08. I'm not ready for this.

Capítulo ocho:
" No estoy listo para esto "
[🕯🕸]

Maratón 2/6


El resto de la noche paso entre películas y cortos besos robados. Sin problemas.

El problema llegó cuando abrí los ojos perezosamente, cayendo en cuenta de que me había quedado dormida. Apague la alarma de un golpe y me puse de pie. Mire al otro lado de la cama y no me sorprendí de ver a Kyle tendido boca abajo, durmiendo tranquilamente.

Susurre una maldición al ver la hora, no era la primera vez que la alarma sonaba. Lo deje dormir mientras iba al baño a cambiarme y prepararme para ir a clases, pero al recordar que también tenía que prepararse para la universidad, regrese corriendo y casi me lancé encima de el.

— Kyle, tienes que levantarte — palmee su espalda suavemente, musito algo que no llegue a oír —, no querrás estar aquí cuando llegue mi padre, tenemos que irnos.

Entonces se sentó en la cama, todavía atontado por el sueño, restregando sus ojos con sus manos. Me pareció tierno y contuve una sonrisa.

Mi padre llegaba siempre a la hora en la que yo me iba a clases, así que Kyle y yo debíamos salir de casa en ese mismo momento.

Fui hacia el baño y terminé de alistarme. Tome mi mochila y me encontré con Kyle nuevamente en la habitación, el también estaba listo. Nos encaminamos a la puerta principal y de un momento a otro nos encontrábamos en la acera, caminando directo al edificio en el cual yo estudiaba.

— ¿Nos vemos después de tus clases?

Me aferré a los tirantes de mi mochila y negué con la cabeza.

— Cora me escribió hace un rato, fue a hablar con Jason y el le dijo que vendría a casa hoy para hablar con mi padre — solté un suspiro —. Y el resto de la semana tendré que estudiar, y si las cosas salen bien con mi padre, lo más seguro es que Jason ronde por casa en ese tiempo.

— Debemos contarle esto a Jason — opinó.

— Lo se, pero no es el momento — respondí formando una mueca. Nunca sabría cuándo sería el momento. Kyle asintió, aunque pude notar como su mente analizaba demasiado las cosas. Entrelace nuestras manos, dándole un suave apretón —. ¿Nos vemos el fin de semana?

— Creo que la fraternidad va a organizar una fiesta el viernes, podemos vernos ahí, sería una buena excusa para Jason.

— Es seguro que mi hermano invitará a Cora, así que yo iré con ella y nos veremos ahí — acepte con una sonrisa —. Pero quiero los informes sobre tu lectura del chico zombie a diario, ¿bien?

— Es un trato — sonrió en grande, tal y como me gustaba.


Cerré el libro de estudio de un golpe y escondí mi rostro entre mis manos, frustrada. Llevaba toda la tarde, desde que regrese de clases, estudiando para un examen de historia con temas que con cada palabra se me hacían cada vez más difíciles de entender.

Mi teléfono vibro sobre la mesa.

[Kyle, linda sonrisa]
¿Como vas con eso?
No se sobre historia, pero
podemos escondernos en aquella
cafetería para estudiar si quieres.

[Junie <3]
Tu y tu sonrisa no harán
más que distraerme.

[Kyle, bueno en física]
En parte me alegra oír eso.

[Junie<3]
Tonto.

Dos golpes en la puerta me obligaron a dejar el aparato a un lado, levantándome para revisar. Abrí con cautela y alce una ceja interrogativa al ver a mi hermano.

— ¿Hola? ¿Sabes que tienes una llave, no? — dude, sin entender porque espero a que yo le abriera.

— Lo se, Juniper, pero la olvidé en la fraternidad — entró a la casa, pasándome por un lado —. Vine a hablar contigo y papá.

Frunciendo el ceño, me acerqué a las escaleras y grite el nombre de nuestro padre, cuando me cercioré de que me oyó, tomé asiento nuevamente junto a la mesa.

