𝐏𝐫ó𝐥𝐨𝐠𝐨
—Ay, gracias al cielo, mi querida y amada Tora. Tenía miedo de que murieras. ¿Dónde estabas, bribona? —una mujer regordeta restregaba su cara en una minina de pelaje marrón, la cual poseía un listón cerca de su oreja. La gata parecía tener los ojos llorosos, pequeñas lágrimas salieron de sus lagrimales al sentir las muestras de "afecto" de su dueña.
—Con una guacamaya, así como ama, yo también me habría escapado —uno de los presentes pronunció en voz baja.
El chico en cuestión tenía los brazos cruzados, a diferencia de sus dos compañeros era el único que tenía una expresión quejumbrosa, además de rasguños en la cara; la larga bufanda que portaba llegaba hasta sus pies por lo que podía ser un poco incomoda, pero esta no era la razón de su descontento. Era Konohamaru, el nieto del tercer Hokage de la aldea de la hoja. Al lado de este se encontraban sus camaradas, al lado izquierdo un muchacho moquilloso y al lado derecho una pequeña con peinado de coletas.
—Silencio, Konohamaru-kun —detrás de él, el encargado de su equipo se posiciona para callarlo, estaba siendo maleducado.
Presenciado tal escena se encontraban la quinta Hokage, uno de los principales maestros de la academia ninja, y una persona de poca importancia cuya cabeza era cubierta por un sombrero de color blanco. La líder de Konoha observaba con aburrimiento el acto de la mujer y su gato, el que la acompañaba por otro lado se rascaba la cabeza esperando que la clienta se fuera.
—Muy bien, aquí está la paga —la señora avisó mientras se iba del lugar —. Vamos, pequeña, es hora de ir a casa —le decía a su mascota con una sonrisa en su rostro. La felina solo pudo maullar, estaba pidiendo ayuda.
Todos los presentes observaban como la que encargó la misión de recuperación gatuna se marchaba a su hogar junto a su amada gata.
Al cerciorarse de que se fue de la habitación, el sensei del equipo gennin presente se acomodó sus gafas. Miró a sus alumnos mientras posaba sus manos en sus caderas.
—Era un simple caso de gato perdido —les reprochó a sus alumnos —¿Saben cuánto tiempo estuvieron allá afuera? —esperó a que sus alumnos se justificaran de alguna manera.
—Sí, pero sensei, ese gato era más rápido que un rayo —Udon, el chico con lentes excusaba su tardanza.
—Hasta parece que ya había huido antes —Moegi, la chica de las coletas añadió con desconcierto por la habilidad de escape del felino.
—¡No quiero oírlo! —el líder del equipo no les tomó importancia a tales excusas —Una misión de esa naturaleza requiere velocidad y precisión, no hay más de que hablar. Les falta habilidad —concluyó.
—¿Y cómo esperan que llegue a mis límites con misiones tan patéticas como estas, kore? —cuestionó fastidiado, ya estaba cansado de este tipo de misiones —Oye, Iruka-sensei, ¿No tiene algo interesante para mí? —le preguntó con cierta esperanza al maestro que tuvo en la academia.
—Ah, verás, no es tan sencillo —respondió, sus ojos se entrecierran al hacerlo.
—Escúchenme bien —Ebisu les llamó la atención a sus alumnos —. Ustedes, trio de mocosos, se acaban de convertir en gennin. Nadie les asignará misiones más allá de las fronteras —les deja claro los límites que poseen.
—Solo tendrán misiones de nivel "D" —la quinta Hokage, Tsunade, reafirma lo dicho por el tokubetsu jōnin.
—Ay, no aceptaré un "no" como respuesta —el chico de la bufanda exclamó mientras se sentaba en el piso de la habitación, sus compañeros de equipo lo miraron —. Después de todo, están viendo al séptimo Hokage
—¿Al séptimo? ¿Qué pasó con el sexto Hokage? —la actual dirigente de la aldea pregunta sin entender al mocoso berrinchudo que su maestro tenía por nieto.
