𝐎𝐍𝐄

"UN DESASTRE TOTAL"

Sexto año, 1776

GEORGIANA DETESTABA A REGULUS EN ESTOS MOMENTOS, la rubia estaba con el ceño fruncido observando a su mejor amigo hablar con el tan repudiado Black de los últimos años.

Georgiana tenía una sombrilla cubriéndola del sol, si algo detestaba ella más que el desorden era quemarse. Pero si había algo más fuerte que su repulsión por quemarse, era su amor por los hermanos Black.

Cuando observó cómo Regulus y Sirius se sonreían él uno al otro se acercó finalmente a ellos, para ella esas sonrisas querían decir que ya habían terminado de charlar.

—Los detesto tanto por hacerme venir aquí —se quejó Georgiana mientras observaba con cierta repulsión el campo de Quidditch—. ¿Por qué reunirse aquí? ¿Me puedo ir ya?

—Giana, prometiste acompañarme —recordó el chico mientras tomaba la mano de su mejor amiga—. Y dijiste que hablarías con él.

La rubia por su lado bufó y observó con el ceño fruncido al Black frente a ella, quien la observaba con una sonrisa inocente.

—La  decepción de Walburga —espetó la Slytherin mientras decía con burla el nombre de la mujer—. No me escribiste en todo el verano —reprochó ella mientras miraba mal a uno de sus mejores amigos.

—Me disculpo por preocuparte princesa, no creí que te importara tanto.

—¡Por supuesto que lo harías! ¡Somos amigos desde el vientre de nuestras madres!

Walburga Black y Seyra Malfoy se habían convertido en amigas desde una edad bastante temprana, el patrón repitiéndose con sus hijos, quienes justamente habían nacido con tan solo unas horas de diferencia.

Georgiana y Sirius eran ciertamente bastante unidos, e incluso habían pensado en concretar un matrimonio entre ambos, siendo esto ahora poco probable debido al reciente destierro del mayor de los Black.

Además de que Abraxas Malfoy jamás haría algo que perjudicaría a su hija, y si ella le había dicho a los 14 años que no iba a casarse con Sirius, entonces no lo haría.

Quitando el pasado de lado, Sirius abrazó a su mejor amiga y la alzó en el aire, provocando unos gritos de la Malfoy. Cuando la bajó, ella empezó a gritarle muchas cosas, había desordenado su cabello por el viento y las vueltas.

—No vas a vivir para cumplir diecisiete, Sirius Orión Black —amenazó ella mientras sacaba su varita de la túnica. Era más que razonable el ver a Sirius huir no sin antes guiñarle un ojo a los dos slytherin.

Después de un rato,  el dúo caminaba mientras que la rubia despotricaba contra el Black mayor.

—Ya veremos cómo reaccionará cuando su cabello amanezca reseco y grasoso —Regulus sonreía divertido, su mejor amiga no era capaz de matar una mosca y menos sería capaz de lastimar a Sirius—. Escaparse lo volvió más salvaje de lo que ya era.

Regulus ahogó una carcajada, pero no pudo evitar soltar una risita, Georgiana realmente detestaba cuando su cabello se desordenaba.

Bueno, ella detestaba muchas cosas.

—Mira Reggie, si deseas escapar de casa no te vayas con él, puedes vivir conmigo si deseas escaparte, sabes que mi papá te adora —no era para menos, Abraxas Malfoy agradecía que el menor de los Black era un fiel amigo y protector de su hija, la la luz de sus ojos.

—No habrán devoluciones luego —bromeó el chico con una sonrisa.

Se dirigieron a la biblioteca, después de todo debían hacer los deberes que les habían dejado. Tomaron los libros que necesitarían y se pusieron a leer.

—No llevamos ni una semana y ya nos están dejando trabajando —se quejó el Black mientras golpeaba su cabeza contra la mesa en la que se encontraban.

—Debemos estudiar mucho para conseguir excelentes calificaciones. Además de que tú tienes TIMO's este año.

Al ser casi dos años mayor que Regulus, ella ciertamente iba un curso adelante. Había hecho sus TIMO's el año pasado y sacó Extraordinario en todas sus materias.

—Tu eres buena y ni siquiera debes esforzarte —continuó quejándose como niño pequeño.

—Por Salazar, tú también eres igual de bueno, no entiendo de qué te quejas.

