007

—¿Les ocurre algo?—preguntó el rubio preocupado por su mejor amiga y hermana.

—No Finn, no te preocupes.—le respondió Gwen.

Finney y Robin se miraron entre si, no creían aquello pero no preguntaron más. Finney comenzó a hablar con Robin sobre una película y Sophie se le quedó viendo en silencio a su amigo sin darse cuenta.

A los ojos de Sophie, Finney era el niño más bonito que había conocido en su vida solo con mirarlo todos dirían eso, tenía un cabello rubio oscuro y algunos rizos. Una linda sonrisa y sobre todo un lindo corazón. Pero no era solo eso lo que le cautivaba a Sophie de él, Finney era un chico atento, dulce e inteligente.

Desde los ojos de Finney, Sophie era...ni siquiera podría darle una definición a la gran persona que era. Amable, graciosa, linda, sensible y también enojona, muy enojona y eso era algo que le agradaba a él de ella. Cuando eran niños peleaban todo el tiempo pero aún así, al final del día vivían a los abrazos.

Ahora ni siquiera recordaba cuando había sido su última pelea.

—Querida Sophie los mejores amigos no se miran de esa forma, allá tú si crees que si.—le hablo Gwen llamando su atención.

Sophie la miro rápidamente y frunció su ceño por lo que dijo Gwen.

Solo estaba observando a su mejor amigo siempre hacia eso, no era nada raro ni especial.


—📞—



Las clases habían concluido por ese día, se despidieron de Robin y siguieron su camino hacia la casa de Sophie, su madre había preparado para almorzar juntos a ellos.

La madre de Sophie recibió con un gran abrazo a ambos hermanos. Pues no era ningún secreto que los quería como si fueran de la familia. Y lo eran para ella.

—Les he preparado su platillo preferido.

Dejaron sus mochilas colgadas y entraron a la cocina, el rico olor a carne asada llegó a las fosas nasales de los tres niños.

El resto del día fueron risas, Anne pudo notar como esa preocupación que tenía su hija el día anterior y esa misma mañana antes de irse hacia la escuela se había esfumado.

Habitualmente Sophie olvidaba las cosas malas que ocurrían o le preocupaban cuando estaba con Finney. Ambos tenían el talento de hacer que el otro se desconectara de la tristeza y preocupación que cargaba el otro.

—Deja de alabar la comida de mi mamá, luego me vive presumiendo que es una gran chef.

Finney río ligeramente ante el comentario de Sophie y siguieron charlando animadamente.

—Ay Jesús.—suspiro Gwen, Anne la miro confundida.—Espero que algún día ellos sean pareja.

—Espero lo mismo pequeña, eso espero.—ambas miraban entretenidas al par de mejores amigos como si de una telenovela se tratase.

Así paso el resto del día, ninguno de los cuatro se dieron cuenta de la hora pues Gwen y Anne andaban concentradas en el chisme y bueno, los mejores amigos habían pasado todo el rato hablando y contando chistes.

—La hemos pasado genial, gracias por la invitación señora.—agradeció Finney y su hermana asintió con una sonrisa.

—Saben que no necesitan invitación, vengan cuando gusten además también la hemos pasado genial.—le dijo Anne sonriendo. En verdad amaba a esos pequeños.

Madre e hija vieron como los hermanos caminaban hacia su hogar, era un atardecer agradable.

Bueno, decir agradable en la situación que ocurría siempre no era muy común. Ya nadie disfrutaba nada en el pueblo.

La familia Stagg se había mudado hace un año cuando supieron que jamás volverían a ver a su hijo, ese día había sido el más triste para todo el pueblo de Denver, Griffin solo tenía 11 años cuando había sido secuestrado en abril de 1976.
Luego estaba la familia Showalter, ellos aún tenían esperanza de que encontrarán a Billy desaparecido en mayo de ese mismo año.
En cambio la familia de Vance...bueno, su madre reporto su desaparición dos semanas luego, todos sabían lo inestable que era la familia Hopper. Vance había desaparecido en septiembre de 1977.

Y la reciente desaparición de Bruce Yamada en julio de 1978. Su familia había organizado una campaña para poder encontrarlo. Apenas llevaba un día desaparecido y todos estaban buscándolo por todas partes.

—Hoy en la escuela dijeron que encontraron la bicicleta en la que andaba Bruce al momento de desaparecer.—le contó la chica a su madre.

—La familia Yamada esta pasando por un momento triste.—dijo su madre.—Su madre y padre hoy en la mañana repartían folletos con los datos de Bruce. Realmente espero que encuentren a Bruce y al maldito hijo de perra que ocasiona todo esto.

—Yo también espero eso.

Ambas estaban muy conscientes de que su deseo está en vano, ni siquiera habían encontrado a Griffin, nunca encontrarían a ningún niño desaparecido y eso era lo que más dolía.

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