15. You killed him.
Capítulo quince:
" Tu lo mataste "
[🕯🕸]
Zoe me permitió quedarme a dormir esa noche. Ya tenía un plan para que mi familia no sospechara cosas erróneas sobre donde me encontraba. Además, ya estaba en vacaciones de mis estudios, por lo que faltar a clases no importaba. Por lo que acepté sin preocupaciones.
Prepare una cama para mi, con algunas mantas, en una esquina de la habitación. Y me mantuve sentada allí todo el tiempo, en silencio. Internamente trataba de que mi sangre dejara de hervir por la ira y el odio que sentía hacia la rubia, Madison.
Cada que podía se acercaba a Kyle para besarlo, reclamándolo como suyo sin tener ningún derecho a aquello. Pero lo que peor me hacía sentir era la aceptación de Kyle a eso.
Por otra parte, no me sentía segura dejándolo solo con ellas. Las conocía hace muy poco tiempo, y aunque Zoe me trasmitiera confianza, Madison me hacía dudar de todo.
En ese momento, ambas chicas hablaban en el baño, dejándome sola con el chico, rodeados de un silencio incómodo donde sentía constantemente su mirada sobre mi.
— No se que estoy haciendo — hable en voz baja, sin voltear a verlo —. Kyle, ¿vale la pena que esté aquí? Tal vez solo debo dejarte ir, como tu lo estás haciendo conmigo — un nudo se formo en mi garganta, pero me obligué a seguir hablando —. Puedo irme si así lo quieres, puedo dejarte con esta chica, con Zoe. De verdad ya no se que hacer.
Parecía estar hablando sola. Al menos hasta que observé que se sentaba a mi lado, en la cama improvisada. Rozo mi mano con la suya. Automáticamente la imagen de él y Madison atacó mi mente sin piedad, viéndome obligada a alejarme de su toque.
Me sentía traicionada, porque mientras yo estaba aquí intentando ayudarlo, el se revolcaba con la primera chica que se cruzaba en su camino. Escondí mi rostro entre mis manos, sintiéndome inmensamente egoísta. Debía recordar que la vida de Kyle era totalmente nueva, que estaba pasando por una situación extremadamente complicada que yo no llegaba a entender ni un poco, pero el peso de lo engañada que me sentía me nublaba las ideas. El dolor en el que me hundía por poco era irremediable.
— Nunca creí que amar a alguien podría doler tanto — musité débilmente.
La puerta del baño se abrió, y de ahí salieron Madison y Zoe. La rubia observándonos a los dos con ojos entrecerrados, pronto se acercó y obligó a Kyle a levantarse, tomándolo desprevenido al dirigirlo a la cama nuevamente. Los seguí con la vista, conteniendo la ira que resurgía en mi.
— Tranquilo Kyle, ten por seguro que te daré lo que alguien más no pudo — tomó su rostro, besándolo intensamente, mientras mantenía los ojos abiertos para dirigirlos hacia mi.
Eso fue todo.
Me levante de mi lugar y Zoe se interpuso en mi camino, negando con la cabeza. La esquive ágilmente y empuje a Madison lejos de Kyle. La rubia se rio sin vergüenza.
— No se te ocurra ponerle un dedo encima — demande con el rostro serio.
— ¿Y porque es eso? El aún puede tomar sus propias decisiones, y nunca se negó a que lo toque — sonrió provocadora —. Si se negó a ti, es porque tal vez no le das lo que necesita.
La tome fuertemente del cuello de su vestido, sacudiéndola un poco.
— ¿Crees que soy estupida? ¿Piensas que no se lo que hiciste? — acerqué mi rostro al suyo. La mueca en mi rostro podría sorprender a cualquiera que me conociera, porque nunca había sentido tanta ira, no podía controlarme.
— Dilo — la sonrisa de superioridad no abandonó su rostro.
— Tu lo mataste — solté finalmente —. Si no fuera por ti, Kyle estaría bien.
Hasta ese momento era una suposición. Algo que rondó por mi mente desde mi charla con Jason, el autobús estrellado por obra de magia, parecía extraño. Una corta conversación con Zoe después de encontrar a Madison y Kyle en la intimidad me hizo analizar esa teoría más a fondo. La chica mencionó que Madison era poderosa al extremo, que tenía sangre fría corriendo por sus venas, que no le interesaba herir a los demás por su propio bien. Entonces al volver a pensar en el suceso de la fiesta, en lo que esos chicos le hicieron, me pareció más que correcto creer que ella los asesino.
Y confirme todo cuando la sonrisa de Madison desapareció, mientras que Zoe tiraba de mi brazo para alejarme de la rubia. Sonreí ladinamente, notando como mis palabras la hirieron.