—Ese ya existe. Y va a ser Naruto-niichan —afirmo con total seguridad.
Ebisu, Tsunade e Iruka se sorprendieron ante lo dicho por el niño.
De repente, una pequeña marca de color rojiza apareció encima de sus cabezas, Ebisu y el hombre con sombrero blanco fueron los únicos en la habitación que no obtuvieron una. Aquellos que la poseían fueron rodeados por una luz parpadeante.
—Pero... ¿Qué? —Ebisu se altera al ver a la mayoría así, pronto dejaría de estar así, ahora estaba peor, está aterrado —¡¡Desaparecieron!!
Todos los que fueron envueltos por la luz parpadeante se desvanecieron en el acto, no quedó absolutamente nada de ellos, como si los hubieran sacado del mundo en el que vivían.
Era un día hermoso allá afuera, los pájaros cantaban, y lo más importante, los guardianes de la puerta estaban despiertos, y no estaban perdiendo el tiempo, estaban realizando su trabajo por muy aburrido que fuera. Su atención se dirigió a la franja que divide la aldea de las afueras de esta, el sonido de pisadas era lento. Fue una sorpresa para ellos que los que pasaban eran ni más ni menos que dos personas que habían estado una cantidad considerable de tiempo fuera de Konoha.
—Oye, ¿Acaso es quien creo que es? —Kotetsu preguntó, mientras se levantaba un poco, estaba usando sus manos para obtener soporte de la mesa.
—Ajá. No hay duda de eso —Izumo asintió con un gesto sonriente.
En una calle cercana, Haruno Sakura caminaba, a pesar de que había una cantidad considerable de civiles, podía pasar con facilidad, pues el centro del camino estaba considerablemente vacío. Debía dirigirse a la puerta principal de la aldea por órdenes de su maestra, ha de recoger los registros de tráfico matutinos que los guardias deben hacer todos los días en la mañana.
A la par de esto, dos personas recorrían la calle contigua, lo que los dividía no era nada más ni nada menos que unas casas.
—Han pasado como dos años y medio, dattebayo
—Así es.
Sakura mantenía la mirada fija hacía las puertas de Konoha, su andanza no fue interrumpida en ningún momento, solo caminó en silencio hasta que pudo ver a los guardias de la entrada.
—Hola, Izumo-san... Kotetsu-san... ¿Cómo va su día? —la peli rosa pregunta amablemente, el saludar a esos dos ya era algo a lo que se había acostumbrado.
—Oh, miren quien está aquí.
—¿Eh? —Sakura no entendió muy bien a lo que se refería Izumo.
—Alguien te está esperando en el pueblo —Kotetsu explicó, pero no especificó quién para no arruinar la sorpresa.
—Sí, debes verlo para creerlo —Izumo mencionó, era una total sorpresa que viniera.
Al percatarse de la posibilidad, dirigió su mirada hacía la aldea. Puede que se equivoque, pero tal vez a lo que se refieren es que él por fin volvió a Konoha.
—No me digas...
Cerca de un poste, una mochila fue arrojada al piso por alguien de pantalones anaranjados. El chico saltó hacía el poste, pero en lugar de caerse o chocar, caminó sobre la superficie de este.
—Inquieto como siempre —un señor de pelo blanco veía como el muchacho subía, a pesar de que se habían ido más de dos años, su alumno seguía manteniendo su postura de nunca estar quieto demasiado tiempo.
Al llegar a la parte superior del poste, el chico extendió sus brazos, observó la aldea desde las alturas.
—Ahora sí estoy de vuelta, la aldea no ha cambiado nada, dattebayo. He vuelto a casa. Uzumaki Naruto ha regresado a Konoha —alzó su puño con emoción —. Vaya, todo me da mucha nostalgia —asintió un poco, puso sus manos en su cadera un poco más calmado, la tranquilidad al ver el pueblo en el que creció abunda en su cuerpo —. Agregaron la cara de la abuela Tsunade a la montaña.
