Algunos días habían pasado desde la aparición de Finney y la muerte de El Raptor.

Finney les había confesado a ambas niñas todo lo que había ocurrido en aquel lugar, incluyendo las llamadas.

Casi les costó creer lo que el chico contaba pero a este punto de la vida ya no era sorpresa para ellas cosas como esas.

Sonrieron con tristeza cuando Finney mencionó a Robin, su amigo no había logrado salvarse pero su muerte no había sido en vano ni ninguna de los demás niños, Finn les había echo justicia a cada uno de ellos.
El Raptor ahora estaba muerto y la pesadilla de Denver había terminado.

El padre de los hermanos Blake se había arrodillado ante sus hijos mientras lloraba pidiéndoles disculpas por los malos tratos que habían sufrido por su parte debido a su actitud egoísta, Finney no lo perdonaba aún pero trabajaba en ello por su hermana.

Después de dos semanas los tres habían vuelto a la rutina escolar.
Todos en el pasillo murmuraban sobre lo ocurrido, que Finney había matado a El Raptor y algunos lo aplaudían por haber echo justicia pero otros aún no se la creían.
El grupo de bullys había retrocedido al ver pasar a Finn, ahora ellos lo miraban con miedo o respeto.

Sophie sonrió contenta sabiendo que las cosas cambiarían de ahora en adelante.

—Extrañe todo esto.—confeso el rizado una vez sentado al lado de su amiga.

—¿La escuela, exámenes, tareas y proyectos?—pregunto la castaña incrédula.

—No, eso ni en sueños, me refería a ti y sentarme a tu lado.

Oh Dios, se lo que te prometí solo dame un poco de tiempo.

—Yo también te extrañaba Finn, un montón.

Ambos sonrieron y vieron entrar al profesor.

—📞—

Se sentaron sacando sus almuerzos, Donna les saludo dándole la bienvenida a Finn luego volvió con sus amigas.

Sophie antes estaba un poco...celosa de ella pero ya no era así ahora luego de conocerla mejor, Donna le agradaba.

—Es agradable ver a esos idiotas lejos.—dijo Sophie viendo al grupo de bullys sentados muy lejos de ellos.

—Si.—afirmó el rizado con una gran sonrisa.—Escuche que le rompiste la nariz a uno de ellos con un libro.

—Que rápido te enteras del chisme Blake.—rió ella mientras una sonrisa se formaba en sus labios.

Se sentía tan bien tener a Finn de regreso, sus mejillas dolían de tanto haber sonreído.

Quedaba una sola clase para acabar el día en donde Sophie y Finney tenían clases distintas.

—Te veo en la salida.—le dijo Finney, Sophie asintió y camino hacia su aula.

Entro al aula,se sentó en un lugar frente a la pizarra y sacó sus libros esperando a que el profesor llegara.

—Según dicen, él lo golpeó con un teléfono hasta matarlo pero es tan flacucho y débil que no sería capaz, incluso vi como varias veces lo golpeaba un grupo de niños y él no se defendía.

Sophie arrugó su frente al escuchar a aquella chica hablar así de Finney.

—Es mi amigo de quién hablas, deberías tener más respeto ya que gracias a él no habrá más secuestros.—dijo la castaña mirándolas con enojo.

El grupo aquel la ignoro pero no volvieron a mencionar de Finney.

—📞—

—Pueden irse, ayudaré a Suzie con su tarea e iré a casa.—les aviso Gwen con una sonrisa.

—Esta bien Gwen, cuídate.—se despidieron tomando su rumbo.

Gwen miro a Sophie y le guiño un ojo antes de irse, ella sabía que había sido una indirecta para que le confesara sus sentimientos a Finney.

Caminaron un largo en silencio. Sophie mordió su labio con nervios, tenía la necesidad de decirle a Finney lo que sentía pero a la vez solo quería ocultarlo para siempre y seguir siendo su mejor amiga.

—Soph.—le llamo su amigo.

—¿Que pasa?

—¿Que te pasa a ti?—le pregunto preocupado.—Estas nerviosa.

—No, no lo estoy Finn.

—Muerdes tu labio y no dejas tus manos quietas.

Sophie cerro los puños dándose cuenta de que el tenía razón.

—No es nada, olvídalo.

—Tengo algo que decirte.—le dijo Finney sin mirarla.

—Te escucho.

—Sophie tu has sido mi mejor amiga desde que tengo memoria.

"Mejor amiga."

Era ahora o nunca.
Debía decirlo antes de arrepentirse.

—Antes de que sigas, yo debo decirte algo tambien.—le interrumpió, no sabía lo que diría Finney pero debía decirle lo que ella sentía de una vez,quizás la cagaría pero tenía que decirle la verdad a él, era dolorosa la palabra "mejor amiga".—Yo no sé cómo empezar porque no iba a decirte esto...Dios dame fuerzas, es que la verdad, Finn...

"No te acobardes,no como siempre, dilo."

—Olvidalo, no es nada.—dijo la castaña,el miedo le había ganado.

"NO, NO, NO ERA LO QUE DEBÍA DECIR."

Finney arrugó su entrecejo confundido sin entender lo que había ocurrido.
Sophie se dio la vuelta cerrando sus ojos con fuerza.

"Es más difícil de lo que pensé, casi cagas tu amistad."

—Me gustas.—confesó Finney,al oír eso la respiración de la niña se entre corto, rápidamente se dio vuelta mirándolo.—Eres mí mejor amiga pero ya no puedo verte simplemente como eso.

"Dios si esto es una alucinación es muy cruel de tu parte."

—Esos días horribles que pase allí solo podía pensar en mi hermana y en ti.—confesó él chico mirándola a los ojos, tomo sus manos.—Pensé que era normal como me sentía contigo pero ahora se que no lo es, los amigos no se miran de esa forma.

Sophie se quedó unos segundos en silencio sin poder creer que a él le pasaba lo mismo.
Notaba el ligero temblor de las manos de Finney, sonrió acariciando las manos de el chico.

Con la confesión de Finney se sentía más confiada en ser vulnerable y arriesgarse en lo que iba a decir.

—Tambien me gustas.—confesó la chica con más confianza.—No se bien cuando paso pero los días en los que estuviste desaparecido me di cuenta de lo importante que eres para mi y que el cariño que siento por ti no es como el de los amigos...

Finney sonrió lleno de alegría al escuchar eso, se acercó a ella y la abrazo con fuerza y ella hizo lo mismo.
Ambos corazones latían con fuerza.

—Aún no puedo creer que te lo dije.—hablo Finney separándose del abrazo.—Pensé que saldría corriendo.

—Yo casi lo hago.

Ambos rieron, no sabían que hacer exactamente...era algo nuevo para los dos, solo se tomaron de las manos comenzando a caminar, aclarar las cosas los había puesto más tranquilos y a ambos les bastaba saber que el otro se sentía de la misma forma, no debían apurar nada tenían todo el tiempo del mundo.