【Ⅴ】

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❝𝐔𝐥𝐭𝐢𝐦𝐨 𝐦𝐨𝐯𝐢𝐦𝐢𝐞𝐧𝐭𝐨❞
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A partir de ese dia, las cosas mejoraron.

Se podria decir que, aunque matar a Susan me destrozó, no tuve más opción que recoger mis piezas y juntarlas de nuevo para seguir adelante.

Un año pasó lentamente, entre la tortura de despertar un dia más en ese lugar y el golpe de realidad que traía eso consigo.

Los miembros del circo, ahora con Ray oficialmente incluido en el grupo despues de haberlo presentado con el resto, estábamos poniendo en marcha la siguiente fase del plan.

Bajo mi vigilancia, ellos empezaron a "portarse mejor."

Los shows mejoraron, más gente llegaba al circo cada función. Incluso Ray empezó a controlar su transformación y era consciente de lo que hacia cuando era un lobo.

Darkwood estaba satisfecho con nuestro avance con el pasar de las semanas.

—No se como lo hiciste, pero es la primera vez que parecen realmente adaptados al circo.—dijo Darkwood, tomando otra muestra de mi sangre.—Felicitaciones, ____.

—Creo que vieron los beneficios que tengo y solo quieren seguir mi ejemplo. No es tan dificil darse cuenta de que me va mejor desde que no causo ningún problema.

—De todas formas, deberás seguir vigilándolos.

—Esta bien.—se encogí de hombros.

Desvié mi mirada hacia sus asistentes, todos haciendo lo suyo.

Aún habia algo que me molestaba de ellos, además del hecho de que hace poco descubrí que casi todos tienen la lengua cortada.

Fue un descubrimiento que hice por accidente cuando limpiaba la jaula de Ray la vez que habia matado a un asistente de Darkwood por error.

—¿Por que los miras tanto?—preguntó Darkwood, leyendo mi curiosidad.

—¿Por que no tienen lengua?

Mi pregunta fue directa, ya estaba acostumbrada.

—Ah...eso...—Darkwood desvió la mirada unos segundos hacia sus asistentes, luego devolvió la mirada a la muestra de sangre que estaba analizando—No necesito que hablen, solo que me ayuden.

—¿Y por que los antiguos asistentes si hablan?

—Ah...¿Te refieres a esos dos antiguos?

—Si, se que el tercero murió el dia que Hikaru y los demás intentaron escapar...pero los dos restantes siguen con vida y con su lengua intacta.

—Ellos estuvieron desde los inicios del circo, saben tanto de esta investigación que sus opiniones podrían ser de ayuda.—se encogió de hombros.—Ellos dos son importantes, el resto pueden ser desechados como basura cuando quiera.

—Eso explica porqué nunca hace nada cuando Ray mata a esos asistentes, ¿No es cierto?—enarqué una ceja, cruzando mis piernas mientras seguía en esa silla eléctrica.

Darkwood volvió a encogerse de hombros. Tal vez, y sin saberlo, me habia dado la excusa perfecta.

Las semanas se convirtieron en meses y Neverland Circus empezó a tomar más popularidad que antes.

Pero aún sentia culpa, como todos. Cargaba con la muerte de mis amigos en la espalda, sabiendo que mis manos estaban manchadas con sangre.

A veces, incluso podía ver la sangre derramándose de mis manos a pesar de que no estaba ahí. Supuse que me estaba volviendo loca...pero Emma me dijo que, en algún momento, todos tienen alucinaciones de ese tipo.

Pero todos seguíamos aqui, sin más muertes dentro de nuestro grupo.

Ese era el tercer nivel del infierno en este circo, tratar de sobrevivir todos juntos.

Tal vez el cuarto nivel era mantener la cordura. Pronto llegue a la conclusión de que cada uno era diferente y vivía este infierno de diferentes maneras, en niveles diferentes.

—¿Más comida?

—Si. Ahora que practican más horas al dia...me di cuenta de que su mejor rendimiento es despues de comer.—respondí, observando la jeringa con el suero clavarse en mi piel de nuevo.

—Mhh...¿Eso es lo que crees?

—Creo que tú ya sabes que la energía de obtiene de los alimentos...y esa porquería que nos sirven no es alimento.—respondí, observando otra aguja atravesando mi brazo—¿Por que no haces la prueba durante una semana y ves que tanto mejora nuestro rendimiento?

Claro que Darkwood lo pensó bien, pues el asunto implicaba a su circo y un mejor rendimiento en los miembros que daban el espectáculo. Tal vez se preguntó si de verdad le convenía.

—Supongo que podria intentarlo.

Yo seguía convenciendo a Darkwood de dar pequeños cambios con la excusa de que todos mejorarían su rendimiento en los espectáculos. Mejores condiciones de vida significaban mejores espectáculos.

Así pasó otro año.

Las cosas cambiaron lentamente, pero de forma segura. Llegó un punto en el que podíamos comer dos veces al dia y en muchas ocasiones comíamos las tres comidas del dia.

Ibamos al baño cuando deseábamos y yo tenia la libertad de ir a donde quiera despues de que Darkwood me entregara las llaves de mi jaula.

—¡Con ustedes, la muñeca viviente! ¡Denle un aplauso a nuestra Doll !—Darkwood se hizo a un lado para darle paso a Anna.—Despues de este acto, cerraremos la noche con la bestia del circo.

En cuanto a los apodos, el publico les otorgó apodos a cada uno con el paso del tiempo.

Neverland Circus habia tenido más fama que nunca.

Sonaba irreal, pero habíamos logrado todo eso porque me habia ganado la confianza de Darkwood.

Y aunque Darkwood tenga dudas en el fondo, fuimos lo suficientemente cuidadosos y no causamos ni un solo problema. Claro que el cambio fue gradual, pero funcionó al fin y al cabo.

Seguía siendo un infierno, pero podíamos sobrevivir mejor. Ahora realmente teníamos esperanza de escapar algún dia.

Pero olvidé algo.

Si Neverland Circus iba a crecer, la ambición de Darkwood crecería junto al circo.

Un dia, Darkwood salió y dijo que regresaría en una semana. Normalmente cuando hacia ese tipo de viajes, significaba que en su regreso traería algo nuevo como sucedió con Ray.

—¿Un bozal? ¡Eso lo usan los perros!

—Solo es para que puedas caminar libremente.—fruncí el ceño cuando vi que Ray se negaba a ponérselo, pero admito que luchaba por no reírme—Vamos, debes ponértelo.

—No me voy a poner un estúpido bozal para perros.

—Lo harás. Esa es la condición que Darkwood dio para darme las llaves de tu jaula.

Ray se volteó rápidamente, al principio pensé que era porque queria evitar el bozal...pero sus orejas se movieron como cuando escuchaba algo que le llamaba la atención.

—¿Qué escuchaste ahora?—pregunté, ladeando la cabeza.

De pronto, alguien tocó mi hombro desde atrás.

—¡Feliz cumpleaños!—exclamaron todos los demás, al unísono.

Lo habia olvidado ese dia, mi cumpleaños.

Normalmente celebraba con mi familia y muchos invitados en una ostentosa fiesta en honor a mi hermano y a mi, pero ahora era diferente. Tenia una nueva familia, los miembros del circo.

Y los cumpleaños tomaban un mayor valor para nosotros, porque significaba que habíamos sobrevivido un año más.

—No tenemos un pastel de verdad, pero te hicimos esto.—Emma me extendió algo.

Solté una risa, era un pastel de peluche. Estaba hecho con partes rotas de ropas viejas que tuvimos todos, incluso tenia pequeños retazos de tela que formaban parte de los uniformes de nuestros antiguos amigos.

El relleno era el mismo que de nuestras almohadas, deduje que todos habian donado un poco de sus almohadas.

—Esto es...¿Para mi?—tomé el pequeño peluche en manos, sintiendo una pequeña mezcla de emoción, tristeza y gratitud.

Era un peluche pequeño y mal cocido, pero yo podía ver todo el esfuerzo y cariño que le habian puesto. Era un regalo que todos hicieron para mi.

—Las cosas mejoraron gracias a ti, te debemos mucho.—dijo Anna—No te tratamos de la mejor manera antes...pero teníamos miedo, aún lo sentimos mucho.

—Ya pasaron dos años, no es necesario volver a pedir perdón.—miré a nuevo al peluche, luego a mis amigos.

Estaba feliz, dentro de lo que podria caber. Mi plan tomaba forma y estaba segura de que pronto podriamos escapar si resistíamos un poco más.

Ya casi llevaba dos años en ese lugar, todo se habia vuelto demasiado normal.

Escapar pronto se convirtió en un sueño que sonaba irreal, pero que sabíamos que podíamos alcanzar. No era imposible, solo muy dificil. Queríamos alcanzar ese sueño con todas nuestras fuerzas.

De pronto noté que todos se habian callado, mirando detrás de mi. No fue dificil intuir quien habia llegado.

—¡Feliz cumpleaños, hada!

—Pensé que no regresaría hasta dentro de unos dias, señor Darkwood.

—En realidad ocurrió un imprevisto y tuve que regresar—me entregó, mejor dicho estrelló contra mi, una bolsa de papel.—Te traje esto. De nada, pequeña mocosa.

Abrí la bolsa de papel, dentro habia un pastelillo.

—¿Le puso alguna clase de veneno?

—No hago eso, al menos no desde que terminamos los experimentos con veneno.—se encogió de hombros—Ah, por cierto, tengo otro regalo para ti.

Detrás de Darkwood llegaron diez nuevos asistentes, me preguntaba de donde conseguía tantos. Se habia ido de viaje solo cinco dias y ya traía nuevas personas.

Además de asistentes, trajo sacrificios nuevos dentro de una jaula...pero estos eran diferentes.

Tenían deformidades en el cuerpo, algunas extremidades desproporcionadas y las expresiones indicaban nervios y terror. Estaban asustados, pero seguramente ni siquiera sabían que era este lugar.

—¿Quiénes son ellos?

—Los nuevos.—se acercó hacia mi, tomó mi mano solo para arrastrarme hacia el laboratorio—¡Vamos! Tu regalo está en el laboratorio.

Eso no sonaba nada bien.

—¿Por que los nuevos sacrificios tienen esa apariencia?

Darkwood no me respondió.

—Esas deformidades...no pueden ser normales. —mencioné, intentando sacarle algo de información a Darkwood—Usted las causó ¿Tiene un laboratorio fuera de este circo?

Debí dar en el blanco, porque el tipo se detuvo en seco y volteó a mirarme.

—¿Qué pasaría si dijera que si?—amplió su sonrisa, achinando los ojos en una expresión burlesca.—Ya no serás la única de tu especie, hada.

Siguió caminando, mientras me dejaba llevar. Estaba procesando lo que habia dicho Darkwood. Sentí un escalofrío recorrer mi espalda.

Ser la única que resistía los experimentos de Darkwood me hacia intocable, irremplazable. Sin eso, corría el peligro de ser desechada ante cualquier mínimo error.

Llegamos al laboratorio antes de que me diera cuenta.

—¡Te presento a Yukine!—Darkwood me dio un empujón hacia el laboratorio.

Cuando atravesé la entrada, no tenia que hacer mucho esfuerzo para ver que habia alguien atado a una silla.

—Estuvo siguiéndome en el pueblo, no se la razón, pero lo encontré espiándome y escuchó algo que no deberia.—mencionó Darkwood.—No tuve más opción que traerlo.

Era un chico rubio y de ojos celestes, parecia tener la misma edad que Ray y yo...pero no entendía que es lo que queria Darkwood para traerme al laboratorio.

—Ya terminamos la primera dosis con él, puedes llevártelo contigo.

—¿Q-que es lo que...?—me acerqué a examinar al niño, estaba ardiendo en fiebre y su cuerpo entero temblaba de frío.

Volteé hacia Darkwood, frunciendo el ceño.

