—Necesito que todos estudien porque tendremos un examen muy pronto.—comento el profesor.

Todos en el aula asintieron y comenzaron a guardar sus cosas con prisa.
Era opcional asistir al partido de béisbol, algunos salían de la escuela y volvían a sus hogares y otros asistían al partido para luego irse.
Finney al ser parte del equipo de béisbol se había retirado minutos antes de la clase para alistarse para el partido.

—Yo me debo ir, lo siento pero ese deporte siempre termina aburriendome.—le dijo el de bandana a la chica.—Deseale suerte por mi y nos vemos mañana.

—Claro, nos vemos.

Robin se dirigió a la salida, en cuanto Sophie se encontró con Gwen para ir hacia al campus.

La chica de trenzas y ella enrollaron sus brazos como señoras viejitas para comenzar a caminar en dirección al campo.

—Hoy Finn hablo con Donna después de tanto tiempo, es increíble eso.—le comento la castaña, quiso sonar alegre por ello pero no lo logro.

—Supongo.—dijo la de trenzas, Donna le agradaba pero no la quería como novia de su hermano.—¿Te gustaría que fuesen pareja?

—Si Finn es feliz con eso...

—No, Sophie te pregunté cómo te sentirías tu, no él.—inquirió la niña mirando a la mayor, ella tuvo que pensarlo unos segundos.

—Pues...yo no lo sé.—confesó la castaña.

Siempre habian sido ellos dos,
sabía que si Finney comenzaba a salir con Donna eso cambiaría.
Ya no serían solo ellos dos.

—Soph, hace un año te pregunté si sentías algo por Finney, algo más que cariño fraternal.—dijo la de trenzas, la chica la miro nerviosa al recordarlo.—Tu dijiste que solo lo veías como tu mejor amigo pero, ¿sigue siendo asi?

Sophie se quedó estática pensando, Finney era y será su mejor amigo y nada más, ella solo estaba confundiendo las cosas por miedo a ser reemplazada.
Eran mejores amigos y lo quería como tal, ¿cierto?

—Es mi mejor amigo.—aclaró luego de unos segundos.—Yo solo tengo miedo a que eso cambie por Donna...pero no importa eso, ahora vamos rápido porque llegaremos tarde al partido.

Su pecho se estrujó con cierta tristeza al mencionar aquel título, mejor amigo, apretó ligeramente su puño ignorando aquel sentimiento y comenzó a caminar con más prisa junto a Gwen.

—📞—

Finney miro a todos lados esperando ver a su mejor amiga y hermana, en unos minutos comenzaba el partido y estaba muy nervioso al no verlas.

—¡Suerte Finney!—le alentó Donna.

Finney le sonrió agradecido.

Vio a su hermana y amiga entrar al campus mientras reían,
entonces observó a su amiga ella iba riéndose probablemente de algo que dijo Gwen, se veía muy linda como siempre. Reconocía la belleza que desprendía su mejor amiga, y no solo belleza superficial, sino que era tan bella como amable y dulce.
Sonrió agradecido por la mejor amiga que tenía en su vida.

—📞—

El partido había acabado hace unos segundos, el equipo de Finney había perdido contra el equipo de Bruce Yamada, él cual estaba festejando con alegría.

—La próxima les irá mejor.—le consoló su amiga.

Finney se saco su guante y limpio el sudor en su frente.
Sonrió desanimado.

—¡Hey Blake!—Bruce Yamada se acercó a ellos con una sonrisa amigable.—Fue un buen juego tu brazo es impresionante, espero podamos volver a jugar en otro partido.

—Muchas gracias, espero volvamos a jugar pronto.—le contesto Finney asintiendo,
Bruce era un buen contrincante.

El chico le guiño el ojo amigable luego se fue por su lado.

—¿Quieren venir a cenar mañana?

—¡Si!—exclamaron ambos muy felices, la madre de Sophie cocinaba muy bien y casi ya no disfrutaban de grandes comidas echas caseras.

—El único consuelo que podría alegrarme.—expreso el chico, Sophie lo miro ofendida.—Oh vamos, tu madre cocina muy bien.

—No me hables, Fifi.

Finney se abalanzó sobre Sophie apoyando su brazo en el hombro de esta.

—No me llames así.

Gwen los miro y sonrió alegre.

—¡Casi lo olvido, que idiota!

Ambas miraron confundidas a él chico.

—¡Quiero probar algo en el campus, rápido rápido!

Finney camino devuelta hacia el campus, Gwen y Sophie lo persiguieron confundidas. Al llegar Finney tenía un mini cohete armado para despegar.

—Hice esto en clase de ciencia y quería probarlo.—explico Finney a ambas chicas, ellas lo miraron emocionadas.—¡El conteo por favor!

—¡Listo para despegar!—exclamo la de trenzas con emoción.—¡En 5, 4, 3, 2, 1!

Finney oprimió el botón de su mini control y el prototipo salió despegando por el aire, aquella mini nave se perdió entre las nubes.

—¡Grandioso Finn!—le felicito su amiga.—Deberias inscribirte en el próximo concurso de ciencias.

—Eso hare.—le dijo con una sonrisa.—Ahora si ya podemos irnos.

—📞—

—Nos vemos mañana chicos—se despidió de los hermanos y luego entro a su casa.

—Hola corazón.—su madre la recibió con un beso.-—¿Como le fue a Finney en el partido?

—Perdieron.—le comento la chica dejado su mochila colgada.—Dice que el almuerzo de mañana le será un gran consuelo.

—Justo en mi ego culinario.—dijo su madre en un tono engreído.—Ya ves que si cocino genial.

—Ya entendí, tu cocinas maravillosamente y yo no sé freír ni un huevo.—dijo Sophie rodando los ojos.

Se dio un baño y luego agarro el libro que había comprado, estaba por la mitad y le faltaba muy poco poco para terminarlo.

—¡Iré de compras para cocinar mañana, vuelvo en un rato!

—¡Esta bien mamá!

Pasaron 10 minutos hasta que el teléfono comenzó a sonar, bajo hacia la sala para atender.

—¿Hola?

—Sophie.—Gwen sonaba algo desesperada.

El corazón de Sophie se detuvo por un segundo pasando por miles de ideas al oír la tan angustiada voz de su amiga pequeña.

—¿Gwen, aucedio algo?

—Se que puede sonar loco y que quizás no me creas pero yo...no se cómo explicarlo, tuve una visión con Bruce, algo malo le paso Bruce.

Frunció el ceño alarmada y a la vez muy confundida.

—¿Qué?—preguntó la castaña confundida sin entender.—¿Que le pasaba?

—Él se lo llevaba Sophie, El Raptor se llevaba a Bruce.

Sophie abrió los ojos asustada ante la mención de aquel hombre, no quería pensar en otro secuestro.

—No puedo hacer nada, mi padre cree que estoy loca y dice que solo es mi imaginación y mis sueños solo son sueños.

—Podemos ir con la policía.

—No nos creerán Sophie, tu sabes que ellos no van a creernos. Me acusaran de loca y a ti de conspirativa. Quizá sí es mi imaginación, quiero pensar que a Bruce no le sucedió nada.

Y ojalá hubiese sido así.