𝐈𝐕
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/𝟎𝟎𝟒/
𝐃 𝐄 𝐓 𝐄 𝐑 𝐌 𝐈 𝐍 𝐀 𝐓 𝐈 𝐎 𝐍
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゚。04 。゚ Baji se revolvió el pelo
゚・。・゚ mientras caminaba por la calle tras separarse de sus amigos. Contrariamente a la confianza que había mostrado antes, ahora se encontraba nervioso. No sabía por dónde ni cómo empezar. No sabía nada de la chica, aparte de su nombre y su clase. Aunque Draken le dio algunos buenos consejos, no pudo evitar preocuparse. Especialmente con las palabras de Izana aún presentes en su mente.
[...] ¿Qué te hizo pensar que a Rin le gustaría un tipo como Baji? [...] Soy su mejor amigo, estoy bastante seguro de que la conozco lo suficiente como para decir eso [...]
Era la primera vez que le pasaba algo así, por eso decidió ir a por todas. Así, aunque al final lo rechazara, no se arrepentiría y podría decir con gusto que lo había dado todo.
Mientras Baji se dirigía a la tienda más cercana, empezó a enumerar nombres de personas a las que le pensaba pedir consejo. Ya sabía que Draken y Mitsuya eran las personas en las que más podía confiar, incluyendo a Chifuyu. Aunque la opinión de Chifuyu podría depender en gran medida de las historias que leyera.
Mientras enumeraba sus opciones, recordó de repente su conversación anterior y cómo Draken sugirió pedir ayuda a Shinichiro, ya que técnicamente es el mayor que conocen que quizás pueda ayudar.
[ғʟᴀsʜʙᴀᴄᴋ]
─¿Qué tal Shinichiro? Seguro que tiene experiencia─ Preguntó Draken.
Baji y Mikey sólo pudieron reír al recordar sus días de infancia. Obviamente Shinichiro podría ser encantador, pero su experiencia con las chicas-
Digamos que Baji es mejor interactuando con ellas, que él.
─Ese tío ha sido rechazado más de 20 veces, que yo sepa─ Dijo Mikey, aún riéndose de la sugerencia del chico más alto.
Draken los miró sorprendido. Él no estaba tan familiarizado con el chico mayor. Lo veía de vez en cuando y pensaba que Mikey había heredado su carisma de él. Así que se sorprendió cuando se enteró de que un tipo como él a sido rechazado, no sólo una vez, sino veinte veces. ─¡¿Lo rechazaron tantas veces?!─ Preguntó desconcertado.
Baji se rió antes de contestar. ─Sí, aún puedo recordar la vez que presenciamos personalmente cómo le rechazaban─
Los dos se secaron las lágrimas que empezaban a formarse en las comisuras de los ojos mientras Draken.exe permanecía sentado, intentando procesar la información que acababa de recibir.
[ғɪɴ ᴅᴇʟ ғʟᴀsʜʙᴀᴄᴋ]
Baji sabía que Shinichiro sería la última persona a la que pediría ayuda. No sólo por la cantidad de rechazos que a sufrido el hombre, sino simplemente porque no quería molestarle.
Undido en sus pensamientos Baji llegó a su destino. Entró en la tienda e inmediatamente se dirigió al pasillo donde estaba su Yakisoba favorito. Pero como si el mundo quisiera que sufriera aún más, se encontró con un estante vacío. El chico se dirigió inmediatamente al cajero para preguntar.
─Perdone, ¿Le queda algo de Peyoung Yakisoba?─ Preguntó Baji mirando al chico del mostrador.
─¿Peyoung Yakisoba? Los que habían se terminaron, mañana llegan más, lo siento─ Contestó el chico. Baji sólo hizo una reverencia como respuesta mientras salía de la tienda y se sentaba en una de las sillas de fuera.
Tiene que ser una broma. Pensó Baji mientras miraba al cielo. Observó las nubes mientras se quejaba en su cabeza de lo injusto que estaba siendo el mundo con él. Empezando por cómo Mikey había revelado su primer crush a probablemente toda la escuela, en segundo lugar estaba lo que le había dicho Izana, y se había acabado su comida favorita. Bramió al recordar que aún tenía trabajo escolar que terminar por encima de todo eso.