—¡Pensé que yo seria la ultima! ¡¿Que significa todo esto?!

—En realidad, mi investigación contigo...quedó estancada.—dijo Darkwood—Si sobrevive la noche significa que su cuerpo aceptó el suero y este niño podria darme algunas respuestas a las preguntas que tú me generaste, _____.

—¿Preguntas...que yo generé?

—Aún no se porqué el suero te dio super fuerza ni cual es el factor que hizo que tu cuerpo acepte el suero, asi que estos experimentos funcionarán para mi investigación.

—Esto debe ser una broma...pensé que yo era la ultima...

—Pensaste mal, mocosa.—dio un chasquido, dejando entrar a sus asistentes junto a varios más niños—Tú solo fuiste la primera.

Los demás niños tenían los ojos vendados y trataban de zafarse con todo lo que podían, pero era inútil.

—Ellos tambien son del mismo grupo sanguíneo, veremos que tal lo hacen con la primera dosis.

—¿Por que hace esto de pronto?—pregunté—¡Neverland circus ya es famoso! No necesita más miembros, ¡No necesita que usted cree más fenómenos!

El tipo me ignoró, mientras comenzaba a darle ordenes a sus asistentes.

Tal vez el panico se apoderó de mi porque sabia lo que esos niños iban a vivir. Sabía que escucharía sus gritos por las noches y era muy diferente a como se sentían los gritos en los shows del circo.

Porque cada vez que escuchaba un grito proveniente del laboratorio, todas mis cicatrices ardían y mi cuerpo temblaba. Era diferente, porque yo lo habia vivido.

—¡Oiga, escúcheme!—tomé el hombro de Darkwood y di un jalón brusco para obligarlo a voltear—¡¿Acaso no tuvo suficiente cuando me hizo esos experimentos?! ¿No le bastó con quitarme la humanidad y ahora quiere hacer lo mismo con ellos?!

Darkwood tomó mi mentón, apretándolo fuertemente mientras me obligaba a verlo a los ojos.

—Escúchame bien, maldita mocosa, porque creo que lo estas olvidando estos últimos meses.—me obligó a voltear hacia los niños—Esos engendros, los otros y tú me pertenecen, todo este lugar me pertenece. En lo que me consta, tú solo eres el sujeto treinta y dos de mis experimentos...y el hada de Neverland Circus.

En cuanto Darkwood soltó mi mentón, volvió a lo suyo y solo me dijo:

—Llévate a ese niño y ayúdalo con la fiebre, parece que se desmayó.

Tuve que hacerlo. No tenia otra opción. No podía enfrentar a Darkwood ahora, este era el momento menos indicado.

Odiaba no poder hacer nada, odiaba tener que quedarme y obedecer las ordenes de Darkwood para mantener apariencias y no volver a vivir en las horribles condiciones de antes.

Odiaba a Darkwood más que a nada, pero no podía hacer nada.

Y ese sentimiento me consumía cada dia, junto a la culpa.

—...—me detuve antes de atravesar la salida—Se que le importamos una mierda, pero seguimos siendo humanos.

—Que tierna, ¿Aún te consideras humana?

Llevé al niño donde estan todas las jaulas de los miembros del circo y me encontré con Ray encerrado.

Era justo lo que esperaba, porque sabia que Ray no iba a las practicas si yo faltaba.

—¿No deberías estar practicando con los demás?

—Prefería esperarte....y los asistentes de Darkwood estaban felices de no tener que acercarse a mi jaula.—explicó—Sabes que mis actos no tienen que practicarse, la gente solo quiere ver a una bestia masacrando gente y ya.

Realmente él solo asistía a las practicas para observarnos a todos...y yo fingía no sentir su mirada durante la mayoría del tiempo.

—¿Quién es él?

—Darkwood dijo que se llamaba Yukine.—dejé al niño en el suelo y observé como Ray fruncía un poco el ceño—Tiene fiebre, asi que me ordenó cuidarlo.

—¿No deberías llevarlo a la enfermería? Darkwood puso una hace poco porque se lo pediste.

—En realidad vine porque sabia que estarías aqui.—me acerqué a abrir su jaula.—Necesito hablar contigo.

—Eso suena muy serio...¿Pasó algo?

Solo comencé a caminar con Yukine en brazos y Ray me siguió, muy desconcertado.

Los asistentes de Darkwood que hacían guardia por los alrededores se alarmaron cuando nos vieron.

No dudaron en acercarse e interponerse en mi camino, pero sin decir una sola palabra.

—Solo vamos a la enfermería, Darkwood me ordenó cuidarlo.—le di a uno un empujón con el hombro y se cayó—No se interpongan, idiotas.

Ray le gruñó al segundo guardia y este se apartó, luego me miró sorprendido.

—¿Desde cuando dices idiota?

—¿Es malo? Recuerdo que tu siempre me dices que diga más groserías. Además, tu dices cosas peores.

—Veo que al fin sigues el consejo de este sabio.—respondió, en tono burlón.—Pero suenas tierna diciendo solo idiota.

Rodé los ojos, no tenia nada para decir. Pasar tiempo con Ray me hizo darme cuenta que no solo su licantropía imponía miedo en los asistentes de Darkwood.

Su personalidad provocaba que esos asistentes temieran acercarse a él. Yo quería parecerme a él, dar el mismo miedo que él daba a los asistentes de Darkwood.

—Vengo de una familia aristócrata, si me escucharan...seguro les daría un infarto.

—Bueno...Darkwood no es tu familia, puedes insultarlo cuantas veces quieras.

—Realmente solo necesito que me escuchen sus asistentes, ellos son mi objetivo.

—¿Tu...objetivo?

—Algo de lo que me di cuenta fue que los asistentes de Darkwood nos limitan demasiado.—respondí—¿No seria mejor no tener que preocuparnos por ellos?

—¿Quieres...eliminarlos?

No respondí a eso, pero Ray entendió rápidamente.

En cuanto llegamos a la enfermería, me apresuré a buscar  algún pañuelo.

—Pensé que Darkwood ya no hacia experimentos.

—Yo pensaba lo mismo.—respondí, buscando entre los cajones casi vacíos.

—Espera, se te cayó....—Ray se acercó a paso lento, aunque no le presté tanta atención.—¿Nunca te quitas este listón? 

—¿Eh?—toqué mi cabello inmediatamente—Ah...si, lo uso todo el tiempo. Me recuerda a...olvídalo.

—A tu vida antes del circo.—completó Ray, acercándose un poco más solo para colocarme delicadamente el listón de nuevo.—Solo lo deduje. Vi como cuidas ese listón como si fuera tu vida, a pesar de que nunca lo amarras correctamente y siempre se cae.

—La forma en que lo dices...suena como si me observaras todo el tiempo, como un acosador.—enarqué una ceja mientras alzaba mi rostro para cruzar miradas con Ray. Intenté molestarlo.—¿Algo que decir?

—MMhh...

—¿Vas a negarlo?

—No. Claro que te observo.—muy contrario a mis predicciones, él se acercó un paso más y quedó considerablemente cerca—Pero no me compares con un acosador.

Sus labios se encorvaron en una sonrisa ladina, luego me di cuenta que estaba viendo sus labios y me obligué a reaccionar.

—El agua se encuentra en el comedor...—solté otro suspiro, esta vez como una forma de cambiar de tema.—Tendré que ir a buscar el agua, quédate aqui.

Ray frunció el ceño inmediatamente.

—Si despierta, solo intenta calmarlo...¿Si?

—Genial, lo primero que el niño verá será un licántropo.

Tenia un gran punto, pero no habia opción. Necesitaba el agua para calmar su fiebre y el tiempo corría.

—Solo escúchame.—tomé el rostro de Ray entre mis manos, para fijar su atención en mi al menos unos segundos—Confio en que no harás ningún desastre mientras no estoy.

—Eh...si.

Él desvió la mirada y yo salí corriendo en dirección al comedor, pero me topé por accidente con los demás miembros del circo camino al baño.

Seguí mi camino, no queria distraerme. Sabia que una fiebre demasiado alta podria ser mortal, y que si Hikaru no me hubiera ayudado cuando tenia fiebre....probablemente yo hubiera muerto ese dia.

Cuando llegué al comedor, tomé un balde vacío.

—Agua...agua...oh, ahí está.—vi uno de los barriles de los que solíamos sacar agua y llené el balde para poder llevarlo a la enfermería.

El comedor estaba al lado de la oficina de Darkwood, no era tan dificil saber que era una forma de escuchar cualquier escandalo en el almuerzo o cena.

Pero la oficina era un lugar casi inaccesible, no porque la entrada este prohibida, sino porque hace unos meses Darkwood compró una especie de caravana que habia modificado para que funciones como su oficina.

Y era el único lugar que si tenia una puerta, lo que significaba que traía llave. Pero eso no impidió que dos voces se infiltraran a través de las ventanas.

—¿No crees que el señor Darkwood le está dando demasiada libertad a esa niña?

—Ya lo escuchaste, dice que está poniéndola de su lado poco a poco. Es su forma de volverla como él.

Miré al balde de agua que llevaba en una de mis manos, tal vez podía hacer esperar a Yukine unos segundos más.

—Incluso hizo que siguiera su tradición de matar a alguien querido....y sabes que el señor Darkwood no bromea con esa tradición desde los gemelos.

—Por dios, Nouma, si al señor Darkwood de verdad le importaran los gemelos entonces no los utilizaría para su circo.

No habia que ser tan inteligente, cualquiera se daría cuenta de que los únicos gemelos en este circo eran Hyun y Hyuk.

Hubo un silencio, me asomé por una de las ventanas solo para ver que se trataban de los asistentes de Darkwood. Tal vez los habian dejado entrar o esperaban a Darkwood.

Esos asistentes eran los dos más antiguos y los únicos en todo el circo que eran capaces de hablar porque Darkwood les dejó conservar su lengua.

—Nadie sabe cual es su objetivo con esos experimentos, pero ambos sabemos que Hyun y Hyuk son solo su excusa.

—Shh, baja la voz, Nous . Sabes que el señor Darkwood nos matará si nos escucha hablar de eso.

No voy a mentir. Me puse feliz de haber escuchado esa conversación. Esos dos me habian dado la oportunidad perfecta para quitarlos de mi camino.

—Estas callada desde que llegaste.—mencionó Ray.

—Solo estoy pensando.

—¿Puedo saber en qué?

Ray me observó ponerle el pañuelo húmedo en la frente del niño y luego tomar de nuevo su temperatura.

La fiebre estaba bajando considerablemente, lo que era bueno. Ray no me quitaba la mirada de encima, lo que era malo.

Él era aún más observador que yo cuando se lo proponía, asi que él ya sabia que algo andaba mal conmigo.

¿Pero en serio debía decirle sobre lo que escuché?

Ray era diferente, era más calculador y era tan inteligente que estaba segura que él tendria un gran futuro académico de no ser por su licantropía. Pensaba que si debía decirle a alguien sobre la conversación que escuché, Ray seria el indicado.

—Hyun y Hyuk son hijos de Darkwood.—solté sin más.

—No pareces sorprendida.

—Tú tampoco.

Ray sonrió de lado, sentándose en una silla cerca a la camilla donde estaba Yukine.

—Lo sospechaba cuando mencionaste los nombres reales de todos menos de ellos dos.—respondió—Son los mayores de este lugar, ¿Sus nombres no deberían estar en el sauce del pueblo que mencionaste?

Antes pensaba que tal vez, y solo tal vez, no habia alcanzado a ver los nombres de Hyun y Hyuk en ese sauce, pero descarté esa idea.

Desde que llegué a este lugar, lo único con lo que sueño fue la noche en la que Darkwood me secuestró.

Viví tantas veces ese momento en mis sueños que poco a poco todos los detalles se esclarecieron en un escenario tan nítido que parecia real.

Recuerdo con perfección cada poste de luz esa noche, cada brisa que golpeó mi rostro y cada letrero colgado en el sauce que vi antes de toparme con Darkwood.

