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A BAD BEGINNING
part one

Para Beatrice: Querida, encantadora, muerta.
Lemony Snicket
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Si a ustedes les interesan las historias con final feliz, entonces será mejor que vayan a otro lado. En esta historia no solo no hay un final feliz, sino que tampoco hay un principio feliz y hay muy pocos sucesos felices en el medio.

Mi nombre es Lemony Snicket y es mi solemne deber documentar la triste historia de los niños Baudelaire y Snicket tal y como pasó hace tantos años, pero ustedes como audiencia no tienen tal obligación, y les aconsejo a todos los espectadores voltearse de inmediato y ver algo mucho menos violento.

Esta historia será melancólica y llena de calamidades, una palabra que aquí significa desgracia y melancolía... eso se debe a que no ocurrieron muchos eventos agradables en la vida de los Baudelaire y los Snicket.

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Violet, Klaus y Sunny; eran niños inteligentes, encantadores e ingeniosos, y tenían unas facciones agradables, pero eran muy desafortunados. Y la mayor parte de las cosas que les pasaron estaban llenas de infortunio, miseria y desesperación, siento tener que decirlo.

Por supuesto que en otro lugar, no muy lejos, tenemos a Miles, Blue y Sebas Snicket; que al igual que los Baudelaire eran inteligentes e ingeniosos, sin embargo su línea familiar los perseguía día y noche, convirtiendo al mayor de los hermanos en un chico apático.

Pero así se desarrolla la historia.

—Playa salada, por favor. —dijo Violet por el altavoz del tranvía desvencijado.

La familia Baudelaire vivía en una mansión en el centro de una ciudad sucia y ajetreada, y un día sus padres les pidieron de improviso que tomaran el desvencijado tranvía para ir solos a la playa. No muy diferente a esta situación, los Snicket vivían en un hotel a orillas de la playa, y un día su madre les pidió que fueran a dar un paseo por aquella costa sin darles muchas explicaciones.

—¿Por qué crees que mamá nos haya pedido que viniéramos, Miles? —cuestionó Blue a su hermano mayor, el cual sólo alzó los hombros a modo de respuesta. —Quizás podríamos ir más tarde a la feria. El desvencijado tranvía pasa aquí en frente.

Blue Snicket, era el jamón del sándwich de sus hermanos, lo que hacía que no tuviera tantas responsabilidades como Miles ni tantas atenciones como su hermano menor. Tenía doce años y tenía la habilidad de crear y transformar mezclas en el laboratorio del que se había adueñado en el hotel en el que vivía.

—Kit nos pidió no alejarnos de la playa. ¿Sabes lo que eso significa?

—Aguafiestas. —murmuró la castaña mientras acomodaba una toalla sobre la arena y empezaba a acomodar sus tubos de ensayo.

—Sí, también te quiero. —dijo Miles antes de alborotar el cabello de su hermana y posteriormente, al ver que el tranvía se detenía y bajaban dos niños y una bebé de aquel transporte, rodó los ojos. —¿Segura que es el día perfecto para experimentar? Siento que el salitre me arruina el cabello.

Miles Snicket, era el mayor de los hermanos y aunque no era el mejor en química, es seguro que era el mejor en matemáticas. No había que esperar mucho tiempo para que resolviera cualquier problema matemático, ya que su mente parecía trabajar tan rápido como una calculadora.

—El salitre no arruina el cabello, idiota. Eso lo hace la humedad. —contestó Blue con obviedad mientras comenzaba a verter líquidos en un tubo de ensayo que pronto se tornó de color verde.

—¡Es lo mismo!

—¡No es lo mismo!

—¡Pero el resultado es igual! —reclamó Miles, dando por terminada la discusión ahí. —Está por llover, deberíamos volver.

—El clima está perfecto, y mamá dijo que sabríamos cuándo volver. —puntualizó Blue.

Cuando hacía calor y brillaba el sol, la playa estaba llena de turistas, haciendo que fuera imposible encontrar un lugar para poner la toalla. Pero en los días grises y nublados, los niños tenían prácticamente la playa para ellos solos y podían experimentar en sus proyectos, mezclas e inventos.

