───CHAPTER NINE, training on ice

          Frigga miro intrigada a su esposo, esperando a que le dijera algo con gran paciencia, pero Odin parecía ignorarla golpeando su cetro un par de veces, dando la orden silenciosa a los guardias que debían retirarse de inmediato.

───¿A que viniste exactamente, Frigga?.

───¿De que hablaste con Hela?.

───La llevo a Jötumhein, desobedeció mis órdenes e hizo una revuelta con los gigantes───Informo viendo a la rubia───Será castigada.

───Esposo mío, Freya mejoró notablemente, Hela hizo lo que vio correcto para su bien...

───¡Desobedeció mis órdenes!.

───Para salvar a Freya de una muerte lenta y dolorosa───Replico con dulzura───Odin, por favor, no la castigues. Freya podría decaer por eso.

───Ya mejoro ¿no?, no puede volver a decaer.

───Pon a Hela a entrenar a Freya. Si no soporta entrenar a las valquirias más entrenadas imagina como será para ella.

Odin pareció pensar en sus palabras, volviendo a mirarla después de unos minutos.

───Sabía que pasaría.

───¿Qué cosa, querido mío?───Pregunto acercándose a él.

───Sabía que Hela haría todo para salvarla───Él sonrió con burla───Nunca desobedeció una de mis órdenes más estrictas hasta ahora.

───Oh, querido... Hela adora a Freya aunque diga estresarla demasiado.

Observaba desde el balcón a las valquirias entrenar mientras entre sus dedos pasaba la cuchilla que Hela había insistido en que ahora era suya. Frunciendo el ceño sin saber por qué insistió tanto.

Su mirada quedo en su madre, analizando cada uno de sus movimientos mientras con la cuchilla la hacía dar vueltas en su mano derecha. Observando la gracia de como brillaba opaco con el sol y su forma parecía distorsionarse un poco, Fenrir empujaba a las valquirias que lo atacaban por el entrenamiento, parecía ya aburrido, parecía querer ver sangre en el suelo, Freya lo notaba, el lobo era igual a su dueña, Hela era sangrienta y una maestra de guerra, y madre de la muerte sin ninguna duda.

Freya había notada el cuestionamiento en su mirada a la diosa primogénita de Odin, cuando se acercaba mucho a ella, parecía estar a la defensiva, y ella sabía que su madre solo estaba agradecida, mas no confiada de ella. Hela había comentado sobre eso, burlándose mientras revisaba las cuchillas que ella guardaba y mirando a la albina que se sentaba a leer acompañándola.

Si, habían pasado semanas, y ahora Freya se acercaba a la azabache, y ella no objetaba, parecía que le agradaba sus actos para avanzar en lo que fuera que sea lo de ambas. Amistad, agradecimiento o una alianza como la de su madre con Odin y las valquirias.

Pero algo decía que había más en sus suposiciones por sus propios actos. Algo de lo que ella no se daba cuenta.

La cuchilla voló a la puerta del balcón, donde Hela recostada al marco de oro sostenía el arma con una sonrisa de burla, caminando después a la albina y sentándose frente y cerca de ella.

───Esto es terriblemente aburrido───Dijo viendo el entrenamiento, Freya sonrió asintiendo un poco.

───Creo que Odin planea atacar Jötunheim.

───Lo hará. Laufey pretende enviar gigantes... A matarte───Dijo simple aunque en el interior estaba ansiosa.

───Entramos. Y vieron que yo era la niña maldita. Lindo.

───Maldita y débil.

───En cierto punto es cierto.

───No será así por mucho tiempo───Se levantó tomando el brazo de la albina y arrastrándola consigo.

───Puedo caminar, Hela.

────No me interesa, agradece no te agarre con una daga.

───Bien.

Decidió dejarse arrastrar por curiosidad, pero también para evitar a toda costa otra pelea de la cual Eleonor prohibiera libremente que se acercara a Hela.

───Toma eso────Le ordenó señalando una espada, Freya la tomó indecisa y escuchando la burla extendida de Hela───Así no se toma, Freya.

───No me digas───Fingió estar sorprendida, terminando por mirarla terriblemente mal───Es más pesada que la de mi madre.

───¿No te enseñaron que jugar con armas es peligroso?───Le pregunto inclinándose para alcanzarla completamente.

───A ti no te enseñaron a tener paciencia y ser más comprensible.

───Estoy teniendo ambas contigo.

───Hablo de fuera de mí. Con los demás.

───Toma bien el arma───Retomó tomando una espada de hierro como la de ella.

