posible hecho de que sea un infiltrado más por parte de la Academia Umbrella danzando por la mansión.
El ruloso rió suavemente, cerrando sus ojos con fuerza— Digo, creía que mi padre asesinó a mi verdadera madre, la cual murió antes de que yo naciera, creando así una paradoja que pueda que cause nuestro tercer apocalipsis. Es algo muy agotador. —Brangwy no era capaz de analizar cada palabra que salía de sus labios debido a la velocidad con la que las pronunciaba—. Y estoy aquí, contándole a una extraña chica Sparrow. —sus ojos hicieron contacto visual con los de ella finalmente, expulsando otra risa a la par.
Brangwy esbozó una sonrisa llena de sinceridad, amaba sacar el lado caótico de las personas, por lo que un pensamiento eficaz recorrió su mente.
«A la mierda todo.»
—Brangwy. —Klaus atenuaba sus carcajadas poco a poco, dejando ver una pequeña mueca de confusión en su rostro—. Mi nombre es Brangwy.
Klaus Hargreeves, quién a pesar de formar parte de la academia rival, tenía muchas cosas en común con la rubia. Y es que, ambos necesitaban tomar un prolongado respiro de sus alocadas y disfuncionales familias.
Aquel dúo navegaba entre pequeñas oscuras historias, ya sea de su pasado o presente. Brangwy comenzaba a darse cuenta que los Umbrella eran personas muy liberales, la razón era por el simple hecho de que no se llegaban a tolerar del todo, vertiendo así, confianza en ajenas personas que llegasen a sus vidas.
La pequeña y rubia chica estaba por morirse de las ganas de revelarse una vez más, oía detenidamente las frases que empleaba Klaus, indagando entre varios temas de conversación, hasta que por fin había dado en el blanco.
—Para mi padre siempre he sido un tonto fracasado encerrado en un mausoleo durante toda su infancia. —relataba el ruloso mientras jugaba con la suave y peluda esquina de la alfombra blanca— un tonto desastre que siempre está al borde de la muerte y se regenera como si nada hubiese sucedido.
Klaus tenía la mirada perdida, la tristeza y melancolía invadía sus cuerdas vocales. Pero por otro lado, estaba Brangwy cabizbaja, jugando con el prendedor de plata en forma de gorrión que adornaba su blusa de encaje negro.
Se quedó callada.
—No dejas de ser la oveja caótica en un grupo de idiotas que esperan lo mejor de ti y tu solo quieres que todo se vaya al carajo.. —soltó despreocupado. La rubia asintió.
—O simplemente joder tu vida en un abrir y cerrar de ojos por un capricho que no habría valdrido la pena. —ladeo su cabeza levemente, mirando un punto fijo— Y que de repente seas la única preadolescente rodeada de imbéciles que doblan tu edad y que esperen que actúes como adulta para complacerlos y no ser una rechazada social.
—¡Hey! ¿lo estás viendo? —Brangwy dirigió su mirada hacia Klaus, observandolo con el ceño fruncido— ¡Finalmente te liberas, pequeña fiera! —ambos rieron, llenando la habitación de una extraordinaria mezcla entre lamentos, risas, llantos y quejidos.
Cuando aquellos sonidos disminuyeron un silencio se plasmaba sobre el ambiente, regresando rápidamente con diferentes temas de conversación poco interesantes.
Klaus tomó un poco de aire, esbozando una sonrisa— ¡Oh, ya sé, ya sé! ¿Mademoiselle tiene novio? —inquirió divertido pero la sorpresa invadió su alegre rostro cuando Brangwy negó con la cabeza— En ese caso, tienes suerte, bebé. Soy todo un cupido. —comentó inspirado con una mano en su pecho y la otra en el hombro de la rubia, quien se volvió a negar ante la idea.
—¡No, no! —se puso de pie, dejando a Klaus con un leve puchero de cachorro regañado en el suelo— no tengo tiempo para chicos inmaduros, además, la academia es todo lo que conozco. —comentó la chica observando el reloj que colgaba en su pared.
—Tengo un candidato. ¡Piensalo! —dijo el ruloso ignorando completamente sus palabras. Brangwy rodó los ojos al pensar en quién podría ser.
Antes de que Brangwy pudiera oponerse rotundamente, el ruidoso y molesto sonido de la alerta de misiones irrumpió por todos los rincones de la academia. Había llegado el momento. La chica soltó una no tan escandalosa risa al ver como su nuevo amigo se tapaba los oídos con ambas manos.
—Solo prometeme que ellos no se enterarán que estuve aquí. —.
—Vete antes de que destrocemos a tu estúpida familia. —.
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