FIVE


"¿UN FESTIVAL?: INCREÍBLE"

MIKOTO SE SENTÍA MÁS DESCANSADA, después de todo esos días libres que les dieron luego de la batalla ocurrida en la USJ sirvieron para eso.

Su madre se había puesto como loca cuando se enteró de que su pequeña hija se había tenido que enfrentar a villanos cuando ni siquiera estaba en su segundo año.

Y ni que hablar de cuando se enteró que su esposo casi fue vencido por un villano que había sido diseñado especialmente para derrotarlo.

Esos días tanto Mikoto como Yagi los aprovecharon para descansar, ciertamente la azabache estaba feliz de pasar más tiempo con su familia, su hermana mayor inclusive la había llevado al trabajo donde aprendió muchas cosas.

Ya dos días después del incidente las clases volvieron, algo agridulce para la Toshinori. Cuando ingreso a su salón algunos de sus compañeros ya estaban ahí.

Mikoto saludó a los compañeros con los que más confianza había empezado a tener, entre ellos Shōto, Jirō y Momo.

Se sentó en su asiento luego de sonreírle a Shōto, quien como siempre solo le dedicó un asentimiento.

—¿Escucharon las noticias de ayer? —espetó Hagakure, Mikoto negó con rapidez, ella no era fan de las noticias—. ¿Vieron que todos los de nuestra clase aparecimos en la pantalla por un instante? Aunque yo no resalté para nada...

Escuchó como sus compañeros empezaban a hablar de ese tema, más no mencionó nada, después de todo no le agradaba la idea de estar en la mira de los ciudadanos de Japón.

No de esa manera al menos. Si Mikoto deseaba ser reconocida, era por su talento, en especial por el talento como actriz que tenía. Así que para ella el ser reconocida por ese accidente no le gustó mucho.

—¡Escuchen, la clase de esta mañana está por comenzar! —exclamó Iida sacando de sus pensamientos a la azabache—. ¡Dejen de hablar y tomen asiento!

—Ya estamos en nuestro asiento —escuchó que dijo uno de sus compañeros, ella ahogó una risa, pero no quitó la sonrisa divertida de su rostro.

—Tu eres el único que no está sentado —dijo otro.

Mikoto completamente divertida miró con una mueca como su compañero se sentaba resignado en su asiento correspondiente.

—Buenos días —escuchó la voz de su profesor, haciendo que se sorprendiera al mirar a Aizawa, quien se encontraba vendado casi por completo.

Ciertamente Mikoto le sano bastante heridas, pero el hombre tenía sus huesos bastantes rotos, y eso no los había sanado.

Todos empezaron a preguntar múltiples cosas al profesor, quien los calló a todos al responder.

—No importa como me encuentre —habló con firmeza el hombre—. Lo más importante ahora es que la batalla aún no ha terminado —todos se sorprendieron al escuchar eso—. El festival deportivo de la U.A. será celebrado pronto.

Y eso provocó que la mayoría de estudiantes de alegraran. Volvieron a hacer muchas preguntas, Mikoto sonrió en grande al escuchar que se haría un festival.

Le gustaban los festivales, le encantaba asistir y participar en estos. Cuando vivía en los Estados Unidos ella asistía bastante seguido a diferentes tipos de festivales que se celebraban.

En la hora de descanso, todos charlaban sobre el festival que se llevaría a cabo, Mikoto no había podido borrar su gran sonrisa.

—Aunque haya pasado todo esto —habló un chico pelirrojo, Kirishima—. ¡Estoy realmente emocionado!

—¡Valió la pena haber entrado a la U.A!

—Solo tenemos algunas oportunidades, no podemos desperdiciarlas.

—¿Estás emocionada por el festival? —cuestionó Mikoto en dirección a su nueva amiga—. ¡Yo lo estoy! ¡Será impresionante! No puedo esperar.

—Ya somos dos —concordó Jirō con ella.

—¡Si, así se dice!

Y más tarde, cuando ya era momento de irse, un montón de alumnos estaban en frente de la puerta, sorprendiendo a todos los alumnos de la clasde 1-A.

