20. I'm a murderer.
Capítulo veinte:
" Soy una asesina "
[🕯🕸]
*Warning: violencia.
Al día siguiente, apenas cayó la noche, fuimos de regreso al aquelarre. Kyle se negó unas cuantas veces, asegurándome que era peligroso, pero yo necesitaba demostrar que era una bruja, y solo podría hacerlo si me enfrentaba a mi abuela.
Kyle y yo nos adentramos a la cocina tomados de la mano, consiguiendo que la mirada de las brujas se posaran sobre nosotros. Myrtle, Madison y Zoe nos observaron con distintas expresiones, solo dos estaban asustadas.
— ¿Y tus días llenos de romanticismo con tu amor verdadero? Lo estás arruinando al regresar aquí — la pelirroja se vio afectada.
— Tengo cosas que resolver, no puedo escapar de lo que soy — hablé con confianza, sin dudar.
— ¿Estas segura? ¿No estás aquí porque tu perro sufrió un ataque psicótico? — espetó Madison, cruzándose de brazos.
Decidí ignorarla. No valía la pena.
— Es sobre tus poderes, ¿cierto? — Zoe lo descifro.
Fui a responder, pero una mujer rubia apareció en la cocina, luciendo totalmente enfadada. La reconocí como Misty, aquella que revivió a Madison.
— ¡Eres una perra! — le grito a Madison y procedió a propinarle un fuerte golpe en el rostro. Entreabrí los labios, sorprendida —. ¿Creíste que era una estupida a la que podías dejar morir?
— Si — se burló la chica, ganándose otro golpe, este más fuerte que el anterior.
Misty le dio su merecido a Madison sin problemas, la golpeó tantas veces que perdí la cuenta, e incluso cuando la contraria estuvo rendida en el suelo no se detuvo.
No me contuve y sonreí en grande.
Zoe intentó detenerlas pero no lo consiguió, hasta que Kyle se interpuso y las separó. Estuve a punto de reprocharlo por detener tal teatro, pero un hombre desconocido bajo las escaleras.
El aquelarre era un desastre. ¿Quien era ese hombre?
— ¡Pagarán por lo que me hicieron! — corrió en nuestra dirección con un hacha en sus manos y el rostro ensangrentado.
— Entraste a la casa equivocada — Madison murmuró perversamente y todas levantaron sus manos para impulsarlo hacia atrás con sus poderes. Por mi parte, aún me costaba analizar la situación.
— ¿Ese idiota quien es? — cuestionó una de las brujas que no conocía, Queenie.
— Conozco esa voz, es el hachero — explicó Cordelia.
— ¿No habían enviado su alma al inframundo? — preguntó Myrtle, fumando tranquilamente.
— No, tiene un cuerpo mortal.
— ¿Eso es sangre? — murmure con una mueca de asco.
El líquido carmesí se encontraba esparcido por todo el suelo.
— Pero no es suya — opinó Misty.
— ¿De quien es? — inquirió Myrtle.
Cordelia se puso de rodillas, llevando sus dedos a la sangre, para usar sus poderes y así descubrir a quien pertenecía. Me aleje de Kyle, el cual todo este tiempo me cubrió con su cuerpo por temor a que el hombre me hiciera daño, y me acerqué a mi tía.
De repente, Cordelia se sentó en el suelo, con una mueca de tristeza y el cuerpo temblando levemente.
— La sangre es de mi madre — susurro, viéndose encerrada en la visión —. El la asesino.
Se me nublaron las ideas, no pude pensar en nada más porque esa frase se repetía una y otra vez en mi mente. "El la asesino". Sentí una ira descomunal, me sentí impotente.
Avance dos pasos con las manos vueltas puños. Aquel hombre me arrebató la oportunidad de hacer justicia por mi madre, se suponía que yo debía matar a Fiona, no el, ni nadie más. Yo la asesinaría y mi abuela me vería a los ojos mientras daba su último suspiro, recordando el inmenso dolor que le ocasionó a mi madre mientras vivía, y el sufrimiento de mi familia. Ese sufrimiento que todavía me ahogaba.
Fiona asesino a mi madre, y yo no pude asesinarla a ella. Así que lo mataría a él, sin pensarlo, lo mataría, lo haría sufrir hasta el último segundo.
Zoe noto mis intenciones cuando comencé a caminar y me sostuvo de un brazo, la mire de reojo y con mi poder la lancé a un lado, sin darle demasiada importancia. Solo podía pensar en mi madre, y en lo mucho que sufrió.
Nadie iba a detenerme.
Alce ambas manos y cualquier tipo de objeto punzante se detuvo a mi lado, pareciendo una mesa de cirugía, tenía todo lo que necesitaba.
Con un cuchillo lo obligué a alzar el mentón, su expresión fue de absoluto terror al admirar mis pupilas dilatadas. Mis ojos se debían de ver negros en ese momento.
— ¿Te divertiste? ¿Fue divertido asesinarla? — sin previo aviso dirigí el cuchillo a su abdomen, clavándolo fuertemente. El hombre grito —. ¡Respóndeme!
