𝐒𝐈𝐍𝐆𝐋𝐄 𝐂𝐇𝐀𝐏𝐓𝐄𝐑
Después de tanta espera, el día que nadie más que el equidna rojizo aguardaba, finalmente había llegado. Apenas se presentó el sol en la mañana, aquel con mucha euforia se dirigió a comprar lo que se consideraba necesario para la ocasión. Gastó su dinero en bebidas alcohólicas, snacks e instaló más tarde unos video juegos en su consola. Intentaba dejar todo correcto, ansiando encontrar la escasa sensación de aburrimiento del grupo.
-Esta noche debe ser perfecta y nadie la arruinará-. Se dijo a si mismo, mientras comenzaba a hacer la limpieza del hógar.
Su opuesto llegaba a la escena, extrañado por lo que sus pupilas veían.
-Knuncks, ¿si sabes que todo acabará en desastre cuando comience la fiesta?
-Siempre hay que tener una buena impresión, Sonic -Le respondió formal y a la par, comenzó a limpiar los muebles con un plumero-. Pensé que lo sabías, es decir, es de un párrafo de uno de los libros que hizo Tails antes de ser adicto.
El de tonos marinos, completamente desinteresado en lo que decía su compañero de habitación, tan solo respondió un "ajá, aja" y al segundo, lo único que alcanzaron sus ganas, fue revisar su celular que se encontraba lleno de mensajes de los que estarían dentro del evento hogareño.
Al que le dió prioridad, fue obviamente a su mejor amigo, quien, se encontraba cada vez más cerca de su morada. Su única respuesta ante los mensajes de aquel, era el emoji del dedo para arriba, demostrando su aprobación. El zorro, ante aquella conclusión, dijo: "Sonic, puedes irte bien al diablo" y luego: "¡Ya estoy en la puerta, ábreme mejor amigo!❤️"
-Ah...-Suspiró frustrado mientras se acercaba a la puerta del depto-. ¿Por qué me junto con estos tipos?...
Una vez jaló la perilla, el rostro que le causaba muchas emociones al verlo, se encontraba con una expresión agradable que tan pronto como lo vió, soltó un "¡Hola, Sonic!". Una sonrisa se formó en sus labios y al monótono segundo, un corto abrazo los unió.
-Hola, Tails -Masculló con una ceja en alto, ya que tenía una pregunta-: Me sorprende que estés aquí, ¿acaso saliste de rehabilitación?
-Obvio no, ¡me escapé! -Le respondió dulcemente, haciendo que su adversario vuelva su cara una isla de seriedad-. La comida era un asco, ¿puedes creer que consideraban que los estupefacientes no eran parte de una dieta balanceada?
-Solo entra...¿quieres?...-
El de menor estatura balanceó la cabeza hacia arriba y hacia abajo, tomando su maleta para dirigirse al interior de la casa de sus amigos. El equidna apenas lo vió y corrió a darle un beso en ambas mejillas, que dejó extrañado a ambos jóvenes presentes.
-¡Tails! Después de tanto tiempo nos vemos -Exclamó viéndolo felizmente-. Me esperaba verte por último, ya que acordamos buscarte del centro de rehabilitación más tarde.
-Se escapó, Knuncks... Me parece raro que no lo vimos posible desde un comienzo.
-Oh, da igual. Llevaremos el equipaje de nuestro querido invitado a la habitación de huéspedes, que olvidé asear-. Expresó apenado, siendo seguido por el erizo enojado, hacia el cuarto que necesitaba ser ordenado cuanto antes.
Una vez que aquellos se fueron, ya habían pasado unos quince minutos. El bicola le dió la última calada a su cigarrillo e inesperadamente, sus oídos alcanzaron a oír el tocar de la puerta. Desde el fondo del departamento, la voz de Sonic le suplicó que atendiera y aquel sin ningún problema se acercó a la entrada, esperándose encontrarse con Big, quien balbuceó que si no era el primero o segundo en llegar, no bebería por solo aquella noche.
Sus manos se deslizaron por la manecilla y al abrir, unos pálidos ojos rojizos junto a los suyos, se encontraron dulcemente. El corazón de ambos dieron un vuelco, como nunca antes, pero las sonrisas del gusto por verse rompieron la tensión que se formó en cuestión de microsegundos.
-Tails, que bueno verte -La voz ronca y pacífica de su contrario, hicieron que sus hombros se alzaran hacia arriba aún manteniendo su boca arqueada-. La última vez, me tocó hacer guardia en el centro de rehabilitación y si no mal recuerdo, saldrías en unas horas más tarde, a menos que un pariente cercano pague por eso.