Se la pasaron leyendo toda la tarde, y cuando la hora de cenar llegó dejaron los libros donde estaban y se dirigieron al Gran Comedor donde se sentaron al lado de Severus Snape, un amigo de Regulus y conocido de Georgiana, quien se encontraba leyendo.

—¿Es ese un libro de Artes Oscuras? —fue lo primero que preguntó la rubia en cuanto se sentaron con el azabache.

—Buenas noches, Georgiana ¿Qué cómo estoy? Muy bien, gracias por preguntar —respondió él mayor con ironía.

—Tú amigo no me agrada —le dijo la rubia al Black con el ceño fruncido.

—A ti no te agrada nadie —remarcó Severus mientras cambiaba la página del libro.

—Touché —le concedió ella—. Bueno, Severus ¿De qué se trata este libro? —el azabache los miró con duda, cosa que los ofendió—. Querido, nuestras familias tienen miles de estos libros.

—¿Crees que yo aprendí a leer de una manera normal? —continuó Regulus—. Madre probablemente me dió un libro de Artes Oscuras para poder aprender a leer.

El Snape finalmente soltó un suspiro y asintió, les empezó a contar de que trataba el libro, los dos mejores amigos lo escucharon atentamente.

La cena ni siquiera había terminado pero Regulus y Georgiana salieron rumbo a su sala común, e iba a preguntarle algo a su mejor amigo hasta que la tomaron de los hombros, tomándola por sorpresa.

Se trataba de su novio.

—No te he visto en todo el día, querida.

—Estuve ocupada con Reggie, lo estaba ayudando con unas tareas —mintió ella, Aster detestaba con toda su alma a Sirius Black, y Georgiana prefería evitar problemas y conflictos.

—Regulus —saludó el castaño, apenas reparando en su presencia—. ¿Qué te parece si mañana tú y yo tenemos una cita?

—Depende la hora —respondió ella mientras observaba con diversión las muecas que su mejor amigo estaba haciendo.

A Regulus no le agradaba mucho Aster Greengrass, a los ojos de Regulus lo único que le importaba a Aster era su estatus social, sus calificaciones y mantener el puesto como cazador en el equipo de quidditch de Slytherin. Su mejor amiga no era una de las prioridades de Aster, y eso no le parecía.

—¿A qué hora puedes?

—En la mañana —respondió ella—. Durante la tarde Reggie y yo tenemos unos asuntos que atender.

—Bueno, entonces mañana a las ocho tu y yo frente al Lago Negro, un bonito desayuno con una deliciosa tarta de frambuesa ¿Te parece?

—Por supuesto, nos vemos mañana —dejó un casto beso en los labios de su novia, le guiñó un ojo y se dirigió a quien sabe donde.

Cuando el Greengrass estuvo lejos, Georgiana soltó un suspiro sabiendo el sermón que se le venía encima.

—Tu tarta preferida es la de fresa —empezó a decir Regulus—. Giana... no estás enamorada de ese idiota ¿Por qué sigues con él?

—Tú sabes porque —replicó ella mientras continuaba el camino hacia la Sala Común.

—Te he dicho que no importa si estás comprometida o no, mi madre va a obligarme a casarme quiera o no.

—Es injusto —murmuró ella tomando la mano de su mejor amigo—. Ni siquiera has terminado Hogwarts y ya te quieren comprometer con alguien.

—Bueno, me sorprende que tu padre no te esté presionando para comprometerte.

—Ambos sabemos que mi padre aún no me ha concretado un matrimonio con Aster porque no le cae bien y porque espera que tu y yo terminemos juntos.

—Preferiría que te casaras conmigo que con el imbécil de Greengrass —murmuró—. Y se qué una vida a tu lado no será tan miserable.

—¡Oye, yo seré una gran esposa!

—Pobre de aquel que terminé casado contigo, tendrá que escuchar tus quejas sobre tu odio a la humanidad todos los días.

—Te odio.

—Me amas, y yo te amo a ti, no cualquiera te soportaría si ese no fuera el caso —entonces empezó a correr, dejando a su mejor amiga atrás.

—¡Regulus Arcturus Black! —se quejó ella.

—¡Georgiana Seyra Malfoy! —se burló de ella diciendo su nombre completo—. ¡Apresúrate que nos toca patrullar esta noche!

Author's note:

Una introducción sobre la situación :D Aquí se puede notar un poco la personalidad de Giana.

En el siguiente capítulo saldrá mi amado James ;D

Cuídense.

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