THIRTEEN
"MY HERO ACADEMIA: TWO HEROES | PARTE UNO"
MIKOTO Y HANA ESTABAN EMOCIONADAS, después de tanto tiempo por fin podrían volver a ver a dos personas que hace mucho no visitaban.
Antes de que Mikoto iniciara el campamento de la U.A., la familia Toshinori había decidido tomarse unos días libres ¿Y qué mejor que descansar en una isla?
Claro que el patriarca de la familia tenía responsabilidades en esa isla, pero eran detalles menores, finalmente iban a poder convivir como lo merecían.
—¡Nos vamos de vacaciones! ¡Nos vamos de vacaciones! —decían las dos hermanas mientras subían sus maletas al auto.
Las dos hermanas se subieron a la camioneta, ambas charlando sobre todas las actividades que podrían hacer, por su lado Toshinori estaba como conductor y Sarah de copiloto.
Pero no se dirigieron al aeropuerto de inmediato, primero se detuvieron frente a unos apartamentos. Las dos hermanas se miraron con confusión, ninguna comprendía que estaba ocurriendo.
—Papá ¿Por qué estamos...
Su pregunta se respondió por si sola cuando visualizó a Midoriya en la entrada de los apartamentos.
—¿Midoriya-san nos va a acompañar? —cuestionó Mikoto con cierta sorpresa.
—¿Les molesta? —cuestionó el rubio con cierta inseguridad, sus hijas se miraban más serias.
—Nos hubiera gustado que nos dijeras antes —espetó Hani de brazos cruzados—. Pero no nos molesta, según lo que dice Mimi él es bastante agradable.
—Tienen razón, debí haberles comentado sobre mi invitación hacia él, es un viaje familiar y yo estoy mezclando trabajo-
—Está todo bien papá —dijo Mikoto con una pequeña sonrisa—. Las cosas serán más alegres con Midoriya-san aquí.
La azabache bajó la ventana y saludó a su compañero peliverde, quien correspondió el saludo y no tardó en acercarse a la camioneta, Mikoto abrió la puerta y se hizo a un lado.
—Hola Midoriya-san —saludó ella con una sonrisa.
—Hola Toshinori-san —correspondió el saludo.
—Dime Mikoto, aquí todos somos Toshinori y creo que será algo confuso —se rió levemente—. Ella es mi hermana Hani, mi mamá Sarah y bueno, a papá ya lo conoces.
—Oh por Dios —espetó el azabache mirando a Sarah—. U-usted sale en...
—Es un placer conocerte Midoriya Izuku, Yagi y Mikoto hablan bastante sobre tí —espetó la americana mirando al amigo de su hija con una sonrisa amable, el peliverde ni siquiera podía hablar.
—Espero que Mimi se esté comportando bien contigo, suele molestar bastante —bromeó Hani ganándose un golpe de parte de su hermana—. ¿Lo ves? ¡Es una salvaje!
Las hermanas se sometieron a una pelea donde Sarah les decía que dejaran de ser tan infantiles y Yagi solo se reía.
Midoriya por su lado miraba a la familia con una sonrisa, todos eran tan unidos. Por supuesto que All Might iba a tener una familia así de bonita.
En el aeropuerto el peliverde observaba con sorpresa el avión privado de la familia, Mikoto lo sacó de su ensoñación y empezó a hablarle de muchas cosas, Hani también intentando sacar conversación. Los esposos simplemente estaban en su burbuja.
Durante todo el vuelo, mientras estaban despiertos los tres jóvenes comentaban todos los lugares a los que irían, y a Midoriya le pareció un bonito detalle que las hermanas lo hayan incluido en sus planes.
—Mimi tiene su traje de héroe en la maleta ¿Tú también lo trajiste Midoriya-san? —cuestionó Hani mientras comía unas gomitas que su hermana le entregó.
—Si, yo también los traje.
—Izuku-san —espetó Mikoto—. ¿Sabes si alguien más de la escuela vino? Se qué Momo-san y Todoroki-san vendrán, pero no se...
—Yo tampoco sé sobre ellos Mikoto-san —respondió el peliverde rascándose la sien—. Pero me alegra que hayas venido, no estaré solo.
—¡Pues claro que no! En estos días ni Hani ni yo te dejaremos solo.
—Así es, creo que hasta te vas a hartar de nosotras.
Midoriya consideraba eso imposible, las dos hermanas tenían un carisma deslumbrante, sin duda alguna eran de esas personas que no podrían desagradarte ni por error.
—Ahí está la isla —espetó Mikoto mientras observaba por la ventana—. Izuku-san, si gustas puedes ir a colocarte tu traje de héroe primero.
