───── capitulo cuatro

☾ *.゚。╻┃ CAPÍTULO 04
descubrimientos ☾ *.゚。╻┃
┍━━━━━━━━━━━━━━━━┑
❝ actúa normal. ❞
┕━━━━━━━━━━━━━━━━┙

TRES DÍAS HABÍAN PASADO con tranquilidad, y aunque Caroline aún se sobresaltaba con cualquier ruido fuerte y despertaba en las madrugadas asustada por sus propios sueños de los cuales era incapaz de comprender, las cosas parecían marchar tranquilamente, casi como si el caos sobrenatural no estuviera encima de ellos.

───¿quieres un poco? ───preguntó Luke, quien se había apegado más que los otros dos a su nueva compañera.

La rubia negó sonriéndole agradecida, jamás se atrevería a decírselo a Luke, pero su comida realmente era horrible. Conner se lo decía todo el tiempo, Isaac prefería callarse para evitar problemas y el corazón de la rubia se entristecía de tan solo pensar en las buenas intenciones de Luke por hacer algo útil.

Conner entro a la cocina examinando la situación y cerró los ojos molesto cuando vio que era Luke el que cocinaba.

───no, no, no. ───gruñó arrebatándole las cosas a Luke. ───te lo he dicho mil veces, tu comida es un delito ¿si?

───¡Caroline no piensa lo mismo! ¿Cierto, cielo? ───Luke se inclinó hacia ella sonriéndole coqueto, las mejillas de Caroline se sonrojaron mientras se alejaba rápidamente. Conner se cruzó de brazos viéndolos.

───es muy blanda para decirte la verdad, igual que Isaac.

Pronto, los adolescentes se metieron en una pelea, la tercera en el día, para ser exactos. Y apenas eran las dos de la tarde.

Caroline suspiró tomando una manzana y saliendo de la cocina para sentarse en uno de los sillones a esperar a que Isaac terminara de arreglarse, el mismo le había dicho que la llevaría de compras ese día, por más que la rubia se haya negado. Ni siquiera tenía dinero y se sentía demasiado culpable abusando de su amabilidad, aún así, Isaac había insistido tanto que al final Caroline había aceptado, con la condición de que fueran pocas cosas y solo las necesarias.

───¿estas lista? ───preguntó Isaac llegando hasta ella con una sonrisa emocionada, Caroline se preguntó si en su adolescencia habría tenido pocos amigos, pues parecía que el rubio disfrutaba cada minuto que pasaba con ella y con los otros dos adolescentes.

La rubia asintió dándole una pequeña sonrisa y ambos salieron del departamento, Isaac la vio de reojo mientras caminaban cuando sintió que la chica se aferraba a su brazo como si su vida dependiera de ello. Su rostro parecía estar tranquilo, sin embargo sus latidos iban rápidos, indicando que podría estar asustada.

»───solo iremos a unas cuantas tiendas, estaremos de regreso en menos de dos horas... lo prometo. ───aseguró el rubio que la guiaba. ───estoy seguro de que vas a divertirte, tenía una amiga en Beacon Hills que adoraba la ropa. Seguramente ya te habría convertido en su maniquí personal.

Caroline sonrió risueña, admirando como los ojos de Isaac brillaban cada vez que mencionaba su antiguo hogar o cualquier cosa que estuviera relacionada con el. Isaac por otro lado, revisó su celular en busca de alguna notificación por parte de Argent, pero de nuevo, no había nada.

───¿estas bien?

Isaac la vio a los ojos mientras apretaba los labios, la pobre chica ya tenía tantas cosas en la cabeza que lo último que quería era abrumarla con sus problemas, por lo que simplemente asintió antes de sonreír y señalar un centro comercial.

───es ahí, vamos. ───le dijo tomándola de la mano y prácticamente arrastrándola con el.

La rubia vio a Isaac saludar al guardia del centro comercial y tan pronto como lo escuchó hablar quiso golpearse en la cara, ¿como había podido olvidar que estaban en Francia, por lo que, obviamente hablaban francés? Isaac parecía hablar y entender el idioma bien, sin embargo podía escuchar claramente como se trababa con algunas palabras, aunque definitivamente era mucho mejor que ella, quien no sabía ni una sola palabra en francés. O al menos no lo recordaba.

Justo dos horas más tarde, ambos se encontraban saliendo del centro comercial tal y como lo había prometido Isaac y Caroline tenía que admitir que no se lo había pasado nada mal, el rubio había hecho todo lo posible por que se sintiera cómoda y se divirtiera, la muchacha definitivamente estaba agradecida con él y sabía que lo estaría por siempre por todo lo que estaba haciendo por ella, una simple extraña.