Así que no muy lejos de donde estaban Blue y Miles, Los Baudelaire acomodaron su toalla para poder comenzar a trabajar en el último invento de Violet.

—¿Están listos? —preguntó Violet.

—Manos a la obra. —respondió Klaus.

—¿Será tan bueno como el buzón?

—Será incluso mejor que el buzón. —aseguró el de lentes, haciendo que su hermana mayor sonriera con emoción.

Violet Baudelaire, la mayor de los niños Baudelaire tenía catorce años y era diestra. Tenía el don de inventar y construir extraños aparatos. Cuando Violet Baudelaire se ataba el cabello en una coleta era una señal segura de que las poleas, engranes y herramientas de su mente inventiva trabajaban a toda velocidad.

—Klaus, ¿las corrientes predominantes que ángulo tienen? —cuestionó Violet después de haber atado su cabello.

—El ángulo de las corrientes predominantes...

Klaus Baudelaire; el mediano y el único varón, tenía poco más de trece años y usaba anteojos, lo que lo hacía parecer inteligente.

—Ahora a elegir el proyectil. —dijo Klaus, cerrando su libro.

Es más, era inteligente.

—Sunny, ¿es el proyectil correcto? —preguntó Violet a su hermana pequeña, a su vez, le mostraba una roca que había tomado de entre la arena. A este punto, los Baudelaire ya habían llamado la atención del mayor de los Snicket.

Sunny Baudelaire, era una bebé. Palabra que aquí significa persona que aún se comunica mediante chillidos ininteligibles, por lo que a la mayoría se le dificulta entender lo que dice.

—¿Puedes darme una piedra que no sea de arenisca? —pidió Sunny, por lo que Violet buscó entre la arena, hasta que se escuchó un gran "caboom" y poco después, Miles se encontraba extendiéndole una piedra a Violet.

—No pregunten, solo ignórenme. —pidió el pelinegro mientras que los Baudelaire lo miraban extrañados y a la vez sorprendidos, sin embargo, hicieron lo que Miles les pidió y continuaron con el avance del invento de Violet. Entonces, Violet le entregó la piedra a Sunny y esta comenzó a morderla.

Sunny lograba compensar sus carencias a la hora de comunicarse con el tamaño de sus cuatro afilados dientes.

—Es perfecto, Sunny, gracias. —dijo Violet tras haber recibido la piedra ya lisa, entonces se levantó, junto a Klaus y Miles, el cual volteó hacia atrás y después se escondió detrás de Klaus. Mientras tanto, Violet sacó un gis blanco y marcó la piedra antes de prepararse para lanzarla... con la mano izquierda.

—Violet, ¿por qué usas la mano izquierda? —preguntó Klaus, dando unos pasos hacia su hermana para alejarse de Miles.

—Quiero ver si llega tan lejos cuando la lanzó con la izquierda como con la derecha. —respondió Violet.

—No es por criticar, pero creo que el método científico requiere un sistema más estable. —informó Klaus, haciendo que Violet y Miles lo miraran fijamente.

—Estoy de acuerdo con él.

—¡Ay! —se quejó Miles, por lo que los Baudelaire voltearon a verlo y notaron que Blue estaba a su lado, pellizcando su brazo. —¡Ya suéltame!

—No te pellizque fuerte, dramático. —reclamó la ahora rubia mientras fruncía el ceño. —Por cierto, soy Blue Snicket... y el tonto arruina experimentos a mi lado es Miles, mi hermano. —las palabras de Blue hicieron que Violet sonriera mientras cambiaba su proyectil de mano para poder saludarla con su mano izquierda.

—Yo soy Violet Baudelaire, y ellos son mis hermanos; Klaus y Sunny. —presentó Violet, mientras que los ya mencionados igual saludaban a los Snicket. —Estábamos por probar mi nuevo invento. ¿Quieren quedarse a verlo? Tener una opinión extra nos serviría.

