𝐓𝐇𝐄 𝐄𝐍𝐃.
・ . ° · 𝖇𝖗𝖆𝖓𝖌𝖌𝖜𝖞 . . !
👁️ · .° chapter 𝙩𝙝𝙞𝙧𝙩𝙮-𝙛𝙤𝙪𝙧.. ✦ ❝ die to reborn ❞
𝔣𝔦𝔳𝔢 𝔥𝔞𝔯𝔤𝔯𝔢𝔢𝔳𝔢𝔰 𝔣𝔞𝔫𝔣𝔦𝔠𝔱𝔦𝔬𝔫 ❜ 🌬️ © 𝗐𝗋𝗂𝗍𝗍𝖾𝗇 𝖻𝗒 𝗆𝖾𝗅 . .
𝐁𝐑𝐀𝐍𝐆𝐖𝐘 𝐂𝐎𝐍𝐓𝐄𝐌𝐏𝐋𝐀𝐁𝐀 𝐀𝐐𝐔𝐄𝐋𝐋𝐀 𝐈𝐌𝐀𝐆𝐄𝐍 𝐃𝐄𝐋 𝐊𝐔𝐆𝐄𝐋𝐁𝐋𝐈𝐓𝐙 pintada en un cuadro lleno de delicados detalles pintorescos y a su vez demolientes. Observaba con majestuosidad dicho cuadro, aquella obra creada por ella misma que captaba su esencia poderosa.
Miles de nostálgicos recuerdos invadieron su mente, al fin y al cabo, había dejado su pequeño grano de arena en el mundo.
Por otro lado, observaba de reojo como Cinco conversaba con un rostro algo impaciente con una versión de él mismo.
—Te sorprendería lo mucho que tardaron algunos en descifrar el sistema del metro —explicó su doppelganger mientras bebía un sorbo de su taza de café. Brangwy se sentó frente a él, quedando al lado de Cinco, su Cinco—. Somos tú, pero de otras líneas temporales. Muchos ya renunciamos a resolver el problema.
Brangwy y el pelinegro cruzaron miradas desconcertados— ¿qué problema?
Su doble hizo una breve pausa mientras comía su sándwich.
—La línea de tiempo fragmentada. Solo debe existir una.
La rubia entendía cada vez menos las palabras que salían de los labios de la otra versión del ojiverde frente a ella. Se sentía irritada al estar en un lugar lleno de cientos de dobles de su novio.
—Esto que ustedes ven, ¿les parece normal? —señaló el lugar repleto de los doppelgangers desplazarse por el interior de la cálida gasolinera—. ¿Crees que Einstein tenía esto en mente al pensar en la relatividad? Ni de broma, le habría estallado la mente.
Antes de que Cinco pudiera responder con su entrecejo fruncido, Brangwy intervino rápidamente— Pero, ¿qué fragmentó la línea de tiempo original?
—La pregunta sería "¿quiénes?" y solo porque tú lo preguntas, te daré tres oportunidades para adivinarlo. —levantó tres de sus dedos con su mano desocupada, obsequiandole una sonrisa divertida.
El sonido de la campanilla del mostrador retumbó por breves instantes cuando otra de las versiones de Cinco la tocó— ¡nosotros!
—¿Por qué siempre arruinas todo, Cinco cocinero? —exclamó el doble frente a la rubia, mientras que el pelinegro que había tocado la campanilla solo alzó sus brazos con una sonrisa sin mostrar sus dientes.
—Por "nosotros", ¿se refiere a la familia? ¿Mis hermanos? —cuestionó en un susurro lleno de confusión Número Cinco.
—Los imbéciles, sí —aclaró la otra versión de él con su taza de café negro en su mano—. Todo iba perfecto hasta que aparecimos en escena y ¡bum! Caos. Un número infinito de líneas de tiempo envueltas en un bucle infinito temporal. Y tratamos de salvar el mundo... —asomó su cabeza con intriga hacia la otra mesa, donde se hallaba otro doble de Cinco con un periódico—. ¿Cuántas veces van ya?