───no fue tan malo. ───admitió la rubia, sacándole una sonrisa alegre a Isaac.

───te lo dije, yo... ───la voz de Isaac se apagó de repente y su semblante cambió a uno mucho más serio mientras volteaba discretamente hacia su derecha. El rubio se volteó tranquilo como si nada pasara y tomó a Caroline por los hombros acercándola a él, se agachó a su oído y susurró: ───no te asustes, pero hay un grupo de cazadores siguiéndonos. Actúa normal. Vas a caminar detrás de ese edificio y te vas a quedar ahí hasta que vuelva por ti, ¿entendido?

Caroline asintió rápidamente, sintiendo como Isaac le dejaba su celular en la mano antes de darse la vuelta, la rubia camino a pasos veloces hacia aquel callejón, había comenzado a anochecer por lo que casi no había gente en las calles. Caroline observó el celular de Isaac y vio que justamente él se lo había dejado en la conversación con Conner, por lo que rápidamente mandó su ubicación pidiendo ayuda.

Los latidos del corazón de Caroline se aceleraron cuando escuchó a alguien acercarse, la rubia comenzó a retroceder mientras veía a un hombre acercarse a ella, el rostro del hombre estaba cubierto por una máscara totalmente negra, sin embargo Caroline podía ver sus ojos verdosos que se le hacían extremadamente conocidos.

La espalda de la rubia chocó contra la pared mientras esta pasaba su mirada por todos lados buscando algo con que defenderse, escuchó la risa del hombre frente a ella por lo que volteó a verlo, ignorando el temblor en sus manos y el ardor en su garganta que no paraba de molestarla.

───veo que el lobo dejó a caperucita sola, esperemos que no le pase nada... ───murmuro cínicamente, acariciando la mejilla de la rubia y acercándose a su rostro. ───mi dulce y pequeña niña.

Un gruñido se escuchó detrás de ellos y Caroline suspiró aliviada al ver a Conner y Isaac parados con las garras de fuera. El hombre le guiñó un ojo y se acercó a ellos sorprendiendo a todos cuando las garras comenzaron a crecer y sus ojos brillaron en un intenso naranja, Isaac frunció el ceño, preguntándose qué clase de criatura era, aún así no se tomó mucho para pensarlo antes de correr hacia él y comenzar una lucha.

Los sentidos de Isaac se habían nublado al recordar aquel sentimiento de ira que había crecido en él cuando vio a aquel extraño tocar a Caroline, si se hubieran tardado un poco más, no sabría que pudo haber pasado pero de tan solo imaginárselo la ira crecía en el. Conner pareció darse cuenta de lo enojado que estaba su alfa, sin embargo decidió ignorarlo y continuar peleando con el hombre extraño, quien había demostrado ser bastante fuerte.

Justo cuando los dos amigos parecían ir ganando, el extraño estampó sus manos en el abdomen de ambos quemándolos y arrojándolos al suelo. Caroline los observó asustada y sintió el calor emanar del cuerpo de aquel hombre, no sabía como, pero estaba segura de que él estaba a nada de quemar a aquellos chicos que la habían salvado, por lo que sin pensarlo mucho y guiándose de sus instintos, extendió las manos hacia adelante con fuerza y dejó salir un grito sobrenatural desde lo profundo de su garganta.

El hombre salió volando a unos metros de ahí, mientras que Caroline se tiró de rodillas jadeando, todo lo que la había estado atormentando desde que había despertado sola en el bosque con aquellos cazadores persiguiéndola, pareció desvanecerse por unos segundos, aquellos segundos llenos de calma y paz fueron lo mejor que le pudo haber pasado. El extraño se levantó y la vio directamente a los ojos sin acercarse, sin embargo, por la curva en sus ojos, podía jurar que se encontraba sonriendo, levantó su mano en forma de despedida y salió corriendo justo antes de que Luke llegara a la escena.

───¿de donde demonios salió ese grito? ───preguntó, viendo a Caroline de rodillas y a sus dos amigos tirados en el suelo con los oídos ensangrentados.

Isaac se levantó con dificultad viendo a la dulce Caroline, aquella chica indefensa a la que no se imaginaba haciendo daño a nadie y aún así, aquí estaba, con los oídos adoloridos y llenos de sangre.

───de una banshee. ───dijo, sin quitar su vista de la rubia, quien lo veía sin lograr entender lo que había pasado.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top