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❝ A BAD BEGINNING ❞
part three
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Muchos inspectores de policía, ciudadanos preocupados y ejecutivos de la televisión hen expresado como es que los huérfanos Baudelaire y los hermanos Snicket acabaron bajo el supuesto cuidado del Conde Olaf, y lejos de lo que ellos opinan y creen, yo sé que fue gracias a la negligencia del señor Poe al tomar en cuenta la palabra de un consultor en vez del testamento de los Baudelaire y las ordenes de la mamá de los Snicket.
Les presento esos testimonios con la enorme esperanza de que los inspectores de policía, ciudadanos preocupados y ejecutivos de televisión me dejen en paz por fin.
Cómo podrán ver, los eventos que ocurrieron dentro de la Corporación Fraudusuaria terminaron en un sin fin de eventos desafortunados, tales cómo; una mujer atrapada en un lejano parque y a los 6 niños en terribles circunstancias en la mansión del Conde Olaf.
—¡Corten esos troncos con más fuerza, huérfanos! —exclamó el Conde desde la puerta trasera de su casa, sosteniendo una taza de café y viendo con una sonrisa socarrona a los niños.
—¡Yo no soy huérfano! —replicó Miles antes de cortar un pedazo de tronco con fuerza y apuntar a su padre con el hacha. —Y vuelve a decirme así y te cortaré la cabeza.
—No, no lo harás. —dijo Blue, pasándole otro tronco a su hermano, por otro lado Violet recogió la leña y se la pasó a Klaus, que dejó la leña en una carreta.
—El señor Poe debe haber cometido un grave error al traernos aquí. Es imposible que nuestros padres quisieran que nos cuidara el Conde Olaf, y aunque no conozco a su madre, sé que ella tampoco los dejaría aquí. —mencionó Violet.
—No sé en que pensaba. —admitió Miles. —Pero definitivamente no nos dejaría con él, ni siquiera se hablan.
—Cuando el Conde nos dé la espalda, nos vamos. —sugirió Klaus. —Prefiero arriesgarme a las calles antes que quedarme a vivir aquí.
—No sabemos lo que nos pasaría allá afuera, Klaus. Aquí por lo menos tenemos un techo por si llueve o hace frío, tenemos que pensar en Sunny y Sebas.
—Ojalá pudiéramos usar el dinero de nuestros padres. —dijo Klaus, ignorando por completo a Violet. —Así podríamos comprar un castillo para vivir cómodamente en él mientras varios guardias patrullan y así mantendríamos lejos al Conde Olaf y su grupo del teatro.
Blue comenzó a reír con diversión antes de hablar.
—¿En serio consideras a eso un grupo de teatro?
—Hallarían la manera de entrar de todas formas, tienen tanta hambre de dinero que nada los detiene. —murmuró Miles antes de tirar el hacha a algún lugar del piso y secar el sudor de su frente con la manga de su suéter.
—¡Rápido niños! Aún faltan muebles por retapizar. — ordenó el Conde por lo que todos suspiraron y se miraron entre sí.
—La jueza Strauss dijo que sus puertas siempre estarían abiertas. — dijo Violet por lo que Miles negó.
—Dijo que las puertas de su biblioteca jurídica estarían abiertas, no es lo mismo. — contradijo Miles.
—El señor Poe dijo que lo buscáramos si teníamos alguna pregunta. — dijo Blue y ahora fue Klaus el que negó.
—Tenemos una queja, no una pregunta. — replicó Klaus y en ese momento el hombre calvo salió al patio para decirle algo al Conde que los niños no alcanzaron a escuchar. Pero incluso antes de que alguno de los niños alcanzara a acercarse un poco para saber de que hablaban, el Conde y el hombre calvo volvieron a entrar a la casa dejando a los niños afuera.
—¿Momento de huir? —balbucearon Sebas y Sunny desde una carretilla llamando la atención de Violet y Blue que se acercaron a cargarlos antes de salir de la casa.
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Los Snicket y los Baudelaire se encontraban en la oficina del señor Poe, que como siempre, estaba en medio de un ataque de tos. La incomodidad era notoria en los ojos de Miles y Violet que cargaban a sus hermanos más pequeños y se mantenían al centro y al frente del grupo, esperando el momento en el que el hombre dejara de toser para que ellos pudieran hablar.