—No lo estaban, tienes...razón. —suspiré—Pero parece que ellos no lo saben, asi que deberíamos mantener esto en secreto.

Antes de que Ray pudiera responder, el chico sobre en la camilla abrió los ojos.

Frunció el entrecejo y se llevó una mano a la cabeza.

—¿Te sientes mejor?

—Mi cuerpo...

—¿Se te adormeció por completo?—interrogué, cambiando el pañuelo de su frente—Estarás bien, yo tambien sentí eso cuando me aplicaron el suero por primera vez.

Suspiré, no sabia que más decir.

¿Debía decirle que la peor parte todavia ni se acerca para él? ¿Qué ya no volverá a ver a su familia? Vea por donde lo vea, no habia una buena forma de explicarle lo que pasaba.

—No hay...salida.—susurró, viéndome.

Ray y yo alzamos la mirada hacia el niño rubio, él tenia una expresión seria. No estaba aterrado...o al menos se esforzaba por no parecer aterrado.

—No hay salida de este lugar ¿Estoy en lo correcto?—repitió.—Él me trajo desde el otro laboratorio y mencionaste algo sobre la primera vez que te aplicaron el suero ¿Cuántas veces te hicieron eso?

—Mmh...eres más inteligente de lo pensaba.—Ray se inclinó hacia atrás en su silla—¿Tienes idea de donde estamos?

—Un circo.—miró alrededor, como si se estuviera asegurando—Pero no uno normal, de lo contrario no habría un licántropo que mata gente.

—Se que no estabas inconsciente. El suero solo adormece todo el cuerpo.—me crucé de brazos—Sea lo que sea que escuchaste, te pediré que lo mantengas entre nosotros.

El chico se quedó callado, parecia sospechar de mi pedido.

—Supongo que ustedes son los buenos.—posó sus ojos en las vendas de mis brazos—Y supongo que ustedes saben como puedo sobrevivir aqui.

—Si crees que puedes vivir en el infierno y adaptarte, entonces podemos ayudarte.—le quité el pañuelo de la frente, su temperatura habia vuelto a la normalidad.—Pero tienes que convencer a Darkwood.

—¿Y...que tengo que hacer?—pareció reflexionar rápidamente sobre sus palabras—Es mejor que me expliquen sobre este lugar.

Me pidió una explicación clara y sin amortiguadores. No queria que sea amable, él queria la verdad aunque sabia que no iba a ser nada bonito.

Yukine fue diferente desde el principio, sabia que él podria adaptarse al circo. Su reacción cuando despertó y la manera en que mantenía la calma me hicieron ver que él si tenia una oportunidad aqui.

Con el tiempo me di cuenta que era perspicaz, racional y directo de una manera muy fría, se parecia un poco a Ray, solo que Yukine no decia groserías como cierto licántropo.

—Darkwood me dijo que los experimentos contigo estan progresando desde que llegaste aqui hace tres meses.—comenté, vendando el brazo de Yukine—Eso es bueno, ¿No crees?

—¿Es bueno?—cuestionó, incrédulo.

Estábamos en el laboratorio aún, pero Darkwood no estaba y me habia encargado curar las heridas de Yuki.

—Sigues vivo, eso es bueno.—terminé de vendar sus heridas y luego miré a Yuki, dándome cuenta de que él tenia una expresión apagada en el rostro.—¿Pasa...algo?

—¿Nunca pensaste que seria mejor morir?

Solté un suspiro, sentándome a su lado en la camilla.

—Todos lo pensamos alguna vez. Morir sería...mejor que seguir viviendo en este infierno, pero no más facil.—sinceré, observado mis propias manos vendadas.

Realmente no eran necesarias las vendas, porque mi cuerpo tenia una capacidad de regeneración sobre-humana gracias al suero...pero queria pensar que aún habian cicatrices ahí, porque me hacían sentir humana.

—Morir daría igual, Darkwood nos reemplazaría con alguien más y...nuestra muerte no tendria realmente un significado.—respondí, comenzando a balancear mis pies sin tocar el suelo—¿Realmente quieres morir y que solo te recuerden dentro de este circo?

—No...pero...

—¿Pero?

—¿Cuánto tiempo pasará hasta que podamos salir? ¿Una década más? ¿Un año o dos?—cuestionó, volteando a mirarme.—¿Por que parece que en realidad solo estas haciéndonos la vida más facil dentro del circo y no para escapar?

Entendía sus dudas, todo lo que habia hecho solo nos hizo mejor la vida dentro del circo...pero realmente no habíamos hecho nada para planear el escape aún.

Desde su perspectiva, mi plan no parecia el mejor.

—Eso es porque aún tengo algunas cosas de las que encargarme, créeme que todo cobrará sentido despues.

—Eso...espero...—respondió en voz baja, disimulando el tono de suplica que habia usado él.

A partir de ese dia, la obsesión de Darkwood con los experimentos volvió. Noche tras noche podía escuchar los gritos agonizantes de los niños nuevos.

Noche tras noche, podía ver como solo Yukine regresaba.

Fue duro. No pude hacer nada por ellos, porque solo Yukine fue enviado como miembro del circo. El resto de niños solo vivía para ser experimentos y morían en menos de un mes.

 Todo indicaba a que yo fui su primera obra maestra y Yukine iba a ser la ultima.

Contrario a cualquier pronostico que hice mentalmente, Darkwood parecia de buen humor.

—Hmm...¿Si no es el grupo sanguíneo...entonces que es?—preguntó, colocando los papeles sobre su escritorio—¿Por que los otros niños siguen muriendo?...¿Qué los hace tan especiales?

—No lo se...—suspiré del aburrimiento y me senté en el suelo para acomodar las vendas de mis zapatos.

Darkwood se quedó en silencio mientras me observaba, luego frunció levemente el ceño.

—¿Dónde están los zapatos que te regalé?

—Tenían tacones, no los uso. 

Darkwood parecia ofendido, lo cual me ofendió a mi.

El tipo sabía muy bien que solo usaba zapatos para los espectáculos, los de ballet. El resto del dia solo caminaba con pies descalzos y vendados, como todos mis amigos. Se habia formado parte de mis costumbres.

 —Antes usabas zapatos normales, zapatos con tacón.

—Las costumbres se pierden, ¿No cree?

Mis únicos zapatos eran los que tenia cuando llegué con trece años al circo, era evidente que no me durarían toda la vida.

—¿Es tan dificil volver a ponerte zapatos?

—¿Por que insiste tanto?—pregunté, levantándome del suelo—Que yo use zapatos no lo afecta directamente a usted o al circo, ¿Entonces que por qué...?

—Olvídalo.—interrumpió, devolviendo la mirada hacia los documentos en el escritorio.

Me acerqué a ver de que se trataban los documentos, sabiendo que si Darkwood me dejaba ver seguro no era algo tan importante. 

Él seguía siendo muy cuidadoso, no dejaría que yo vea algo importante.

Eran solo contratos con socios.

¿Ya lo habia mencionado antes? Darkwood sorprendentemente tenía una identidad muy bien formada fuera de este circo.

Parecia que con la fama creciente de Neverland Circus, las inversiones de los socios y lo tratos que hicieron, Darkwood logró formar parte de la alta sociedad.

Aunque ese fue parte de un gran problema, porque hizo a Darkwood más poderoso.

Y los socios tambien fueron un problema, al menos un par de ellos.

—Así que tú eres Snow, la hada tan...hermosa.

—Si, es un placer.—hice una reverencia ante los dos tipos en frente de mi.

Uno extendió su mano hacia mi, pero Darkwood lo apartó con un golpe de su bastón.

—Mirar.—aclaró—No tocar.

—Oh, vamos Julius, esa niña es demasiado bonita como para ser solo una trapecista.—mencionó el otro tipo—Dinos la verdad, ¿Qué tanto juegas con ella?

—Snow, vete.—dijo Darkwood.

Darkwood era un imbécil de lo peor, pero sabia que fuera de este circo podían haber personas igual de repugnantes que él.

—¡Oh! No tienes que ser tan serio, Julius. Sabemos que solo llegan niños a tu circo, ¿En serio solo experimentas con ellos?

—¿Sabes? Tal vez podamos hacer un trato.

La forma tan natural con la que esos hombres insinuaban ese tipo de cosas era repugnante, tanto como las miradas que me daban.

Pero en ese tiempo no pude entenderlo, ningún miembro del circo sabia acerca de eso. Todos habíamos llegado a ese circo siendo niños, no sabíamos lo que significaba que unos tipos de cuarenta años se te quedaran viendo lascivamente cuando tú solo tenias quince años. 

Habia tipos como esos sueltos por todo el circo cada vez que habia una función, pero jamás se habian acercado antes a nosotros. Tal vez porque no les atraían los niños deformes.

Pero a diferencia de los demás, yo no tenia el rostro deformado ni implantes. Mi apariencia era normal y ese fue el origen del problema.

—Snow, largo de aqui.—ordenó Darkwood, de nuevo.

—Si.

Me marché de ese lugar, agradeciendo la gota de decencia humana que le quedaba a Darkwood para ordenar que me vaya.

Pero cuanto estaba por atravesar la puerta trasera del circo e irme con los demás, uno de los hombres de antes tomó mi brazo.

—Creo que aún no terminé de hablar contigo, pequeña Snow.

—¿No deberia estar con el señor Darkwood ahora mismo?—pregunté, rodando los ojos.

Ese hombre me miró de pies a cabeza antes de relamerse los labios y dirigir su otra mano a mi cintura para pegarme hacia él.

—Él esta distraído. No te preocupes por él, mi amigo y yo estamos dispuestos a pagar todo el dinero que sea para que podamos sacarte de aqui....y tal vez luego nos lo agradezcas de una forma especial.

Vaya mierda. Querían sacarme de un infierno para meterme en otro, tal vez creían que estaba desesperada para tragarme una mentira como esa.

—No, gracias.—intenté apartarme amablemente, pero no funcionó y ese tipo tomó mi muñeca con más fuerza.

De pronto, llegó alguien más que golpeó al tipo en la cara. Fue un golpe directo, limpio, lleno de enojo.

—¡Suéltala, maldito imbécil!

Al ver que el hombre habia caído, Ray se acercó solo para encajar sus manos alrededor del cuello del tipo y empezar a asfixiarlo.

El hombre reconoció de inmediato el rostro de Ray, porque siendo honestos...¿Quién no lo reconocería? hay un par de orejas que lo delataban como la bestia come-hombres del circo.

Me acerqué y me puse de cuclillas frente a ellos para poder dirigirme al pervertido.

—Les...agradezco el gesto. Pero prefiero agonizar en este circo antes que irme con usted y su amigo.—posé una mano en el hombro de Ray—Puedes soltarlo.

En cuanto Ray lo soltó, el hombre salió corriendo en dirección a la salida principal.

—Maldito pervertido.—mascullé entre dientes.

Ray tomó mi mano y la examinó como si estuviera buscando alguna herida.

—Solo moretones.—dije, intentando calmarlo—Sabes que no puedo sentir dolor.

—Pudiste apartarlo primero, ¿Por que no lo hiciste?

—Iba a hacerlo, pero interrumpiste antes.—suspiré, quitando mi mano de su agarre.

Ray solía molestarse un poco cuando alguien más me tocaba, lo que al principio me hizo pensar que solo eran celos como los de un perro con su dueña.

Pero luego vi su forma de mirarme, la forma en que sus ojos afilados se suavizaban solo conmigo. Era la misma mirada que Hikaru tenia cuando veía a Susan.

Pero me convencí a mi misma de que solo era mi imaginación, por mi propio bien. 

—Todo esta bien, ya le diste una lección a ese tipo.

Intenté acariciar su cabeza, pero Ray se adelantó a darme un abrazo. Era la primera vez que hacía algo así y eso me sorprendió más de la cuenta.