-Me escapé -Habló sin ningún miedo de ser juzgado-. Sin mis drogas, no sería capaz de seguir estando en ese aburrido edificio.
-Bueno... mientras seas feliz con eso -Sus pies lo guiaron hacia dentro, donde ambos buscaron rumbo al sofá-, todo está bien.
Ambos se volvieron a sonreír y entre tanta charla, el dúo anterior, se acercó a la escena buscando recibir al nuevo invitado. Pronto se saludaron y las risas por parte de todos, no faltaron en ningún momento.
Aquellos se instalaron en la sala de estar, esperando la presencia del último involucrado. En cuanto aquel llegó a la entrada, ataron una soga alrededor de su abdomen, para que no se atasque en la puerta como la vez anterior.
...
Actualmente, los jóvenes estaban entre risas viendo un partido de soccer y bebiendo cerveza tras cerveza. El sol comenzaba a caer, provocando que la mirada de los dueños del lúgar se encuentren, teniendo la misma idea de ir por más bebidas, mientras aún estaban conscientes.
Dejaron a cargo a el erizo azabache y al cánido, ya que el felino de mayor estatura, estaba tirado en el piso balbuceando cosas desagradables. La pareja de amigos salieron del lúgar, discutiendo de temas personales que salían a la luz por el nivel de alcoholismo en si mismos, mientras que la otra pareja al mando se burlaban entre susurros de Big.
El menor, repentinamente sacó una pequeña caja, que logró amargar al encrespado. Tomó uno, lo encendió y aquel palillo humeante robó completamente la mirada de su contrincante. Tails lo miró indistinto, definió que sus ojos tenían curiosidad y, que la boca ajena se extasiaba sola por ver tal cosa en sus propios labios.
-¿Quieres probar?-. Soltó en un hilo de voz que largó vapor, proveniente de lo que estaba consumiendo.
-Obvio no -Negó amargadamente ante su opuesto, quien se encontraba más confundido-. Miré a tu cigarrillo, ya que me hiere que dependas de cosas como estas. Tal vez te haga bien a tí, pero a tu cuerpo ni un poco, Miles.
-¡Es mi cuerpo y es mi vida! No dejaré que me digan que consumirlos no es parte de una búsqueda de bienestar común.
-Lo sé, pero no lo hagas aquí adentro. Solo sigamos hablando de otra cosa -Dijo, extendiendo su mano a la contraria, logrando quitar el elemento-. ¿Te parece hablar un poco de tus lindos ojos?
-¿Disculpa?-. Cuestionó sorprendido, viendo como el erizo se acercaba a ocultar su rostro sonriente y sonrojado en su pecho. Las risas ajenas hacían vibrar su caja torácica, causando mucha más euforia que cualquier sustancia que probó anteriormente.
-El alcohol ya está dando efecto en mi cuerpo...-Agregó como excusa, hallando las carcajadas de Tails-. Lo siento, bebí demasiado que, ahora cada vez te ves más atractivo...
-Shadow, debiste beber más de lo superficial, ya que -Dijo entre risas continuas-, ni siquiera yo me pongo así cuando inhalo una gran dosis de mis drogas.
Ambos comenzaron a reírse sin sentido alguno, cortando la distancia, ahora enemiga suya. No importaba nada, ni siquiera las súplicas del de pelaje morado acerca de que lo ayuden a levantarse para ir al baño, ya que ellos estaban en una especie de raro hechizo.
Si no fuera por la llegada de los que vivían ahí, ambos jóvenes dejarían las risas por otra cosa prohibida.
Todos los del lúgar ayudaron a levantar al felino y, una vez terminaron, comenzaron a hacer competencia de quien bebía más. Trataron de volverlo moderado, sin embargo, el apoyo del bicola fueron tan grandes que acabaron sin saber sus nombres. Con la poca cordura que les quedaba, en tonos ebrios organizaron a su manera quien dormiría con quien.
-Sonic y yo...-Tomó de la mano al antes mencionado y se acercó a los demás-, dormiremos juntos.
-Big, dormir-. Aquel se lanzó en el suelo y tan pronto lo tocó, comenzó a roncar, dando comienzo a un juego de miradas entre los que quedaban sin organizar.
-¡Bien! -Exclamó eufórico el de menor edad, viendo como su compañero de cuarto se encontraba algo mareado-. Él está muy ebrio, ¡pero lo voy a cuidar!