—Así que tienen una emergencia ¿no? —preguntó el señor Poe, por lo que los niños asintieron casi al mismo tiempo —Muy bien, pero estoy muy ocupado, mi antigua secretaria que es una distinguida profesional...
—Señor Poe, no nos importa. —interrumpió Miles abruptamente por lo que el señor Poe volteo a verlo y frunció ligeramente el ceño antes de volver a toser.
—¿Qué puedo hacer por ustedes? —preguntó el señor Poe y antes de que Violet o Miles hablaran como era lo acordado, Klaus se adelantó.
—El Conde es un lunático, no podemos quedarnos con él.
—Golpeó a Klaus en la cara, ¿ve el moretón? —informó Violet mientras que Blue hacía que Klaus girara la cabeza para que el señor Poe pudiera ver su pómulo morado. Antes de que el señor Poe pudiera decir algo, sonó su teléfono y tuvo que contestar, así que los niños tuvieron que esperar un par de segundos hasta que colgara.
—Lo siento, ¿de qué estábamos hablando? —preguntó el señor Poe pero antes de que alguien respondiera, volvió a hablar. —Ah sí, el Conde Olaf. Lamento que no tuvieran una primera buena impresión de él, aunque en cuanto a los Snicket me sorprende ya que hablamos de su padre.
—Hace años no lo veíamos. —aseguró Blue.
—¡Él nos dio solo una cama! —replico Klaus.
—Y nos obliga a hacer muchas tareas difíciles. —aseguró Violet.
—Es un borracho. —balbuceó Sunny.
Antes de que los Snicket pudieran hablar, el teléfono volvió a sonar, el señor Poe les indicó con su mano que esperaran un momento y dejó a los niños volviendo a esperar en silencio por unos segundos antes de volver a la conversación.
—Niños, todos en cualquier momento deseamos haber sido criados por cualquier otra persona que no fuera la que nos crio. De niño yo habría dado lo que fuera por haber sido hijo biológico o adoptado de un actor.
—Nos llama huérfanos. —reprochó Miles.
—Son huérfanos. —dijo el señor Poe haciendo que Miles resoplara.
—Nosotros no lo somos. —aclaró Blue.
—Tiene amigos horribles. —informó Klaus.
—Todos tenemos amigos horribles. —contraatacó el señor Poe.
—Quiere nuestras fortunas. —dijo Sebas, haciendo que el hombre frente a él frunciera el ceño con confusión.
—Hablando de no entender nada de lo que alguien dice... —comenzó a decir el señor Poe, pero otro repentino ataque de tos hizo que dejara de hablar mientras que todos los niños soltaban pequeños suspiros de frustración. —¿Están familiarizados con el termino "in loco parentis"?
—Suena a latín. —dijo Klaus y el señor Poe asintió.
—Es latín y legal. —aseguró el señor Poe mientras aclaraba su garganta para evitar toser de nuevo. —"In loco parentis" significa "actuar en lugar de un padre". Aunque eso no es necesario en el caso de Miles y Blue ya que ellos si son sus hijos, de igual manera aplica en los Baudelaire desde el punto del Conde Olaf. El actor está actuando como su padre y como su tutor legal, el Conde Olaf puede criarlos a los 6 usando el método que considere más adecuado, lamento si sus padres y madre no los obligaban a hacer tareas domésticas en el hogar o si sus amigos les agradaban más que los del Conde, pero tendrán que acostumbrarse a ciertas cosas.
—Dudo que el maltrato infantil sea un método de crianza. —murmuró Miles al ver que el señor Poe se levantaba de su silla.
—Como sea, lamento tener que despedirlos con prontitud, pero tengo trabajo. —dijo el señor Poe y al ver que los niños no decían nada, decidió volver a hablar. —Prontitud significa muy, muy...
—Significa que no va a ayudarnos, ¿verdad? —reclamó Klaus por lo que el señor Poe se apresuró a mirar a los niños y negó.
—No, no, no. Al contrario, le pediré a mi nuevo secretario que los lleve a casa en cuanto termine de escribir ese reporte.
Al terminar de decir eso, el señor Poe señaló a la puerta que acababa de ser abierta por el manos de garfio que sostenía la maquina de escribir con uno de sus garfios.
—Ah genial, ya nos delató. —murmuró Blue por lo que Klaus volteó a ver nuevamente al señor Poe.
—¡Él trabaja para el Conde! —exclamó Klaus.