───¿Qué planeas, Hela?.

───Soy tú niñera, mocosa. Y ahora, tu entrenadora. Entrenadora de animales a domesticar.

───Que graciosa...───Dijo ya pensando seriamente en todas posibilidades fatídicas───¿Y porque entrenamiento?.

───Estás haciendo preguntas estúpidas.

───Y tú siempre contestas todas mis preguntas estúpidas.

───¿Será porque no tengo otra opción?───Dijo ya retomando la postura───Sigue todo lo que digo.

Hela sonreía con una burla demasiado visible, sus ojos fijos en Freya que ahora tendida en el suelo mirando la espada como si fuera lo más importante en ese día ignorando rotundamente la mirada de Hela se levantó volviendo a la misma posición que antes.

───Veo que no haz tenido suficiente.

───Prefiero seguir en vez de hablar───Refuto lanzando repetidos ataques, Hela tomo su brazo haciéndola dar media vuelta y quedar su espalda pegada al pecho de ella, escuchándola reír.

───Deja de pensar impulsivo.

───Lo aprendí de ti───Atacó echando su cabeza hacia atrás y golpeando a Hela, separándose al patear su estómago y cortar su mejilla con el filo.

───Bien... Estoy sorprendida, lo admito───Aceptó sonriendo, caminando a ella───Veamos cuanto duras.

Uno. Dos. Tres ataques seguidos y solo uno habían quedado en empate, y eso porque Freya se había colgado de Hela y amenazaba con morder su oreja mientras el filo estaba en su garganta y sin un arma de hierro a la mano.

Acomodo la espada en su mano esperando un ataque, Freya solo retrocedió dos pasos viendo los azules con atención, tratando de averiguar el próximo ataque, pero solo viendo a Hela cambiar la espada por una de las suyas.

Estaba jodida, estaba más que claro.

Retrocedió esquivando el golpe una y otra vez sin pensar en detenerse, y solo cuando choco con una columna paso por debajo golpeando con el mango a la azabache, escuchándola reír y enviar su espada a ella, huyendo a tiempo de ella.

───Si vas a empezar a huir será peor mañana───Dijo invocando otra espada y caminando relajada a ella, Freya retrocedió entrecerrando sus ojos desconfiada───Linda.

Soltó un jadeo cuando el filo de la espada pasó por su brazo cortando y volviendo a Hela, que sonreía divertida.

───Esto está siendo aburrido───Suspiro dejando la espada frente y enterrándola en el piso.

───Oh, no me digas. Puedes irte, la salida está justo detrás tuyo.

───¿Y perder la oportunidad de lastimarte?, no.

───Que maldita...───Las palabras fueron al aire, sostuvo el ataque de Hela con la espada y golpeo su pierna con la suya para tumbarla al suelo. Solo que quien quedo, fue ella misma.

───Bien, llevo una. No me sorprende.

───Oh si, sigue───Dijo viendo a Hela pensar mientras mantenía el agarre encima de su espada.

───Estarás bien sin unos dedos.

───¡No!.

Forcejeo tratando de liberarse, pasar rodando a un lado o tumbarla directamente y huir a unos pasos atrás. Pero, Hela tiene mucha más fuerza, estaba acabada.

───Es inútil.

───¡Ya puedes soltarme!, ¡¿no crees?!───Ella sonrió exaltada, su espada temblaba el no seguir soportando la espada y la fuerza que Hela ejercía en ella.

───No.

───¡Idiota!.

───¿Dónde está la mocosa que respeta?.

───¡No se tu dime!.

Parpadeó confundida viendo a Hela quitar la espada y quedar arrodillada aun con su maldita sonrisa llena de burla y superioridad, y sinceramente, pensó que Hela iba a seguir ejerciendo fuerza más y más hasta que rogara para liberarla, se sentó soltando la espada y mirando a Hela fijamente, esperando alguna oración de burla.

───¿Que?───Gruño cuando notó la mirada de la albina, que solo sonrió.

───¿Por qué tan a la defensa?───Pregunto acercándose un poco───Solo me parece sospechoso que pararás.

───Frigga me amenazo indirectamente───Ella la miro antes de tomar la espada───Y lo mejor será que te vayas si no quieres que sigamos.

───¡Adiós!──────Se despidió corriendo a la salida, dispuesta a buscar a Frigga.

Hela solo miro por donde se había ido, sonriendo mientras bufaba levantándose para irse con Fenrir que había ido para la reunión que tenía con Odin y los demás generales.