—La próxima vez, mátalo de inmediato.—dijo, escondiendo su rostro en mi cuello—No dejes que tipos asquerosos como ese te toquen.

—¿Interrumpo algo?

La voz de Darkwood hizo que Ray se separara rápidamente del abrazo, mirando al maestro de ceremonias con enojo.

Pero Darkwood nos miró burlonamente, sonriendo con altanería antes de cruzarse de brazos.

—¿Quién lo diria? La hada resultó ser una zorra.—soltó una risa de su propio chiste, a pesar de que nadie más se rio con él—Si van a estar haciendo sus cosas, es mejor que no lo hagan en el circo. 

—No soy una z-

—¡Snow!—la voz de Emma nos interrumpió—Yuki está herido, ¿Puedes atender sus quemaduras?

No respondí nada más, solo me marché y Ray me siguió. Realmente no queria discutir con Darkwood.

Cuando llegamos a la enfermería, Yukine observaba sus propias heridas. No hace mucho habia asumido el rol de payaso en el circo y la gente comenzó a apodarlo Joker antes de que nos diéramos cuenta.

Se habia convertido en tradición eso de los apodos.

—Se siente...raro.—dijo Yukine.—Aún no me acostumbro a no sentir dolor.

—Es extraño al principio, lo admito.—me encogí de hombros, aplicando un pañuelo húmedo sobre sus quemaduras—¿Cómo es que te quemaste tanto? Se supone que habíamos practicado los malabares de fuego.

—Creo que me va mejor en la cuerda floja.

—Tienes que dominar todo, no solo una cosa.

—¿En necesario?—preguntó, con pereza—Tú eres buena en el trapecio, en el baile, en los malabares e incluso te encargas de la enfermería aqui. No soy como tú.

Era cierto, habia aprendido todo eso durante mi tiempo en el circo. Me di cuenta de que si queríamos tener más chances de vivir, debíamos ser valiosos.

Y si queríamos ser valiosos, era necesario aprender todo tipo de cosas para mejorar nuestras habilidades en el circo.

—Cuando llegué ni siquiera era capaz de mantenerme en la cuerda floja, tranquilo.—revolví su cabello, con una sonrisa para intentar animarlo.

—Es cierto, Snow le tenia miedo a las alturas.—comentó Anna, llegando al lugar—Tuve que tirarla desde la cuerda floja hasta que perdiera el miedo.

—Y no olvidemos que se cayó del trapecio en su debut.—Emma soltó una risa.

—¿Te caíste en tu primer espectáculo?—preguntó el rubio, pareciendo sorprendido ante esa anécdota.

—Si, pero una altura como esa no mata a gente como nosotros. Al menos eso es lo que descubrí esa noche.—me encogí de hombros, tratando de ocultar lo apenada que aún me sentia por eso.—Volviendo a nuestro anterior punto, es importante aprender todo lo que puedas aqui.

—____ dijo que si aprendíamos otro tipo de habilidades, podriamos hacer mejores espectáculos.—mencionó Emma.

—Eso nos hace más valiosos para el señor Darkwood—dijo Hyun.

—Si, a ese viejo solo le importa que tan útiles somos para él y para el circo.—añadió la cabeza de Hyuk, frunciendo el ceño.

—Pero...planean escapar ¿No?—preguntó Yuki.—Creo que se esfuerzan demasiado por una venganza.

Hubo un pequeño silencio.

—No lo entiendes...porque no lo viviste como nosotros.—respondí, vendando sus heridas—Antes de que llegues, este infierno era peor...muchos amigos murieron injustamente y...

Escuché un crujido afuera de la carpa, asi que dejé de hablar y volteé rápidamente.

Los demás tambien miraban en la misma dirección.

—¿Escucharon...eso?—Anna se escondió detrás de los gemelos.

—Seguro fue uno de los asistentes de Darkwood.—susurré, caminando en dirección a la salida y haciéndole señas a Ray para que me siga—Los demás quédense aqui.

—_____...—Emma tomó mi mano—¿Qué planeas hacer?

—¿Qué no es obvio?

Emma soltó mi mano junto a un suspiro. 

Ray y yo fuimos a perseguir a ese asistente que nos habia escuchado. Sabíamos que, aunque no pudiera hablar, tenia otros medios para informarle a Darkwood sobre lo que habia escuchado.

Y si Darkwood se enteraba de que planeábamos una venganza, todo se iria al carajo.

El olfato de Ray nos guio hasta el tipo que nos estuvo espiando.

Cuando llegó el momento, tuvimos que matarlo.

—¿Soy la única que cree que estos asistentes estan siendo demasiado molestos últimamente?

—Siempre lo fueron. 

—Oye...—Ray comenzó a olfatear de nuevo—Siento que conozco este olor...pero no es de aqui.

Me quedé observándolo, curiosa, hasta que Ray volteó a verme algo preocupado.

—Es el mismo olor que tenia el tipo que te tocó hace un rato.

—¿En serio distingues su olor?

—Si.—afirmó seriamente, mirando a su alrededor—Pero....que extraño, no lo veo por ningún lado.

—Lamentablemente, nuestra prioridad ahora es él.—señalé el asistente muerto a nuestros pies.

Miré el cadaver y abrí su mandíbula. Era uno de los asistentes sin lengua.

—Estos son desechables, a Darkwood le importan más el par de asistentes que pueden hablar.—solté el cadaver y escuché el ruido seco de su caída.

—Una vez dijiste que querías eliminar a ese par...¿No es así?

—Si, pero aún no se me ocurre nada bueno.—me encogí de hombros.

Hace un gran tiempo me di cuenta que, si queria que nuestro escape fuera un exito, los asistentes de Darkwood debían desaparecer. Ellos eran mi único obstáculo para lograr ser la mano derecha de Darkwood.

Desde hace un tiempo, y con ayuda de Ray, pude disminuir el número de asistentes en el circo. Durante un tiempo la excusa de que Ray habia perdido el control habia bastado.

Pero no podía poner esa excusa por siempre.

Tenia que armar una estrategia, una que elimine a todos los asistentes que queden. Un movimiento definitivo contra ellos.

Pero un dia, la oportunidad se presentó.

Durante dos meses, Ray siguió olfateando el aroma de ese hombre cerca del circo. A veces el olor se iba unos dias, pero siempre regresaba.

Y siempre, siempre parecia que el olor de ese tipo me seguía.

Sabíamos que estaba cerca, pero nunca podíamos encontrarlo. 

No sabia en que momento podía ser observada o escuchada, asi que ideé un plan y lo mantuve en secreto hasta ese dia.

—¿Crees que quiera secuestrarte?—preguntó Ray, sentado a mi lado.

Últimamente Ray solía estar pegado a mi, más de lo normal. Supuse que solo era su forma de protegerme, porque podía notar su preocupación cada vez que me encontraba sola.

—No lo se, ¿Percibes su olor ahora mismo?

—No, es lo extraño, hace dias que detecto su aroma...¿Crees que algo anda mal?

—Tal vez es solo tu nariz.—me acerqué a pellizcar su nariz, aunque él frunció el ceño rápidamente.

Solté un suspiro, dejándome alzando la mirada solo para ver como mis amigos practicaban sus actos.

—Mañana nos vamos, creo que aparecerá antes de eso.—dije—La siguiente ciudad a la que iremos...no se donde es realmente, pero supongo que ese tipo no podrá seguirnos.

Neverland Circus era un misterio. Para la gente normal, era solo una leyenda, para los que sabían de su existencia...jamás sabían donde seria la siguiente ciudad donde aparecería.

Supongo que el hecho de no saber a donde se iria Neverland Circus, impulsó a ese tipo a intentar seguirme antes de que sea tarde.

—Todos tomen un descanso.—ordené, levantándome del asiento.—Es hora de dormir.

Uno por uno salió de la carpa y se dirigieron a la carpa donde estaban nuestras jaulas, siendo escoltados por los asistentes de Darkwood como era de costumbre.

—Espera...—Ray se detuvo, olfateando un poco el ambiente—Ese olor...

Antes de terminar, lo empujaron para que siga caminando.

Justo cuando todos entraban a sus jaulas, pero antes de que yo lo hiciera uno de los asistentes tocó mi hombro.

Era la señal que solían hacer ellos para decirme que Darkwood me buscaba, pues ellos no podían hablar.

Solté un suspiro y seguí al asistente.

Se supone que me guiaría donde Darkwood, pero me llevó de vuelta a la gran carpa.

—Aqui no está Darkwood, ¿Por que me trajiste aqui?

Todo estaba oscuro, pues habian sido nuestras ultimas practicas del dia.

Volteé a ver al asistente que me habia guiado, pero él me empujó hacia el suelo y tomó mi cabello repentinamente.

—¡¡Oye!! ¡¿Que haces?!

Intenté conservar la calma, a pesar de que estaba siendo arrastrada hasta la parte detrás de las gradas donde se supone que el publico se sentaba.

—¿La trajiste?—preguntó una voz.

—Fue más facil de lo que creía, no se resiste para nada.

Reconocí ambas voces, eran los socios que una vez conocí. 

Y aunque hubiera conocido a muchos socios de Darkwood, estos especialmente eran diferentes. Eran los viejos asquerosos que me miraban raro.

—¿Se vistieron de asistentes?—cuestioné, levantándome al sentir que habian soltado mi cabello—¿Qué les hicieron a los verdaderos?

Ambos se quedaron en silencio, hasta que sentí una respiración cerca de mi nuca.

—Shhh, no hagas ruido.

Unas manos me empujaron de nuevo al suelo y otras manos aprisionaron aprisionaron mis muñecas.

Realmente no sabia que pasaba, pero si sabia que algo así pasaría. 

Esos dos iban a atacar en algún momento, pero no creí que se harían pasar por los asistentes de Darkwood.

Escuché el cierre de un pantalón bajarse y la risa de uno de ellos.

Traté de respirar hondo. Una parte profunda de mi tenia miedo por no saber que estaban por hacerme.

—Quítate de encima, pedazo de mierda.—moví mis propias muñecas con un movimiento brusco.

Aún recuerdo que algo se desgarró en ese instante, tal vez algún musculo de la mano o algún ligamento. 

Lo admito, su grito de dolor fue inesperadamente satisfactorio.

Bien, habia esperado que esos dos hicieran su primer movimiento desde que Ray me dijo que habia captado el olor de ese tipo. Habia esperado este momento y aunque me hubieran tomado desprevenida, aún podía tomar control de la situación.

—¿Creen que pueden simplemente hacer lo que se les de la puta gana conmigo?—llevé una de mis manos hacia su cuello y me levanté del suelo sin soltarlo—Escúchenme bien, malnacidos-

Sentí un golpe en mi cabeza desde atrás, sin embargo, ya estaba acostumbrada a no sentir dolor.

—¡¿En serio eres indestructible?!—exclamó el tipo detrás de mi.

—¿Acaso no vieron que puedo caer del trapecio y salir ilesa? ¿Nunca prestaron atención a los malditos espectáculos que damos?—solté el cuello del primer sujeto.

—P-pensábamos que...eran actuados.

Las luces se prendieron, de pronto apareció una silueta borrosa que se lanzó al segundo hombre, el que antes me habia golpeado en la cabeza.

Reconocí a Ray de inmediato por sus orejas, no dijo una sola palabra y ya estaba golpeando al sujeto.

Hyun y Hyuk tambien aparecieron golpearon al primer tipo.

—¡______!—Emma se lanzó a abrazarme—¡¿Estas bien?! ¿Qué te hicieron?

—Estoy bien.—me aparté amablemente y volteé hacia los sujetos.—Escúchenme bien, par de idiotas.

No respondieron nada más allá que los quejidos de dolor por los golpes que recibían, pero sabia muy bien que aún podían escucharme.

—Nada en este circo es actuado. Los miembros del circo somos reales y ustedes lo saben porque escuché que mencionaban los experimentos.—di unos pasos adelante para observarlos mejor—Todos aqui somos reales, desde los espectáculos hasta las muertes.