—¿Q-Qué esta sucediendo? —espetó Uraraka, una de sus compañeras.

—¿Qué necesitan de la clase A? —preguntó Iida está vez.

—¡No podemos salir! —habló Mineta—. ¿Para qué vinieron?

Mikoto observó con curiosidad a todos, no entendía porque estaban ese montón de alumnos ahí. Antes jamás había ocurrido una situación como esa.

—Vieron a observar al enemigo, basuras —espetó el rubio ceniza mientras caminaba hacia la puerta—. Después de todo, somos quienes soportaron el ataque de los villanos. Seguramente quieren vernos antes del festival deportivo.

Mikoto observó al rubio caminar fuera, y no puedo evitar sonrojarse cuando Bakugō noto que ella le estaba viendo, pues habían cruzado miradas.

—¡Fuera de mi camino, extras! —exclamó el rubio con el ceño fruncido apartando su mirada de la azabache .

—¡Deja de llamar "extra" a personas que no conoces! —exclamó Iida siendo ignorado por el rubio.

Entonces, cuando toda la situación se calmó, ella se despidió de sus compañeros con un abrazo, todos los cercanos a ella conocían que Mikoto era estadounidense y que por eso era mucho más afectiva que ellos.

Al salir su madre le estaba esperando, beso la mejilla de la mayor y luego se colocó su cinturón de seguridad.

Le contó a su madre todo lo que había pasado en el día, le habló sobre cómo estaba fortaleciendo su amistad con Jirō y cómo estaba empezando una con otros compañeros de clase.

Su madre la miraba con una sonrisa, no miraba a su hija así de radiante desde hace años. Verdaderamente el cambio de aires fue para bien.

—Un festival se va a llevar a cabo mamá ¡Un festival! —chilló la azabache—. Espero que puedas ir a verme, y ojalá Nini también pueda.

—Estaremos ahí —afirmó la mujer con una sonrisa—. ¿Sabias que conocí a tu padre en su primer festival deportivo en la U.A?

—¿¡Que!? —exclamó sorprendida la menor, su madre se rió ante la exagerada reacción.

—Si, yo vine a Japón con mis padres y justamente esa fecha coincidió con el festival deportivo de la U.A, cuando mire a Yagi ese día... quede completamente enamorada.

—¿Te gustó de inmediato? —espetó con emoción la azabache.

—Si —admitió la mayor divertida—. Él lucía tan concentrado, incluso en ese entonces él daba todo de sí cuando algo le apasionaba. Entonces cuando terminó el festival me acerqué a él y le pedí su número.

—¿Y te lo dio? —cuestionó la menor mirando expectante a su madre.

—Primero se puso bastante nervioso —Sarah se rio recordando ese momento—. Pero luego de haber tartamudeado un par de veces me lo dio y yo de inmediato le escribí un mensaje para confirmar.

—Aw, que lindos —chilló la azabache.

—Espero que tú logres tener un buen hombre como yo lo tuve, hija mía, siempre desearé lo mejor para ti y para Hani —afirmó la mayor mientras estacionaba el auto en su casa.

Pero, en lo que Mikoto no pudo evitar pensar fue que tanto a ella como a su madre le gustaban rubios. Rubios dedicados a ser héroes y ayudar a los demás.

Y ahí estaba ella, pensando en Bakugō Katsuki, su compañero de clases con quien no había tenido una conversación decente pero que desde el primer momento a Mikoto le gustó.

—Bueno, volviendo al tema del festival, puedes pedirle a tu padre que te entrene, o que al menos te dé consejos para que mejores ciertas cosas —la voz de su madre la sacó de sus pensamientos.

—Si, estaba pensando en mencionarle algo por el estilo, ahora solo faltaría que acepte —dijo nerviosa la menor.

—Veras que tu padre aceptará, no tengo dudas de ello —Y con eso Sarah bajó del auto, su hija imitando sus acciones poco después.

Si, Mikoto también esperaba que su padre la ayudara con su entrenamiento, pues quería dar todo de sí ese día.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top