Así es, Uzumaki Naruto, el protagonista de esta historia acababa de regresar de su entrenamiento con el sannin Jiraiya, después de un arduo adiestramiento está listo para volver a formar parte del equipo siete, traer a su mejor amigo de vuelta, y derrotar a aquellos que se atrevan a ir por él.
La única integrante del equipo siete corría hacía el poste, le había parecido ver a quienes se referían Izumo y Kotetsu.
—¿Acaso realmente es él? —centra su mirada para cerciorarse de que sea él —¿Naruto? ¿Naruto, eres tú? ¿Cuándo volviste a la aldea, Naruto? —preguntó en un tono de voz alta para ser escuchada. Jiraiya, estaba a su lado mirando a su alumno.
—Oh, justo ahora, dattebayo —dio un saltó para caer sobre sus dos pies al suelo. Al aterrizar se acercó un poco a su compañera y amiga —Hace mucho que no te veía, ¿Eh, Sakura-chan? —una pequeña risa jovial comenzó.
Sakura dio una sonrisa sincera como respuesta, extrañaba el comportamiento del rubio. Súbitamente, se percató de algo que no esperaba para nada.
—Un momento. Ahora estás un poco más alto que yo.
—¿Eh? Sí. Creo que así es —intentó comparar su altura con una de sus manos.
«Parece que es mucho más maduro que la última vez que lo vi», ladeó su cabeza un poco, la sonrisa de antes había regresado sutilmente —Y, ah... ¿Qué dices? —preguntó un poco avergonzada, sus mejillas estaban un poco rojas por lo que iba a preguntar —¿Crees que me veo más mujer que antes? —interrogó, mientras se señalaba así mismo, su mano tembló un poco al hacerlo.
—¿Hablas en serio? Que buena broma, estás igualita —Naruto alzó su pulgar con positividad, sus ojos se cerraron y con fuerza por lo que no pudo ver que generó su respuesta en su compañera.
Diversas venas remarcadas aparecieron en el cuerpo de Sakura, pero las principales lo hicieron en la frente y en la mano. Pequeños movimientos de disgusto e irritabilidad se colaron en ella, pequeños pelos de su cabello se despeinaron por esto. Cerró sus ojos y se cruzó de brazos con molestia.
Naruto no comprendió porque actuaba así, solamente fue sincero, ella no había cambiado mucho, en apariencia estaba igual, tal vez con respecto a la altura si haya un cambio, pero no ve relación en eso con la pregunta que le hizo.
«Qué muchacho. No podría ser más inconsciente», Jiraiya pensó con cierta decepción, cualquiera se daría cuenta de las intenciones de esa pregunta.
De pronto comenzaron a sentirse raros. Sakura abrió sus ojos, alzó sus manos para verlas, vio como una luz parpadeante las había envuelto. Su mirada bajó hacía sus pies, estaban igual.
—¿Sakura-chan, esa luz es un nuevo jutsu? —Naruto preguntó confundido, jamás había visto eso, ni en sus viajes con su maestro.
—Naruto, tú... —la chica al verlo se preocupó, su amigo estaba envuelto en su totalidad, miró de reojo al Sannin de los sapos, también estaba así.
—¿Qué pasa? —el viejo preguntó al ver a Naruto y a Sakura en ese estado, bajo su mirada para pensar un poco mejor, pero solo se encontró con que sus brazos se encontraban en un estado similar —Ay n-
Antes de que pudiera terminar, los tres desaparecieron del lugar sin dejar rastro, los civiles y shinobis que estaban cerca quedaron anonadadas, tres personas habían dejado de existir. Un miedo colectivo de que les pase lo mismo había aparecido en ellos, por lo que se fueron corriendo de ahí, algunos escapando de la escena para ir a sus casas, donde están seguros y, otros yendo a avisar a la Hokage.