El mayor bajo al minuto, sorprendiéndose de ver a Jason de pie en la sala. Pero no se contuvo de acercarse y ahogarlo con un abrazo.

Cuando Jason huyó al otro día de herirse las manos, mi padre se preocupó demasiado, y con razón, porque Jason estaba en un muy mal estado y que desapareciera al día siguiente no era bueno. Yo tuve que contenerme con todas mis fuerzas para no delatar a mi hermano, porque quería que el mismo diera la cara.

Ambos se sentaron frente a mi.

— Lo lamentó — empezó Jason, luego de resumirle al adulto lo que ocurrió el otro día —. Lo siento mucho. No quería que esto llegara tan lejos — murmuró cabizbajo. Mi padre observaba las manos vendadas de su hijo con tristeza —. Quiero mejorar, quiero hacerlo. Y esta vez es totalmente enserio. Haré lo posible, lo juro.

— Va a ser complicado, pero tengo fe en ti — tomo las manos de Jason entre las suyas —. Estuve pensando, y quiero que vayas a reuniones de rehabilitación. Tendrás tu vida normalmente, pero un día por semana, o quizás más, deberás ir a hablar con otras personas que pasan o pasaron por tu misma situación. ¿Estás de acuerdo?

— Si, haré lo que sea — asintió.

La decisión en su mirada me sorprendió y emocionó de igual forma, porque aunque Jason muchas veces dijo que quería comenzar de cero, nunca tuvo esa firmeza.

Lleve una mano a su hombro, brindándole mi apoyo.

— Estaremos contigo — sonreí suavemente.

— Gracias — musitó.



Los días pasaron, llegando el esperado fin de semana, el ansiado viernes que me torturaba la cabeza por la ansiedad.

Todo fue exactamente como lo planeé, durante la semana, Kyle leyó la mitad de su libro y me habló sobre eso todos los días. No podía evitar responderle con una sonrisa estupida, delatándome frente a mi amiga. El jueves, Cora me confirmó que Jason la invitó a la fiesta. Por lo que el viernes nos alistamos sencillamente y partimos rumbo a la fraternidad en un taxi, Jason no podía manejar y mi padre estaba trabajando, así que solo nos quedó esa opción.

La casa se cernió frente a nosotras, aún más repleta de gente que la última vez. Sentí una emoción creciente en el pecho, pero trate de disimularlo.

— ¿Kyle ya está aquí? — Cora giro a verme. Ambas estábamos de pie en la acera.

— Dijo que Jason y él nos esperarían en la cocina — informe.

Mi amiga asintió y se adentró a la casa, le seguí el paso. El tumulto de personas nos dificultó llegar a nuestro destino, pero unos minutos después lo conseguimos.

Los dos chicos estaban de pie junto a una mesa, hablando distraídamente. El primero en vernos fue Jason, y después de que mi hermano hiciera señas en nuestra dirección, Kyle también noto que habíamos llegado. Oculté una sonrisa cuando nos detuvimos frente a ellos.

— Hola, hola — Jason beso la mejilla de Cora y revolvió mi cabello. Seguidamente nos entrego un vaso con alcohol a cada una. Alce una ceja, viendo el vaso descartable que él sostenía —. Es gaseosa — aclaró ante mi duda.

Observé a Kyle de reojo, lucia la camisa de la fraternidad junto a unos pantalones negros de vestir. Se fijo en mi de igual forma y su mirada me ocasionó ganas de acercarme para besarlo.

Cora noto mis intenciones y trato de persuadir a Jason.

— ¿Donde están esos amigos tuyos? ¿Nos dejarán a solas esta vez? — le rodeó el cuello con un brazo. El chico alzó una ceja.

— Los aburridos en sus cuartos, la mayoría en la sala, o aquí — señaló a Kyle por lo último de la frase. Sonrió y dejó un corto beso sobre los labios de mi amiga. Se alejó de ella y giró a verme —. Nosotros nos vamos por ahí, ¿estarás bien sola?

— Claro — asentí automáticamente. Cora escondió una risa por mi acción desesperada.