—Eso suena bien, sí. —dijo Blue mientras asentía, así que Violet se dispuso a continuar y lanzó el proyectil con su mano derecha, siguiendo la recomendación de Klaus, y una vez que el proyectil dejó de rebotar en el agua, todos los niños se agacharon, rodeando la canasta que los Baudelaire habían dejado sobre su toalla.

—¿Qué fue lo que Einstein dijo? —preguntó Violet, por lo que Klaus acomodó sus gafas.

—La más hermosa y profunda emoción que podemos experimentar es el misterio, en él se origina todo arte y ciencia verdadera. —recitó Blue antes de que Klaus pudiera decir algo, haciendo que el de lentes sonriera.

—¿Y qué fue lo que James Brown dijo? —preguntó Violet nuevamente.

I got something that makes me want to shout. —contestó Klaus mientras entrecerraba los ojos y miraba al horizonte.

Entonces la mayor de los Baudelaire encendió un mecanismo que se encontraba dentro de su canasta y al activarse este extendió un gran brazo robótico con un gancho que fue en busca de la piedra que anteriormente Violet había lanzado. Luego regresó a su lugar y dejó la piedra en la mano de la castaña.

—¡I'm super bad! —dijeron Klaus y Violet al unísono.

—Increíble. —murmuró Miles, mirando el invento de Violet con curiosidad.

—Funcionó. —dijo Violet, que miraba con orgullo su invento.

—No esperaba lo contrario. —aseguró Klaus con una sonrisa.

Si, el invento de los Baudelaire funcionó... y aunque la mezcla de Blue no había funcionado, este sería el momento perfecto para irse y fingir que el resto de la historia fue igual de feliz y exitosa.

—Ojalá mamá y papá lo hubieran visto. —comentó Violet mientras veía el proyectil en sus manos con un ápice de tristeza.

—Estoy seguro de que cuando vuelvas a tu casa podrás mostrarles. —afirmó Miles, haciendo que Violet le dedicara una pequeña sonrisa.

—Es solo que... no es normal que nos manden a la playa solos. —dijo Klaus, con la mirada totalmente perdida en la arena, pero estas palabras sin duda alguna causaron una reacción en los Snicket, que se miraron entre sí con los ceños fruncidos.

—También a nosotros nos dijeron que viniéramos solos. —agregó Blue, por lo que los Baudelaire la miraron. —Algo raro está pasando hoy.

—Pueden ser solo coincidencias. —replicó Miles.

En ese momento, una tos comenzó a escucharse a lo lejos, haciendo que los niños volteasen hacia el lugar del que provenía aquel sonido. Sin embargo, no pudieron ver mucho, ya que había mucha niebla.

—¿Quién es esa figura misteriosa? —balbuceó Sunny y debido a lo dicho, Klaus y Violet se levantaron y levantaron a su hermana para poder acercarse un poco más a aquella persona. Por otro lado, los Snicket permanecieron en su lugar.

—¿Crees que deberíamos ir? —preguntó Miles mientras ladeaba la cabeza.

—Lo único que vas a hacer, va a ser buscarle una solución a mi cabello, pedazo de inepto. —reclamó Blue dándole un golpe en el hombro a su hermano, llamando su atención. —¡Te dije que no agregaras sustancias a lo tonto!

—¡Pero agradéceme! Te queda bien el rubio. —replicó Miles, causando que Blue volviera a darle un golpe.

—¡Esto ni siquiera es rubio! ¡Es decolorado manchado! —respondió Blue y antes de que Miles pudiera decir algo, notó como los ojos de su hermana comenzaban a cristalizarse, haciendo que el mayor negara rápidamente.

Sin embargo, antes de que Blue pudiera llorar para manipular a su hermano y antes de que Miles prometiera buscar una solución y rogara para que su hermana no lo acusara con su mamá, escucharon involuntariamente la conversación de los Baudelaire con el hombre frente a ellos.