Escuché como uno de ellos empezaba a suplicar que Ray se detenga.

— ¿Quieres que me detenga? ¿Acaso ibas a detenerte si _____ te lo pedia?—Ray lo tomó del cuello de la camisa—Hijo de perra, tocaste a la persona equivocada.

—Ya basta.—interrumpí.—Los necesitamos vivos, hay algunas cosas que seguro deben saber.

—¿Eeeehh?—Hyuk se detuvo, pero su expresión parecia reclamar una buena razón para no terminar de matar a golpes al tipo del que se estaba encargando—¡Pero ____, déjanos matarlo!

—Llévenlos a una jaula, necesito interrogarlos.

—____...—Emma llegó desde atrás para tomar mi brazo con suavidad—¿Por que necesitas interrogarlos? 

—Apoyo a Emma, ¿Qué podrían decir un par de imbéciles como estos?—respondió Ray.

—Es parte de mi plan, solo confíen en mi.

Las miradas de mis amigos se resignaron, parecían algo decepcionados de no poder darle su merecido a ese par de viejos.

—Señorita _____...—la cabeza de Hyun bajó la mirada—Creo que tiene razón, pero si es verdad que esto era parte de su plan...por favor...no vuelva a ponerse en peligro.

Una de sus manos arrastraba al tipo golpeado y la otra mano limpiaba sus lagrimas.

—Sabes que nada puede hacerme daño, solo queria esperar el momento perfecto para hacer mi movimiento.—respondí, acercándome solo para ponerme de puntillas y besar su frente.—Pero gracias por aparecer...y esto se lo digo a los dos.

La cabeza de Hyuk, que estaba molesta porque solo le habia dado un beso a su hermano, me miró de soslayo.

—Gracias a los dos.—me acerqué de puntillas y besé la frente de Hyuk, viendo como sus orejas enrojecían—Podrán matarlo luego del interrogatorio.

Luego de calmar a los gemelos, me acerqué a Ray.

Él estaba sentado encima del otro viejo, apretándole el rostro con una mano y clavándole las filosas uñas en sus mejillas.

Sonrió cuando el tipo empezaba a gritar del dolor.

—Déjalo.—ordené, en un tono amable.

—Tch.—desvió la mirada, soltando el rostro del tipo y cruzándose de brazos.

—Se que me expuse al peligro y no te conté que esto era parte de mi plan...pero gracias.—me puse de cuclillas frente a él, tratando de mirarlo a los ojos a pesar de que él se negaba.—Cuando me fui, estaban todos encerrados...¿Salieron de sus jaulas con las técnicas que les enseñé, verdad? 

Él asintió, en silencio.

—Que todos lleven ganchillos para el pelo fue útil...—añadí, sintiéndome un poco incomoda por el silencio de Ray.—Yo...eh...Lo siento.

—¿Mh?—Ray volteó rápidamente, abriendo sus ojos con un poco de sorpresa.

—No te dije de mi plan porque temía que esos tipos nos escucharan, pero tambien porque sabia que vendrías por mi.—me levanté y sacudí un poco mi ropa.

Me incliné hacia él y besé su mejilla.

—Se que siempre puedo contar contigo cuando me encuentre en problemas, gracias por siempre apoyarme.

Pude ver de cerca como sus mejillas enrojecieron y solo reí un poco antes de reincorporarme.

—Vamos, aún tenemos que interrogar a esos dos idiotas.

Ray me observó unos segundos antes de sonreír ladinamente.

—Parece que enseñarte a insultar te hizo bien, copito.

Afortunadamente habia una jaula dentro de la gran carpa, una que ocupábamos solo para los espectáculos.

—Si gritan, los mataré.

—¡Darkwood te matará en cuanto vea lo que nos hiciste!

—Oh...tranquilos, para cuando él se entere ustedes ya estarán muertos.—me acerqué a la jaula y le entregué la llave a Ray—Puede que no lo sepan, pero Darkwood hizo un viaje urgente hoy en la madrugada.

—¿Q-que?

—En otras palabras, sabía que ustedes eran impostores y los seguí hasta aqui a proposito.—observé como ellos se acercaron al borde de la jaula mientras no dejaban de soltar lagrimas—Realmente no me importa lo que hicieron con los asistentes a los que suplantaron, solo quiero saber por que hicieron esto.

—¡Suéltanos ahora, maldita perra!

—No están en posición de usar ese tono con ella.—dijo la cabeza de Hyuk, mientras los gemelos se acercaban mientras tronaban los puños.

Los hombres retrocedieron en cuanto vieron a los pelirrojos.

—¿Ya podemos matarlos?—preguntó Hyuk.

—Todavia.—negué con la cabeza y le hice una seña a los gemelos para que se inclinen hacia mi—¿Puedo pedirles un favor?

Ambos se quedaron en silencio unos segundos, pero asintieron con seriedad.

—Los asistentes de Darkwood que pueden hablar, los que se llaman Nous y Nouma...—dije, en un tono bajo—Noquéenlos y enciérrenlos en la jaula de Ray.

—Señorita _____...—Hyun parecia dudar un poco de esa orden.

—Hyun, tú sabes más que nadie sobre lo problemáticos que son esos dos ¿Verdad?

—S-si, pero...si el señor Darkwood se entera...

—Solo confía en mi. Cuando Darkwood regrese...el castigo no será para ninguno de nosotros.

Despues de un suspiro de Hyun, él y su gemelo salieron para cumplir el pequeño favor que les habia pedido. 

Luego de eso, intenté sacarle información a esos dos hombres, pero ninguno hablaba a pesar del terror que sentían. Parecían estar más que horrorizados ante la idea de entregar información sobre Darkwood.

Me preguntaba si le temían más a Darkwood que a la muerte.

No cedieron ante nada.

Luego de un largo rato, Hyun y Hyuk llegaron junto a Anna.

—Nous y Nouma están encerrados.—informó Hyuk—Tuvimos que pedirle ayuda a Anna para noquearlos a ambos al mismo tiempo.

—Y encontramos esto.—dijo la cabeza de Hyun, entregándome un arma—Cada uno tenia uno en el bolsillo.

—Yukine los vigila ahora mismo, tiene la otra arma.—añadió Anna.—¿Podemos preguntar...que es lo que planeas?

—¡Una revuelta! ¡Eso planea!—exclamó el hombre en la jaula—Mantenernos encerrados a nosotros, los socios de Darkwood, seguro lo harán enojar ¡Ya suéltennos!

—No olviden su posición, ustedes solo son fenómenos que le pertenecen a Julius —dijo el otro hombre—¡Y somos sus socios! ¿No nos pertenecen a nosotros tambien?

Parecia que ambos trataban de provocar arrepentimiento o miedo, cualquier sentimiento que nos hiciera liberarlos. 

—Creo que los golpes los hicieron delirar, ustedes parecen olvidar algo.—me acerqué y le di pequeños golpes a los barrotes de hierro de la jaula—Las personas encerradas son ustedes ahora mismo. Ustedes terminaron aquí por lo que trataron de hacer.

—¿Qué es lo que tratamos de hacer? ¡Tú no atacaste!

Escuché el gruñido de Ray, parecia empezar a enojarse de nuevo.

 —¿Yo los ataqué? ¿En serio lo hice?—alcé una ceja, observando como dos hombres viejos empezaban a llorar patéticamente frente a mi.

—¿No eres solo una cualquiera del circo? ¿Vas a decirnos que nunca intentaste provocarnos en los espectáculos? ¡Todos te adoran por una sola razón!

Ambos se acercaron rápidamente al borde de la jaula y uno de ellos jaló mi cabello.

—Tú no eres una hada ni un ángel, eres un puto espectáculo.

Antes de poder responder, vi como Ray estampó su mano en el rostro de ese hombre y apretó tanto su agarre que sus garras se clavaron, la sangre salpicó y los gritos atrajeron a los guardias que rondaban por afuera.

—¿Dices que ella es un espectáculo?—Ray apretó aún más su agarre—Tú solo tienes la mente asquerosamente sucia. Abre los ojos, maldito imbécil, este en un circo y ella solo da los espectáculos ¿Acaso dar espectáculos no es lo que hace un circo?

Lo empujó y el sujeto cayó de nuevo al suelo de la jaula, tocando su propio rostro para ver como la sangre se derramaba y sus manos se manchaban.

—No distorsionen los hechos, ustedes solo son un par de pervertidos viendo las cosas a su manera.—advirtió Ray—Si tocan a ___ una vez más, les arrancaré los ojos.

Luego de eso comprendí que Ray era el único de nosotros que entendía lo que pasaba, él entendía lo asquerosos que eran esos sujetos. Él tenia mi edad, pero sabia cosas que yo no. Yo aún era inocente en ese sentido, pero podía sentir lo grave de la situación debido al enojo de Ray.

No todos los dias lo veía tan enojado.

—Bueno...parece que no cooperarán.—suspiré—Pueden matarlos.

Me dirigí hacia la entrada de la carpa, tratando de ignorar los gritos y sollozos de ese par de hombres. 

Nunca supe sus nombres, ni siquiera quisieron decirme eso. Solo los conocí como el par de socios de Darkwood, igualmente su existencia dejó de importarme.

Varios guardias se acercaron y estaban asomándose por la entrada.

—Son un par de intrusos que intentaron hacerme daño, pero los capturamos a tiempo.—expliqué, omitiendo los detalles—Yo regresaré a mi jaula, regresaré con Yukine porque él se quedó en su jaula.

Los guardias asintieron y me dejaron pasar.

Por un momento me pregunté si realmente estaba haciendo bien.

¿Cuál era la historia detrás de esos asistentes? ¿Por que seguían ciegamente las ordenes de Darkwood a pesar de que él los consideraba desechables?

Darkwood los utilizaba, pero aún así ellos seguían sus ordenes. Lo ayudaban a mantenernos vigilados y presenciaron las torturas que él nos hacia.

Y aún así, jamás nos ayudaban. Jamás escaparon de aqui o pidieron ayuda por nosotros, ni uno solo.

En cierta forma, ellos eran tan culpables como Darkwood.

—¿Información? ¡Podemos decirles todo lo que necesitan! 

—Sabemos todo de este lugar y de los experimentos, seremos de gran ayuda.

Dos voces se filtraron desde la carpa donde se suponía que estaban los dos asistentes y Yuki vigilandolos.

—¡Si, asi es! Podemos ayudarlos, desde ahora seremos sus cómplices ¿Verdad, Nouma?

—¡S-si! Escúchanos, niño. Déjanos salir y te lo recompensaremos.

Entré antes de que sea tarde, pero encontré a Yukine con un ganchillo en el pelo y con la mano cerca de la cerradura en la jaula.

—Yuki...

—S-snow, no es lo que-

No lo dejé terminar, no quise escuchar otra palabra y saqué el arma que me habia entregado Hyuk hace un rato.

—¡Snow-

Yuki se encogió ante el sonido de las balas, luego miró el cuerpo de Nous y Nouma desangrándose en el suelo de la jaula donde estaban.

—¿Ibas a...liberarlos?—me acerqué a quitarle el ganchillo, pero él sacó el arma que le habian entregado los gemelos.

—¡¿Por que los mataste?!—alzó el arma hacia mi.

—¡Porque estaban causando problemas!—exclamé—¿En verdad crees que se pondrían de nuestro lado despues de todo lo que hicieron? Incluso si lo hicieran, se convertirían en traidores para Darkwood.

—¡¿Y cual es el punto?!—cuestionó Yuki, empezando a alterarse.

—¡El punto es que un par de traidores como ellos no nos sirven! Si traicionan a Darkwood, nos traicionarán a nosotros despues.—respondí—Traicionarán a todos los que quieran ¡Porque a ellos solo les importa su beneficio!

