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Chapter Nineteen | El Demonio que jamás murió.
Estaba con las manos enterradas en la nieve, podía sentir como se derretía entre mis dedos, el calor que recorría por mi cuerpo debido a la ira era demasiado. En la posición que estaba, no era porque yo quisiera; era amenazado por la espada de Ra's. Luthor apareció y se colocó junto al cuerpo de su hija. Se arrodilló y atrajo su cuerpo hacia él.
Parecía está desconcertado, como si no supiera la razón por la que ella estaba desvaneciéndose en sus brazos. Hasta que, en sus ojos se vio que había descubierto algo. Él acercó su rostro a la frente de Rylie depositándole un beso en ella. La volvió a recostar en el suelo y se levantó.
—Todo este tiempo —escupió. —Todo este maldito tiempo me has tenido bajo tu control ¿cierto?
Ra's permaneció inexpresivo, calmo e indiferente.
—¡¿CIERTO?! —rugió Lex con la rabia pintada en su rostro que puedo jurar haber visto por primera vez la verdad ante mis ojos. Él arrancó algo detrás de su cuello y lo aventó en la nieve delante de nosotros. —Control mental, ja —empezó a reírse irónicamente —No podía esperar menos de ti, Cabeza de Demonio.
Ra's había bajado la espalda junto con su atención hacia mí. Me escabullí ágilmente para acercarme al cuerpo de Rylie. Seguía desangrándose podía ver que aún su pecho subía y bajaba levemente. La tomé rápidamente y cuando su cuerpo encontró contacto con mis brazos pude sentir lo fría que estaba y que estaba desvaneciendo delante de mí.
Le susurraba que estaría bien, que su sufrimiento sería pasajero. Ella no abrió los ojos pero se aferró a mí firmemente. Sacó las pocas fuerzas de su cuerpo para decir:
No me sueltes.
Sólo hizo que la mantuviera de cerca de mi cuerpo para darle calor y evitar que se desvaneciera pero sabía que era imposible con la gravedad de la herida.
—...todo este tiempo que estuvimos de alianza me tuviste como tú marioneta e hiciste que metiera a mi hija en esto. Podré no haber sido el mejor padre pero quería lo mejor para ella, y ahora está muriendo gracias a ti.
Mientras que conversaban, yo pude ver como una nave familiar aterrizo a lo lejos. Pude ver que se trataba de Alfred subiendo a los chicos y a mi padre, pero mi padre se negaba a entrar a la nave.
—Toda guerra tiene sus consecuencias así como sus beneficios —dijo el Demonio. —Tú tenías la tecnología que yo necesitaba en mi poder y a un arma Krytoniana que necesitaba ser moldeada, y tu eras el único en poder hacerlo. Sólo que había un detalle: a pesar de los años de entrenamiento para ser la perfecta asesina, ella estaba muy consciente de lo malo y lo bueno, y su moral e hipocresía nos traicionó.
—Lo que quieres tu es una Tercera Guerra Mundial. Exterminar a todo ser que sea para ti una abominación. Tal como lo hizo Hitler. —masculló Luthor. —Lo peor de todo es que no quieres un bien común, sólo un bien para ti.
—«La vida no perdona la debilidad.» —replicó Ra's. Sabía de donde venía esa frase. —Hombres como Hitler querían un bien común, especialmente para su nación. La única forma de lograrlo es deshaciéndose de las pestes que puede haber en este mundo tan bello. No me malinterpretes, soy amante de la humanidad, pero hay personas que no se han ganado ser llamados "humanos". Yo pude conocer a Adolf, un hombre al cual apoyé su causa. Es una lastima que nadie pueda culminar su tarea, pero creo yo soy el indicado de reiniciar lo que él nos dejó, y esta vez no será porque una raza sea mejor que otra, no, eso era absurdo. Mi motivación es acabar con los seres que no aprenden a respetar a la madre naturaleza, sufrirán lo que este planeta a sufrido. Es un bien común.
—¿A qué costo? —rugió Luthor —¿Acaso tampoco no te importa la vida de tú nieto?