Sin duda desearía poder regresar en el tiempo y cambiar la historia de los Baudelaire y los Snicket en este instante en particular. En lugar de continuar por el camino de la desgracia, la tribulación y... el funesto y terrible inconveniente que está por ocurrir.

—Es un día muy lindo. Pero les traigo malas noticias, niños. —informó aquel señor que Miles pudo reconocer del banco, se llamaba Arthur Poe. —Sus padres fallecieron en un terrible incendio que destruyó toda su casa. —al escucharlo, la piedra que sostenía Violet cayó en la arena y los rostros de los tres hermanos Baudelaire pronto reflejaron incertidumbre y miseria. —De verdad siento mucho tener que decirles esto... pequeños. —entonces, al no obtener respuesta, el señor Poe volvió a hablar. —Fallecer significa morir.

—Sabemos lo que significa. —contestó Klaus antes de que volviera el sepulcral silencio en el que anteriormente habían estado sumergidos, pero tras unos segundos en los que el señor Poe permaneció viendo a su al rededor, se topó con los Snicket, los cuales veían con una pisca de lástima a los Baudelaire.

Así que el señor Poe se acercó a ellos, feliz de que se había ahorrado el trabajo de buscarlos.

—Por lo que veo, ustedes deben de ser los Snicket. Su madre mencionó que estarían con los Baudelaire.

—Debe haber un error, ni siquiera nos conocíamos hasta hace 10 minutos. —dijo Miles, desviando la mirada de los Baudelaire y codeando a su hermana para que hiciera lo mismo.

—Sí, cómo sea. Me temo que tienen que venir conmigo y los huérfanos. —informó el señor Poe.

—No hay necesidad de llamarlos así. —murmuró Blue, jugando con la arena y sus dedos.

Y pese a las múltiples negaciones de los Snicket, el señor Poe terminó llevándolos con él y los Baudelaire en su reducido automóvil.

He investigado por meses y me he quedado dormido llorando durante años tratando de descubrir la causa precisa del incendio Baudelaire y cuál fue la razón por la que los Snicket terminaron siendo arrastrados a toda esta serie de eventos desafortunados. Pero lo único que mis socios y yo logramos descubrir es que ni el departamento oficial de bomberos ni el de voluntarios al que pertenecía la mamá de Miles y Blue, pudieron llegar a tiempo para apagar el fuego, y de inmediato toda la mansión Baudelaire estaba envuelta en llamas.

Es inútil que describa lo mal que se sintieron Violet, Klaus y Sunny y lo impotentes que se sintieron Miles y Blue después de que esto pasara. Si han perdido a un ser amado e importante para ustedes, ya saben lo que se siente, pero si no... no podrán imaginárselo.

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—Nunca me ha pasado algo así, pero me imagino cómo se deben sentir, niños. —aseguró el señor Poe, haciendo que Miles bufara y rodara los ojos.

—Créame señor Poe, no tiene ni idea. —aseguró el rizado antes de trazar un pequeño dibujo en las cenizas con la punta de su pie... un ojo.

—Supuse que querrían ver lo que quedó de la mansión Baudelaire... aunque está más o menos...

—No quedó nada. —interrumpió Violet, viendo su antigua casa.

—Solo quiero asegurarles, niños Baudelaire que no tienen nada...

—Absolutamente nada. —interrumpió esta vez Klaus.

—De que preocuparse. —completó el señor Poe mientras que los niños se separaban para ver diferentes partes de la casa.

Pero en un momento, Blue y Klaus se encontraron y antes de que pudieran entablar una conversación medianamente normal, Blue pateó algo suavemente al caminar, por lo que volteó a ver a Klaus.

—¿Klaus? —llamó la pequeña, haciendo que el de lentes volteara a verla y al notar que señalaba algo, él se agachó a recogerlo. —¿Qué es eso?

—Yo soy el albacea de los Baudelaire, por lo que me encargaré de todos los asuntos que dejaron tras su muerte. —informó el señor Poe antes de que Klaus pudiera responder a la pregunta de Blue.

—¿Qué dejaron tras su muerte? —preguntó Violet mientras entraba junto con Miles y Sunny a la habitación en la que se encontraban Klaus, Blue y el señor Poe.