—Sí, me dijo que el Conde Olaf era uno de sus contactos profesionales. ¡Siempre es un gusto verlos, niños Baudelaire y Snicket!
—¡No volveremos a la casa del Conde, solo mire la cara de Klaus! —exclamó Violet y antes de decir otra frase, el manos de garfio se acercó a ellos.
—Ay no, no, no, niños, todo está bien.
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Claro que el manos de garfio tenía que ir y decir todo lo que había pasado en la oficina del señor Poe, así que cuando él y los niños llegaron a la casa, los llevó directamente al comedor, donde el Conde Olaf ya los esperaba con un chico físicamente parecido a Miles y que solo aparentaba ser un poco mayor.
—James... —murmuró Blue, Miles por otro lado, parecía estar en estado de shock.
—¿Quién es James? —preguntó Klaus.
Todos ignoraron la pregunta de Klaus cuando el Conde Olaf hizo un ademán de mano para indicarle al manos de garfio que se fuera de ahí.
—Estuve toda la mañana preparando estos pastelillos para ustedes. —dijo el Conde mientras veía a los niños sentarse en el otro extremo de la mesa.
—Gracias. —dijeron los más grandes del grupo al unísono.
—Son comprados. —aseguró Sunny.
—Tienen veneno. —dijo Sebas a la par de su pequeña amiga rubia.
—¿No son deliciosas las frambuesas? Eran mi mora favorita cuando tenía su edad. — dijo el Conde haciendo que James frunciera el ceño y alzara la cabeza para mirar a su padre.
—Tienen diferentes edades.
—Tenemos diferentes edades.
Hablaron James y Miles al mismo tiempo, haciendo que el más pequeño rodara los ojos y por el contrario, causando que James riera. El Conde observó la escena mientras tomaba un poco de crema batida de los pastelitos con su dedo índice, y de un momento a otro, subió a la mesa y se deslizó por la misma hasta quedar cara a cara con Klaus y Blue.
—Quiero hablarles de algo. —dijo el Conde y al ver que ninguno de los niños respondía, volvió a hablar. —Hace poco recibí una llamada del señor Poe.
Al escucharlo, Violet fingió estar sorprendida.
—¿En serio? Lamento que el señor Poe te molestara.
—No, de hecho me alegra que lo hiciera. Verán, he hablado con James y ambos concordamos en que queremos que ustedes, niños, se sientan más como en casa ahora que soy su padre.
—Siempre has sido nuestro padre. —respondió Blue.
—Como saben, he estado trabajando duro con mi grupo de teatro y temo que... estuve actuando algo distante.
Distante sí que es una palabra maravillosa, pero no describe el comportamiento que Olaf tenía con los niños. Distante define a una persona que por varias razones no se asocia con sus semejantes, es una palabra que podría definir a una persona que durante una fiesta se queda parado en una esquina en lugar de hablar con otra persona.
No describe a alguien que solo le da a seis personas una cama para dormir, no recuerda el nombre de sus propios hijos, obliga a seis niños a hacer tareas horrendas y por si fuera poco, golpea a uno de esos niños en la cara. Hay muchas palabras que podrían describir a alguien así, pero "distante" no es la palabra apropiada.
—Por lo tanto, para hacerlos sentir más cómodos con Olaf, queremos que participen en su próxima obra. —explicó James haciendo que el Conde frunciera el ceño debido a la interrupción de su hijo mayor, mientras que los Baudelaire y los Snicket miraban al Conde y a James con suspicacia.
—¿Y exactamente como quieren que participemos? —preguntó Miles a lo que el Conde sonrío ladinamente mientras que James se paraba de su lugar y se acercaba a los niños.
—La obra se llama "La boda Maravillosa" y...
—Y es del dramaturgo Al Funcoot. —interrumpió de golpe el Conde a James por lo que el pelinegro rodó los ojos y asintió.
—Solo daremos una presentación el viernes por la noche, es por eso que he venido. —informó James antes de que el Conde volviera a hablar para explicar el contexto de su obra.
—Contaremos la historia de un hombre increíblemente guapo, que será interpretado por mí, ustedes; Miles, Blue, Klaus, Sunny y Sebas, actuaran como cualquier otra persona del público. —explicó el Conde y Klaus se apresuró a hablar.
—Pero somos más pequeños que los adultos, ¿no parecerá raro?
—Interpretarán a 5 enanos. —aseguró el Conde.
