Chapter five | Las paredes hablan.
Seguía sin poder créelo, creo que mi boca estaba a solo un centímetro de tocar el suelo.
Jon parecía estar en el mismo trance que yo, no fue hasta un chico de cabellos rojos y embarrotado de pecas le chasqueó los dedos en frente de la cara.
—Hey, enamorados. Dejen de mirarse así, están dando un poco de miedo —dijo.
Agité la cabeza y me miré a Rylie, ella lucia confundida, al igual que el chico pelirrojo y una chica que no tenía ni idea quien era.
—¿Ya se conocían? —preguntó la rubia.
—Pff ¿Qué? —exclamamos al unísono —Si...
***
Ya me encontraba sentado entre Jon y el chico pelirrojo, enfrente mía se encontraba Rylie hablando con la otra chica. Esta era la oportunidad perfecta para saber por qué demonios estaba mini-calzoncillos rojos estaba aquí.
—¡¿Qué diablos haces aquí, Kent? —exclamé en un susurro —¿No se supone que estarías en Metropolis?
—¡Lo mismo me pregunto yo! —exclamó de la misma forma —Vine junto con Colin por la beca Wayne.
—¿Colin? —me gire a ver al chico, este hizo una señal de saludo. —Creo que recuerdo quién eres. Eres uno de los niños huérfanos.
—Si, viejo, pero no debes hacer que todos se enteren —gruñó el chico zanahoria.
—Ambos llegamos porque tu padre nos dio una beca, mi papá está realmente agradecido —dijo Kent con una sonrisa.
—¿Y te sientas con los mayores? —pregunté.
—Genial ¿no? —dijo con gran orgullo, con lo que respondí bufido. Entonces volví la mirada a Rylie, se miraba muy linda sonriendo y hablando quien sabe que con su amiga. Entonces, recordé lo que había dicho Hammer de ella: ella era hija de Lex Luthor.
A decir verdad, no lucía como la hija de Luthor, en nada. Tuve curiosidad, quería preguntarle sobre eso y si realmente era verdad, pero primero le iba a preguntar a dos fuentes, no sé si confiables, pero que llevaban más tiempo que yo.
—¿Es eso verdad que ella es hija del mismísimo Lex Luthor? —pregunté sin dejarla de ver.
—Ha habido muchos rumores sobre eso, pero Hammer no dice detalles sobre eso —contestó Colin.
—¡Mi Kripto...! —estuvo a punto de delatarse Jon cuando me volteé a él abruptamente y lo miré con dureza —Es decir... mis... mis papitas fritas, yumi.
Jon empezó a comer con el ceño fruncido sus papitas fritas.
Menso.
—¿Acaso te gusta? —preguntó Colin de repente.
—¿Jon? —pregunté indignado. El chico estalló en una carcajada.
—No, Wayne. Aunque pensándolo bien no me sorprendería —bromeó —Hablaba de la hermosa rubia llamada Luthor.
Titubeé un segundo, si tal vez me gustaba un poco, pero no quería demostrarlo. Damian Wayne jamás se enamora.
—Obvio no. —repliqué cruzándome de brazos —No tengo tiempo para eso.
—Ajá sí, claro. La mayoría de aquí están babeando por ella. —añadió el arqueando la ceja.
—¿Ustedes también? —pregunté temiendo de la respuesta.
—¡Imposible, viejo! —exclamó Jon y después me susurró cerca de la cara —Ya sabes, no somos compatibles.
Rodeé lo ojos. ahora entiendo porque Colin dijo ese comentario sobre nosotros.
—Nop —respondió Colin —pero tienes el camino libre, Wayne.
—Es bueno que se estén llevando bien —habló de repente Rylie con nosotros, a lo que respondimos con una sonrisa algo exagerada. En eso aparece Hammer que se dirigía directamente a nosotros. —Damian, ven.
Me paralicé un segundo, me estaba llamando y me había quedado congelado. Colin me dio un empujoncito para que despertara. Así que reaccioné y me levanté. Colin no le había bastado empujarme una vez, lo volvió a hacerlo mucho más fuerte con uno de sus pies. Como si estuviera diciendo que me apresurara.
Ella me indicó que me sentará con ella e hizo lo que me dijo.
—Hola —fue lo primero que se me vino a la mente. Yo mismo me avergüenzo.
—Hola —dijo ella sin poder ocultar su risa. —Veo que ya los conocías.