Brangwy alzó sus cejas ante su respuesta, había salvado al mundo 145 412 veces— mierda...
—Oh, supongo que ya observaste los cuadros —la pareja de jóvenes dirigieron sus miradas hacia la pared de la cafetería, donde se encontraban pinturas de diferentes tamaños de las cuales Brangwy solo pudo reconocer algunas—. Las mil maneras diferentes en las que le hicimos "kabum" al universo. Y eso, te incluye a ti, blonde.
Brangwy frunció el entrecejo confundida, sin entender a lo que se refería— ¿qué...? ¿A qué te refieres con eso?
—Bueno, comencemos con que eres producto de la línea de tiempo deteriorada —la rubia depositó su atención en cada palabra que fundamentaba la explicación del ojiverde frente a ella—. Reginald no te adoptó en la línea de tiempo original, no obstante, cuando la Academia Umbrella viajó hasta Dallas influenció en las futuras decisiones de papá, por lo que en lugar de adoptarlos, formó la Academia Sparrow. Algo que definitivamente no debía suceder.
—Detente un segundo, ¿dices que no debería existir? —cuestionó Brangwy tratando de procesar la información que se presentaba como bandeja de plata frente a ella.
—Incorrecto, existías en la línea de tiempo original como una de los cuarenta y tres niños que nacieron el 1 de octubre de 1989. Eras una persona común y corriente, a excepción de tus poderes, claro está —explicó realizando ademanes con sus manos—. Sin embargo, en todas las líneas temporales que conociste a los Umbrella, has sido la causa del apocalipsis. Un ejemplo bastante claro es el...
—Kugelblitz —intervino mientras las piezas de aquél enigmático rompecabezas encajaban a la perfección—. Carajo. Escucha, necesito que me expliques como era mi vida en esa línea temporal.
—No lo recuerdo muy bien, pero en tu destino siempre apareció un teatro galés de mala muerte.
Brangwy ahogó un jadeo, sus ojos hicieron contacto con los de Cinco inmediatamente, quién mantenía su entrecejo con preocupación.
—Eso es lo que Ben trató de mostrarme. La línea de tiempo original —esta vez se dirigió hacia el doppelganger con intriga y expectación mientras colocaba sus manos sobre la mesa—. Debemos encontrar la manera de resolver esto.
—Ya lo intentamos, créeme. Por eso uno de nosotros creó La Comisión —explicó señalando a su alrededor—, para deshacer las líneas de tiempo alternas y volver a la original. Pero es imposible porque...
Número Cinco bajó su mirada pensativo— la familia es el problema, condenada a salvar o destruir el mundo una y otra vez hasta el infinito.
—Bingo.
La rubia observó con nerviosismo al ojiverde, sintiendo miedo de lo que saldría de sus labios.
—Debemos volver con nuestra familia y evitar que esto siga pasando.
Un aura resplandeciente color morado iluminó el gran salón donde se encontraban las ruinas de la academia. La pareja de jóvenes se tambalearon por unos cuantos segundos, percatándose de las miradas llenas de preocupación de los Hargreeves.
—¿Por qué regresaron? El panorama es desolador. —inquirió Luther en un susurro atemorizado.
—No planeaba hacerlo —el pelinegro contempló a Brangwy con tristeza—. Al menos no por mi cuenta. Pero tuve una larga y reveladora conversación conmigo mismo.
Los hermanos los observaron desconcertados, sin entender a lo que se referían.
—Todo lo que sucede es nuestra culpa. —soltó Número Cinco bajo el ambiente agobiante que se formaba en su entorno.
Diego lo contempló con irritación— ¿quieres explayarte?
—El Marigold que infectó a nuestras madres e hizo que naciéramos... —comenzó a explicar con calma—, tuvo un efecto secundario inesperado. Desgarró la línea temporal. La fragmentó en infinitas líneas de tiempo y realidades alternativas.