—Ay no ¿Yo también? —el sannin de los sapos termina su oración —Oh... —no podía creer lo que veía: diversos ninjas, incluso renegados; estaban junto a ellos en una misma habitación.
—¿Sakura-chan, estás bien? —Naruto preguntó preocupado, no sabía qué pasaba.
—Estoy bien, creo —internamente agradeció la preocupación que Naruto sentía por ella, pero no era tiempo de pensar en esas cosas —. Parece que hemos sido transportados a una especie de... ¿Habitación con pantalla?
—Esto es bastante misterioso, y molesto —una voz conocida hizo que Naruto volteara, era Chōji, quien se encontraba molesto porque justo había sido transportado mientras comía.
—¿Chōji? —Naruto lo volteó a ver, estaba dos filas más arriba que él, al principio no lo reconoció, pero al ver su inmensa barriga lo recordó.
—Y problemático, no podemos hacer ninjutsu —dijo Shikamaru en un suspiro cansado, él estaba al lado del de huesos anchos.
—¿Shikamaru? —lo reconoció por su pelo y por su expresión de "me fastidia todo"
—Eres... Sí, es Naruto, eres tú —su expresión cansada se altiva un poco, le hace feliz volver a verlo.
—Hola, Shikamaru.
—Vaya, vaya, ¿Ya sabes cuándo volverás?
—Regrese hoy —admitió, la verdad hubiera querido reencontrarse con él en otras circunstancias que no sea la de posiblemente estar secuestrados.
—Mírate ¿Quién diría que eres el mismo tarado? Es decir, el mismo. Estás muy cambiado —le dío a su amigo una sonrisa.
—Jejeje —Naruto reía un poco por tal halago, claro que había cambiado, ahora era más fuerte.
—Sakura ¿Segura que estás bien? —Ino preguntó, no quería que su amiga se hiciera la fuerte simplemente porque Naruto estaba ahí, ¿Y si le pasó algo durante el proceso de llegar aquí?
—Qué sí —Sakura asiente con seguridad, ya lo había dicho, no había por qué repetirlo.
—Grrr —Kiba, él se encontraba en la fila que precedía al equipo siete, soltó gruño al ver a tantos desconocidos, muchos aromas nuevos llegaron a su nariz, y eso fue estresante. Akamaru, el perro que lo acompañaba se aferró a su dueño, preparado por si tenían que pelear.
—¿K...Kiba? —Naruto tardó unos segundos en identificarlo, pero una vez le vio las facciones y al perro, supo de inmediato que se trataba del segundo más perrón del lugar, después de él, claro.
—¡Hey! ¡Eres tú, Naruto! —el Inuzuka reconoció al rubio —Ya decía yo que olía a ti.
—¿Qué? ¿Me estás diciendo que me has reconocido solo por el olor?
—Naruto... —un chico de aspecto sombrío cuyo rostro estaba cubierto por una capucha, habló —Ya veo que no has tardado mucho en reconocer a Kiba, pero a mí ni me has visto... —sus ojos cubiertos con pequeños lentes negros miraron al rubio.
—¿Quién eres? —Naruto preguntó, no es broma, no lo conoce de nada.
—Soy yo...
—Ya, pero... ¿Quién eres?
—Aunque haya pasado mucho tiempo. Al menos deberías de reconocer las caras de tus amigos. La razón de esto es que... Si no lo haces sería una ofensa hacía la persona que te ha llamado.
—¡¡Ah, eres tú, Shino!! —lo recordó —¡¡De no ser por tu molesta forma de hablar ni te reconocería!!
—Por fin me has reconocido...
—¡Idiota! ¡Si ocultas tanto tu cara nadie te reconocerá!
