NINE

"¿MAL SUEÑO O SOLO UN RECUERDO?"

LA RUBIA SE ENCONTRABA DORMIDA, después de todo apenas iban a ser las cuatro de la madrugada. Pero contrario a las noches anteriores, la rubia estaba teniendo un mal recuerdo.

No entendía el porque, pero Georgiana estaba soñando con el día en el que rompió con Aster Greengrass, específicamente el momento en el que terminaron.

La rubia caminaba con seriedad por los pasillos del castillo, cualquiera que la observaba se apartaba de su camino, pues nadie deseaba caerle mal a Georgiana Malfoy y todos sabían que ella odiaba el contacto físico con aquellos a quienes no consideraba cercanos.

Prueba de ello había sido cuando en segundo año hechizó a un chico de su propia casa que había intentado darle un abrazo, desde ese momento nadie se atrevía a intentar tocarla ni por accidente.

El semblante de Georgiana se volvió más duro cuando encontró a la persona que estaba buscando, su novio estaba con sus compañeros del equipo de quidditch, y fueron ellos quienes se dieron cuenta primero de la rubia.

—Aster —espetó la rubia con frialdad, esos bonitos ojos azules llenos de pura frialdad e indiferencia.

—Mi amor....

—¿Podemos hablar un momento?

—¿Justo ahora? Los chicos y yo-

—Si Aster, ahora —lo interrumpió con un tono que no daba lugar a replicas.

Aster miró a sus amigos, estos se hicieron los locos. Realmente les asustaba Georgiana Malfoy. Y por la cara que tenía no deseaban ser el Greengrass.

Georgiana empezó a caminar hacia el patio, su novio siguiéndola de inmediato.

—¿Sobre qué deseas hablar?

—Se las cosas que has dicho sobre mi, Aster —espetó la rubia una vez se alejaron de todos—. ¿Enserio estás tan enfermo de celos de mis amigos que estás inventando cosas?

—¿Y qué quieres que piense? Tú y yo no pasamos tanto tiempo juntos como antes, ahora te veo más pegada a ese traidor de la sangre y-

—Se llama Sirius, y cuida como hablas de él —le amenazó.

—¿¡Lo ves?! No puedo decir nada de tus amiguitos Black porque ya empiezas a...

—Lo mejor es que terminemos Aster —le interrumpió—. Tus celos injustificados y discusiones por ellos me han cansado, llegué a mi límite.

—¡No son injustificados, se que uno de ellos dos está enamorado de tí, sino es que los dos! —exclamó con el ceño fruncido el Greengras.

—¡¿Y eso qué?! ¡Yo no estoy enamorada de ninguno! —replicó con molestia—. ¡El problema aquí es que no confías en mí!

—¡Si confío! Mi amor.... si confío en tí.

—No lo parece, siempre que escuchas que estuve charlando con Sirius cinco minutoso que Regulus y yo estamos juntos en la biblioteca o en cualquier lado... explotas en celos, estoy cansada de esto.

—Mi amor....

—Y ahora esto... te conté cosas muy personales, cosas que no le he contado a muchas personas, y tu vas y le cuentas a tus amigos.... —su voz se le entrecortó al final.

—Lo lamento tanto...

—¿Enserio lo haces? ¿O solo lo dices para no-

Aster la interrumpió con un beso, uno que por unos instantes ella correspondió, pero luego se separó.

—Espero que encuentres a alguien en quien sí confíes, Aster —con eso ella se alejó de él, esperando que él le diera algún indicio de que iba a cambiar en verdad por ella, que lucharía por ella, pero no fue así.

Aunque Aster no lo notó, la Malfoy se alejó de él con los ojos cristalizados. Pero Georgiana no se permitió llorar hasta que llegó a su habitación la cual por suerte estaba vacía.

En su habitación se permitió admitir ciertas cosas que siempre negó, como el haber amado a Aster Greengrass.

Georgiana sabía que durante el primer año de su relación lo amó, ella jamás hubiera estado con alguien si no tenía al menos una gran confianza y cariño con esa persona, y Aster se había ganado ambas partes.

Claro que los celos enfermizos de Aster y sus peleas por ellos habían empezado a deteriorar su relación, hasta el punto en el que la Malfoy dejó de amarlo, aunque  eso no quitaba el hecho de que Georgiana seguía apreciando mucho al Greengrass.

Era una tonta por eso, pero ya lo había aceptado.


La rubia se despertó con una lágrima cayendo por su mejilla, realmente odiaba ese recuerdo que ocasionalmente se repetía en su mente sin previo aviso.

Se sentó en su cama y observó la habitación, Alecto estaba completamente dormida y sin dar indicios de que iba a despertar pronto.

Decidida se colocó su bata de seda verde y salió de la habitación con mucho cuidado, bajó las escaleras y se sentó en uno de los muebles de la Sala Común.

Aunque su sueño haya sido sobre Aster Greengrass, no dejaba de pensar en James  Potter, ese gryffindor que durante las últimas semanas había empezado a ganarse su confianza y su corazón.