—Al parecer, comenzaron a entrelazarse. —concluyó Brangwy pasando saliva mientras sentía sus manos temblar—. por eso los Guardianes encontraron los artefactos.
Un pequeño silencio sepulcral y tempestuoso los invadío por unos cuantos segundos, hasta que Lila decidió hablar tras observar de reojo a su familia que se encontraba en el vestíbulo de lo que solía ser alguna vez la gran mansión de la Academia Sparrow, la misma que solía ser alguna vez la Academia Umbrella.
—Mierda, o sea que Jean y Gene tenían razón. Sus visiones de otras líneas temporales eran reales.
Número Cinco suspiró pesadamente.
—Debemos volver a la línea de tiempo original —la rubia lo contempló resignada y con una mirada vacía, ambos lucían agotados—. Antes de que las demás se crearan.
—Esperen, esperen —interrumpió Klaus con desesperación—. ¿Soy el único que está muy pero muy desconcertado?
Brangwy resopló mientras sentía como el miedo la invadía— Ben trató de mostrarme la línea de tiempo original. Cuando estábamos en la tienda, mientras intentaba extraer el Durango de su cuerpo, una visión recorrió mi mente de manera fugaz. Él intentó mostrarme todo.
—También intentó asesinarte. —recordó Allison con dificultad, estaba recostada sobre uno de los sillones polvorientos a la par que de su nariz salía sangre.
—Pero no lo hizo —intervino Brangwy nuevamente—. Me empujó para salvarme. Intentó decirme que la purga no es algo malo. Que es nuestro ticket de la libertad.
Luther resopló con sarcasmo— ¿estás queriendo decir que esa cosa que destruye la ciudad es algo bueno? —Brangwy estuvo por responder ante su pregunta, sin embargo, la voz de Cinco hizo presencia.
—Hay que hacer que el Marigold de nuestros cuerpos se fusione con el durango de esa cosa.
Todos los Hargreeves lo observaron sin saber qué decir. No estaban listos, el terror comenzó a recorrerlos como un impactante oleaje, uno rudo y cruel.
—Se cancelarán entre sí...
—¿Y qué nos pasará a nosotros? —inquirió Diego a pesar de que muy en el fondo lo sabía a la perfección, solo que no quería enfrentar aquella petición por miedo.
Un silencio nuevamente se instaló en el gran salón en ruinas, los ojos color avellana de Brangwy chocaron con la mirada verdosa de Número Cinco. La vista de la chica comenzó a cristalizarse, sintiendo como su cuerpo temblaba nuevamente.
—Dejaremos de existir como los Hargreeves, tendremos vidas normales con la excepción de que no nos conoceremos y habremos olvidado todo lo que vivimos desde la línea de tiempo original.
Ante el silencio que aún recorría el salón, Klaus resopló devastado— al viejo Klaus le hubiera parecido divertido practicar el harakiri, pero ahora no me atrae tanto la idea de suicidarme, así que no cuenten conmigo.
—De hecho, no es un suicidio. Es peor que eso —explicó Cinco con su voz susurrante—. Nuestros recuerdos se irán y la Academia Umbrella será borrada de la historia.
—¿Y las otras líneas temporales? —inquirió Diego con un hilo de voz.
—Nunca habrán existido —contestó el pelinegro con suavidad—. Nadie recordará nuestro paso por aquí, ni siquiera nosotros.
Los Hargreeves se contemplaron entre sí pensativos y desconcertados. El ambiente comenzaba a envolverlos en un aire sediento de lágrimas y tristeza.
—Si dejamos de existir... ¿qué pasará con nuestras familias?
—No estoy seguro.
Lila y Allison compartieron miradas de incredulidad.
—Cinco, debe haber otra manera...
—No la hay.
Allison comenzó a sentir como su pecho subía y bajaba débilmente, se sentó en el sillón con dificultad mientras negaba con su cabeza. Diego se acercó hacia su esposa con incertidumbre— Lila, ¿y si te llevas a nuestras familias a ese extraño metro? Sálvalos y sálvate tú.