Después de que el rubio verbalizara esa respuesta, los jóvenes se despidieron mientras se dirigían a sus respectivas habitaciones.
La pareja conformada por el zorro y el erizo, ya habían recostado sus cuerpos en la cómoda cama. La otra, seguía discutiendo pero esta vez era porque el azulado se negaba a ser abrazado ya que era muy homosexual. Big, por otra parte, soñaba que salvaba a todos los niños de un orfanato.
...
A horas de la madrugada, el azabache se despertó con un nivel de cordura más alto que antes. Se sentó sobre la cama y al girarse hacia el otro lado, notó sobre una mesita como una bolsita estaba semillena, es decir, contenía menor cantidad de lo que sea que contenía dentro.
No sabía que era y pensarlo no era una opción, ya que el alcohol le prohibía pensar. Solo sabía que existía una gran posibilidad de que el zorro que tenía a su lado, lo haya consumido.
Pesarlo, obviamente hizo que su vista se centrara en él. No solo su vista estaba armonizada ante su belleza, si no que a su olfato también. Puede que era interrumpido por olores de las sustancias que él dejaba pasar a su interior, pero para la persona correcta, su adictivo olor corporal era la fragancia más deliciosa que se podía olfatear.
Su nariz navegó por el cuerpo ajeno y una vez que se acercó a su cuello, su mano lo sostuvo del brazo para acercarlo más hacia él, de alguna manera. El olor era exquisito, es como si se impregnaba en sus pulmones como una suave caricia al alma, que hasta causó que su lengua no pueda resistirse a salir para probarlo, ya que, sentía que de alguna manera lo que olía podría premiar también a sus papilas gustativas.
El contacto causó tantas cosquillas al menor, que lo despertó al segundo. El azabache percatándose de esto, lo sentó en la cama para verlo cercano a él, mientras lo miraba con el semblante serio y la boca entreabierta. El cánido algo adormilado y con las neuronas apagadas por la nicotina, pudo sentir la tensión que sabía como calmarla. Fue así como guío su lengua a la entrada que no le negaba paso. La boca del erizo se abrió un poco más, dejando que el órgano ajeno se encuentre con su par y, al ser así, estas comenzaron a jugar, dando inicio a un beso apasionado.
Una vez se intensificaba este contacto, era necesario un poco más. El ojiazul caminó sobre sus rodillas hacia aquel, logrando sentarse sobre sus muslos para dar más paso al placer que buscaban sentir. Las lenguas seguían con sus rozes, mientras que sus dueños paseaban sus manos por el cuerpo de su adversario.
Las sábanas se enredaban ante la interacción que estaban teniendo. El movimiento era brusco, ya que ambos buscaban algo más. El menor, siendo el más atrevido, se separó del beso y se quitó los guantes de sus manos, las cuales, comenzó a guiar lentamente hacia la entrepierna del erizo que, desde que el beso se intensificó pudo sentir la presencia de alguien más en esa zona.
La mirada suplicante del bicola, provocó gruñidos de placer en el otro, ya que la confianza de su pareja se mostraba tan bien que sabía que lo haría inolvidable. Finalmente, una de las manos sostuvo el miembro, comenzandolo a estirar. Dejaba que su mano se divierta, guiándola de arriba hacia abajo hasta que su lengua piense interactuar otra vez. Una última mirada se mostró, buscando la aprobación del cobalto, quien, le guiñó el ojo para que comience a hacerlo sin problema.
Tails con toda la confianza, sacó su lengua, buscando la puntita del pene ajeno para así al fin comenzar a hacer movimientos de circulitos con ella. Besó al gigante amigo del erizo al finalizar su acción, provocando una ligera risa del dueño. Momento después, llenó la cavidad de su boca con él, tratando de llevarlo hasta su garganta pero era imposible que tal tamaño entrara entero. No quiso forzarse y solo continuó moviendo su cabeza, quitando y sacando hasta donde pudiera al miembro, ansiando lograr que un líquido viscoso salga. Al quitar su boca, la virilidad cubierta de saliva estaba erecta y al punto de expulsar lo que se buscaba. El encrespo estaba hundido en un mar de placer que las últimas jaladas de su contrario, no las resistió más. El menor cuando colocó su boca nuevamente, aquel exclamó que se vendría y cuando fue así, todo ese líquido seminal se volvió un manjar para su lengua.