—¿Y qué haré yo? ¿La escenografía? —preguntó Violet con una sonrisa y el Conde negó con la cabeza, pero antes de que pudiera hablar James paso su brazo por los hombros de la pequeña.
—Por supuesto que no, una chica tan linda como tú no debería trabajar entre bastidores. De eso se puede encargar Miles. —dijo James sin notar la incomodidad de Violet al sentir el brazo de James sobre sus hombros.
Pero Miles sí que lo notó, y no perdió tiempo antes de hacer que su hermano se alejara de Violet.
—Claro, lo haría yo de no ser porque a Violet le gusta hacer esas cosas. —replicó Miles y antes de que James respondiera Violet tomó la palabra.
—Exacto, eso me gustaría. —aseguró Violet y el Conde hizo una pequeña mueca fingida.
— Sunny, Sunny, Sunny.
—Violet. —corrigió la pequeña castaña por lo que Olaf asintió.
—Violet, Violet, Violet. Tú darás vida a la joven con la que yo me casaré, es un papel muy importante y solo tienes que decir un diálogo. ¿Sabes cuál es? —preguntó Olaf por lo que Violet negó.
—No lo sé.
—Es "sí, acepto". —respondió el Conde por lo que Violet tras hacer una mueca, volvió a hablar.
—Conde Olaf...
—¿Cómo me llamaste? —preguntó el Conde logrando que Violet se removiera con incomodidad en su lugar.
—Padre... —murmuró Violet tras unos segundos en silencio y al ver la sonrisa del Conde continuó. —No tengo mucho talento para actuar profesionalmente, no quiero deshonrar tu buen nombre ni el de Al Funcoot. Además, estaré muy ocupada trabajando con mis inventos.
—Y en la cocina, aprendiendo a cocinar un filete. —agregó Blue.
Eso claramente logró molestar a Olaf, que se levantó y zapateó en la mesa antes de exclamar.
—¡Tú, niña! ¡Participarás en mi obra de teatro! Preferiría que lo hicieras de manera voluntaria, pero como creo que el señor Poe me sugirió, yo recurriré a un loco paréntesis.
—In loco parentis. —corrigió Klaus ajustando sus lentes correctamente sobre el Puente de su nariz.
—¡Un poco laurentis!
—In loco parentis. —repitió Klaus de manera lenta, haciendo que James soltara una pequeña risa nasal y se cruzara de brazos viendo a su padre con una ceja alzada.
—¡El punto es que puedo obligar a Violet a que participe y ella debe obedecer! —bramó el Conde volviendo a agacharse para quedar a la altura de los Baudelaire y los Snicket, una vez que los niños se alejaron un poco de la mesa, Olaf tomo uno de los pastelitos y lo comió bajo la atenta mirada de los presentes en la sala. —Ahora vayan a hablar con la mujer de la peluca, ya no soporto verlos ni un minuto más.
Eso más allá de ser una orden o castigo, fue música para los odios de los 6 niños, quienes no perdieron tiempo en tomar las pañaleras de Sunny y Sebas antes de salir casi corriendo de aquella lúgubre y oscura casa.
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—¿No habrá querido envenenarnos con las frambuesas? —preguntó Klaus y Miles negó con la cabeza.
—No, él se las comió todas y a James no le conviene que nos mate justo ahora que quieren vaciar nuestras cuentas de banco. —explicó el rizado mientras recibía a su hermano menor en brazos para permitir que Blue sacara una de sus amargas manzanas de la pañalera.
—Miles tiene razón, no le conviene matarnos. —dijo Violet para posteriormente detenerse frente a la puerta de la jueza Strauss.
—¿Pero él que ganará si participamos en esa farsa de obra? —preguntó Klaus y arrugó la nariz al percibir un olor a rábano picante, volteó en dirección a Blue con una mirada de confusión y la castaña solo atinó a sonreír ampliamente antes de seguir comiendo su manzana.
El matrimonio es como compartir un helado de limón o aceptar ser la parte trasera de un disfraz de caballo, incluso si eso pasa sobre un escenario, solo deberías hacerlo con tus seres amados. Yo nunca me he casado, alguna vez amé a una mujer extraordinariamente valiente y valientemente extraordinaria a quien cuando le pregunté si quería ser mi esposa, por alguna razón complicada e inexplicable, ella no me puso dar una respuesta.
—Violet, ya tocaste el timbre 5 veces. —murmuró Blue.