—¡Kyaa! —una chica acaba de aparecer en el asiento del medio, el que dividía las sillas de Kiba y Shino. La razón de su chillido no era por miedo de aparecer de repente en un lugar desconocido, lo que le dio miedo es... «Na- ¡¿Naruto-kun?! —su mente quedó hecha un caos al verlo —Aun no estoy preparada, no nos hemos visto desde hace tres años, ¿Qué debería decirle? Um... Umm...», se refugió, en su mente.
—¡¿Qué, Hinata también?! —Naruto preguntó, esto ya era el colmo, no solamente han secuestrado a la mayoría de sus amigos, también a alguien como Hinata, que malditos.
—Ah... Claro, a ella también la reconoces fácilmente —un aura sombría rodea al chico de los insectos, con él se tardó mucho, con Kiba unos simples segundos, y con Hinata fue casi de inmediato, definitivamente no entiende porque esto siempre le pasa a él.
—Perdón, Shino —se disculpó nuevamente por no reconocerlo, pero no es su culpa que sea tan difícil el hacerlo.
Toneri, quien se encontraba en su asiento en silenció, observaba a Hinata. Estaba deleitándose con su belleza, cuando era un poco más joven se quedó maravillado con ella, y ahora que tiene ojos ve que subestimó sus encantos, no es que sea maravillosa, es que sencillamente es perfecta.
«Padre... Tal vez ya no estés aquí para verme, pero gracias por todo», el Ōtsusuki agradeció en sus pensamientos a su padre, él fue quien le contó acerca del matrimonio, se supone que él lo iba a casar con Hinata, pero por desgracia murió, sin embargo, aunque no esté presente, sabe que él seguiría velando por su felicidad y lo estaría apoyando desde donde sea que vayan los muertos.
Neji, que pertenecía a la fila más baja de entre los de Konoha, absorto de cualquier escándalo que sucediera en esa extraña habitación, su atención estaba completamente centrada en ese joven de tez pálida, cabello desgreñado y unos con unos ojos tan helados que podría ver el interior del alma de cualquiera.
La presencia de ese sujeto le produce ansiedad, como si algo malo pasará con él cerca, verlo detenidamente le produce cierto malestar; además, su ansiedad aumentaba por la forma que esté miraba a su prima, haciendo que su irritación fuera más que evidente.
«Tiene un Byakugan —ese era otro punto, ese hombre tenía los ojos de su clan —... Su tonalidad es bastante diferente», estaba seguro de que esos ojos tenían varios rasgos parecidos al dōjutsu de su clan, pero el color de esos se desentonaba bastante con los rasgos tradicionales del mítico globo ocular. Podía ser que la diferencia se arraigara al hecho de que estos fueran robados y durante el trasplante fueran manipulados de alguna forma, pero para que eso sea posible debió haberlos tomado cuando el Hyūga perjudicado estuviera vivo, al menos si éste perteneciera a la rama secundaria.
—¿Sucede algo, Neji? —la chica a su lado preguntó, que su compañero de equipo se la pase viendo a un hombre que se encontraba apartado de todos los demás le parecía igual de raro que lo que hacen Lee y Gai-sensei para exclamar su juventud.
—Mal presentimiento —respondió sin más, no va a meter a sus compañeros en esto, este posible problema debe ser resuelto sólo por los Hyūga.
—Eh... —Tenten iba a pedir una respuesta más detallada, pero un grito por parte de su otro compañero impactó en su tímpano de lleno.
—¡¡¿Gai-sensei?!! ¡¡¿Dónde está?!! —Lee preguntó desde su asiento, miró con brusquedad cada sección hasta encontrar a su maestro.
—¡¡Estoy aquí, mi juvenil alumno!! —la respuesta fue dicha desde la segunda fila más alta de la sección de Konoha.
Lee dejó de ver a las otras secciones para alzar su mirada, estaba tan solo a cuatro filas de ellos.