El de tonos cálidos se le dibujó una sonrisa ladeada, que provocó que el mayor lo heche en la cama. Lo colocó debajo suyo, pero la pena invadió el momento, logrando que se alejara algo avergonzando. El zorro, no estaba preparado para sentimientos como ese y fue así como lo empujó quedando él ahora arriba, dejando su entrada expuesta al amigo del azabache.
-Tails... puede que este muy ebrio -Confesó atajando ambos brazos de su contrario excitado-, pero pensar en que esto está mal, es solo cuestión de razonar.
-¿Quién razona después de drogarse? -Se burló, acercándose para postrar un beso y comenzar a moverse arriba suyo, buscando que comience el acto-. ¿Te niegas a sentirlo, Shadow?
No hubo respuesta oral a su pregunta, tan solo consiguió que este sonríera de lado y los rotara para nuevamente quedar arriba, dando paso a su miembro en él, con más facilidad.
-Si te duele...-
-¡Deja que fluya! Obviamente va a doler, pero de alguna manera se sentirá bien para ambos, ¿ok?...-Expresó, dándole confianza.
Siendo así, este se acercó a la cavidad del cuello del menor y tan pronto como sintió un beso en su cabeza, dejó que su virilidad erecta y bastante lubricada, comience a entrar en su interior. El momento se estaba volviendo incómodo, porque el gran tamaño del extraño impedía un fácil paso. Aquel se iba a detener, pero el bicola lo abrazó y abrió más sus piernas para que su entrada se agrande e intente ayudarlo a darle una bienvenida al cuerpo ajeno.
Después de tantos intentos y posiciones, el miembro pudo entrar. El zorro gimió fuertemente, asustando al cercano que le recomendó que no grite tan fuerte, si esperaba estar así con él unas horas más. Aclarado esto, el menor inició con un movimiento de caderas de arriba hacia abajo, dejando que las manos contrarias le ayudaran a moverse más rápido.
La respiración agitada por parte de los dos, comenzaba a volverse más frecuente que quisieron callarlo a besos. Los labios estaban cubiertos de saliva y buscaban estar más unidos, pero lastimosamente no había otra manera. Ambos sentían que no era suficiente y fue así cuando el de mayor estatura metió hasta el fondo su pene. Calló a su pareja a besos, sintiendo unos gemidos ahogados no oírse con claridad. Al soltarse, un pequeño hilo de saliva dió efecto a que el bicola vuelva a besarlo apasionadamente.
Pronto el aire en los pulmones se estaba volviendo una necesidad urgente, sin embargo, el menor no quería soltarlo. Había probado todo tipo de sustancias psicoactivas, pero estaba seguro que nada se comparaba a lo que estaba probando actualmente.
-¡Tails! -Dió un grito ahogado el ennegrecido, cubriendo la boca del menor con sus manos-. ¿Por qué te obsesionas así? Osea, ¡pudiste ahogarnos!...
-Shadow, soy un adicto, ¿qué más esperabas? -Exclamó con una sonrisa divertida, provocando que aquel niegue sonriente con la cabeza. Posteriormente, quitó con cuidado su mano y la guío a la mandíbula del rubio, quien volvía a acercarse, consiguiendo otro beso apasionado.
...
El rojizo, sentía como unas manos gigantes tocaban su brazo. Al abrir sus ojos para averiguar de qué o quién se trataba, sus pupilas finalmente vieron que era aquel gato morado.
-Quiero vomitar...-Dijo susurrante, provocando que el equidna rápidamente agarre al azul con él y los guiara al baño. Adormilados, los dos le decían cosas motivacionales mientras se oía el desagradable ruido proveniente de él, cuando expulsaba cierto líquido en el inodoro del baño.
Pero en un momento, otros ruidos indistintos surgieron de la nada. Las dudas brotaron ante los dueños del lugar y fue así como decidieron ir a ver que ocurría cuando Big deje de hacer lo que hacía.
Una vez el de mayor estatura había contenido las náuseas pensando en flores, el dúo buscó en la habitación de huéspedes, el origen del extraño ruido que colmaba su paciencia. Al llegar a la puerta, Sonic, quien tenía mayor velocidad en sus actos, giró de la perilla para averiguar de qué se trataba.
La puerta quedó entreabierta, aunque quedó el espacio perfecto para que tres cabezas distingan lo que ocurría. Primeramente, no pudieron ver nada, hasta que la luz de luna que sobresalía en la ventana, los dejó ver. Al instante en el que sus pupilas eran participantes de la escena, cerraron la puerta donde nuevamente se dirigieron al baño a vomitar.