—Es que no responde.
—Tal vez está en la biblioteca. —sugirió Klaus y los niños tomaron camino hacia la biblioteca de la jueza Strauss con la esperanza de encontrarla.
Y lo hicieron, Justicia Strauss estaba en su biblioteca personal y al ver a los 6 niños, los recibió con tanta calidez y emoción que hizo sonreír a los Baudelaire y los Snicket a pesar de que las dudas inundaban sus mentes. Tras explicarle a Justicia que estaban ahí para investigar sobre teatro, la jueza comenzó a contarles a los pequeños el gran sueño que tenía con ser actriz de teatro.
Miles y Violet tomaron algunos libros después de haber dejado a Sunny y Sebas jugando cartas en el piso y al encontrar los libros que les podían servir, se sentaron en una de las dos mesas que había para comenzar a leer.
Mientras tanto, Klaus y Blue le preguntaban a la jueza Strauss si tenía libros sobre ordenanzas locales. Esta petición logró confundir a Justicia debido a que era un tema largo y complicado para dos niños de la edad de Blue y Klaus, pero ambos estaban seguros de que querían leer aquellos libros y la excusa de ambos fue que estaban interesados en estudiar derecho en algún futuro.
Pero había un detalle del que se habían olvidado, el moretón en el rostro de Klaus.
—Klaus, ¿que le pasó a tu cara? —preguntó la jueza Strauss por lo que Blue y Klaus se miraron entre sí con los ojos muy abiertos, pensando en alguna excusa para eso.
—Eso estamos averiguando. —aseguró Klaus.
—¡Sí! De hecho, si hubiera algún libro sobre sarpullido, nos serviría muchísimo. —exclamó Miles por detrás de Klaus haciendo que Justicia sonriera y asintiera.
—La sección de sarpullidos está justo a lado de la sección de los autos chinos. —informó Justicia con una sonrisa antes de tomar las diminutas manos de Sunny y Sebas para llevarlos a jugar en el jardín.
Habían pasado tal vez una hora o dos, y los niños habían no habían avanzado tanto en sus investigaciones como habrían querido, sin embargo, Klaus y Blue estaban cerca de conseguir información que podría salvarlos.
—Justicia Strauss. —llamó Blue y la jueza entró con los dos bebés en sus brazos.
—¿Sí?
—¿Podemos hacerte una pregunta? —preguntó Klaus y Miles frunció el ceño.
—Ya le hiciste una pregunta, genio. —replicó Miles haciendo que Klaus frunciera el ceño y ladeara la cabeza al mismo tiempo que el ruloso.
—Claro que pueden hacerme una pregunta. —respondió la jueza Strauss dejando a Sunny y Sebas nuevamente en el piso para que continuaran su juego de póker mientras ella respondía las preguntas de Klaus y Blue. —Los escucho, de una experta de leyes a otros.
—"Los únicos requisitos nupciales, son una declaración de consentimiento de ambos participantes, usando 'in loco parentis' de ser necesario." —leyó Klaus y tomó un poco de aire antes de continuar. —"Y una confirmación o firma del puño y letra de la novia."
—¿Es lo que creemos que significa? —preguntó Blue por lo que la jueza Strauss chasqueo la lengua.
—Bueno, supongo que depende de lo que ustedes creen que significa. —aclaró Justicia con una sonrisa por lo que Blue le dio una última mordida a su manzana y tiró el tallo en un bote de basura cercano antes de suspirar.
En ese momento se abrió la puerta de la biblioteca dejando ver a James ahí parado, él se dedicó a manipular a la jueza Justicia diciéndole que sería la nueva cara de la famosa obra de teatro del Conde Olaf. Los niños no pudieron evitar pensar que a James se le daría bien la carrera de político, después de todo, mentiroso y corrupto ya era.
Lo único bueno que salió de esa conversación, fue que Klaus logró esconder el libro de "Ley Nupcial" debajo de su chaleco tejido mientras que James se dedicaba a hacerle ilusiones a la noble jueza.
Claro que Blue intentó decirle a la jueza Strauss que su hermano mayor estaba tramando una trampa junto a su padre, pero como la mayor parte de las ocasiones en esta historia, no la escuchó. Por el contrario, terminó dándoles un pequeño sermón a los niños antes de dejar que se fueran con James.
Y al llegar a la casa, James encontró a su padre probando diferentes tipos de pastel, por lo que él mismo llevó a los niños a su habitación y después los encerró.