—¡¿Y acaso no es lo que tu haces?! ¡¿No es lo que todos hacemos?!—refutó, manteniendo el arma apuntando hacia mi a pesar de que sus manos temblaban demasiado—¡Mírate, ____! ¡Eres igual a Darkwood ahora mismo!

Me quedé en silencio, tal vez porque en el fondo sabia que Yukine tenia razón y yo comenzaba a parecerme a Darkwood.

Hacía todo lo que estaba a mi alcance solo para el bien de mi objetivo, no importaba si morían personas molestas en el proceso.

¿Acaso no es eso lo que Darkwood hacía?

—Entonces mátame.—me acerqué a él solo para tomar su mano y apuntar a mi cabeza—Hazlo si realmente crees que soy igual a Darkwood. 

—Y-yo...—sus palabras empezaron a quebrarse.

Yukine normalmente era muy racional y serio, jamás lo vi llorar desde que llegó pero esa vez vi como estaba a punto de quebrarse. Tal vez tenia mucho acumulado dentro de él.

Tal vez  verme matar a esos dos asistentes a sangre fría despertó algo en él. Podía ver como temblaba del miedo y sus ojos desbordaban lagrimas, seguramente no podía pensar con claridad y entendía perfectamente eso.

Todos en este circo nos rompimos al menos una vez, él no sería la excepción.

—No. Ella no mata a personas inocentes.—interrumpió alguien detrás—Esos asistentes ayudaron a Darkwood con los experimentos, mataron cuando Darkwood se los ordenaba y torturaban si eso les pedían.....entonces ¿No seria injusto considerarlos inocentes en este asunto?

—Emma tiene razón.—añadió la voz de Anna—Ellos tenían que morir.

—Tú no lo viste, ellos dos hicieron cosas horribles a incontables niños.—bajé la mano de Yuki, quitándole el arma amablemente— Tener piedad con ellos seria injusto para los niños que mataron y torturaron.

—Sería lo mismo que tener piedad con Darkwood.—añadió Emma, bajando la mirada.

Emma tocó su propio rostro, imagino que estaba recordando por todo lo que pasó desde que llegó aqui. 

Y aunque sabia que Emma era una persona muy indulgente, optimista y algo idealista... y probablemente perdone a Darkwood algún tiempo despues de escapar...

Tambien sabia que ella estaba consciente de que un mal paso podria costarnos la vida y no temía mostrar un lado intimidante cuando sus seres queridos estaban en peligro. 

—No me gusta la idea de ser como Darkwood y matar gente en nombre del plan.—sinceró la pelinaranja, mirándome—Pero tambien se que Darkwood nos hizo mucho daño a nosotros y a muchos inocentes más...entonces ¿Es justo comparar a Darkwood con ____?

Yukine bajó la mirada, limpiando sus propias lagrimas con rudeza como si intentara reprenderse a si mismo por lo que hizo.

—...L-lo siento.

—No tienes que disculparte por ser humano.—me acerqué a abrazarlo, sintiendo como lloraba en silencio—Solo te dejaste llevar un poco por tus emociones, no tienes que disculparte por nada. 

Incluso los más fuertes de nosotros se rompían de vez en cuando, en el fondo seguíamos siendo los niños que llegaron aqui por culpa de un demente.

Seguíamos siendo esos niños pequeños que torturaron, que vieron masacres frente a sus ojos y luego fueron obligados a cometer atrocidades frente a un publico que les aplaudía por eso.

Alguien, quien sea...¿Me puede decir si realmente podria soportar todo eso sin hacerse pedazos?

Hay personas que se quedan rotas. Nosotros decidimos recoger nuestras partes y volverlas a unir con todos los filos hacia afuera mientras nos esforzábamos por ocultar las grietas que quedaban.

—¿Qué harás con ellos?—preguntó Yuki, refiriéndose a Nous y Nouma—Eran los asistentes más importantes para Darkwood.

Medité un poco mis palabras, sin evitar sonreír.

—Ya no serán tan preciados para él.

Cuando Darkwood llegó al dia siguiente, lo llevé ante los cuatro cadáveres.

Él no sabia lo que realmente habia pasado, tampoco se imaginaba que sus socios me espiaban desde hace meses y que no tenían nada que ver con los asistentes.

Pero mezclar verdades y mentiras era mi especialidad.

—¿Traición?

—Lo traicionaron e intentaron venderme a sus socios.—respondí, mirándolo a los ojos a pesar de que la mirada de Darkwood ardía en furia.

Ambos estábamos en su oficina, solo que él estaba parado frente a su escritorio y observaba los cuatro muertos en el suelo.

—¡Tú....!—extendió una mano hacia mi, temblando por el coraje y apretándolo en un puño antes de tocarme—¡¿Como puedes hacer algo así?!

—Yo lo hice.—respondió Ray, interrumpiendo con su llegada—Los maté porque intentaron abusar de tu favorita ¿No es eso suficiente razón?

Ray tambien era hábil mintiendo, asi que no me preocupó que se metiera en el asunto.

—¡¿Que hicieron qué?!

—No tus asistentes, pero ellos intentaron venderla a esos viejos pervertidos.—contestó Ray—Incluso nos dijeron que si no los matábamos...revelarían información tuya.

—¿Creen que ellos me traicionarían?—Darkwood soltó una risa de tono sarcástico mientras parecia salirse de sus casillas poco a poco—¡Ellos no revelarían nada mío aunque los quemaran vivos! 

—¿En serio?

Aqui iba mi siguiente movimiento.

—Mientras rogaban por sus vidas a Ray, revelaron información acerca de usted.—me crucé de brazos, manteniendo la mirada firme hacia Darkwood—Y si piensa que ellos en verdad no lo traicionarían de esa manera...¿Cómo sabria que Hyun y Hyuk son tus hijos?

Esa información era algo que solo Darkwood y sus dos asistentes sabían, se suponía que era así.

Con una expresión acorralada, Darkwood apretó los puños.

—No habia otra forma de que lo sepamos ¿No?—continué—Ellos nos lo dijeron. Intentaron dar información suya.

—¿Entonces por qué no los mantuvieron con vida?—cuestionó Darkwood, sospechando de nosotros—¿No les convenía mantenerlos vivos?

—¿Mantener a esos imbéciles con vida despues de intentar hacerle daño a ____?—Ray dio unos pasos adelante hasta llegar a Darkwood, pisando los cadáveres en el proceso—¿Cree que soy capaz de perdonar a bastardos así?

Darkwood y Ray cruzaron miradas tensamente antes de que el mayor volteara a mirarme.

—¿Y por que no escaparon despues de matarlos?

Esa pregunta fue más por intriga.

—No tiene sentido escapar de aqui.—respondí—Sin saber donde estamos ni a donde huir y con estas apariencias...¿Tendría sentido huir?

Darkwood tragó saliva, bajando un poco la mirada mientras parecia reflexionar.

—No soy idiota, nadie aqui lo es. Despues de tanto tiempo tenemos mejores condiciones de vida aqui, ¿Realmente huir es mejor opción?

Algo en Darkwood lo hizo sonreír, tal vez él pensaba que nos tenia donde queria.

Ray y yo salimos de la oficina de Darkwood, escuchando algunas risas de él estallar en un tono desquiciado.

—¿Por que se ríe?—preguntó Ray, caminando a mi lado.

—Dale tiempo.

—¿Y si trae más asistentes?

—No creo que lo haga...pero si asi fuera, siempre hallaremos una forma de eliminarlos.—respondí—Sobrevivir en este lugar es como participar en una guerra silenciosa, todo depende del mejor estratega.

—Mmh...eso suena como el ajedrez.—dijo Ray—Estrategias...adelantarte a los movimientos del enemigo...

—Tal vez.—me encogí de hombros, sonriendo un poco—Pero como lo veas, Darkwood cree que está ganando....y eso le dolerá más cuando se de cuenta que la victoria es en realidad de nosotros.

Luego de ese dia, Darkwood mató a todos los asistentes que quedaban. 

Y no volvió a traer más.

Eso hizo que se llene se trabajo y no tuviera quien ayudarlo, asi que me dio a mi esa responsabilidad. Ahora era realmente su mano derecha, su favorita.

Con el tiempo, que significaban unos dos años, pude conseguir que nos dejara instalar unas carpas nuevas para servir como habitaciones.

Ya no teníamos que dormir en jaulas, despues de tanto tiempo pudimos dormir en camas de verdad. Camas incomodas y viejas, pero que para nosotros se sentían como el paraíso despues de tantos años en el frio suelo de las jaulas.

Ibamos y veníamos por todo el circo, pero jamás nos salíamos de los limites y Darkwood parecia darse cuenta de que no teníamos intenciones de escapar.

—Escoge a uno.—pidió Darkwood, mirando a los sacrificios amontonados en una sola jaula.

Como ya no habian asistentes que vigilen a los sacrificios y yo estaba ocupada ayudándolo con sus asuntos, le pareció una buena idea tener a alguien encargado de cuidar a los sacrificios.

—Él.— señalé a un chico albino, tenia un mechón rojo y los ojos de ese mismo color—Oliver ¿Verdad?

—S-si.

Me sabia el nombre de los sacrificios que teníamos, me habia tomado la libertad de hacerlo.

—Bien, toma.—Darkwood me entregó las llaves.—Libéralo y enséñale lo que tiene que hacer.

No dije una sola palabra hasta ver que Darkwood se haya alejado lo suficiente, luego me acerqué a la jaula y saqué a Oliver.

Intentó huir, pero no tenia la fuerza suficiente para liberarse de mi agarre sobre su mano.

—Es mejor que no huyas.—suspiré—Escúchame atentamente, Oliver. Necesito de tu cooperación para que todos huyamos de aqui.

No hace falta decir que tuve que explicarle todo mi plan a ese chico. Tenia alrededor de cinco años más que yo, pero conocía a la perfección que tipo de persona era.

Oliver tenia un carácter fuerte y se preocupaba por el bienestar de los demás, asi que sabia que me entendería. Y tambien sabia, por la mirada en sus ojos, que le tenia un profundo rencor a Darkwood...asi que sabia que él aceptaría mi plan.

—Vigilar a los sacrificios...

—Se que no puedo hacer nada para salvarlos...—bajé un poco la mirada—Pero se que podrían vivir en mejores condiciones si tu los vigilas y algún dia podrán ser libres los que queden.

Todo estaba tomando forma, en poco tiempo el circo funcionaba de manera normal a pesar de no haber asistentes que ayuden a Darkwood y vigilen los alrededores.

Yo hice el papel de vigilar los alrededores por las noches, junto a Ray. 

En teoría, estábamos a un paso de ser libres pero no escapábamos porque necesitábamos el momento perfecto para matar a Darkwood y quemar este circo junto a él.

No necesitábamos solo la libertad, necesitábamos vengarnos de Darkwood.

Una noche, cuando Darkwood revisaba algunos documentos y yo solo visitaba su oficina para darle el informe de cada dia, él sacó cierto tema de la nada.

—¿Un...compromiso? Debe estar bromeando...¿Usted se va a casar?

Solté una risa sarcástica ante la idea. Me preguntaba que clase de mujer se casaría con ese lunático.

¿Desde cuando estaba saliendo con una mujer? ¿Era esa la razón de que estuviera de buen humor hace un tiempo?

—Ella es socialmente poderosa, créeme que el matrimonio me traerá beneficios.—respondió Darkwood, apoyando ambos codos encima de su escritorio mientras entrelazaba las manos.

Me miró fijamente, con ese brillo enfermizo de nuevo.

De inmediato supe que habia algo más que todavia no me contaba.

—¿Qué es lo que...?-

—Ella tiene un hijo de tu edad.

Mi mente unió los puntos automáticamente y estrellé mis manos contra el escritorio.

—¡No voy a casarme!—exclamé.

—¿Es por ese estúpido licántropo o porque de verdad no quieres casarte?

—Ray no tiene nada que ver en esto, yo no quiero casarme. Soy demasiado joven aún.