—Valores financieros. Sus padres dejaron una enorme fortuna que será suya cuando Violet sea mayor de edad. Hasta entonces quedarán al cuidado de un tutor o tutores legales, quienes elegiré yo junto con mis compañeros banqueros de la Corporación Fraudusuaria. —después de decir eso, el señor Poe le hizo una seña a los niños para que lo siguieran de regreso a su auto, lo cual los niños hicieron, no sin antes darle una última mirada a las ruinas de la mansión Baudelaire. —Despídanse, niños Baudelaire.

—Hasta pronto. —murmuró Violet tras haber subido al auto del señor Poe junto a sus hermanos.

—Hasta que encontremos al tutor asignado se quedarán en mi casa, niños Baudelaire. Al igual que los Snicket por petición de su madre, y considerando que ya se conocen tal vez podrían hacerse amigos, lo cual no suena tan mal para ustedes, ¿cierto? —cuestionó el señor Poe mirando al grupo de niños por el espejo retrovisor, por lo que los Baudelaire y los Snicket solo se dedicaron a asentir.

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—Antes que nada, mi hermana y yo queremos agradecerle su... hospitalidad, señor Poe. —dijo Miles, haciendo que el señor Poe hiciera un pequeño ademan de mano para restarle importancia.

—No es molestia. Además, lo hago por el bien de mi gasolina. —informó el señor Poe y posteriormente soltó una pequeña risa. —Y es mi trabajo, su madre me pidió que cuidara de ustedes y de sus cuentas bancarias hasta que puedan ir a casa de su padre.

—Pero eso no tiene nada que ver con la cena. —dijo Blue tras haber soltado un suspiro lleno de dramatismo, luego miró a su hermano mayor e hizo un pequeño puchero. —¿Que hay de cenar, Miles? Me ruge la panza.

—Es un cuervo. —dijo Edgar mientras apoyaba su rostro sobre sus manos y miraba con atención el rostro de Blue, haciendo que esta misma hiciera una pequeña mueca.

—Es una corneja. —corrigió Albert.

—Es un cuervo. —replicó Edgar de inmediato, dejando de ver el rostro de Blue para poder discutir con su hermano.

—¡Es una corneja!

—¡Es un cuervo!

—Es pollo, pollo hervido. —interrumpió la señora Poe. —También tenemos papas hervidas y ejotes escalfados.

—¿Qué significa escaldados? —preguntó Edgar.

—Es escalfados, idiota. —corrigió Miles, haciendo que tanto Edgar como su mamá lo vieran con el ceño fruncido.

—Significa hervidos. —se apresuró a decir Klaus antes de que comenzara una nueva discusión.

—Nadie te preguntó. —añadió esta vez Albert, haciendo que Blue decidiera meterse también.

—De hecho tu hermano lo hizo, no es culpa de Klaus que sea tan inepto.

—Dejen a los Baudelaire y a los Snicket en paz, hijo. —murmuró el señor Poe antes de que Albert pudiera decir algo en contra del grupo de niños.

—No cariño, Albert tiene razón, nadie les preguntó a ellos. —interfirió la señora Poe, por lo que tanto Blue como Miles rodaron los ojos y este último sacó un cigarro y un encendedor de sus bolsillos, sin importarle si a los Poe les molestaba aquella acción. —Pero mira este grandioso titular.

"Mansión Baudelaire en llamas"

—Cariño, no hagas eso frente a los niños. —reclamó el señor Poe señalando indiscretamente a los Baudelaire, haciendo que su esposa aventara el periódico a la mesa y se cruzara de brazos.

—Pensé que los animaría, se ven tan melancólicos.

—Acaban de perder a sus padres, ¿creyó que ver eso en periódicos a nivel nacional los haría sentir bien? —preguntó Blue irónicamente, causando que Miles soltara una pequeña risa nasal sin nada de gracia.

—No parece muy inteligente. —susurró Miles para que solo su hermana pudiera escucharlo.