—¡Esto es terrible, muy terrible! —exclamó Klaus una vez que el joven salió de la habitación.
—¿Apenas lo notaste? —preguntó Miles mientras se tiraba en su pequeña cama improvisada.
—Es atroz. —balbucearon Sebas y Sunny.
—¿Que pasará? —preguntó Violet.
—No lo sé, pero sé que haré yo, estudiaré toda la noche este libro y Blue tomara notas de las cosas importantes. —aseguró Klaus señalando a Blue que sostenía una libreta y una pluma de color azul.
—Y en azul, ya que según la psicología, el cerebro humano recuerda más las cosas azules que las de otro color. —informó Blue con una sonrisa.
Klaus y Blue no leían y escribían para entretenerse, más bien lo hacían para salvar a sus hermanos y a si mismos de un terrible apuro, el libro no era nada interesante, era largo y tedioso. Se dieron cuenta de que leían y escribían lo mismo una y otra vez, se dieron cuenta de que leían y escribían lo mismo una y otra vez. Para cuando amaneció, ambos niños ya sabían todo lo que necesitaban saber y sus esperanzas despertaron con el sol, aunque por desgracia el Conde Olaf y James también despertaron.
Klaus y Blue entraron al comedor sosteniendo el libro de Ley Nupcial y la libreta de notas con todo el plan del Conde escrito en esas hojas. Al sentarse en unas de las sillas del comedor, golpearon el libro contra la mesa para llamar la atención de los dos presentes que voltearon a mirarlos con el ceño fruncido.
—¿Que hacen aquí? Deberían estar en su cuarto. —murmuró James volteando nuevamente su vista al libro que leía; "Los Crímenes del Amor, Marqués de Sade" era lo que se distinguía en la portada de aquel libro por lo que Blue rodó los ojos y Klaus hizo una pequeña mueca.
—Estuvimos en nuestro cuarto toda la noche. —aseguró Klaus.
—Y sabemos lo que traman. —informó Blue por lo que el Conde bufó y James soltó una de sus típicas risas nasales.
—No tengo idea de lo que están hablando, dejen sus complots de niños de cinco años. —dijo James arrastrando las palabras que soltaba, aún sin despegar sus ojos del libro que tenía.
—Y yo solo estoy tomando mi café matutino, aunque no encuentro la azucarera. —informó el Conde Olaf soltando por fin su cabeza, que había estado masajeando todo ese tiempo.
—"Los únicos requisitos nupciales, son una declaración de consentimiento de ambos participantes, usando 'in loco parentis' de ser necesario, y una confirmación o firma del puño y letra de la novia" —leyó Klaus, logrando que James cerrará su libro con cierta fuerza antes de recargar totalmente su espalda en el respaldo de la silla.
—Déjame darte un consejo, si usas palabras difíciles tan temprano por la mañana, terminarás siendo un hombre muy solo. —aseguró el Conde antes de darle un largo sorbo a su café.
—¿No dirás nada, James? —preguntó Blue alzando una ceja por lo que James chasqueó la lengua antes de dibujar una sonrisa burlona en su rostro.
—La verdad no, es divertido ver como arruinan la ya terrible mañana de Olaf. —aseguró James, haciendo que el Conde hiciera un gruñido acompañado de una pequeña maldición hacia su hijo mayor.
—Ya desciframos su plan, Olaf no se casará con Violet figurativamente, lo hará literalmente. —replicó Klaus haciendo que James bufara.
—Descubriste America, ratón de biblioteca.
—¿Literalmente? ¡Que locura! Yo... espera. ¿Literalmente? —preguntó el Conde Olaf y volteó a ver a James el cual sacó un pequeño diccionario de su bolsillo y se lo extendió a su padre.
—¿No sabes la diferencia entre literalmente y figuradamente? —preguntó Blue.
—Azulita, no sabe ni siquiera si febrero es un mes o un día. —explicó James por lo que Klaus negó lentamente mientras veía como el Conde se ponía a buscar la palabra en el diccionario el pelinegro le había entregado.
Eso es muy útil, ya seas joven o adulto maduro, saber la diferencia entre literalmente y figuradamente podría salvarte. Literalmente es una palabra que aquí significa que algo realmente está pasando, mientras que figuradamente es una palabra que significa sentir como si pasara.