—Todo el Marigold debe ser destruido, Diego —intervino el ojiverde—. Si Lila no está aquí cuando llegue la purga, todo se reiniciará.
—Sí, pero eso lo decide ella, Cinco.
El pelinegro guardó silencio mientras bajaba su cabeza con frustración, por otro lado, Brangwy sintió un nudo en su estómago cuando escuchó la voz de Claire a sus espaldas.
La preadolescente se escabulló entre el salón hasta caer en los brazos de Allison— me quedo con mi mamá —la morena negó mientras sus ojos se cristalizaron—. Me quiero quedar contigo.
—No, tienes que ir con Lila, hija...
—Prefiero morir contigo que olvidarte —su vista se dirigió hacia su tío Klaus y su caótica niñera, Brangwy—, que olvidarlos.
Allison la tomó de su cabeza delicadamente, sollozando— Claire, necesito que vivas, que experimentes todo lo hermoso que este mundo tiene para ofrecerte.
—Los olvidaré, mamá. —soltó la pequeña angustiada.
Klaus se colocó a la altura de ambas chicas, colocando un brazo sobre Claire— hazle caso a tu mamá. Siempre que lo hago, todo termina bien. —la hija de Allison parecía intentar contener el llanto mientras se fundía en un cálido, pero a su vez doloroso abrazo junto a Klaus y Allison.
La pequeña giró su cabeza con dificultad, dejando ver las lágrimas que caían sobre sus mejillas. Observó sollozando a Brangwy, quién mantenía sus ojos cristalizados al verla por última vez. Sin más, Claire extendió su mano hacia ella, invitándola al abrazo.
Sin pensarlo dos veces, la rubia se acercó hacia ella, envolviendo sus brazos sobre su pequeño cuerpo sin poder evitar soltar unas cuantas lágrimas. Ambas se observaron sin separarse por completo.
—¿Hacia dónde correré cuando el monstruo me aceche? —rió con tristeza mientras su vista se nublaba.
—Un relámpago que ilumine el cielo será suficiente para aterrorizarlo —culminó Brangwy mientras sollozaba—. Siempre tendrás una pequeña parte de nosotros aquí. —señaló el pecho de la pequeña, haciendo referencia a su puro e inocente corazón.
—Mi amor, tienes que irte. —soltó Allison con su voz quebrada.
—No quiero, mamá...
Los demás observaban al borde del llanto la escena, hasta que finalmente Lila tomó a la pequeña por los hombros con delicadeza— vamos, Claire, debemos reunir a los demás.
—Lila, espera —la adulta se detuvo en seco ante el llamado de Luther—. Debes quedarte, no arreglarás nada si te vas.
Un profundo silencio invadió el salón, solo se oían los sollozos de Allison con claridad mientras Klaus y Brangwy trataban de calmarla. Sin embargo, la pelinegra realizó caso omiso, teletransportandose junto a su familia y Claire con una sonrisa llena de dolor en sus labios.
—Si puedo.
Cuando el grupo de personas se marchó, Brangwy notó como Cinco observaba con inquietud y su entrecejo fruncido el vestíbulo vacío. Se acercó lentamente hacia él con voz susurrante y en un hilo.
—Debes convencerla.
—No te volveré a dejar sola, blonde...
—Es la única manera de salvar el mundo —sintió sus lágrimas avecinarse nuevamente, por lo que el pelinegro suspiró pesadamente antes de teletransportarse.
Solo debían esperar hasta que llegase la purga.
Brangwy sentía desesperación junto a una mezcla de emociones que no podía descifrar a la perfección. Tan solo de pensar que ya no recordaría cada fragmento de su vida le quebraba el corazón como un delicado cristal, sentía miedo. Estaba aterrorizada de que nada hubiese merecido la pena.
Todavía amaba a Número Cinco, sin embargo, debía resignarse a vivir una vida desde cero junto a él. Su presencia la hacía temblar, solo le dolía el hecho de que terminaran así, infelices y emocionalmente inestables.