— Bien, aún así — miro a su amigo —, vigílala por favor.

— ¿Que? — fruncí mis cejas con incredulidad. ¡Estaba pidiéndole a Kyle que me cuidara! —. Lárgate Jason — espete indignada. Este tiro del brazo de mi amiga y se fueron entre risas. Me cruce de brazos cuando el rostro del rubio se asomó por mi hombro —. No me mires de esa manera.

— ¿Que manera? — preguntó inocentemente.

— ¡No necesito que nadie me vigile! — exclame soltando un bufido.

Kyle rodeó mi cintura con sus brazos y escondiendo el rostro en mi cuello soltó una risa. Intente mantenerme firme pero me derretí ante su tacto. Me di la vuelta y lo abracé con fuerza, cuidando no derramar el líquido en mi vaso.

Nos separamos, pero no completamente, porque mis brazos seguían rodeando su cuello. Kyle enredo mi cabello castaño entre sus dedos y se acercó para dejar un beso en mi mejilla.

— Ven, sígueme — tomo mi mano, y sin negarme lo seguí.

Caminamos entre la gente hasta subir las escaleras, adentrándonos a un pasillo con puertas en ambos lados, y una diferente al final, que suponía era el baño. Me llevaba a lo que parecía ser su cuarto, estaba ordenado, decorado muy sencillo y bonito. Pero no me permití detallar mucho más, porque apenas cerrar la puerta, voltee a verlo.

— Lindo — opine.

— Tu eres linda — se sentó sobre su cama, invitándome a que también lo hiciera. Tome asiento a su lado con las mejillas sonrojadas.

Le di un sorbo a mi bebida y después la dejé sobre la mesita de noche.

— Si Jason nos llega a encontrar aquí nos matará a ambos... — comente distraídamente. Kyle estaba al tanto de que Jason arregló las cosas conmigo y mi papá, así que no se sorprendió por mi tono burlón.

— Pero no lo hará — inesperadamente se acercó a besarme, con tal ímpetu que me sorprendió.

Beso tras beso las cosas subieron de tono, empezó con rápidos besos en el cuello que me quitaron el aliento y terminó conmigo sentada en su regazo. Seguía siendo algo inocente, pero era otro nivel.

Cuando me atreví muy tímidamente a tomar los bordes de su camisa para quitársela, mirándolo a los ojos, vi que se le cristalizaban y seguidamente detuvo mis movimientos sosteniendo mis manos.

Confundida me baje de sus piernas para sentarme nuevamente en el colchón. Kyle se cubrió el rostro con las manos.

— ¿Kyle? — lo llame, sin saber que hacer.

— Lo siento, lo siento — repitió con la voz quebrada —. Creí que lo iba a poder hacer... Perdóname, Junie. No estoy listo para esto, necesito tiempo... Lo lamento.

Mi mente viajo a sus palabras el día que coincidimos en intentar tener una relación. "Solo te pido que vayamos despacio. Me gustaría que me esperarás". En ese momento no entendí a qué se refería, y ahora que lo sabía, me sentí culpable por las lágrimas de Kyle.

— Yo... yo tengo que disculparme — acaricié su espalda con ánimos de reconfortarlo —. Tu me pediste que vayamos despacio, que te esperara. Y yo fui egoísta — levantó el rostro, mirándome fijo por un momento con los ojos inyectados en sangre. Me destrozo el corazón verlo en ese estado —. Lo siento, esto es totalmente mi culpa.

— No es tu culpa — reaccionó ante mis palabras acercándose y tomándome las mejillas delicadamente —. Nunca será culpa tuya. Es culpa de alguien más.

Entendí que no quería contarme la historia aún, y lo acepté sin remedios, el me contaría lo que quisiera cuando estuviera listo, y yo lo esperaría.

— Ven aquí — lo atraje entre mis brazos, recostándonos en su cama abrazados.

Kyle soltó unas cuantas lágrimas más, y me asegure de limpiar cada una de ellas, reemplazando el dolor por una caricia suave.

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