—¡¡¿Está bien, sensei?!!
—¡¡Lo estoy!! ¡¡¿Estás bien, Lee?!!
—¡¡Sí!!
—¡¡Así me gusta!!
«Un día de estos me quedaré sorda», Tenten se tapaba sus oídos, estaba tratando de silenciar los gritos producidos por Lee y su maestro.
Naruto dirigió su mirada más hacía arriba, justamente una fila arriba del equipo diez se encontraban los senseis de Konoha, junto con Shizune y la mujer sádica de los exámenes chunin que parecían estar de coladas en esa categoría. Un hombre con máscara de felino con manchas verdes y rojas, con un tatuaje raro en su hombro izquierdo también estaba presente en esa fila. Aunque lo que más le llamó la atención fue que su sensei de la academia estaba ahí.
—Hola —Kakashi, el sensei del equipo siete alzó su mano para saludar al rubio —. Naruto, veo que has crecido mucho.
—Oiga, no ha cambiado nada, Kakashi-sensei —se sorprendió de la nula variación en su maestro, literalmente estaba igualito «¿Será que se lo doy?», pensó, él le tiene un regalo, o bueno, más bien le quiere regalar algo que le dieron a él, pero que no quiere.
—¿Qué puedo decir? —Kakashi no se inmutó ante lo dicho por su estudiante, el libro rojo en sus manos seguía abierto, antes de ser transportado estaba leyendo algo muy interesante.
—Hola, Kakashi-sensei —Sakura saludaba a su maestro de equipo, hacía mucho que no lo veía.
—Hum... Ha pasado mucho tiempo ¿No es así, Sakura?
—Ujum —Sakura asintió un poco, no ha podido verlo, ella ha estado ocupada aprendiendo de la Hokage, y ayudándola con las tareas que le asigna.
—Qué problema, parece que hemos sido víctimas de un secuestro masivo —Asuma, el sensei del equipo diez intentó buscar en su pitillera algún cigarrillo para fumar —¿Y mis cigarrillos? —pensó extrañado, estaba seguro de que el envase donde los guardaba estaba al completo.
—Es realmente raro, ¿Por qué lo harían? —Kurenai, la líder del equipo 8 cuestionó, sabe bien que muchos enemigos harían lo que fueran para capturarlos y obtener información, pero esto ya es pasarse de lo absurdo, hasta los kages están aquí.
—¡¡No se preocupen, mis colegas!! —Gai, el líder del equipo tres intentó animar la tensa situación —¡¡Mientras mantengamos nuestra juventud podremos hacer algo!!
«¿Qué hago aquí?», un ANBU cuyo nombre clave actualmente es Tenzō observa los alrededores, su máscara de gato zorruno oculto un poco sus intentos de analizar a sus compañeros de asiento, de todos ellos sólo conocía a Kakashi.
«Has crecido mucho, Naruto», Iruka sonrió al ver a su alumno, hacía tanto que no lo veía, está tan crecido, seguro se ha vuelto fuerte. Cuando salgan de ese lugar, si es que salen, quiere invitarlo a comer ramen, tal vez así puedan ponerse al día.
—Hmmm —Anko, a pesar de no ser la capitana de ningún equipo gennin había sido puesta en esta fila, pero eso poco le importaba, lo que le incumbía en este momento es que ese hombre estaba ahí.
—Tsunade-sama... —la voz preocupada de Shizune fue escuchada por sus compañeros de asiento, la razón de tal sentimiento es ver a su Hokage golpeando una de las paredes de la habitación.
—¡¡¿Por qué no funciona?!! —Tsunade gritaba con furia, lanzó varios puñetazos con sus puños, pero la maldita puerta ni osaba a moverse o si quiera romperse.
—Tsuna, nuestras habilidades no funcionan aquí —Jiraiya negó con cierta fatiga, desde que llegaron han intentado de todo, pero nada funciona, ni siquiera sus jutsus de invocación.
