014

Las clases habían pasado rapido al menos para Sophie, quien estaba ansiosa por llegar a su casa para descansar, nunca había tenido una pelea y no quería volver a tenerla pero valía la pena por Finney.

—Nos vemos mañana.—se despidió Gwen.—Cuidense.

—Ve con cuidado.—le dijeron ambos a la niña.

Vieron a Gwen alejarse, ambos comenzaron a caminar hacia su casa.

—¿Quieres hacer algo mañana?

—Si, claro.—le dijo Sophie con una sonrisa.

Comenzaron a charlar sobre tonterías, poco a poco iban quedando menos niños en la calle.

—¿Estas segura que estás bien?

El dolor en su estómago había disminuido un poco, Sophie asintió y él la miró no muy convencido.

—Finney Blake ya te dije que estoy bien.—repitió Sophie cruzada de brazos.

—Ya está bien, no te enojes.

—No estoy enojada, solo digo.

—¿Si no lo estás por qué arrugas tu nariz?—le dijo él tocando la punta de su nariz, ella instantáneamente cambio su rostro.—Te conozco doña enojona.

—No me llames así.

Ambos soltaron una risa.

—Nos vemos mañana Finn.—se despidió ella, el chico sonrió y se acercó un poco a ella.

—Si, nos vemos.—dejo un beso en su mejilla y se dio vuelta comenzando a caminar hacia su casa.

Sophie nuevamente sintió aquella sensación extraña por algo que era tan común hace unos pocos meses.

Entro a su casa, dejó sus cosas en su lugar y se metió al baño para poder ducharse.

Cuando se vio al espejo vio que tenía rojo en el estómago, era normal pues la patada había sido con mucha fuerza.



—📞—



Su madre finalmente llegó de su trabajo, le pregunto qué tal de su día y preguntaba en exceso como estaba Finney.

—Quiza salgamos mañana.

—¿Una cita?

—No mamá, no.—negó la chica soltando un suspiro.—Saldremos cómo amigos porque eso somos.

—Existen amigos que luego se hacen novios.—le dijo su madre mientras cocinaba.—Uno de los dos debe dar el paso.

—Si claro, porque también le gustó a él.

—No lo sabrás si no lo intentas.

—Prefiero conservar su amistad y no cagarla.

—El que no arriesga no gana.

—Dile eso a quienes se arriesgaron y ahora andan llorando.

—¿Siempre tienes que ser tan negativa?

—No soy negativa, solo digo la verdad hay que considerar las cosas malas como consideramos las buenas.

—Claro...

Ya estaba anocheciendo, solo quería cenar y dormir.

El teléfono de su sala comenzó a sonar, su madre estaba ocupada así que corrió a atenderlo.

—¿Hola?

Hola Sophie habla el señor Blake...—su voz sonaba rota y eso preocupo a Sophie.

—¿Esta bien señor?¿Finney y Gwen están bien?

Es sobre Finney...él no llego a casa esta tarde.

—¿Qué?—su mente había quedado en blanco procesando lo que el señor Blake dijo.

No debía ser cierto, su corazón casi se detuvo.

El jamás llegó de la escuela...y ya lo he reportado su desaparición, ¿podría hablar con tu madre?

—Claro...—murmuro mientras sus ojos se humedecían.

Y lo siento...se lo que Finney significa para ti.

Sophie tenía un nudo en la garganta, su madre se acercó a ella preocupada y ella le entrego el teléfono.

No quería creerlo, no quería, se negaba completamente.

Apretó su puño con fuerza mientras que sus lágrimas comenzaban a caer. Al rato su madre había colgado, se acercó a ella abrazándola.

—¿Por qué él?—pregunto Sophie mientras sus lágrimas caían sobre sus mejillas y su madre la abrazaba con fuerza.

Sentía nuevamente aquel vacío en el pecho...ese que sintió cuando su padre falleció. Quería que fuera una tonta broma y Finney solo estuviera en su casa.

Quería a Finney a salvo.

Esa noche Sophie no pudo dormir bien, sentía ganas de llorar todo el tiempo. Y no quería pensar en cómo estaría Gwen...sabía cuánto ella quería a su hermano y que es lo único que tiene.

Se levantó de su cama en completo silencio y miró por la ventana, no sabía exactamente qué era lo que miraba, solo buscaba algo...

—Finney...por favor tienes que aparecer.

Se quedo ahí mirando por la ventana hasta que sus ojos comenzaron a cerrarse.


—📞—


Abrió sus ojos sintiendo pesadez, se había quedado dormida frente a la ventana.

No era una pesadilla, Finney había desaparecido y era real.

Se dirigió al baño, lavo su cara y luego vistió, iría a ver a Gwen.

Vio a su madre preparando el desayuno.

—Hola linda...—le saludo, el acercó un vaso de jugo y unas tostadas.

—Hola ma.—miro el desayuno, solo bebió el jugo.—Quiero ir a ver a Gwen.

—Come una tostada al menos y luego ve.

Tomo la tostada y le dio un mordisco mientras su madre la miraba.

—Listo.—le dijo, se dio vuelta y salió de la casa antes de que su madre le dijera algo.

Camino hacia la casa de Finn...
Devuelta sentía aquel nudo en la garganta y dolor en el pecho, sus ojos volvían a cristalizarse.
Respiro he intento calmarse, no quería llorar solo quería ver a Gwen.

Su mente sólo pensaba en una cosa, más bien en alguien.
No quería llorar pero no podía contener sus lágrimas, Finney había desaparecido.

Ella jamás tenía esperanza en nada nunca.
Pero ahora solo deseaba que lo encontraran.

Una vez frente a la puerta de los Blake se armó de valor para tocar.
Su corazón se estrujaba de solo pensar en Gwen...

La puerta se abrió con rapidez encontrándose a Gwen, quién tenía unas ojeras terribles y su piel estaba muy pálida.
La abrazó con fuerza mientras que escuchaba a la más pequeña sollozar, acarició su cabello con una mano intentando calmarla un poco.

Al parecer estaba sola, paso un rato hasta que Gwen logro calmarse y entraron a la casa, había algunas botellas de alcohol en el piso...ella sabía que al señor Blake le gustaba beber pero no a ese grado...

—¿Quieres beber algo?—le pregunto la peli-negra, su voz sonaba apagada, aún en las peores situaciones Gwen era amable con todos.

—No, no te preocupes.—se sentó en el suelo junto a ella, observó las manos de la niña temblaban, sabía que nada de lo que dijera podría hacer sentir mejor a Gwen y lo entendía.

Simplemente se acercó más a ella y la abrazó, Gwen correspondió su abrazo mientras cerraba sus ojos.

Ambas necesitaban a Finney de regreso, el corazón de Gwen estaba roto, su único apoyo en aquella casa completamente infernal estaba pérdido, perdió a su madre y ahora temía perder a su hermano. Sophie también se sentía horrible, su mejor amigo, la razón de sus sonrisas y quién siempre estuvo allí para ella no estaba, ya había perdido a Robin y ahora a Finney, una parte de su corazón estaba tan rota como la vez que perdió a su padre.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top