—Él tal como tu y tú hija me ha traicionado, pero eso se puede arreglar con un reinicio y control sobre ustedes. —Ra's se acercó a Lex firmemente, inclinándose un poco para susurrar —Aún hay oportunidad de que salves a tú hija, acepta estar conmigo nuevamente sin control alguno y tú hija seguirá viva.
De repente, Rylie abrió los ojos, lucía fatal pero eso no evitó que me dedicara una sonrisa algo temblorosa. Empezó a buscar mi mano, la ayudé y entrelacé mi mano con la de ella, la apretó fuertemente. En mi vida había matado a miles de personas en nombre de mi abuelo y nunca sentí lastima o remordimiento pero ver a Rylie yéndose me estaba devastando, sabía que la hora había llegado y unas cuantas lágrimas se resbalaron por mis mejillas. Ella levantó su mano y la colocó en mi mejilla, yo la tomé nuevamente apretando los ojos, no quería verla irse. Supe que lo peor había llegado cuando su cuerpo se relajó y su mano se sostenía sólo por el agarré de mi mano.
No pude contenerme en soltar sollozos y abrazarla. No podía detener lo inevitable.
La recosté en la fría nieve, me descolgué el restó de capa que me sobraba y la coloqué en el cuerpo ya inerte de Rylie.
Ra's y Luthor se percataron. Pude ver lo afectado que estaba Lex, pero de alguna parte, él sacó fuerzas para responderle a Ra's.
—Mi hija se ha ido, Ra's. No me importa si me ofreces que la revivirás en el Pozo de Lázaro. No quiero nada proveniente de ti. —vociferó —¿SABES LO QUE QUERÍA PARA ELLA? Qué fuera mejor que yo, que Superman y que otro. Quería que fuera una chica normal, pero su procedencia y debido a mis errores no pude dárselo y jamás podré —él sacó un arma de fuego detrás de él y la apuntó directo a Ra's. Yo me incorporé rápidamente, con la vista busqué alguna cosa que me pudiera ayudar para amortiguar esta situación. —Gracias a ti, perdí lo único que me hacía querer intentar ser bueno.
Ra's levantó su katana para atacar con Lex pero yo lo detuve haciendo escudo con una que había encontrado.
—Se acabó, abuelo. —dije —Ya no provoques que esta situación esta situación sea peor.
—Tú no me provoques, Damian.
—Hey, Ra's —habló Luthor —Así como tu decides quien debe de vivir o no, yo decido que tanto como yo tu no mereces vivir.
Alzó el arma al cielo y apuntó a su punto izquierdo. Y sin previó aviso lanzó el misil al cielo.
Vi como todo un ejercito se incorporó detrás de Ra's portando armas de cualquier tipo. Pude divisar que en la fortaleza cercana en la torre había franco tiradores.
—Sí, tienes razón. No mereces vivir.
Me tiré al suelo cubriéndome la cabeza con mis brazos. Oí como los disparos pasaban sobre mí cayendo hacía al blanco que Ra's le había dictado a sus hombres. Cuando todo se tornó en silencio lo único que podía escuchar eran mis latidos a mil por hora rebotando en mis oídos. Con temor, le incorporé nuevamente.
Me volteé y encontré el cuerpo de Luthor en suelo que había sido masacrado sin piedad.
Esto ya había ido demasiado lejos y debía empezar a temer por mi vida.
Empuñe mi katana apuntando a Ra's alejándome de él con mi cojera.
—Eso mismo te pasará a ti si no vienes conmigo.
—¡DAMIAN! —era la voz de mi padre. Pude verlo correr hacía nosotros.
—Acaben con él. —ordenó sin apartar la mirada de mí.
Sus hombres salieron a embestir a mi padre.
—¡No! —le grité e iba contra él, pero en eso, un estruendo se escuchó entre las montañas.
Todos voltearon a ver a esa dirección, a la dirección donde Lex había disparado. Hubo otro y uno más. Se empezaron a formar nubes en esas montañas, hasta que hizo clara la situación. Lex había tenido un motivo para "fallar" su disparo. Lo que había provocado era una avalancha.
