❦𝑪𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 4❦
—¿Es el tipo que derribó a Zack?— dijo una voz muy conocida para Hyo-ri.— Es lindo.
La rubia se dió la vuelta y su mirada se dirigió a la puerta del comedor. Quedándose estática de repente.
¿Eso lo había dicho Vin?
—Yo soy más guapo, ¿No?— preguntó de nuevo.
—Perdí contra el chico lindo, pero a tí podría ganarte.— lo provocó Lee.
—Ey, ¿Quieres morir?—
Zack, como respuesta le lanzó un puñetazo, solo que este lo paro a pocos centímetros de su cara.
Además de que Vin Jin ya tenía su mano en el pecho del otro.
—¡Vin!— gritó Hyo-ri con enfado, asustando a su amigo de gafas de sol.
—H-hyo-ri, no sabia que e-estabas aquí.— murmuró con nerviosismo.
—¿Que se supone que estás haciendo con esa mano? ¿Eh?— la fémina entrecerró sus ojos.
_N-nada, ¿Por que?— rápidamente quitó su mano derecha de donde estaba.
En eso, Zack empezó a reírse de Vin. Provocando que Mira se levantara y que también le empezara a reprochar sobre su comportamiento. Los dos chicos parecían ser dominados por la dos mujeres.
De un momento a otro, se pudo notar cierta tensión entre Daniel, y un chico que había llegado, Vasco.
Todos se quedaron boquiabiertos al ver cómo éste ponía su brazo en el hombro de Park y apretaba poco a poco.
Y como siempre, Hyo-ri se iba a poner a la defensiva para poder ayudar a Daniel, así que caminó hasta éstos dos y comenzó a hablar.
—¿Que rayos estás haciendo? Deja de molestar a Daniel.—
—Apartate de ahí, Hyo...— susurró con fuerza el de gafas.
—Deja, Vin. Me sé defender.—
—E-esto...— dijo el chico de tatuajes confundido. ¿Por que defendía a un chico tan abusivo como el?
—No pasa nada, Hyo-ri. Estoy bien.— dice el moreno con una sonrisa hacia la dirección de la rubia. Luego, miró a Vasco.— Disculpa si te molesté. Te confundí con otra persona.
Dijo quitando la mano del chico de su hombro, como si fuera una simple pluma.
Y justo cuando Vasco iba a darle su merecido, su mejor amigo Jace, se interpuso entre ellos, gotas cayendo de su frente.
—¿Creíste que era otra persona?—
—Si, perdón.—
—Nah, suele pasar.—
—¿Que acaba de pasar?— susurró Hyo-ri para si misma.
[•••]
Más tarde, al salir de clases, algunos se habían quedado hablando y recogiendo sus cosas. Una de ellas nuestra protagonista.
—Oye, Hyo. ¿Te gustaría venir con nosotros está noche?— preguntó Zoe, parecía tener la intención de acoplarse a los amigos de Zack.
—Lo siento, pero no puedo. Tengo cosas importantes que hacer.— dijo Hyo-ri recogiendo sus cosas.
—Ah, bueno, no pasa nada. Ya quedaremos otro día.— al parecer Zoe nunca se rinde.
—Si, claro. Me gustaría.— dijo la rubia con una sincera sonrisa. Sería su primera vez saliendo con una amiga que no fuera adinerada ni alguien que hubiera conocido a base de sus padres. Así que estaba contenta.
Después de terminar de recoger lo necesario, se despidió de sus "amigos", por que no estaba segura si era por su fama o por otra cosa, y salió de la preparatoria.
De nuevo, como el otro día, pudo apreciar otro coche negro delante de las puertas.
La fémina, alegre, esperaba que fuera el de Jake, pero su sonrisa cayó cuando de éste salió el chófer de su familia. También podía ver a su padre por la ventana trasera.
—Buenas tardes, señorita Hyo-ri.— saludó el hombre.
—Hola, Ray.— dijo ella con desgana. Sabía que si su chófer, y amigo del alma, iba a buscarla junto a su padre, era que tenían que ir a hacer una cosa de suma importancia.
Los negocios de su padre con el señor Choi.
[•••]
Tenía la duda de que usar. Si el vestido largo de gala o el corto que era mas discreto y formal. Tenía que decir que el largo era un poco llamativo, y no era como para llevarlo a una reunión de negocios. Así que optó por ponerse el corto de color negro con botones dorados. (Multimedia)
Se lo puso y se colocó unos tacones de punta en sus delicados y blanquecinos pies.
Al finalizar su look, salió de su lujosa habitación y se dirigió hacia el salón. Donde sus padres y hermana pequeña esperaban.
—Estoy lista, madre, padre.— avisa la rubia con su rostro sereno.