Una luz rojiza se reflejaba sobre el rostro de Klaus Hargreeves, quién observaba a través de uno de los vitrales rotos como la grotesca y gigante criatura se dirigía hacia la academia. La ciudad estaba hecha trizas, y Brangwy no dudaba que la gran mansión terminaría de igual manera.
Un aura resplandeciente y color morado iluminó parte del vestíbulo, dándole preámbulo a la bienvenida de Lila y un Número Cinco completamente devastado.
Brangwy solo sentía su cuerpo débil y tembloroso, sorbió su nariz mientras todos se ponían de pie, hasta que un preocupado Luther decidió romper el silencio.
—Entonces... —suspiró profundamente— ¿haremos esto o no?
Los rugidos graves de la gigantesca criatura a las afueras de la academia se oían cada vez más con claridad, provocando que los hermanos se observaran entre sí con inseguridad.
—Será mejor alejarnos.
—Buena idea.
Los Hargreeves se posicionaron en el vestíbulo en ruinas y cubierto en polvo. Aquél vestíbulo donde cayeron por primera vez en la línea de tiempo de la Academia Sparrow, donde debajo de emociones aliviadas se había desarrollado una caótica y destructiva paradoja que buscaba acabar con el universo entero.
Todos formaron un círculo entre el miedo que transmitían.
Un fuerte estruendo retumbó sobre el lugar cuando la grotesca criatura abrió paso entre las vitrinas del gran salón. La purga había llegado, y una oleada de emociones intensas traía con ella.
—Bueno... podríamos ir contando uno por uno cuál fue nuestro momento favorito juntos. —sugirió Luther tratando de alivianar el ambiente bastante tenso que los envolvía, sin embargo, los hermanos guardaron silencio con incredulidad.
—¿Qué?
—Qué pésima idea, por Dios.
—Sí, perdón.
Guardaron silencio nuevamente cuando todos rechazaron la propuesta de Luther, quién bajó su cabeza con resignación.
Después de unos cuantos segundos, la voz de Diego hizo presencia— bien, ¿y qué haremos?
—Supongo que encendernos al extremo. —contestó Número Cinco mientras observaba con un rostro intranquilo a la rubia en medio de él y Viktor.
Todos se contemplaron entre sí con el terror sobre sus hombros y cada uno de sus huesos. De sus pechos, un resplandor brillante brotaba junto a partículas naranjas danzantes. Sus ojos se cerraron al concentrarse al máximo, buscando un punto de relajación más allá de lo neutro.
—Ahora hay que esperar.
Viktor y Brangwy compartieron miradas cristalizadas mientras las lágrimas comenzaban a recorrer sus mejillas nuevamente. Todos observaron con atención como unas fuertes pisadas provenientes de las escaleras se dirigían hacia ellos.
Los inmensos y rojizos tentáculos de la purga rompieron los vidrios de los ventanales con fuerza. Cuando menos se lo esperaban, la gran puerta principal de la academia terminaría quebrándose segundos después de la misma manera.
—Era verdad —soltó Diego cabizbajo mientras su esposa negaba rotundamente con su cabeza—. Te veo, finalmente te veo.
—No quise lastimarte, Diego. —lo observó mientras sollozaba, le extendió su mano, por lo que Diego la agarró con fuerza.
—Ya lo sé.
Por otro lado, la rubia suspiraba pesadamente mientras mantenía su vista al frente, hasta que sintió como sus dedos se entrelazaron con los de cierto pelinegro, su mirada chocó con aquellos ojos verdes que tanto amaba con todo su corazón, cuerpo y alma.
—Lamento que termináramos así, blonde —susurró Cinco con su voz quebrada—. Siempre te agradeceré todos los buenos momentos que pasé a tu lado.
La rubia pasó saliva nerviosamente cuando Cinco besó con delicadeza el dorso de su mano— mi corazón no puede negar que todavía late por tí, sin embargo, mi alma está en paz contigo.