El único que deseaba que fuera un sueño o efecto secundario de el alcohol, era Sonic.
...
Mientras su cadera se movía en círculos, los besos participaban en todo el rostro. La virilidad opuesta se sentía erecta, aquel sabía que en cualquier momento se llenaría de él, pero en pleno acto, Shadow dió pausa a los movimientos de ambos, buscando la atención del menor.
Una vez este lo miró, él lo agarró de los hombros y cerró sus ojos para hablar.
-Tails... en este acto, debo recordarte que te hago de mi propiedad...-
-¿Y qué? -Preguntó confundido, oyendo una corta risa.
-Uh... ¿Maria?...-Dijo de la nada, entre sollozos.
-No que recuerde... oh, pero Maria puede venir si me llenas de tí, ¿lo sabías? -Dijo aprovechándose de aquel.
Tails, la mayoría de las veces, aún con la droga más fuerte estaba consciente y razonaba a su manera. Shadow por otra parte, se dejaba llevar y muchas veces no se daba cuenta de lo que hacía, como un ebrio promedio.
Siendo así, el acto siguió. El de baja estatura comenzó a girar sus colas en cuanto la rapidez se volvía esencial. El opuesto gruñía y con sus manos enguantadas, lo ayudaba, pero si la ocasión se presentaba, apretaba sus muslos.
Ante el último salto, el cual fue el más fuerte, el azabache los rotó dejándolo al pequeño abajo y siendo así, su semen fue expulsado en el interior del antes mencionado. Si el ojiazul tuviera la oportunidad de recrear esta sensación una y otra vez, la tomaría. Se sentía feliz y no a causa de la drogas. Repentinamente se le vino un pensamiento de dejar los estupefacientes, si este acto con este erizo, se repetiría.
Exhausto, el mayor se dejó caer sobre él, postrando sus labios en sus cuellos. El zorro acarició sus púas, peinandolas como podía, ya que estaban bastante despeinadas. Y en eso, sus ojos se volvieron cada vez más más pesados. No resistió a cerrarlos. Cuando lo hizo, el ennegrecido lo ocultó entre sus brazos, abrazándolo y dándole un sentimiento de seguridad. Creía que jamás se iba a sentir así, luego de que Sonic le dijera que ya estaba grande para que lo protegiera y siendo así que más tarde, Eggman le vendiera drogas ilegales que lo guiaron a ser adicto.
No tenía asegurado el porque, en tan solo una noche descubrió su nueva adicción. Solo tenía por seguro que no había otra cosa que le produjera tanta euforia.
Era Shadow... solo eso.
[ ... ]
Cuando la mañana llegó, todos los invitados del evento se reunieron en la sala, menos dos jóvenes que tuvieron intimidad a unas horas después de la medianoche.
El rojizo preparó el desayuno, logrando que los antes mencionados se presenten en la escena por el olor a comida.
Cuando el dúo caminó a la par al comedor, las miradas indistintas los hicieron quedar algo extrañados, ya que era la misma forma de mirar como si habían cometido una especie de crimen. Se quedaron en la esquina de la mesa y esperaron hasta un punto, que se calmara el ambiente.
-¿Hicimos algo malo?-. Se atrevió a cuestionar el menor, dejando boquiabierto a los demás jóvenes.
-¿No recuerdan absolutamente nada de anoche? ¿Ninguno?-. Preguntó el erizo cian, con una mirada de odio hacia el otro involucrado en el acto.
-Estábamos todos ebrios...-
-Y aún así, ¡nosotros tres recordamos todas las cosas sucias que hicieron!...-
La pareja se escaneó sorprendida ante el grito de Sonic. Cuando volvieron a mirarlos, preguntaron de que clase de broma les estaban jugando sus amigos.
-¡Hablo enserio! Ambos tuvieron relaciones. La estaban gozando mientras nosotros teníamos que aguantar sus gemidos, por estar ayudando a vomitar a Big... y de a rato nosotros.
-Es imposible...-Dijo el de doble cola, hasta que ese dolor que sintió en su abdomen lo hizo pensar 2 veces-. Pero si algo como eso sucedió...¿por qué nos miran así? Digo, hay cosas peores.
El pequeño con toda la seguridad se sentó en la mesa del comedor, comenzando a desayunar por más que los demás lo estén viendo de la manera más juzgatoria posible, a excepción de Shadow que se sentía apenado viendo al piso.
¿FIN?
𖦹๋࣭⭑| by softtstvr
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