Venía a toda velocidad, los hombres de Ra's empezaron a correr en direcciones contrarias a la avalancha dejando a un lado la orden de su amo. Divisé a mi padre, estaba decido a correr hacia él hasta donde la capacidad de mi pie podía pero Ra's me tomó de mis prendas regresándome con él.
—Tu no te vas a ningún lado, bastardo. —gruñó Ra's. Con un golpe con el mango de la katana hice que soltara. Intenté correr pero me iba rebanar con su espalda, yo como modo de defensa empuñé le arma colocándola enfrente de mi como escudo apagando el ataque. —Ganas de matarte no me saltan.
—Pues ¿qué esperas, fósil? ¡Mátame! —vociferé —A menos que la avalancha te maté a ti primero.
Eso sólo hizo que se enfureciera más. La avalancha se acercaba más a nosotros, y no podía quedarme allí peleado, pero el hombre quería pelear. Tomó su espalda y empezó a atacar, de izquierda a derecha. Los sonidos de ambas katanas resonaban en el lugar y la avalancha ya estaba a punto de tragarnos.
En un acto rápido, busque un lugar donde poder resistir las olas de nieve, pero no había sido rápido; mientras seguíamos luchando la nieve nos atrapó. Íbamos como hombres caídos en el agua. Intentaba no hundirme entre ella y seguir buscando un lugar donde sostenerme. Miraba para todas partes frenéticamente y por ningún lado veía a mi padre o a Ra's. El trayecto se estaba volviendo cada vez más corto cuando caí en cuenta que había un gran abismo enfrente.
Con desesperación, intentaba anclar mi katana en alguna parte de lo que creía que estaba el suelo pero no había forma, la nieve era demasiada y nos estaba llevando al abismo. Mi corazón se aceleró a mil por hora, sentía como rebotaba en mi pecho frenéticamente que sentía que en algún momento iba a salir de mi pecho. No iba a rendirme, iba encontrar un punto de anclaje.
Nunca había sentido el miedo como en ese momento, la caída estaba a la vuelta de la esquina y tenía que encontrar una solución hasta que se me ocurrió rapido. Deje de luchar contra la nieve y dejarme caer, preparé nuevamente mi katana y antes que me apartara demasiado de la orilla clavé la espada en la grieta de la roca.
Tuve que obligar a mis brazos a soportar el peso de la nieve cayendo y mi peso en conjunto.
—No te sueltes. No te sueltes. —mascullaba —No te sueltes, Damian, maldita sea.
La nieve no dejaba de caer, y en ella llevaba muchas más cosas que solo nieve; restos de arboles, piedras y quién sabe que más.
Hasta que finalmente cesó. Estaba todo en silencio y frío. Tenía que irme y buscar a mi padre. Tomé aire y me balanceé para tomar impulso hasta el momento que me sintiera listo. Finalmente me solté con impulso sin dejar mi arma dando una vuelta en el aire para caer nuevamente en tierra firme, pero de la nada algo se estrelló contra mi cara haciendo que me desplomara en el suelo.
—Si creías que podrías librarte de mi, estabas equivocado. —no podía que Ra's siguiera vivo, después de esa avalancha y la caída al abismo era imposible. —Te llevaré conmigo y no me importa si es llevarte vivo o muerto. Ya me da igual.
Estaba con sus vestiduras algo rasgadas, desalineado y furioso.
—¡NO ENTIENDO QUÉ DIABLOS QUIERES DE MÍ! Tienes a mi madre y a tus hijas —vociferé levantándome mientras me limpiaba mi corte en la boca —Ellas te pueden dar el heredero que tanto deseas y mejor que yo.
—¡Eso tomaría años de entrenamiento, aprendizaje y habilidades que yo tendría que implantarles! —pausó para verme y bajar su arma —Pero tu, tu estás listo y teniendo las enseñanzas nuevas del Detective te vuelve aún mejor, esa es mi razón por la que quiero que estés conmigo, pero si no me dejas, tendré que llevar tu cabeza al Pozo de Lázaro.