—Bien, pues ya nos vamos.— anuncia el hombre de la familia Nan, para seguidamente disponerse a meterse en el vehículo lujoso de primera categoría.
—Mami, no quiero ir...-—lloriqueó la pequeña.
—Tranquila, Eun-ri. Enseguida volveremos a casa. ¿Si?— su hija menor asintió y se acurrucó en el pecho de su madre, para seguidamente caer rendida y dormirse.— ¿Estás bien, Hyo? Hyo...
—¿Eh? Ah, si. Estoy bien, tranquila.— dijo ella con la intención de no preocuparla. No quería que se centrara en sus problemas personales.
—Ya llegamos, señoritas y señor.— anunció Ray.
—Gracias, Ray. Hasta luego.—
—Es mi deber, señorita.— el hombre entró de nuevo y se quedó ahí.
—Vayamos adentro. Nos están esperando.—
—Agh, no se ni por que venimos aquí. Si no podemos entrar.— refunfuñó la rubia.
—Hyo-ri, ya hablamos de esto.— le dijo su madre.
La familia Nam se adentró al gran edificio y subieron en ascensor hasta el ultimo piso, el despacho de Charles Choi, jefe de la empresa HNH.
Cuando llegaron, el padre de Hyo-ri se dirigió a la gran puerta de plata del despacho de Choi y entró, no sin antes avisar de que no tardaría mucho.
Que como mínimo serían dos horas.
—¡Hyo-ri!— gritó alguien por detrás. La nombrada se giró y vio a su amiga caminando hacia ella.
—¡Crystal!— gritó ella de vuelta. Las dos caminaron hacia la otra y se dieron un abrazo. Se llevaban muy bien, eran amigas desde pequeña, al igual que Jay y ella.
—¿Que haces aquí?—
—Nuestros padres y sus negocios. Ya sabes, lo de siempre.— dijo restando la importancia.
—Hyo-ri.— dijo en forma de saludo su guardaespaldas, Gun.
—¡Adonis!— la rubia conocía perfectamente esa voz y el apodo. Era su amigo travieso, Goo. Otro guardaespaldas de Choi.
—Hola, chicos. Hace mucho que no nos vemos.—
—Te he echado mucho de menos, mi preciosa Adonis.— el rubio intentó abrazarla pero ella se apartó rápidamente.
—Espacio personal, por favor.— sentenció la de oji-verde.
—Tan sutil como siempre mi querida Hyo-ri.— dijo sin importarle el comentario reciente de la chica.
—Dejala Goo. Vamos Hyo, vayamos a hacer tonterías.— le propone Crystal.
—Ah... Está bien. Adios, chicos.— Hyo-ri se despidió de los dos chicos y siguió a su amiga, a saber donde.
[•••]
—¿Puedes esperar un poco aquí? Tengo que ir al baño.— dice Crystal.
—Si, claro. No hay problema.— le respondió Hyo-ri con una diminuta sonrisa.
Cuando su amiga se fue al baño ella se quedó en la gigantesca habitación, mientras pasaba el tiempo mirando el móvil.
Al escuchar el ruido de la puerta abriéndose creyó que era la chica. Pero estaba totalmente equivocada. Pues al escuchar la voz de aquélla persona se dió cuenta de quien era.
—Gun...— susurró.
—Hola, preciosa.— dice con una sonrisa egocéntrica.
—No me vuelvas a llamar así. Te lo dije la otra vez.— pronuncia ella con enojo.
—Oh, vamos. A Goo si que le dejas que te llame así.—
—A Goo, no le gusto.—
El de gafas se rió cínicamente y miró directamente a la rubia a los ojos.
—¿Es por qué me declaré?— cuando Gun dijo eso Hyo-ri se quedó estática.
—¿De qué más seria?— se cruzó de brazos.
Gun se rió de nuevo.— Esto es impresionante...— susurró, por suerte no fue escuchado por la fémina. Pues la puerta fue abierta de nuevo, pero ésta vez por la hija del presidente Choi.
—¿Gun? ¿Que haces aquí? Fuera.— Crystal se acercó a el y lo echó de la habitación. Y cuando lo hizo se giró a la de ojos verdes.— ¿Estas bien, Hyo? ¿Te ha echo algo?
—Amm, no. No pasa nada. Estoy bien, tranquila.— la tranquiliza Nan.
—Bien.— dice no muy convencida.
La puerta se escuchó por tercera vez en la noche, ésta vez era la madre de Hyo-ri.
—Cariño, es hora de irse.—
—Esta bien, madre. Voy enseguida.— con esa respuesta salió.
—Que volváis bien. Te echaré de menos.— le dice Choi.
—Yo también, amiga.—
Hola!! Espero que les esté gustando la historia.
Me acabo de dar cuenta de que se me había olvidado poner la foto del vestido de Hyo, así que lo pongo ahora :).
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