𝒮 | 𝗙𝗜𝗩𝗘

Cobs se encontraba llegando al starcourt mall, no iba a comprar, no iba a ver las cosas. Sólo iba a ir a platicar con su novio, quien se lo había pedido.

Esta vez iba sola, sin algún niño del club, decidió ir media hora antes de que todo el centro comercial cerrará.

Al llegar local notó que no había ni un cliente, algo raro, a decir verdad. Sólo se encontraban Steve y Robin, quienes estaban limpiando las barras, finalmente visualizo en una mesa a Dustin y Will.

— Steve — llamó la pelirroja al tocar la campanilla.

El chico al voltear se encontró con Cobs, quien sólo le sonrió levemente, le indicó que pasará a la pequeña habitación que había en el mismo local.

— Se que ayer fuí un tonto — Addie asintió dándole la razón — Muy tonto — corrigió la chica.

Steve asintió — ¿Quisieras, salir para platicar o algo? — cuestionó amable.

En el rostro de la pelirroja había una mueca — Quisiera, pero tengo cosas que hacer — explicó.

— ¿Cuidar niños? — preguntó casi en afirmación. Adeline asintio levemente — Además, tengo que cuidar de mi padre.

Steve pareció algo enojado — ¿Cuándo tendrás tiempo para nosotros? — cuestionó mientras cruzaba sus brazos.

— Pero, salimos casi siempre — indicó. Steve negó sin alguna expresión en su rostro — !Me refiero sin alguna presencia de unos adolescente! — alzó la voz.

— Cállate — indicó Addie — Dustin y Will están afuera, pueden sentirse mal.

— No voy a negar que los quiero, pero también necesitamos tiempo para nosotros — bajó un poco la voz, aunque Addie sabía que los chicos seguían escuchando.

— Es mi trabajo — recordó — Antes de que iniciaramos la relación claramente te dije que no iba a tener mucho tiempo, necesito dinero para mí padre — explicó — Y también te dije que apesar de que estaba enamorada de tí te diría que no por el tiempo que no tengo, pero tú insististes en que iniciaramos está relación, así que no me reclames lo que claramente te dije muchos meses atrás — habló rápidamente pero entendible ante el chico.

Harrington soltó un suspiró, la ojiverde esperó alguna respuesta.

Antes de que hablará notaron que Robin había entrado, pues la puerta dejaba un rechinido.

— ¿Interrumpo algo? — preguntó al ver a una chica rubia enojada y a su mejor amigo algo cabizbajo.

Addie vió por última vez al castaño, notó que sus ojos evitaban algunas lágrimas, al igual que ella.

— Absolutamente nada, Robin — mencionó por último para después sólo salir del local.

Robin frunció el ceño, obviamente había escuchado su pelea, su más grande confusión es que jamás los había visto de tal modo

Addie salió del centro comercial sólo para sentarse en una banca, pues estaba algo cansada.

La chica evitaba sus lágrimas, hubiera deseado mejor no haber ido a "platicar" con Steve.

No muy lejos escuchó el claxon de un auto, al levantar la mirada se encontró con Jonathan Byers.

El chico le hacía señas de que subiera al auto, Adeline al estar cansada no rechazó el llamado del chico.

Al subir al auto el chico paseo su mirada por el rostro de la ojiverde,  para después sólo prender el auto y empezar el trayecto.

— ¿Por qué llorabas? — preguntó mientras la veía de reojo.

La rubia lo volteó a ver — Steve, peleas y peleas — contó con sus dedos.

— ¿Te hizo algo? — preguntó de nuevo. Ella de inmediato negó — Peleas de pareja, tenían que pasar alguna vez.

El chico asintió — Lo entiendo perfectamente.

— Claro — mencionó la pelirroja — Disculpa lo directa, pero ¿Nancy y tú discutieron hace una semana? — cuestionó, pues quería saber porque su amiga le había hablado de tal modo.

— Casi toda la semana — respondió algo desanimado.

La ojiverde asintio varias veces — Éso explica su raro comportamiento.

Byers frenó, ya que habían llegado a la casa de la chica, aunque antes la volteó a ver — ¿Qué comportamiento? — interrogó.

— Nada, olvídalo — sonrió ante la respuesta, ya que eso significaba que Nancy no la había tratado mal sólo porque sí — Gracias por traerme hasta mi casa — bajó del auto, finalmente sólo dándole una leve sonrisa de agradecimiento hacía su amigo.

— ¿Okay? — mencionó confundido, volvió a prender el auto, está vez para ir a su casa.

La chica sacó sus llaves de su bolsa, al abrir la puerta se dió cuenta que la televisión de la sala principal estaba encendida.

Cobs entró a la sala principal de la casa, dónde se encontraba su padre sentado enfrente del televisor.

La rubia al voltear hacía el televisor se dió cuenta que sólo se escuchaba el sonido, mientras que la imagen no estaba.

— Papá ¿Qué haces? — preguntó al verlo muy concentrado.

— Viendo la televisión, hija — contestó mientras apuntaba hacía el aparato.

La ojiverde bajó un poco su mirada — Papá, la imagen de la televisión no está — indicó a lo que el señor frunció el ceño — Sólo se escucha el sonido.

Adeline abrazó a su padre, necesitaba trabajar y trabajar para que su padre consiguiera aquella cirugía, para que recuperara del todo su vista, ya que al pasar los meses, está cada vez más se perdía.

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