𝐈𝐗

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/𝟎𝟎𝟗/
𝐁 𝐄 𝐒 𝐓  𝐅 𝐑 𝐈 𝐄 𝐍 𝐃

。゚゚・。・゚゚。
゚。09 。゚Izana siempre mantiene al
 ゚・。・゚ mínimo a las personas cercanas a él.

La mayoría de los amigos que tiene son los que había conocido desde su infancia o los que forman parte de su pandilla.

Así que si le dijeras que sería amigo de una chica que es casi todo lo contrario a él, no te creería.

Pero resulta que Rin encontró la manera de meterse a la fuerza en su vida.

Cuando se conocieron, eran como el agua y el aceite, no se llevaban bien. La conoció cuando decidieron ir a casa de los hermanos Haitani después de una pelea.

Ni Ran ni Rindou les habían dicho de que no vivían allí ellos solos. Al llegar, se sorprendió mucho de que una chica estaba preocupada por el estado de los hermanos Haitani.

Rin no fue mala cuando se conocieron, más bien, se ofreció a curar sus heridas. Era sólo que a Izana no le gustaba interactuar con extraños, y mucho menos tener contacto físico con ellos. Así que se enfrentaron. Rin que insistía e insistía en ayudar e Izana que no quería aceptarlo; eran dos testarudos.

El resto de los miembros sólo podía ver como los dos discutían. Rin tratando de explicar por qué las heridas del chico necesitaban ser vendadas e Izana tratando de contrarrestarlo diciendo que no dolía.

Rin pasó un algodón empapado en alcohol por una de las heridas de Izana, haciendo que el chico se echara hacia atrás e hiciera una mueca de dolor.

Izana fulminó con la mirada a la chica, que le sonreía con suficiencia. Ran y Rindou estaban detrás de ella, disculpándose en silencio en nombre de su prima. Rezando para que Izana no se lo tomara como algo personal y se enfadara con la chica.

No es que no la defendieran, es que sabían que no podrían ganarle a su líder. Y defenderla abiertamente podría agravar aún más la situación.

Pero para su sorpresa, Izana no hizo nada y se limitó a mirar a la chica con el ceño fruncido. Se recostó en el sofá y miró hacia otro lado, una indicación silenciosa de que simplemente iba a dejar que la chica hiciera lo que quisiera.

Rin sonrió mientras Izana aceptaba su derrota. La chica comenzó a limpiar sus heridas y más tarde les dio un sermón sobre cómo la violencia nunca es la respuesta.

Ese fue su primer encuentro con Haitani Rin.

Después de eso, pensó que sería la última vez que vería a la chica, cosa que sinceramente agradecería. Especialmente después de su sermón.

Pero resulta que el universo tenía planes diferentes. Al día siguiente, Izana se dio cuenta de algo inesperado, la chica era en realidad su compañera de clase. No solo eso sino que ella estaba a solo unas sillas de distancia.

Izana frunció el ceño al ver a la chica que le saludaba. Se dio la vuelta y por el rabillo del ojo vio que la chica soltaba una burla. No tenía intención de entablar amistad con la chica, así que no vio la necesidad de corresponder a su gesto.

Más tarde, ese mismo día, cuando pensó que por fin escaparía, acabó yéndose a casa con la familia Haitani. A pesar de eso, estaba contento por el hecho de que Rin ya no insistiera en iniciar una conversación con él. Esto habría sido un gran final si Ran y Rindou no les hubieran hecho quedarse fuera solos mientras compraban algo en la tienda. Izana sólo pudo fruncir el ceño mientras sus amigos evitaban a propósito su mirada.

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