. . . 𝙏𝙃𝙀 𝙀𝙉𝘿. . .
You're pathetic. -
Aidan:
- ¡Sal se aquí maldito vicioso! - escuché gritar
Estaba volviendo a mi cuarto después del curso de escritura, la plática con ____ me dió suficientes razones como para no desear pasar con ella más tiempo, al menos por el momento
Caminando hacia mi puerta, vi a mi hermano con sus maletas, mientras le gritaba animadamente frases llenas de furia a Joshua.
- ¡No me interesa mínimamente que ahora tus cosas estén acá, te he dicho que te largues! - su voz se quebraba a momentos por el esfuerzo que estaban haciendo sus cuerdas vocales.
- ¿Que estás haciendo? - pregunté parado a sus espaldas con las manos en los bolsillos delanteros de mi pantalón
- Le digo que se vaya - me miró con una sonrisa sarcástica
- Ah... - pronuncié y comencé a acercarme a él con pasos lentos - Creía que Joshua vivía acá - dije irónicamente, su sonrisa falsa aumentó
- Es bueno cambiar - contestó
No había hablado demasiado con Sims, ambos sentíamos pena, no estaba en discusión y no era necesario recordarlo.
No era como el típico
“ Lo veo y me recuerda nuestro beso”
era más como
“Lo veo y pienso solo a como pude llegar a hacerlo”
Pero ahora se trataba de él contra mi hermano, debía de ser parcial en el debate, y en este caso, estaba claramente de la parte de Joshua.
- ¿Te estás llendo? - le pregunté al contrario
- Me iré por unas horas, mientras se calma - dijo mirando malamente a Ryan - Volveré luego - palmeó un par de veces mi hombro y se fue.
Apenas cruzó la puerta, mi hermano entró como si jamás se hubiera ido, como si la desición de irse no hubiera sido suya y únicamente suya.
- ¿Y... Que haces aquí? - hablé, cerrando rápidamente la puerta.
- Extrañaba al maravilloso olor a jugador de football - respondió apoyando su maleta en la cama que era de mi compañero, sentándose luego en ella.
- Hablo en serio - dije con expresión neutra - No creo haberte hecho mucha falta, tampoco creo que estuvieras celoso de Joshua en el departamento.
Ryan se limitó a suspirar fuertemente y acostarse de espaldas, yo esperé que hablara apoyado a la pared contraría.
Su silencio era tan vacío que me sentía solo, aunque si en su compañía creo siempre haberlo estado.
- A veces solo creo que ____ es tremendamente cruel. - murmuró mirando el techo, su rostro era serio - Es fácil amarla. Le gusta leer, escribir, vestirse como ella quiere solamente porque así es como ella lo quiso. - prosiguió en medio del silencio - Pero en un segundo todo termina, ella se vuelve sorda a cualquier opinión que no se la suya, extremadamente egoísta - se aclaró la garganta - O tal vez soy yo, con mi comportamiento paranoico, orgulloso y narcisista - me miró desde la misma posición que había mantenido desde un inicio - Así ella lo definió.
- Aún no dices porqué estás aquí - fue lo único que pude decir.
No soy bueno confrontando la gente, no soy para nada experto de sentimientos, no soy capaz de saber lo que la gente quiere escuchar para sentirse mejor.
- Tal vez eres tú y tus mentiras - apretó los labios, aún mirándome - Yo no lo sé que has tenido contra mi desde que nacimos, Aidan. - parecía querer llorar, cosa que yo nunca había visto.
Mi hermano siempre había corrido a donde no fuera visible cuando estaba por llorar, hasta que un día dejó de interesarle lo que le decía, y no hacia absolutamente nada.
No me sorprendía el hecho de que supiera sobre la foto, ____ se lo habrá reprochado de la peor manera, más me sorprendía que no estuviera dispuesto a darme golpes sobre golpes.
- Tu me odias tanto de haber llegado a engañar a la única persona que yo creí amar realmente, para que pudieras tomar mi lugar - tomaba profundos respiros, manteniéndolos en sus pulmones durante largos segundos, obviamente tratando de no sollozar - Y ahora no puedo ni siquiera enfadarme contigo, porqué haga lo que haga, tu no dejarás de tratar de terminarme.
Mi mente estaba en blanco mientras trataba de pensar en que podría decir para defenderme, no había nada que decir, no había respuesta a sus acusas.
- Pero si hay una cosa que me da paz - dijo - es que ____ no está con ninguno de los dos... - lo interrumpí
- Ella siempre ha sido demasiado para alguien como nosotros - sabía que lo habría dicho.
- Espero que no creas que creyó en tus mentiras porqué es estúpida o idiota - dijo casi susurrando - Lo hizo solamente porqué creyó en ti más de lo que te merecías.
No creo saber cómo podía mirar sus ojos con tanta facilidad, me sentía avergonzado, porqué jamás había visto lo que estaba haciendo con su perspectiva, jamás lo había visto de otra perspectiva que no fuera la mía.
Tampoco sabría decir como comenzó la rivalidad obsesiva contra Ryan, tal vez inicialmente solamente era la voluntad de ser el mejor
Y luego comenzó a degenerar.
Es algo irónico como estudio psicología y no tengo idea de quién soy, de porqué algunos de mis actos son tales, de como relacionarme en manera sana
- ¿Eso es lo que has venido a decir? - pregunté bajando la mirada - Si es así, puedes irte.
No tenía intención de humillarme frente a él, no le daría la satisfacción de saber que algunas de sus palabras habían perturbado mi orgullo.
De repente, como si hubiera dicho algo tranquilo y benévolo, todas sus lágrimas se disiparon.
- Lo haré - sonrió ligeramente, sentándose - No vine aquí a quedarme - irguió ulteriormente el torso, poniéndose de pie. - Estábamos bien antes de volver a encontrarnos, lo sabes - se acercó a mí, casi acorralandome a la pared donde apoyaba mi cuerpo
En ese momento, su expresión volvió a ser seria, como si el verme lo entristeciera, o le provocara algo más, era indescifrable.
- Eres patético - murmuré con ligero enfado, mirándolo directamente a los ojos - ¿A donde piensas ir? Fuera de esta universidad no eres nadie.
Soltó una días de burla, riéndose en mi cara.
- Es simple cambiar de instituto, Aidan - negó levemente con la cabeza - Y no quiero ser alguien - hizo énfasis en esa precisa palabra - No quiero volver a ser como tú
Contuve mis ganas de hacer algo que me traería consecuencias cuando, antes de alejarse, escupió en una parte del piso cercana a mi posición.
- Das pena - me separé de la pared
Ryan no dijo nada, ignoró lo que decía, y eso me irritaba, me irritaba mucho.
Lo vi tomar su única maleta, para luego dirigirse hacia la puerta.
Estaba hablando en serio, el se iría.
Y no se, nuevamente, porque el momento que por mucho había deseado se sentía tan mal.
- Te podría mandar se vez en cuando una carta, o un mensaje para decirte cuánto extrañaré nuestros momentos juntos - habló abriendo la puerta - Pero recibirás una hoja en blanco.
Lo que terminó oficialmente la discusión, fue su imagen desaparecer tras haber salido completamente.
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