Si literal estás saltando de alegría, significa que estás brincando en el aire porque ahora estás muy feliz. Si saltas en el aire figuradamente eso significa que estás tan feliz, que podrías saltar de alegría, pero estás ahorrando tu energía para otro momento.
—Así que literalmente sería un matrimonio real. —explicó Blue.
—Exacto, mientras que figuradamente sería un acto teatral solamente. —agregó Klaus.
—Ya sabía, solo los estaba probando. —replicó el Conde y volvió a beber de su café antes de tomar una galleta y remojarla en el mismo.
—Si mi hermana firma una hoja del juzgado y dice "acepto", estará casada por la ley. Tu obra será real y legalmente vinculante. —aseguró Klaus por lo que el Conde negó.
—No me casaría con tu hermana ni aunque fuera la última huérfana millonaria en el mundo. Le dejo eso a James o Miles, un hombre como yo puede conseguir cualquier mujer hermosa que no se queje por tener una sola cama. ¿Que ganaría yo? —preguntó el Conde por lo que Blue se levantó de su asiento con su libreta en manos y empezó a leer.
—"Un esposo legal tiene control titular y práctico sobre cualquier dominio financiero, acerca de las propiedades conyugales".
—No sé si una niña de tu edad deba usar la palabra "titular"
—Como esposo de Violet tendrás control absoluto sobre la fortuna Baudelaire, pero... —murmuró Klaus y abrió su libro para poder comenzar a leer. —"El eventual cónyuge debe ser cronológicamente razonable y adecuado en relación a la edad legal según los estándares". Era más lógico que James tomara tu lugar en la obra para que no se considerara un delito.
—James ni siquiera actúa bien, le gusta más la ópera con extraños vestuarios de libélula y lo arruinaría todo. —dijo el Conde Olaf, alzando los hombros.
—No volveré al tema de si el teatro es mejor que la ópera, Olaf.
—Mi hermana no tiene edad para casarse con nadie, era una metáfora. —aclaró Klaus cerrando su libro.
Fue así como una discusión empezó en el comedor, Olaf y Klaus discutían sobre el término "in loco parentis" y mientras tanto Blue se escabullía por el pasillo que llevaba a las escaleras para despertar a Miles, Violet, Sunny y Sebas para contarles todo lo sucedido.
Y cuando por fin Olaf, Klaus y James salieron del comedor, los secuaces del Conde practicaban una canción que fue interrumpida por James.
—Lamento interrumpirlos, pero la rata con gafas acaba de descubrir el "inteligente" plan de Olaf. —informó James mientras veía como Miles y Violet bajaban junto a Blue y se encontraban con Klaus a la mitad de la escalera. —Bueno, lo intentamos, pero ahora seis niños han logrado estar por encima de nuestras malvadas acciones.
Violet y Miles sólo voltearon a ver con desconfianza a James el cual sonreía con sorna, haciendo que Miles presintiera que a pesar de todo, Blue y Klaus no habían logrado descubrir todo el plan.
—Oh espera, ¿dije seis? En realidad quise decir 4. —corrigió James mirando sus manos como si fueran lo más interesante del mundo.
—¿De que hablas, idiota? Somos seis. —reclamó Miles.
—Miles, debemos sacar a Sebas y Sunny de aquí pronto. —murmuró Violet y los cuatro niños corrieron escaleras arriba para buscar a ambos bebés en su habitación, pero su sorpresa fue que no estaban ahí.
—¿Donde están? —preguntó Blue.
—Sí, ¿donde estarán? —repitió el Conde Olaf que se encontraba recargado en el marco de la puerta. —Es muy raro que falten dos de los niños y además los más pequeños e indefensos. ¿Cuando fue la ultima vez que los vieron?
—Lo diré una sola vez, Olaf. ¿Que les hiciste? —preguntó Miles mientras cerraba sus puños con fuerza haciendo que sus nudillos se pusieran blancos, pero el Conde solo atinó a llamar a Sunny y Sebas como si de perros se tratara.
—¿Escucharon eso? Vino de afuera.
Antes de que el Conde Olaf pudiera decir otra cosa, los 4 niños salieron corriendo de la habitación y bajaron las escaleras para poder ir al patio trasero con el Conde y James siguiéndolos.
Algo estaba claro, Blue y Klaus habían descubierto el plan, pero... ¿lo habían descubierto todo?
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[MEET ME IN THE AFTERGLOW]
addictionsmic 2020/2024
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