—Snow, tienes casi dieciocho.—respondió, como si estuviera recordándome lo evidente—....y cuando me case, ese chico será mi heredero-

—Usted me hizo seguir esa maldita tradición para heredarme Neverland Circus, ¿Acaso lo olvidó?

Por un momento sentí los nervios recorrerme por completo, le habia alzado la voz a Darkwood. 

Él se paró lentamente de su asiento, sin quitar el contacto visual, y luego estiró su mano hasta mi cuello.

—No olvides tu posición, pequeña zorra.—comenzó a apretar, asfixiándome poco a poco.—¡Yo sigo siendo el dueño! Lo fui durante muchos años. Yo se que es mejor para el circo.

—¿Lo mejor...para el circo?

Tensé mi cuerpo a proposito para impedir que siguiera quitándome el aire, Darkwood se dio cuenta de esto y acercó su otra mano.

Pero antes de que pudiera hacer algo, mi propia mano atrapó su muñeca.

—Yo vigilo los alrededores, te ayudo a organizar los documentos y me encargo de cuidar de todos los miembros de este circo para que den mejores espectáculos.—sentí como la mano de Darkwood queria liberarse, pero no tenia ni la mitad de fuerza que yo—Lo ayudé a usted mejorar sus presentaciones, creé el lema de este circo, soy la mayor atracción del circo ¡Incluso mantengo a Ray bajo control!

Por unos segundos pude ver como una gota de sudor se deslizaba por la frente de Darkwood y sentí sus manos temblar ligeramente.

—¿Dice que sabe sobre lo que es mejor para este circo?—solté su mano y él soltó mi cuello—¡Escúcheme, Darkwood! Yo levanté Neverland Circus de las cenizas ¡Yo soy Neverland Circus!

Por un momento, el silencio flotó en todo el lugar.

—Puede que haya decidido quedarme aqui...pero pensé que al menos mantendría su palabra sobre heredarme este lugar.

—Lo harás, cuando te cases con mi futuro hijastro...le enseñarás sobre este circo. Ambos serán los dueños.

La forma en la que Darkwood hablaba parecia asegurarse de seleccionar sus palabras. Tal vez no queria pelear conmigo, porque no valía la pena algo así.

—Y supongo que no tengo opción.—solté un suspiro, dirigiéndome a la salida de la oficina.—Esta bien, lo haré. 

—¿Te casarás con él?

—¿Realmente me da otra opción?

—Creo que ya entendiste.—sonrió de lado—Bueno, lo conocerás en poco tiempo, créeme. Saldré de viaje unos dias y-

—Espere, tenemos una función en unos dias ¿Por que saldrá de viaje?

—Regresaré antes de que empiece la primera función, no te alteres. 

—¡Snow!—Hyun y Hyuk llamaron desde el otro lado de la puerta—¡Ray y Emma están discutiendo de nuevo!

Rodé los ojos en silencio.

—Ve a controlarlos, no quiero problemas en estos dias tan importantes.—ordenó Darkwood.

Sin decir alguna respuesta, salí de la oficina.

Durante esos dias en los que Darkwood no estuvo, no hice más que pensar en lo que habia dicho sobre el compromiso. Sentía que aún habia algo que me ocultaba pero no terminaba de entender qué.

Tenia la mente demasiado enredada. Por primera vez habia presenciado el miedo en Darkwood, por primera vez le habia alzado la voz.

Era sorprendente lo bien que se sintió haber visto su mirada temblar.

Pero aún me desconcertaba el tema del compromiso, no entendía que quería Darkwood con eso. 

¿En serio necesitaba casarse con una mujer poderosa? Pensé que él ya tenia un gran poder en la alta sociedad.

El dia de la función, Darkwood no llegaba a pesar de que la hora del show se acercaba.

Realmente eso no me preocupaba, porque mi atención se centraba en una sola cosa durante esos dias.

—¿No lo encuentras?—preguntó Ray, apoyado en el marco de la puerta.

—No, ya busqué por todos lados y no encuentro los documentos de los laboratorios en el exterior.—solté un suspiro, sentándome la silla del escritorio.

Entré en la oficina de Darkwood a la fuerza, necesitaba información sobre los laboratorios que tenia Darkwood fuera del circo.

Pero durante dias no encontramos nada de lo que esperaba.

—¿Es necesario encontrar esos documentos?

—Si. Es necesario.—respondí—La llegada de Yuki hace tres años me hizo darme cuenta de dos cosas.

Me incliné hacia atrás, balanceándome en la silla a pesar de que me podria caer, sintiendo la mirada de Ray sobre mi con cada movimiento que hacía.

—La primera fue que Darkwood jamás se detendrá a menos que muera.—solté otro suspiro, bajando la mirada—Y la segunda fue...darme cuenta de lo que haré cuando salgamos de aqui.

Ray enarcó una ceja.

—¿Buscarás los otros laboratorios y los destruirás?

—Basicamente si, para eso necesito saber donde están.

Mis ojos se posaron en los cajones del escritorio, todos tenían llaves. Rápidamente saqué un gancho que tenia en el cabello y comencé a forzar la cerradura.

—¿Y no planeas decirles a los demás sobre esto?

—Por ahora solo Yuki, tú y yo sabemos sobre esos laboratorios. Es mejor mantenerlo así hasta que escapemos de este circo.—respondí, mientras escuchaba el clic del cajón indicándome que ya estaba abierto.

—Bueno...supongo que es como ir un paso a la vez. 

El cajón estaba casi vacío, a excepción de algunas cosas como lápices, papeles en blanco, botellas de tinta y plumas.

Los otros cajones fueron casi iguales, tenían documentos como los registros de gastos o de ingresos, nada que no hubiera visto ya.

—Es inútil, llevamos dias intentando saber donde están los documentos importantes y no encontramos nada.—me dejé caer al suelo, mirando a la nada—¿En donde guarda los documentos importantes?

—Darkwood no es tan idiota como para dejarlos a la vista.

—Pero...incluso revisamos cada libro de su estante y no hay nada.

—Copito, míralo desde la perspectiva de Darkwood.—caminó hasta el escritorio y se sentó encima solo para observarme desde ahí—¿Dónde esconderías tus cosas importantes en una oficina que no es tan segura y cualquiera puede entrar a escondidas?

—Eh...—miré a mi alrededor, realmente no habian muchas opciones.—Tendria que ser en un lugar de facil acceso solo para mi, un lugar que no sea evidente a simple vista y, a la vez, sea tan evidente que no levante sospechas.

Pensé un poco y luego fue como si un foco imaginario en mi mente se encendiera.

Revisé los cajones que ya estaban abiertos, eran solo tres pero todos tenían algo en común: El espacio dentro del cajón no concordaba con el tamaño desde afuera.

—Cajones secretos.

—Bingo.—Ray sonrió de lado.

En el fondo de cada cajón, habian unas cerraduras pequeñas que pude abrir sin problema.

Despues de un pequeño clic, pude sacar una pequeña tapa de madera y justo debajo habian varias hojas.

Revisé los papeles dentro, eran los archivos de cada miembro del circo, los que fallecieron y los que actualmente vivíamos aqui.

"Hikaru Haywood. 
Edad de llegada: 6 años.
Edad de fallecimiento: 15 años."

—Hikaru...—observé algunas notas debajo.

"Su cuerpo rechazó el suero, pero sobrevivió con la mayoría del cuerpo sano, asi que tuve que amputarle sin anestesia algunas partes de su cuerpo que estaban pudriéndose y las reemplacé con implantes de metal."

—¿Encontraste algo?

—Algunos...registros de los experimentos de antes.—pasé hoja por hoja—Antes de perfeccionar el suero, Darkwood...él...

Cerré los ojos, no quería seguir leyendo.

Seguramente Ray notó que algo no andaba bien, pues rodeó el escritorio y se acercó a mi para tomar los documentos.

—"Barbara Rutherford..."—leyó en voz baja—"El suero provocó una infección en sus piernas y...tuve que..."

Se detuvo ahí.

—Mierda.—masculló, entre dientes—¿Reemplazó sus piernas por patas de cabra? ¿Qué carajos le pasaba?

—Barbara...—pronunciar su nombre aún me hacia sentir culpable.

No abrí los ojos hasta que Ray, unos segundos despues, le habia echado un ojo a todos los archivos y los guardó de nuevo.

Despues de eso, tuve que continuar revisando los compartimentos secretos de los otros cajones.

—Estos son contratos.—pasé las hojas rápidamente—Hay pocos, pero tienen varias hojas y condiciones.

—Y estos...estos son los archivos de los otros laboratorios.—Ray revisó los documentos con cuidado—Todos tienen un sello que dice-

—E-espera...—interrumpí, viendo los papeles entre mis manos. Eran diferentes, estos eran registros de los espectáculos de este años y los que habrán—Aqui dice a que lugares fuimos...¿En serio pasamos por todos estos lugares?

—Siempre nos mantenemos en el bosque, no es facil darse cuenta.—respondió Ray—¿Los nombres que faltan por tachar...?

—Son las funciones que todavia no damos y la siguiente en la lista debe ser la ubicación de ahora.—me levanté rápidamente del suelo—Estamos cerca...de ese pueblo.

—¿Cuál pueblo?

Guardé rápidamente los papeles donde estaban, mientras que Ray me observaba confundido.

—¿Q-que haces?

—Estamos cerca del pueblo donde me secuestraron, necesito ir-

—Estas loca.—Ray tomó mi muñeca antes de que pudiera salir de la oficina—¿Por que quieres ir? Si Darkwood te descubre...

—Él ni siquiera regresa de su viaje, estaré bien.

Cerramos la puerta de la caravana y corrí en dirección a mi carpa.

Sabia lo imprudente que habia sido al salir esa noche, más cuando Darkwood podía llegar en cualquier momento.

Pero necesitaba regresar a ese pueblo, habia algo que necesitaba saber.

—Hey, espera.—tiré del pelaje de Ray para detenerlo y él dejó de correr—¿Ves eso?

Perdí la cuenta de los minutos que habian pasado, pero habíamos llegado a una parte del bosque donde se podían ver varias luces a lo lejos.

—¿Crees...que ese es el pueblo?

Me bajé y dejé que mis pies toquen el césped mientras me colocaba la capucha de mi capa.

—Iré yo sola a partir de ahora.

Avancé unos pasos antes de que Ray, aún en su forma de bestia, mordiera mi capa para intentar detenerme.

—Solo iré a investigar, no puedo ir contigo...sabes que llamarías demasiado la atención.—le mostré una sonrisa para intentar calmarlo—Cuando vuelva, podrás olfatear mi olor para poder reunirnos antes de regresar. Si regresas solo, Darkwood se dará cuenta.

Ray soltó mi capa y yo corrí en dirección a las luces que estaban terminando el bosque.

Esa noche, justo esa noche, Neverland Circus se presentaría en el bosque donde todo comenzó para mi. Donde todo comenzó para todos. 

El dichoso pueblo donde Darkwood me habia secuestrado.

—Todo está exactamente igual...—prendí el faro que tenia y comencé a pasear, dándome cuenta que a esas horas aún habia gente caminando por las calles.

Dejé caer mi capucha para mirar mejor a mi alrededor... y luego me pregunté, ¿Si pediría ayuda...alguien me creería?

¿Alguien se atrevería a escuchar mi historia?

Tenia la libertad a mi disposición, pero no me atrevería a huir ahora mismo y dejar a mis amigos en ese infierno. 

—¿Eh?—una ventisca golpeó mi rostro y se llevó mi listón sin querer.

Solté un bufido y perseguí mi listón hasta ver que le caía en el rostro a un chico.

Y de pronto sentí que ese chico se me hacia familiar, demasiado para ignorar ese sentimiento.

—Disculpe...eso es mío.—mantuve la mirada baja, no queria llamar la atención—Si no es molestia ¿Podria devolvérmelo, por favor?

El chico no me respondió y solo me extendió la mano con el listón para devolvérmelo.