La rubia tenía cierto miedo de como serían las cosas hoy en día. Había estado evitando a James por más de una semana, y aunque se hayan encontrado en el pasillo muchas veces, él tampoco hacía esfuerzo alguno para hablar con ella.

Mientras sobre pensaba todo, las horas pasaron, y cuando menos se lo esperó ya era hora de prepararse para otro día de clases.

Cuando entró de nuevo a su habitación Alecto se encontraba completamente dormida, así que aprovechó y empezó a prepararse.

Al salir de su habitación se encontró con Regulus esperándola en la Sala Común. No le sorprendió, siempre solía hacerlo.

—¿Vamos? —espetó la rubia mientras se colocaba frente a su mejor amigo.

—Buenos días Giana, ¿cómo dormí? Perfectamente, gracias por preguntar —replicó en sarcasmo el Black mientras se levantaba del mueble.

Tu es un enculé —(Eres un bastardo) espetó ella irritada, si no solía dormir bien hablaba en francés.

Regulus la miró indignado, su mejor amiga ciertamente no había tenido una buena noche.

Je suis offensé par vos propos. Vous avez passé une mauvaise nuit ?—(Estoy ofendido por tus palabras ¿Tuviste una mala noche) cuestionó el Black mientras caminaba por los pasillos.

J'ai fait un rêve horrible et je n'ai pas pu dormir après —(Tuve un sueño horrible, no pude dormir después) explicó con la irritación grabada en su tono de voz.

—¿Quién de ustedes está enojado? Solo hablamos en francés cuando uno de nosotros está enojado—habló una tercera voz.

El par se giró hacia la tercera voz, se trataba de Sirius, quien los observaba con cierta preocupación.

—Tuvo una mala noche —explicó Regulus.

—¿Pesadilla?

—Recuerdo —fue la respuesta de la rubia, quien simplemente volvió a caminar hacia el Gran Comedor.

Los hermanos Black habían tenido que aprender francés desde muy pequeños, hubieron muchas ocasiones donde pasaban meses y meses en Francia, logrando así que al hablar inglés tuvieran un extraño acento.

Georgiana por otro lado lo había aprendido porque de pequeña no entendía bien el inglés de sus mejores amigos, así que prefirió aprender francés y así comunicarse.

En el Gran Comedor el dúo se sentó en el mismo lugar de siempre, solo que esta vez su conversación no se trató de su investigación o las clases

—Potter está mirándote, y sin disimulo alguno —espetó el Black en voz baja mientras se empezaba a servir el desayuno.

—¿Crees que debería hablar con él? —cuestionó la rubia con cierta inseguridad.

Se sentía ridícula, ella nunca era insegura ¿Por que él la hacía sentir de esa manera?

—Mira, si vamos a ser objetivos, no creo que sea buena idea que continúes tu amistad con Potter —empezó a decir—. Pero... voy a ser honesto Giana, cuando estás con él.... Brillas más de lo normal, luces genuinamente feliz.

—Creo que él me gusta —aceptó en un susurro.

—Cariño, todos sabemos que él te gusta, solo hacia falta que tú lo notaras —dijo con cierta diversión el Black.

—Pero esto no es como cuando me gustaba Aster, esto es más...

—¿Intenso?

—Si —aceptó ella con una mueca.

—Creo que eso es más que suficiente para que hables con él.

—¿Tú crees?

—Estoy seguro de que si.

—¿Pero y si él no se siente de la misma manera?

—Potter está completamente enamorado de ti, cada vez que te ve parece como si estuviera viendo a la criatura más bella en el mundo.

—Hablaré con él, deséame suerte.

—No la necesitas.

Georgiana le brindó una pequeña sonrisa y entonces se colocó de pie, no le importaba quien la observara, ella estaba decidida a ir a la mesa de los leones y pedirle a James que pudieran hablar.

El problema es que cuando localizo a James, este se encontraba platicando animadamente con nadie más que Lily Evans.

Ciertamente Georgiana no tenía problemas con la pelirroja, siempre han mantenido una rivalidad académica silenciosa, ambas siendo las mejores de sus respectivas casas. Y aunque ninguna lo dijera... ambas deseaban el puesto de Premio Anual.

Pero en esos instantes a Georgiana no le importaba ser Premio Anual, en estos momentos la rubia se sentía como si hubiera perdido una guerra.

La rubia se giró hacia su mejor amigo, quien ya se había colocado de pie e incluso había caminado hacia ella.

—No, no ahora —espetó la rubia mientras dejaba al Black con las palabras en la boca.

Salió del Gran Comedor con mucha prisa, ni siquiera se fijó por donde iba y gracias a eso terminó chocando con alguien.

Era Aster.

Pero Georgiana ni siquiera reparó en él, inclusive el haberlo visto provocó que sintiera cómo sus ojos empezaban a lagrimear.

Debía ir al lugar más privado posible o terminaría llorando frente a un montón de personas.

Y Georgiana Malfoy jamás iba a mostrarse débil ante nadie.

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