019
019. la persona más importante para mi sky, eres tú.
—¿redecorando?—pregunto Astra al entrar a la suite de sus amigas, encontrándose con todas ellas.
—Necesitamos más espacio para la ceremonia de convergencia de Musa—explico Aisha.
—Bien, antes de empezar... hace días que no coincidimos todas aquí y quiero anunciar algo, no es nada malo ni raro, bueno, tal vez es raro—siguió diciendo cosas hasta que Flora la calmo—soy gay, hay una parte de mí que siempre lo ha sabido y ahora estoy compartiendo esa parte con vosotras. Así que adaptad vuestra percepción de mí en ese sentido, nada ahora debo mover esta alfombra...
Stella la detuvo, para que todas pudieran abrazarla—eso significa que oficialmente somos tus carabinas.
—Si vamos a conseguirte a una chica.
Comenzaron a hablar sobre la chica que parecía gustarle a Terra, pero esta las detuvo recordándole porque estaban allí.
Musa tomó la el cristal—a caballo regalado, no le mires los dientes, pero ¿es muy peligrosos este ejercicio? — dijo la chica sentándose.
—no voy a mentirte, vamos a inyectar magia pura, así que sí, es arriesgado, pero confío en nosotras. Hagámoslo.
Las chicas comenzar a usar sus poderes, una en una—vale chicas, vamos allá. Bien musa, ábrete a la magia y nosotras debemos abrirnos a musa.
La chica abrió los ojos—¿debería sentir algo?
—sí, ¿estáis concentrada?. Vale, hagámoslo otra vez.
—nop, nada.
—puede que no tengamos suficiente poder.
Todas miraron a Bloom y Astra—¿estáis seguras?—pregunto la rubia sabiendo que querían que usaran la llama.
—solo si podéis controlarla.
Ambas asintieron levantándose a lo que tomaron un respiro para dejar aquella magia extremadamente poderosa correr—puedo sentirla.
—está funcionado.
—he dicho que paréis—musa dejo caer la piedra.
—¿qué ha pasado?
—no funcionaba—se fue de allí molesta el hada de la mente.
—alguien vaya tras de ella, yo debo ir a hacer algo—murmuro Astra también saliendo de allí, tenía que soltar magia, sentía que estaba a punto de explotar, así que decidió ir al círculo de piedra.
Encontrándose con Saúl y Rosalind, decidió esconderse para escuchar de que hablaban.
Sky, Rosalind quería información sobre él y si no la obtenía por Saúl iría tras él ella misma.
Astra corrió de allí en busca de su novio, no permitiría que nadie le tocara un solo cabello, todavía menos aquella mujer.
—Sky—chilló encontrándolo con Bloom en medio del bosque, este entregándole un libro—¿qué pasa aquí?
—¿cómo nos encontraste?—pregunto confundida la pelirroja, realmente ni ella sabía, había pensado en que debía encontrar a sky y aquí estaba.
—no lo sé, ¿qué es ese libro?
—voy a ofrecerlo a Sebastian.
—Habéis hecho todo un plan sin mí—miro a su amiga y novio dolida—no puedes tenderle una trampa al diablo bloom, es más astuto que eso y terminara mal.
—Jodió a mi padre, Astra.
—¿crees que no lo recuerdo?, todos los jodidos días desde aquel momento me odio por darme no cuenta de lo que pasaba antes, por no evitar que tuvieras que tomar esa decisión y sé que tu estado actual es solamente mi culpa—grito al rubio—estoy tratando de arreglarlo, pero vale, haced lo que queráis.
—Astra, necesito esto, todos necesitamos esto—se acercó bloom—no te pido que me entiendas, pero sí que me ayudes.
La rubia negó lista para irse, sentía sus ojos llenarse de lágrimas. Estaba cansada, tan cansada de todo lo que sucedía a su alrededor, había venido aquí a aprender sobre sus poderes y descubrir su verdad.
Todavía no había logrado bien ninguna y todos los días había más problemas en su vida, como en la de aquellos que consideraba su familia.
Los brazos de Sky la rodearon, a lo que esta golpeo su pecho tratando de alejarse, pero este logro hacer que terminara con su rostro en el pecho de él llorando.
—shh—susurraba en su oído—perdón, he estado tan concentrado en mí que no vi que sufrías también—acaricio su mejilla—necesito que sepas que nada de lo que sucedió es tu culpa, me regalaste unos minutos de claridad con él y sé que todo lo que haces es por la gente que quieres, si no quieres ayudar estas en todo tu derecho, pero yo debo hacerlo por él.