La razón de esto es que el chakra ha sido sellado, aún lo conservan, si no lo tuvieran estarían muertos, pero al parecer alguien les arrebató la libertad de usarlo.
—Tsuna, volvamos a nuestros asientos, siento que pronto se revelara el motivo de esto —Jiraiya trató de convencer a su amiga, tal vez con el tiempo el responsable aparezca y de las razones de su captura masiva, pero hasta entonces no sirve de nada malgastar fuerzas.
—¡¡Aghhhh!! —la Hokage dio un último golpe, pero, aun así, no ocurrió nada. Secó el sudor que apareció en su rostro, jadeó un par de veces, estaba cansada, pero lo peor es que sus esfuerzos fueron en vano, ni un solo rasguño —¡¡Bien!! —a regañadientes aceptó volver al maldito asiento en donde la sentaron.
—Kukuku, parece que la princesa de las babosas es incapaz de romper una simple pared —Orochimaru se burló desde su asiento de su antigua compañera, era realmente interesante, el material del que está hecho este lugar es capaz de contener a Tsunade, una proeza muy grande, quiere saber más de eso.
—Es realmente sorprendente la escala de ese jutsu de transporte —Kabuto, el principal ayudante del sannin de las serpientes se acomodó sus gafas, jamás había visto tal cantidad de gente transportada por un jutsu espacio-tiempo.
Los dos sannin regresaron a sus asientos, de alguna extraña forma, ellos formaban parte del escalón más alto de Konoha, el problema es que ellos estaban al lado de los directivos de Konoha, y bueno, un chico de piel pálida con máscara de ANBU, que es quien se interponía entre los dos bandos.
—Apenas llegó, y ya me estoy estresando —Tsunade admitió, ver a esos viejos le produce malestar para su cabeza, ni siquiera sabe cómo es que ellos fueron "las personas de más cercanía" que tenía su maestro ¿Es que acaso no tenía opciones de con quien relacionarse?
—No te dejes llevar, eso es lo que querrían —Jiraiya le susurró a su compañera, no quería iniciar una pelea, aquí todos son víctimas.
—Mi escala de "paciencia" tiene un límite bastante bajo, Jiraiya —la sannin de las babosas refunfuñó por la situación, odiaba estar cerca de estos viejos.
Los consejeros de la aldea escondida entre las hojas analizaban la situación con sumo cuidado, habían aparecido en una habitación desconocida en conjunto de varios ninjas, no solo de su aldea, también había varios de otras aldeas, incluso los regentes de estas se encontraban en ese lugar, sin embargo, los peores sin lugar a duda son los renegados que posiblemente se hallen entre ellos.
Al menos tenían a su favor, si es que no tener chakra es algún tipo de ventaja, el no poder realizar técnicas ninjas. Nadie podrá hacer mucho sin ese tipo de energía. No es que tengan miedo, a pesar de que sus cuerpos estaban más que desgastados por la vejez, podían pelear, o intentarlo, si Sarutobi pudo, ellos también.
—Esto me recuerda a ese día —Homura, el anciano del concejo recordó parcialmente al día que el zorro demonio atacó la aldea, al igual que ahora nadie sabía que estaba pasando y debían de salir de esa situación haciendo cualquier cosa, fue la última vez que pelearon en conjunto con Sarutobi.
—No, al menos en ese día podíamos usar chakra —Koharu, la anciana del concejo opina diferente a su compañero —. Además, aquí no solo está en peligro la mayoría de los ninjas capacitados de Konoha, también los de otras aldeas.
Ella siempre ha sostenido que el grupo es más importante que cualquiera que los miembros individuales de este, lo mejor para Konoha en este momento es intentar que el mayor número de personas pertenecientes a la aldea de la hoja posibles sobrevivan a este suceso, así tengan que sacrificarse unos cuantos.