Dejó de levantar la vista cuando sintió una presencia y oyó el sonido de algo que se colocaba frente a él. Se sentó erguido y se sorprendió al ver a la chica en la que estaba pensando de pie justo delante de él. No sólo eso, sino que la chica le estaba tendiendo Peyoung Yakisoba.
Baji no dijo nada y siguió mirando a la chica. El chico vio como sus hermosos ojos brillaron y flores brotaron a su alrededor. Se preguntó si estaba viendo un ángel o si estaba soñando, incluso se dió un pequeño pellizco.
Rompiendo el silencio Rin habló. ─Te vi pidiendo esto antes. Puedes quedártelo ya que la persona a la que se lo compré seguramente ya comió algo más─
Baji asintió mientras lo cogía pero sin romper el contacto visual con la chica. Sin saber qué decir, el chico se limitó a abrir y cerrar la boca, incapaz de formar palabras. Los nervios empezaron a aflorar aún más cuando empezó a sentir la incomodidad que había entre ellos. En un intento de redimirse, Baji dijo las primeras palabras que le vinieron a la mente.
─¿Eres un ángel, Haitani-san?─
Joder.
Baji se maldijo en su cabeza.
─No lo soy, gracias por el detalle─ Rin contestó con frialdad, sin molestarse realmente por lo que el chico acababa de decir o al menos eso le pareció a Baji.
Que cool. Pensó el chico de pelo negro. Estaba sorprendido con la forma en que la chica mayor respondió a pesar de una pregunta tan torpe y sin sentido.
─No hace falta que te sientas incómodo conmigo, Baji, y dime Rin please─ Añadió la chica, queriendo que el chico se sintiera menos avergonzado.
─¡Bien, Rin-senpai! Gracias por esto─ Dijo Baji, levantando el yakisoba que había recibido mientras sonreía alegremente.
─De nada. Bueno, tengo que irme, disfruta tu yakisoba─ Dijo Rin antes de alejarse.
Una vez que Baji se aseguró de que la chica mayor estara lejos, empezó a golpear la mesa repetidamente como un subnormal debido a lo que acababa de ocurrir.
Es una estrella caída del cielo. Un ángel. Una Diosa. Canturreaba el chico en su cabeza. Baji miró el Yakisoba y empezó a abrazarlo como si fuera un peluche . ¿Cómo voy a comérmelo si me lo dio una persona tan especial? Preguntó Baji como un demente mirando al objeto inanimado.
Recordando de repente la escena de antes, el chico volvió a golpear la mesa repetidamente. Sonrojado tanto por la vergüenza como por la emoción que sentía cuando estaban los dos solos.
Interactuar con la chica una vez más le hizo preguntarse, ¿cómo terminó ella haciéndose amiga de Izana?, sus personalidades son demasiado diferentes. Pensó, pero al instante decidió pensar en otra cosa. Con solo pensar en la chico mayor su cabeza se llenaba de negatividad.
Sonriendo una vez más ante la caja de Peyoung Yakisoba, Baji pensó para sí
Me encantas Rin...
El sentimiento de abatimiento de antes había desaparecido y había sido sustituido por nada más que determinación.
Definitivamente haré que digas que sí.
─Rin-chan ¿dónde está mi yakisoba?─ Preguntó Rindou mientras se acercaba a su prima, que tenía una pequeña sonrisa en la cara. Como la chica mayor estaba perdida en sus pensamientos, no se había dado cuenta de que su primo se acercaba. A medida que Rindou se acercaba, podía jurar que la oyó murmurar la palabra lindo.
Rindou consiguió llamar la atención de la chica cuando le tocó el hombro.
─¿Qué pasa Rindou? ¿Necesitas más hielo?─ Preguntó, mientras levantaba la cabeza para mirar a su primo, que sostenía una bolsa de hielo en la mejilla.
─No, te preguntaba dónde está el yakisoba que te pedí que me compraras─
Rin miró a su primo y luego a sus manos vacías, recordando cómo se lo había dado al chico de pelo negro.
─¿Hola? Tierra llamando a Rin ¡RESPÓNDEME CONCHETUMADRE! ¿Dónde está mi yakisoba?─ Volvió a preguntar Rindou, agitando su mano libre frente a la cara de ella al notar que se perdía en sus pensamientos una vez más.
─Ah... me lo he comido─
─¿Pero que coño te pasa?─
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