—Le pedí a mi mejor reportero que escribiera un artículo para la portada, así todo el mundo sabrá que los Baudelaire ahora son huérfanos y que su casa quedó totalmente destruida. —explicó la señora Poe con emoción, mientras que Klaus miraba su plato vació con los ojos cristalizados y Violet jugaba con la mano de Sunny, intentando distraerla de las palabras de la señora Poe. —¡Pero niños es la portada! Algunos lo esperan toda la vida. Y mira cariño, te mencionan aquí.

Entonces, el señor Poe se desentendió rápidamente de su remordimiento y tomó el periódico para ver el texto que le señalaba su esposa. No pasó mucho tiempo antes de que esa conversación sobre un ascenso pronto se convirtiera en una discusión sobre como deletrear la palabra promoción. Así que debido a la incomodidad y pesadez del ambiente, Klaus decidió hablar.

—No tengo mucha hambre... ¿y nuestros dormitorios?

—¿En plural? —cuestionó el señor Poe tras haber tosido casi en la cara de Miles, el cual hizo una pequeña mueca de asco y sacó el humo de su cigarro lentamente.

Los niños pudieron confirmar que sería una larga noche cuando el señor y la señora Poe los guiaron hasta el cuarto de sus hijos y les mostraron un pequeño catre al centro de la habitación. Al inicio los niños creyeron que algunos se quedarían en una cama y el resto en el catre, sin embargo, les quedó claro que eso no sería así cuando Edgar y Albert se acostaron en sus respectivas camas.

¿Acaso los Poe planeaban que cuatro niños y una bebé cupieran en un catre individual? ¿O solo les estaban jugando una mala broma?

Cuando la pareja de casados salió de la habitación, los niños suspiraron al mismo tiempo, pensando en cómo se acomodarían para dormir.

—Ni de broma, no, no pienso dormir con otras tres personas y media en un solo catre individual. —dijo Blue rápidamente después de que el matrimonio Poe saliera de la habitación.

—Ni yo, a penas y caben ahí los Baudelaire, y mis rizos no están acostumbrados a compartir almohada. —dijo Miles y miró el piso antes de negar. —El piso tampoco es una opción, no se ve muy limpio. —entonces, rápidamente dirigió su mirada hacia Edgar que suspiró con frustración y negó.

—No te daré mi cama. —replicó Edgar.

—Si que lo harás. —dijo Miles y caminó hacia él, por lo que Edgar se reacomodó en su cama y negó.

—Si me tocas voy a gritar. —amenazó Edgar por lo que Miles rio falsamente y antes de que pudiera hacer otra cosa, Edgar se levantó y corrió hacia la cama de Albert.

—No era tan difícil, ¿cierto?

Dicho esto, Miles le hizo una seña con la cabeza a las únicas niñas en la habitación para que fueran a la cama para que pudieran dejarlos a él y Klaus en el catre y así ellas pudieran dormir un poco más cómodas. Una vez que todos estuvieron acostados, Edgar se sentó sobre la cama y miro a los Baudelaire y a los Snicket.

—¿Cómo lo hicieron? —preguntó por lo que Blue, que ya estaba dispuesta a dormir, soltó un pequeño bufido mientras que los Baudelaire mayores se levantaban para poder mirar a Edgar.

—¿Hacer qué? —preguntó Violet con confusión.

—Incendiar la casa. —volvió a decir Edgar por lo que los Baudelaire suspiraron y se volvieron a acostar, mientras que Miles rodaba los ojos, dándole paso a su siguiente oración.

—Si quieres mañana te enseño, Edgar. Solo asegúrate de que tus padres estén dentro de la casa.

En los años posteriores investigué que fue de los hermanos Poe. Uno siguió los pasos del padre en el mundo bancario y el otro vive en una cueva y habla con las ovejas. Ambos creen que el otro vive mejor, pero lamento informarles que el destino de los Baudelaire y los Snicket fue... peor.

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[MEET ME IN THE AFTERGLOW]
addictionsmic 2020/2024

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