— N...no — musitó, dando grandes bocanadas de aire.
— ¿Estas seguro? — alce una mano y pequeños alfileres se clavaron alrededor de su cuello, siendo lo suficiente doloroso como para alterarlo aún más.
No pudo responderme, estaba muy concentrado en sostener el cuchillo de su abdomen. Solté una corta risa y me aleje.
Alce una mano y quite el hacha de las manos de Madison, la chica soltó insultos en murmullos, pero se calló al ver como de un movimiento dirigí el hacha al hombro izquierdo del hombre.
No podía pensar en nada, solo quería hacerle daño.
Hice que los demás cuchillos a mi disposición levitaran y lentamente se acercaran al hachero. El hombre gritó una, dos, tres, hasta cinco veces, rogándome piedad. ¿Pero porque la tendría?
Le di la espalda y cerré los ojos, preparándome para lo siguiente. Solté un suspiro y en acompañamiento a eso los cuchillos se introdujeron velozmente en todo su cuerpo.
No hubieron mas gritos, solo un silencio sepulcral.
Estaba hecho, lo asesine.
Me abrí paso por el pasillo, esquivando a las personas que me observaban sorprendidas y subí hacia el segundo piso, huyendo de todos.
Fui incapaz de respirar, me desplome a mitad de camino, sujetándome el cuello con fuerza. Mi corazón latió desesperadamente, mientras mi vista se nublaba. Me estaba dando un ataque de pánico.
La puerta se abrió, dando paso a una persona. Segundos después sentí que el colchón se hundía un poco a mi lado, mientras una mano comenzaba a acariciar mi espalda.
Me mantuve cabizbaja, observando mi regazo.
Tenía la mente en blanco, vacía, de no ser por un solo pensamiento que me enloquecía: Era una asesina, mate a alguien a sangre fría.
Era una asesina, ¿como me vería mi familia ahora? Les daría asco, no querrán verme nunca mas. Mi padre me echaría de casa, señalándome como a una escoria que no debió haber nacido. Porque eso era, así me sentía.
— Junie — Kyle susurro mi nombre, como si tuviera miedo de romperme.
No respondí, mi mente continuaba vacía.
Asesina. Asesina. Asesina.
Los recuerdos de mi misma apuñalando al hombre me atacaron con fuerza, sin piedad. Solté un sollozo.
>> Dime qué pasa por tu mente... — insistió el chico.
— Soy una asesina — repetí exactamente lo que pensaba. No fui capaz de mirarlo a los ojos —. No comprendo porque estás aquí, ¿no me tienes miedo?
— Yo también hice algo muy malo — musitó, afligido. Peino mi cabello con sus dedos, con intención de tranquilizarme —. Vengaste a tu madre, no te culpes por asesinarlo.
— No lo hice. Mi madre estaría decepcionada de mi, lo sé, ella debe estar odiándome. Nunca querría que su hija se convirtiera en un monstruo.
— Tienes una bruja en tu interior, Juniper — adquirió una forma de hablar más seria —, cúlpala a ella.
— Lo que hice, lo hice absolutamente yo, no la bruja — las lágrimas me empapaban el rostro —. Puedo sentirlo, toda esa ira, la necesidad de verlo sangrar, era únicamente mía.
— Sabes que no es así. Siendo únicamente tú, nunca lo habrías echo.
— Debería darte asco — ignore sus palabras e inesperadamente levante la mirada, escondiéndome en sus ojos oscuros —. Es mejor que me dejes sola.
Kyle asesino a alguien, a su madre, pero presentía que aquello no fue el, sino lo que nació en su interior al revivir. Se defendió de los abusos de la mujer. Pero lo que yo hice, Juniper Mars, fue atroz, cruel, asqueroso. Me sentía completamente arrepentida, pero eso no borraría los hechos.
— No voy a dejarte — el rubio subió sus manos por mis brazos, deslizándose hasta terminar en mi cuello, con los pulgares acariciando mis mejillas.
— Deberías odiarme — insistí.
— Te amo, Junie — dejo un beso sobre mi mejilla, para después volver a verme a los ojos —. Tu nunca me abandonaste, pese a que asesine, destruí, e hice una gran cantidad de atrocidades. Te quedaste conmigo, ¿porque debería irme ahora? Dame una buena razón.
No me merecía su amor.
Escondí mi rostro entre su hombro y cuello, llorando sin freno. No podía calmarme. Kyle me recibió entre sus brazos, brindándome calidez. Me abrazo con el paso de los minutos, horas, y todavía no podía detener mi llanto.
Aunque no lo quisiera, debía aceptar lo que era ahora. Una bruja, que no temía herir a los demás, debía aprender a controlar mis impulsos. Sería difícil, y doloroso, pero me obligaría a hacerlo por mi bien y el de mi familia.
No podía regresar a casa cargando con un poder descontrolado, y arriesgarme a lastimar a mi padre, a mi hermano o a mi novio.
Me esforzaría en mejorar por ellos.
NOTA:
June y Kyle, los adoroooo tanto, pero me hacen sufrir 😭
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