—...—lo tomé rápidamente y escondí mis manos dentro de la capa de nuevo—Gracias.

Me enderecé y cuando volteaba, sin querer crucé miradas con él.

Su rostro resurgió entre mis recuerdos. 

Él tenia el cabello castaño, la tez clara y los ojos de un profundo azul. La única persona que conocía con esas características era Subaru, un amigo de la infancia.

Habia desaparecido camino a su fiesta de cumpleaños, ese era el detalle que mi mente recordaba más.

Al principio pensé que se trataba de alguna ilusión porque la coincidencia era demasiada. Para empezar ¿Por que estaría en este pueblo cuando su mansión estaba lejos? 

Pero entonces escuché mi nombre salir de sus labios.

—¿____...?

Realmente era él.

No volteé, porque eso hubiera sido como confirmarle mi identidad y no podía hacer eso.

En un escenario perfecto, le hubiera pedido ayuda para salvarme a mi y regresar por mis amigos.

Pero ya habia un plan y queria adherirme a él. Tenia demasiado miedo de salirme de lo planeado y cometer un error que pudiera costar la vida de mis amigos.

Tal vez la antigua _____ hubiera volteado y le hubiera explicado que no habia desaparecido esa noche, que un hombre me habia llevado a un circo y experimentado conmigo, que habia sufrido todos estos años y que necesitaba de su ayuda para poder ser libre de nuevo, para poder liberar a mis amigos y tener la vida normal que deseábamos cada noche.

Pero ya no era esa ____. No iba a pedirle ayuda a alguien más, porque seria como salirse del plan en el que estuve trabajando tantos años junto a mis amigos. La posibilidad de cometer el mínimo error me atormentaba.

De pronto, escuché un nombre.

—¡Yuugo!

Me detuve y volteé, ese era el nombre del padre de Emma.

El hombre era alto y con expresión gruñona. Tenia los cabellos de negro y mechones blancos, justo como me lo habia descrito Emma.

Haberlo visto de lejos me alegró, al menos significaba que Emma tenia una familia a donde regresar.

Minutos despues me encontraba buscando con la mirada a los familiares de mis amigos según las descripciones que me dieron alguna vez.

—Todo se oscureció demasiado rapido.—miré a mi alrededor, apenas habia pasado una hora y media desde que llegué pero la gente estaba preparándose para irse a dormir y el pueblo se oscurecía junto a sus casas.

Caminé hasta el centro del pueblo, donde estaba el viejo sauce con los tablones de madera que tenían nombres escritos.

Este era el mismo sauce que aparecía en cada pesadilla mía desde que habia llegado al circo.

Y justo como recordaba, habia un pequeño pedazo de madera colgando en cada rama por cada niño desaparecido.

Los nombres de todos mis amigos estaban ahí, salvo los nombres de Hyun y Hyuk.

Claramente Ray tampoco estaba ahí, él llego de manera diferente al circo y sus padres estaban muertos, no habia nadie que pudiera colocar su nombre en ese sauce.

Pero mis ojos se posaron en una rama en especial.

Ahí colgaba la razón por la que quise regresar a este pueblo.

—______ Ratri...—leí mi propio nombre, grabado en una de los tantos pequeños pedazos de madera.—Eso significa...que si me buscaron ¿Verdad?

La verdad temía que no hubiera sido asi, que mi familia no se hubiera interesado en buscarme.

Estaba aterrada por la posibilidad de que no tuviera una familia a la cual volver...pero de pronto lo recordé, mi familia nunca se olvidaría de mi.

Estaba segura de que ellos aún me buscaban a pesar de haber pasado cinco años.

—Me pregunto como están todos...

De pronto sentí la mirada de alguien.

Pensaba que a esas horas ya no habia nadie en el pueblo o todos estaban dormidos, pero parecia que alguien no.

Subaru me observaba y estaba a tan solo unos metros de mi.

—Subaru...—susurré su nombre involuntariamente. Por fortuna, fue tan bajo que seguro él no me habia escuchado.

Mi reflejo fue correr, correr lo más rapido que podía.

Intenté alejarme de él y cuando lo perdí de vista, me dirigí hacia el bosque.

Pero no pasaron muchos minutos antes de que vuelva a escuchar sus pasos siguiéndome, asi que aceleré todo lo que podía hasta ver como la silueta de un gran lobo se dirigía hacia mi.

—¡Ray!

No esperé más y salté hacia él para subirme a su lomo, luego de eso Ray aceleró hasta regresar al circo.

Para mi fortuna, Darkwood apenas llegaba y no habia notado que yo tambien.

Corrí hasta la carpa donde estaba mi habitación y mis cosas, me cambié y maquillé lo más rapido que pude y salí de inmediato con los demás.

—¡Por fin apareces!

—Estaba intentando calmar a Ray, ¿Okay?—me excusé—Está alterado por la función.

Darkwood rodó los ojos, mientras se acomodaba el traje de maestro de ceremonias.

—Lleva al pulgoso de tu amigo a su jaula, tiene que estar listo para su espectáculo.—se colocó la mascara.

Sin decir una sola palabra más, caminó hacia el escenario.

—Es un honor tenerlos un dia más en este maravilloso circo. Soy Julius y para quienes no me conocen, soy su presentador. —anunció, acompañado de una escalofriante sonrisa, luego hizo una reverencia ante su publico y se dio vuelta—¡Bienvenidos a Neverland, donde la mejores pesadillas pueden hacerse realidad!... Disfruten de la función.

Cada palabra que salía de su boca fue planeada por mi, yo habia armado su presentación.

Yo habia llevado a Neverland Circus hasta ese punto, hasta la cima.

Y pronto, mi plan seria el que haria caer a ambos: A Julius Darkwood y a su adorado Neverland Circus.

—¿Dónde estuviste?—preguntó Emma, preocupada.

—Estuve en el puebl-

—¡¿En el pueblo?!

Todos repentinamente se amontonaron alrededor de mi.

—¡¿Como llegaste ahí?!

—¡¿Que tan cerca estamos?!

—¡¿No pediste ayuda?!

—¡Cálmense!—exclamé, soltando un suspiro al ver que todos cerraron la boca casi al instante—No. No pedí ayuda, eso era demasiado riesgoso.

—La señorita tiene razón...¿Qué tal si no le creían o si la policía se interponía en la situación y empeoraba todo?—Hyun se llevó una mano al mentón.—Seria lo mejor no salirse de nuestro actual plan, estamos bien con eso.

—De todas formas...creo que llegó el dia.

Todos voltearon a mirarme, atónitos. Seguro no se esperaban mis palabras.

—¿De verdad...crees que estamos listos?—cuestionó Yuki.

—Es el mejor momento.—respondí—Estamos cerca del pueblo donde empezó todo.

—¿Y eso qué?—preguntó Hyuk, sin procesar bien.

—Incluso si la mayoría no nos cree, hay personas que si lo harán.—expliqué—¿No creen que sus familias estarían de nuestro lado?

—¿Viste...a nuestras familias?—preguntó Emma, tragando saliva tensamente.

—A algunos...pero ¿No creen que es mejor escapar a un pueblo con personas conocidas en comparación a un lugar desconocido?

—Tiene razón, ese pueblo es un buen lugar a donde llegar despues de escapar.—dijo Yuki.

—Una vez afuera...y con Darkwood muerto, podremos ser libres de nuevo.—añadí—¿Quién sabe cuando podremos regresar a este pueblo de nuevo? Es la oportunidad perfecta.

De pronto escuché la voz del maestro de ceremonias mencionándome.

—Sean pacientes, él vendrá en unos segundos...pero antes, nuestra hada elegirá al primer invitado del espectáculo

—¡Tengo que irme! recuerden meter a Ray a su jaula para el show.—sin decir nada más, hice un ademán para despedirme y salir al escenario.

—¡Con ustedes, nuestra hermosa estrella! ¡Ella es Snow, la hermosa hada del circo!

Salí al escenario, escuchando los aplausos y gritos del publico emocionado.

No habia dia en que no sintiera repulsión hacia las personas sentadas en esas butacas.

Hice una reverencia, les mostré una sonrisa. Cada movimiento tenia que ser perfecto, era parte de mi papel encantar al publico.

—Muy bien, Snow, elige a tres personas.—pidió Darkwood.

Dirigí la mirada hacia los asientos donde estaban los sacrificios, todos estaban ahí, listos para ser elegidos como si fuera un menú a mi disposición.

—Vamos, preciosa...elígelos.

Todo estuvo bien, hasta que noté a un chico que no pertenecía a los sacrificios, alguien que no deberia estar sentado ahí.

Pero pensé que Darkwood no lo notaria, porque no dijo nada durante todo el espectáculo que dio Ray...y despues de todo, a Darkwood nunca le importaron los sacrificios y ni siquiera recordaba sus rostros.

No fue hasta que Ray terminó de dar su show que escuché la voz de Darkwood dirigirse hacia mi a pesar de que mantenía la mirada y sonrisa en el publico.

—Tráiganlo.

No dije nada, solo me retiré del lugar.

Regresé por la salida trasera, donde estaban mis amigos esperando su turno para salir.

—Anna, ¿Por que lo dejaste entrar?

—¿Eh? ¿De quien hablas?

—¡Del chico castaño! El que tiene ojos azu-...—detuve mis palabras, reflexionando un poco—Ojos azules...¿Piensan lo que yo pienso?

—Nadie sabe lo que piensas, bonita.—Hyuk rodó los ojos.

—Creo que habla del zafiro de la predicción.—respondió su gemelo.

—Eh...creo que ya olvidé eso.

—La predicción que Hikaru nos contó.—dijo Hyun.

—Si, se la conté a Yukine y Ray despues, pero esa predicción lleva años y jamás apareció nada como un zafiro.—respondí.

—Azul zafiro, él puede ser el zafiro del que hablaba la predicción.—respondió Yuki—Pensaba que no creías en esa absurda predicción, Snow. Te conozco y no dejarías todo a manos de un desconocido solo porque tiene ojos azules.

—Yo no, pero Darkwood es muy supersticioso.—me encogí de hombros.—Y creo que se como mantenerlo vivo....y usarlo para mi plan.

Todos me miraron como si no pudieran terminar de entender como haría eso, pero sabia que en el fondo confiaban en mi.

Despues de esa conversación, Anna y yo fuimos tras Subaru.

Lo encontramos cerca de la salida, detrás de los asientos mientras caminaba sigilosamente y sudaba del panico mientras miraba paranoicamente a todos lados.

—Debo salir....debo irme...

—Ouh, ¿ya te marchas?~ —noté como Subaru casi daba un salto por el susto que le di, asi que solté una pequeña risa antes de empezar a seguirlo—No puedes irte, asi que lamento lo que haremos contigo.

—¿Q-Qué?

Cuando volteó, Anna se encargó de noquearlo.

A partir de ahí, pasaron muchas cosas en menos de un mes.

Pero para resumirlo, tal vez la predicción habia sido cierta todo el tiempo.

Porque el chico al que llamábamos zafiro...fue la persona que al final intercambió su libertad por la nuestra. Su vida por la nuestra.

Y jamás me perdonaré haber dejado que él muriera.

Cada dia que pasó desde ese entonces, me preguntaba si realmente no habia opción y si pude haber hecho algo para sacarlo a tiempo ese dia que decidió quedarse dentro del circo en llamas.

Pero pasaron los años y aunque eramos libres, todos cargábamos con un gran peso de culpa sobre nuestros hombros. Las muertes, los experimentos, el dolor, la cicatrices. 

Recordábamos todo.

Ninguno de nosotros podía ver algo relacionado a un circo sin sentir nauseas. No podíamos ver jaulas sin sentir escalofríos ni ver una jeringa sin tener el impulso de retroceder.

Eramos libres, pero una vez que entras a Neverland Circus no hay forma de olvidar ese infierno.

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✩︶꒦꒷ ୨୧꒷꒦︶✩

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