—lo hago por ti—admitió— la persona más importante para mi sky, eres tú.
—y tú lo eres para mí—beso su frente—¿vamos a dormir un rato?
La rubia negó con la cabeza permitiendo que sky limpiara sus lágrimas—debo hacer esto— beso sus labios—te amo.
—te amo más princesa—acaricio su mejilla.
La chica se alejó para acercarse a su amiga—eres una de mis mejores amigas, pero si vuelves a hacer planes en secreto con mi novio, no soy responsable por mis acciones—golpeó su hombro.
—Ew espero que nunca hayas pensado cosas que no son, no es mi tipo.
—ni tu el suyo, le gustan rubias—ambas rieron, pero aquello se detuvo cuando se giraron y notaron que la barrera se había tornado sólida.
—problema para después.
(...)
Ambas chicas llegaron al punto de encuentro con Sebastian, era una cafetería americana típica.
Entraron allí, viendo al hombre sentado con una gorra—¿café?, ¿algo de comer?
—Sí.
—Bien, he pedido una milanesa con salsa, ¿qué cojones es una milanesa?—murmuro mientras les servían café.
—Cuando dije que fuéramos al primer mundo, di por hecho que elegirías un lugar más clandestino como un aparqueamiento subterráneo.
Astra no dejaba de mirarlo mal, odiaba al hombre que estaba frente a ella con toda su alma—qué aburrido—contesto el hombre, quien parecía tomarse todo esto como un chiste—creo que la rubia sigue molesta por lo de su novio.
—Crees bien—respondió.
—Bueno, me gusta el kitsch del primer mundo y una cafetería americana es lo más kitsch, además tengo problemas de confianza—en segundos todas las personas de la cafetería tenían un cuchillo a su cuello, sostenido por ellos mismos.
—¿qué coño haces?—pregunto Astra en shock.
—Deberías odiarme Bloom, igual que lo hace Astra. Le robe la magia a vuestra amiga—comenzó a enumerar—hice que tu novio matara a su padre—miro a la rubia—soy un azote para las hadas, pero estáis aquí. Ayudadme a entenderlo.
—Claro que te odio, desearía que te pudrieras en una prisión solariana el resto de tu vida.
—Bueno, espero por el bien de todos que hayáis traído cierto libro.
—Creo que puedes hacer que mi amiga recupere su magia. — con esas palabras sebastian dejo a toda la gente en paz.
—¿y qué valor tiene eso para mí?
Bloom sacó el libro de su bolsa—un libro viejo y siniestro a cambio de magia, ¿me pregunto quién saldrá perdiendo con el trato?
—No puede recuperar la magia—se burló Astra—parece que no eres tan poderoso y sabio Sebastian.
El chico la miro enojado por unos segundos—contraoferta, me dais el libro y os diré como recuperar la magia, conocimiento por conocimiento. De toda la información que poseo, probablemente eso sea lo menos interesante. Sé muchas cosas, muchas cosas sobre vosotras, ¿seguras que no prefieren saber eso?
—Dinos como recuperar su magia—respondió Astra, al ver a su amiga dudar un segundo.
—Qué generosa, lo gracioso es que vuestra respuesta está aquí—abrió el libro, leyéndolo.
—¿puedes leerlo?
—claro—respondió con obviedad—oh cierto fingí que no podía, fue divertido. Este libro era de mi padre, lo fue antes de morir. Coleccionaba reliquias de las brujas de sangre, teníamos un montón de cosas chulas en casa, una pena que desaparecieran.
—Eres de Aster Dell—concluyo Bloom.
—Sí, por eso, sé cosas de ustedes. Mi padre estaba obsesionado con los dragones—se detuvo—pero no hablamos de eso, hablamos de musa. Dos formas tenéis, hacer que un raspador me la quite y se la devuelva, cosa que no pasara, así que opción dos, matarme y todo el mundo recupera su magia.
—Ah, por eso no querías que supiéramos eso—sonrió Astra.
—Hicimos un trato y de verdad, ¿estáis dispuestas a matarme? Parece que estamos en un impas, ¿algo más?
—Es todo.—salieron de allí.
Bloom hablaba por teléfono con Aisha—Estamos alteradas, nuestra magia...
—Está sobrecargada—concluyo Astra—ya he descargado algo, pero lo siento, como si mi magia quisiera explotar.
—Tengo que hablar con Sebastian.
—Bloom...
Pero era tarde la pelirroja ya había ido tras del hombre, con astra detrás de ella.
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