Salió del cuarto dando un portazo, desapareciendo por el resto de la noche.
Desperté al sentir como me tomaban por el hombro, sobresaltada sujete el brazo de la persona en cuestión, alejándola de mi.
— Soy yo — habló Zoe. La solté rápidamente, murmurando un "lo siento" por mi acción —. Esta bien. Levántate, tienes que hablar con alguien.
— ¿Como? ¿Con quien? — me puse de pie, avanzando en dirección al baño para prepararme.
— La bruja a la que seguimos actualmente quiere verte.
— ¿Descubrió que estoy aquí? ¿Eso no es peligroso? — pregunté, alterándome momentáneamente.
Zoe negó con la cabeza.
— Estarás bien. Prepárate y cuando estés lista ve a la oficina en el primer piso.
Luego de eso se retiró, dándome mi espacio. Lo aproveche al máximo, vistiéndome y peinándome lo más rápido que pude. Por último cepille mis dientes y me hice camino hacia donde Zoe me indicó, no sin antes dedicarle una mirada a Kyle, quien seguía recostado en la cama, pero atento a todo.
Abrí la puerta de la oficina despacio, espiando un poco para cerciorarme de que era seguro. Dentro aguardaba Zoe, junto a Nan, una de las chicas que conocí el primer día que puse un pie en la casa, y Madison. No llegue a divisar a la persona sentada en el escritorio.
Tome una bocanada de aire y me adentré.
— Bienvenida al aquelarre, Juniper — saludó la mujer del escritorio, ahora podía verla bien y la confusión me invadió. Tenía la cara lastimada, estaba ciega —. Me alegra verte, sobrina.
Detuve mis pasos, quedando a mitad de camino hasta la silla en la que me sentaría.
— ¿Quien es usted? — pregunté inevitablemente.
— ¿Recuerdas a Fiona Goode? Tu abuela, la madre de tu madre — quiso saber, asentí vacilante —. Soy Cordelia Foxx, también hija de Fiona.
— Mi madre no tenía hermanas — me negué ante aquella confesión.
— Yo tampoco sabía que tenía una hermana hasta hace unos días, créeme que se lo confundida que te sientes.
— Mi abuela, ¿donde está? Quiero verla — observé mis alrededores, buscándola con la mirada.
— No está presente. Y no debe saber que estás aquí, y viva, porque te matará — sonó fría, congelando todos mis sentidos. Solo fui capaz de dar unos pasos más y sentarme, porque mis piernas se sentían débiles a causa de mi cuerpo temblando —. Te explicaré todo.
— Hágalo — pedí.
— Un sueño se repetía en mi cabeza cada noche al ir a dormir. Solo que no era un sueño, sino recuerdos ajenos. Me costo comprenderlo, pero hace unos días con las acciones de Fiona pude confirmarlo. Tuvo una hija, antes de que yo naciera, la cual absorbió gran parte de su poder.
Me cruce de brazos, sintiéndome extraña al hablar sobre mi familia con todas las brujas presentes.
>> Fiona hizo todo lo posible para arrebatarle el poder y tenerlo de regreso. Pero no lo logro de buena manera, por lo que, cuatro años atrás, cuando ya se sentía demasiado débil sin la totalidad de poder, la asesino. Asesino a tu madre, a su propia hija.
Se me seco la garganta, volviéndose imposible el acto de tragar saliva o siquiera hablar.
Conocía a Fiona, venía a casa varias veces en un mismo mes. Mi madre y ella siempre terminaban discutiendo, y yo odiaba a esa mujer por hacer sufrir a mi madre. Era pequeña cuando Fiona dejó de aparecerse por unos años, aún así me sentí aliviada, al igual que Jason. Solo reapareció en el funeral de mamá, sorprendiéndonos a todos.
>> Fiona estaba tan enojada cuando, al ver sus ojos sin vida, el poder seguía sin regresar a ella — Cordelia continuó la historia —. No tuvo en cuenta algo muy importante, Adeline ya tenía una hija, a la cual traspasó su poder apenas nació. Así que su muerte no le servía de nada, ahora la niña mantenía el poder como suyo. Esa eres tu.
Adeline. El nombre de mi madre retumbó ruidosamente en mi mente, a la vez que la palabra "poder" se repetía en bucle.
— ¿A donde vas con esto? ¿Juniper es de ayuda para derrotar a Fiona? — preguntó Madison, sin entender nada.
— Ella cumplirá un rol más importante — sonrió tan mínimamente que casi no lo notamos —. Deberá sacar su poder a relucir.
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