—Y seguiré negándome, no formaré parte de tu exterminación. —coloqué mi katana enfrente mía —Lo siento, abuelo. El apocalipsis está cerrado hasta que yo lo diga.
Él lanzó un alarido de ira y me embistió. Yo movía mi arma parando sus ataques lo más ágil posible, él iba decidido a matar. Se movía a tal cual ninja y yo tenía que hacer lo mismo, esquivando y atacando.
Tenía que encontrar su punto débil para poder pararlo.
Le di una paliza con una patada en la cabeza, luego una en la espinilla pensando que él caería pero fue más listo y utilizó mi punto débil en ese momento. Atinándole a mi pierna herida, hizo que me cayera en el suelo, pero supe reaccionar antes que se abalanzara sobre mi, con un movimiento hice que me posicionara detrás de él para darle un fuerte golpe en el centro de la espalda pero no dio resultado. Estaba a punto de voltearse y atacarme pero fui contra él subiéndome sobre su espalda y enrollando mis piernas alrededor de su cuello en intento de derribarlo. Por fortuna, usando todas mis fuerzas pude derribarlo llevándolo hacía atrás.
Pensé que ya lo tenía hasta que él le atinó darme un fuerte golpe en la mandíbula que pude sentir el sabor de la sangre en ella. Me incorporé de nuevo, él atacaba con su arma a diestra y siniestra, sin piedad. No tenía opción que retroceder y evitar los ataques con la katana hasta que ya no pude más y me desplomé en el suelo. El dolor de mi tobillo ya era demasiado insoportable para mí que se me era imposible permanecer más tiempo de pie.
—Finalmente. —masculló —No sigas insistiendo, Ibn al Xu'ffasch. Ríndete ante mí, acepta tu derrota y únete a mí.
No quería responder, estaba demasiado adolorido.
—Obviamente te negaras. —prosiguió —A estas alturas ya sólo me sirves muerto. El Pozo hará todo lo que necesito en ti.
Alzó su espada sobre él y apuntó a mi dirección.
—Nos vemos en el otro lado, querido nieto.
Sabía que tenía que hacer; apreté mis ojos y escuché como la espada atravesó el cuerpo y suelo un sonido en seco.
Cuando los abrí nuevamente, me hallaba sobre Ra's, empuñando la espada clavada en él, directamente en su corazón. Sus ojos miraban a la nada, apagados y sin vida.
Yo estaba entrando en shock.
Me aparté rápidamente, miré mis manos, miré mi traje y estaban cubiertos en sangre. Mis piernas flaquearon, y estando en el suelo, cerré mis puños y lancé un alarido con todo el poder que mis pulmones tenían.
Y no, no era un grito de dolor físico, era de dolor emocional.
Había pasado por tanto que necesitaba sacar todo lo malo, incluyendo el dolor que sentía por la muerte de Rylie y ahora la de mi abuelo, que a pesar de lo inhumano que era, seguía siendo mi abuelo.
Mi grito rasgaba mi garganta pero quería sacar todo dentro de mí que, hasta las corrientes de mis lágrimas quemaban mi cara.
Finalmente, la era de Ra's Al Ghul había acabado.
El Demonio que jamás murió había muerto ese día, para siempre.
***
Después de varios meses sin actualizar (lo lamento, en serio),
pero siempre como recompensa los hago largos. <3
Ha llegado el capítulo más importante de todo el fic y vaya que me había preparado
para este momento ya hace tiempo. Desde aquí empezamos con cambios significativos, más relajados y la cuenta regresiva de los capítulos que nos quedan :(
Espero que lo hayan disfrutado.
¿Qué les pareció?
Agradezco a todos los que se han mantenido en el fic a pesar de no actualizarlo seguido, su paciencia en mí significa mucho y me da entender que les gusta la historia de nuestro pequeño ya no tan pequeño ex asesino.
Gracias por leer <3
Con amor, Damian y yo, ah.
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