Sonrió entre lágrimas, lo que terminó de romper los sentimientos del pelinegro en millones de pedazos.
Una marea viscosa y rojiza comenzó a descender desde las escaleras con velocidad, lucía como un magma envuelto en lava ardiente. Todos los Hargreeves trataban de regular sus respiraciones sin perder el control.
Klaus rió nervioso cuando el magma comenzaba a encarcelarlos, envolviendo sus cuerpos llenos de miedo.
—No se resistan —indicó Número Cinco observando como la lava rojiza y brillante cubría todo el exterior de la academia—. Dejen que los envuelvan.
—Uh, arde. —siseó Klaus con una sonrisa entre lágrimas.
—Lo sé hermano —Luther colocó una mano en su hombro mientras una sonrisa llena de dolor se pintaba en sus labios—. Aguanta, ¿sí? Ya pronto acabará.
—No tengas miedo, Brangwy —susurró Viktor al notar como la rubia se encontraba al borde del colapso, ella trató de obsequiarle una sonrisa reluciente mientras calmaba el vaivén de su pecho.
Bajando su ritmo, el magma viscoso trepaba entre sus piernas, inmovilizándolos completamente. Soltaban quejidos de dolor hasta que, resignados, se dejaron llevar mientras la brillante lava los envolvía.
Lila rió entre sollozos— gracias por aceptarme en su loca familia.
Todos lograron reír a pesar de que sus cuerpos desaparecían con velocidad.
—En serio los extrañaré, chicos.
—Me alegra que estemos juntos hasta el final. —susurró Viktor débilmente.
Brangwy observó el techo con una sonrisa mientras dejaba sus lágrimas caer— en ustedes encontré una verdadera familia, gracias por querer salvarme en todos los tiempos difíciles que pasamos juntos. En ustedes encontré estabilidad y un refugio ante la crueldad que dejaron las marcas de mi pasado. Gracias, Academia Umbrella.
—Tal vez volvamos a encontrarnos... —dijo Allison sorbiendo su nariz, aquella brillante lava ya había alcanzado sus pechos.
—Eso me gustaría. —finalizó Número Cinco con dificultad cuando el magma rojizo alcanzó su garganta.
—Solo quiero decir que los amo a todos —Klaus estaba lleno de lágrimas, sin embargo, aún mantenía esa inigualable chispa hasta el último momento—. Pero son siete tarados.
Lila rió antes de que el brillante y rojizo magma cubriera su cabeza por completo— púdrete.
Sus risas fueron silenciadas por la viscosa lava que envolvió sus cuerpos por completo. Ya no quedaba rastro de ellos.
Lo último que retumbó sobre los oídos de Brangwy fue un zumbido enigmático y recuerdos fugaces de su vida dentro de la Academia Sparrow.
"¿Quién es en realidad Brangwy Hargreeves?"
—Buena pregunta, diría que soy la mejor entre todos estos idiotas, pero cambiaría el apodo de "asesina" por uno mucho más bonito —.
—Brangwy, ¿no te das cuenta? te esperaría todo lo que sea necesario —suplicó una vez más, tomándola de las manos, ella solo negaba con la cabeza.
—Alphonso, somos muy jóvenes aún, y... ¿Cuándo nos libraremos de papá? —.
—Siempre te perdonaré, idiota —mostró una sonrisa de dientes mientras se quebraba en lágrimas—. Te amo, Ben. Eres lo único que me queda, déjame salvarte...
—Oh, ¿ya los presenté? —los adolescentes frunciendo levemente el entrecejo.— Brangwy, Cinco. Cinco, Brangwy. —los señaló. El adolescente cortó el contacto visual profundo con la rubia.
—Klaus, vi a mi futuro yo morir. No estoy en condiciones de conocer gente —.
La cera de una vela se iba derritiendo conforme su llama crecía cada momento. El resplandor del brillante fuego inundó la vista de Brangwy, hasta cegarla completamente y que se perdiera entre el limbo de la muerte, una que aceptó después de todo.
THE END.
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