—¿Qué? Pfff... no. Nuestros padres han intercambiado palabras, pero nosotros dos no. —dije sintiendo como el calor empezaba a elevarse.
Ella solamente asintió. Luego, tomó mi brazo derecho donde había hecho el tatuaje.
—No te lo has quitado —dijo esbozando una sonrisa.
—No... ¿Por qué me lo quitaría? —dije. Eso sonó mal en tantos los sentidos. Joder.
—Ahora es tu turno —dijo ella —Ya tengo el número de los chicos, solo falta el tuyo.
Ella me entregó su brazo para que escribiera. Sería absurdo y tonto preguntar si podía hacerlo, pero ya me había dado permiso, aunque era extraño escribir un número telefónico en la piel de una persona. Tomé el marcador y empecé a escribir en su brazo.
¿Qué ya no se usa el papel ahora?
—No sabía que eras surdo —dijo ella viéndome escribir.
—En realidad, soy ambidiestro —dije mientras terminaba de escribir. En eso, escuchamos un aclaramiento de voz.
—Señorita, Luthor. Su padre se encuentra aquí, desea hablar con usted. Acompáñeme.
Ella volteó a vernos algo insegura, después la volvió hacía Hammer, se levantó y salió con él.
***
El final del día en la escuela había terminado. al salir, me encontré con Jon, quien no estaban en la misma clase que yo, por ser un poco menor que yo. Por otra parte, Colin estaba en el mismo salón.
En eso, por los pasillos aparece Drake algo apurado y agitado.
—Qué bueno que te encuentro, tengo que entregar un reporte al director Hammer. Dick no tardará en venir, así que adelántate con tus amigos.
—No sé si amigos, sea la palabra correcta —mascullé. —Espera ¿Grayson?
—¡Oye! —exclamó Jon nada contento.
—Si, solo ve a la salida, no tardará, yo llego después y...
—Tim ¿Nos vemos en tu casa para la tarea de Robótica? —alguien había lo había interrumpido y era nadie más y nada menos que la rubia de Brown.
—Si, Steph. Nos vemos después. Tengo que entregar esto a Hammer urgentemente.
—Está bien, nerd —dijo con picardía dándole un golpe en el hombro junto con un beso en la mejilla para luego irse.
Creo que acabo de sentir mi almuerzo en mi boca de nuevo.
—Bien, vayan. —sin más, Red Robin se fue apresuradamente hacía la oficina.
—No sabía que tenías más hermanos —comentó Colin.
—No tienes ni idea —repliqué.
***
Tim estaba cerca de la oficina de Hammer. Se detuvo en seco al ver que salía de ella alguien que jamás estaría aquí. Lex Luthor. Casi se había quedado helado, reaccionó en ese mismo instante y se escondió detrás de una columna.
¿Qué hace Luthor aquí?. Pensó.
Parecía estar entablando una conversación con una niña, sus voces no eran lo suficientemente fuertes, parecía que estuvieran hablando de forma confidencial, pero hubo una parte que empezaron con más claridad que fue suficiente para que Tim escuchara.
—¿Cómo vas con Wayne?
—Nada hasta ahora —respondió la chica, la misma chica que saludó a Damian en el momento que lo encontró. —No he podido hablar con él de... eso.
Él tomó su brazo de forma abrupta.
—Aw, que lindo. Te dio su número. —dijo con voz que no parecía estar del todo contento. —al menos es un paso, pero eres capaz de más. Sácale toda la información que puedas, que me ayude a destruir Industrias Wayne. Pero conociendo a ese idiota, será fácil. Tiene una boca muy floja cuando se trata de hablar de sí mismo. Si es necesario, utiliza la fuerza, usa todos los recursos necesarios para él mismo confiese su doble identidad.
—Pero, padre...
—Cuento contigo, hija. —repitió y ella solo asintió. —No permitiré que me decepciones.
—Como ordenes, padre.
—Esa es mi princesa, ahora vamos a casa. Tenemos mucho que planear.
Tim estuvo conteniendo la respiración durante toda la conversación. Se dio la vuelta hundiéndose más en la esquina de la columna para que no notarán su presencia al pasar.
No podía creer que Luthor estuviera usando a su hija para cumplir sus planes. Una mente retorcida pero ingeniosa. Tenía que informarle a Bruce, sobre todo.
—La primera vez que veo que el demonio tiene corazón y resulta esto. Vaya suerte.
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