—E-está bien, gracias —respondió tímido mientras se levantaba.
Cuando el joven se encerró en el baño, Hani fue la primera en hablar.
—Escogiste un buen heredero papá, Midoriya-san es bastante amable y gentil, sin duda alguna será un increíble héroe.
—¿Verdad que sí? —cuestionó Mikoto con una sonrisa—. En nuestra clase Midoriya-san es como una fuente de inspiración, y eso que solo llevamos unos cuantos meses como compañeros.
—En el futuro seguramente se convertirá en una persona mucho mejor —añadió Sarah con una sonrisa, le había agradado el pupilo de su esposo.
Cuando el peliverde llegó, Hani cambió el tema sobre lo emocionada que estaba de ver la isla. Y cuando aterrizaron su padre ya estaba en su forma musculosa, teniendo que estar así durante casi todo el tiempo ahí.
Les hicieron una inspección donde con facilidad identificaron quien era quien y que nadie llevaba nada peligroso, cuando salieron las hermanas miraban todo con asombro, y mientras su padre observaba donde quedaba el hotel, una mujer le reconoció.
Las Toshinori acostumbradas a eso, se separaron casi que corriendo del hombre, sabiendo claramente que una gran multitud lo iba a rodear, y así fue, pero lastimosamente Midoriya no fue capaz de hacerlo.
—Aquí está el hotel —espetó Sarah mostrando la pantalla de su celular a sus hijas.
—Mamá... ¿Vamos a esperar a papá? —cuestionó con cierta duda la menor de las hermanas.
—Tu padre sabrá llegar por su propia cuenta —le restó importancia la mujer con cierta diversión en su tono de voz.
Mikoto y Hani se observaron por unos segundos, y ambas pensaron en lo mismo pues se encogieron de hombros y siguieron a su madre, quien ya había emprendido camino hacia el hotel.
Una vez en este, las hermanas fueron a la habitación que compartirían y se instalaron, luego de eso salieron del hotel, pues la familia había acordado reunirse con sus viejos amigos.
Cuando llegaron al lugar acordado, no les sorprendió no encontrarse con Yagi y Midoriya, la azabache mayor llamó a su esposo, quien no le contestó, por lo que seguramente todavía se encontraba rodeado de personas.
Las hermanas por su lado estaban hablando en voz baja sobre cierto tema que tenía a Hani completamente irritada, y ese tema tenía nombre y apellido.
—No voy a aceptar una cita con él —se quejó por tercera vez en la conversación—. Es completamente opuesto a mi.
—Mamá y papá son opuestos y míralos, llevan mucho tiempo juntos —decía ella con una sonrisa divertida—. Estoy segura de que Hawks senpai y tu podrán congeniar muy bien, es solo que no le das una oportunidad.
—Eres un fastidio del que no puedo deshacerme ¿Cierto?
—Lo siento hermana, pero es mi deber como tu hermana menor el molestarte, si tienes quejas debes dárselas a los que me crearon.
—¡Mamá, tu hija es un verdadero fastidio!
—¡Claro que no lo soy! ¡Mamá, tu hija es realmente mala!
Sarah negaba resignada, hace mucho que había aceptado que sus hijas jamás iban a dejar de pelear, y cuando eso ocurriera el infierno se iba a enfriar.
Las hermanas dejaron de discutir cuando su padre llegó con Midoriya detrás de él.
—¿Hemos llegado muy tarde? —cuestionó el rubio mirando a su esposa, cuando observó como sus hijas se miraban mal y fijamente solo le quedó reírse, ellas nunca cambiaban.
—Aún no.
—Disculpen... ¿quién no ha llegado? —cuestionó Midoriya con cierta timidez.
—Viejos amigos de la familia —respondió Sarah mientras separaba a sus dos hijas, quienes empezaron a quejarse con la mujer al mismo tiempo—. Basta ya ¿No les da vergüenza discutir frente a Izuku?
Como no querían recibir un regaño, las dos soltaron un bufido pero se pidieron perdón entre sí y luego se disculparon con Midoriya, quien aclaró que no había ningún problema.
Y entonces una persona exclamó.
—¡Tíos! ¡Primas! —una rubia con lentes venía saltando en un pogo saltarín.
La rubia se lanzó a los brazos de sus queridas "primas" quienes no dudaron en atraparla.
—¡Meli! —chillaron las dos azabaches mientras abrazaban con fuerza a la chica.
Melissa Shield era la hija de uno de los mejores amigos de Yagi, desde pequeñas las hermanas Toshinori habían convivido con ella. Al ser menor que Hani por tres años y mayor que Mikoto por dos, realmente se llevaba muy bien con ambas.
Cuando vivían en los Estados Unidos, visitaban al menos una vez a los Shield, quienes también visitaban a los Toshinori en ocasiones.
—¡Me alegra que hayan aceptado la invitación! —decía la rubia con una sonrisa—. Tía Sarah ¡Me alegra tanto verla!
Entonces la rubia se separó de sus primas y se lanzó a los brazos de sus tíos, quienes la abrazaron con una gran sonrisa.
Nunca lo iban a admitir en voz alta pero Melissa era muy parecida a Kaiya, ambas eran rubias de ojos azules, solo que el cabello de Kaiya era más rubio, siendo el de Melissa más opaco.
—¿Por cierto, dónde está el tío Dave? —cuestionó Mikoto al observar como sus padres soltaban a la rubia.
—Está en su laboratorio —respondió Melissa con una sonrisa girándose a las primas, no tardó en colocarse en medio de ambas—. Parece que terminó la primera etapa de una investigación en la que había estado trabajando durante años, así que los invité a la isla en secreto como una celebración.
—¿Y qué está investigando esta vez?
—Dijo que es tan confidencial que ni siquiera yo puedo saber.
—Los científicos también tiene sus secretos ¿eh? —entonces All Might se giró hacia su pupilo—. Joven Midoriya, ella es la hija de mi amigo.
—Soy Melissa Shield, es un placer—se presentó amablemente la rubia y entonces extendió su mano hacia el peliverde.
—Es un placer —correspondió el peliverde mientras se quitaba su guante—. Soy Midoriya Izuku, estoy en primer año en el curso de héroes de la U.A.
—¡Es mi compañero! —añadió Mikoto con una sonrisa—. Es realmente bueno.
Mientras la rubia charlaba con el peliverde, Mikoto le envió un mensaje a su hermana, ella lo leyó y de inmediato golpeó el hombro de la menor.
—Y dale con el dichoso pájaro —Hani suspiró cansada, ya no aguantaba a su hermana y a Hawks, ninguna la dejaba en paz con el mismo tema.
En el transcurso al laboratorio de Dave, las hermanas iban discutiendo en voz baja, y al llegar esperaron afuera mientras Melissa hablaba con su padre.
Después de unos segundos el primero en aparecer en la habitación fue Yagi, y los demás lo siguieron, Sarah sonrió con diversión al ver a su esposo abrazar a su amigo con fuerza.
Una vez charlaron brevemente, el hombre se giró hacia las azabaches, Mikoto y Hani no tardaron en abrazar a su tío.
—¡Están más grandes que la última vez! —dijo él mientras abrazaba a sus sobrinas con una sonrisa en su rostro—. ¡En especial tu Mikoto!
—Bueno, todavía sigo en crecimiento tío Dave, Hani ya se quedó así de pequeña.
—¡Oye, tengo una estatura promedio!
—Si te dices eso para dormir....
Dave se rió, sus sobrinas no cambiaban para nada.
—Sarah, es bueno verte de nuevo.
—Lo mismo digo.
Entonces el mayor de los Toshinori presentó a Midoriya, quien con emoción empezó a decir muchas cosas que había logrado Dave. Y cuando las presentaciones terminaron, los tres adultos se dieron una mirada entre sí que no pasó desapercibida para las hermanas.
Hani y Mikoto se observaron con cierta sospecha, ellos tramaban algo.
—Melissa ¿Crees que sea buena idea que les muestres la isla a los chicos? Estoy seguro que podrán encontrar algo con lo que entretenerse.
—¿No nos van a acompañar? —espetó Hani con confusión.
—Queremos charlas con Dave sobre unas cosas —espetó Sarah, quien sabía ocultar las cosas mejor que su esposo, él se ponía muy nervioso ante la mirada de sus hijas—. Los alcanzaremos luego.
—Bueno....
Entonces Melissa con una sonrisa emocionada empezó a indicar el camino con Hani a su lado, Mikoto e Izuku iban detrás de ellas, escuchando con atención a la rubia.
—Seguro hablarán sobre la salud de mi papá —murmuró la azabache, ganándose una mirada de sorpresa del peliverde—. No es raro que esto ocurra, cuando vivíamos en Boston un par de doctores iban a casa, pero papá y mamá jamás decían que era lo que ocurría, no deseaban preocuparnos.
Midoriya miró con cierta lástima a su amiga, ella realmente lucía un poco más decaída que en un inicio, y al mirar a Hani ella lucía igual.
Ambas se preocupaban mucho por la salud de su padre.
—All Might va a estar bien Mikoto-san, ya lo verás —fueron las palabras del peliverde.
Y Mikoto quiso creerle.
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