«Solo necesito hacer una cosa y todo esto se pondrá a mi beneficio», Danzō, el tercer miembro del consejo pensó, su expresión no demostraba ningún atisbo de preocupación, solo debía encontrar una forma de activar su ojo y pedir una audiencia con el responsable de esto.
Si logra lo que se propone, no solo tendrá en su control a alguien con un jutsu capaz de transportar a tal cantidad de personas, también obtendrá la potestad de todos los que aquí se encuentran, podrá eliminar a todos los que en un futuro se interpongan en su camino, se deshará de las posibles amenazas para Konoha de otras aldeas, y aprovechará para subyugar a los dirigentes de las otras grandes naciones. Su plan solo necesita dos cosas: Poder activar su sharingan, y hablar con el líder del lugar.
«Danzō-sama tiene un plan», el más joven de la fila se percató, eso solo significa que debe estar preparado para actuar cuando se le indique.
—Hmmm —la única consejera de Sunagakure que se encontraba presente observó la fila de los senseis de Konoha con cierto rencor; el colmillo blanco de la hoja, la persona que le arrebató a su hijo y a su nuera estaba en ese lugar, quiere ir a matarlo en este preciso instante.
—Abuela Chiyo, ¿Se encuentra bien? —preguntó Kankurō, el hijo del anterior Kazekage y hermano del actual, se sentía un poco nervioso al estar al lado de una marionetista tan experimentada como ella.
—Nada importante, Kankutō —forzó a su boca decir tales palabras, aunque era más que obvio que el resentimiento estaba a nada de ganarle.
—Me llamo Kankurō
—Es lo que dije.
Kankurō se rascó un poco la nuca, ¿Entonces él fue quien escuchó mal?
Gaara miró a Naruto con una gran sonrisa, era realmente agradable el volverse a encontrar con la persona que lo salvó del gran abismo en el que se encontraba antes.
—¡¡Hola, Gaara!! —al notar como su amigo lo miraba, lo saludo con la mano con viveza.
«Tiene el mismo entusiasmo de siempre...», le devolvió el saludo, aunque no mostraba tanto entusiasmo como Naruto, nadie podría igualarlo en eso.
«¿Es el mismo niñito?», Temari, la mayor de los hermanos de la arena veía a Naruto, lo veía un tanto cambiado, pero a la vez mantenía esa personalidad entusiasta y alegre.
—¡¡Hola a ti también, como sea que te llames!! —el rubio saludo también a la hermana de Gaara.
—¿No me recuerdas? —una expresión molesta apareció en su rostro, definitivamente ese niño no había cambiado nada. Miró dos filas arriba de este solo para ver al vago que estaba con ella antes de que fueran transportados, no pudo escucharlo, pero sabía perfectamente que era "Qué fastidio" «Fastidio la poca memoria de tu amigo», pensó indignada.
En la sección cuyos sillones tenían el símbolo de la aldea de las nubes, una sesión de gritos y fuertes golpes se estaban produciendo.
—¡¡Maldición!! —el dirigente de la aldea, nombrado como "A" golpeaba uno de los soportes para brazos que las sillas tenían —¡¡Todo esto ha de ser culpa de Konoha, yo lo sé!! —gruño con enfado, siempre esa aldea está envuelta en algo malo.
—Por mucho que concuerde con usted, debería aprender a controlarse, Raigake —el Kage de mayor edad soltó un reproche, por mucha verdad sea de que Konoha sea problemática, no había porqué gritar ni golpear cosas.
«Ya empezaron los reproches», la nieta del Tsuchikage pensó, su abuelo por alguna razón más que intentar buscar soluciones se dedica a reprochar, aunque no niega que ella también es así a veces.
«Parece que no ha cambiado nada», Roshi, el jinchuriki del cuatro colas observó al Kage de su aldea, él hacía mucho tiempo que no se encontraba con ese anciano, pero parece que no ha cambiado en lo más mínimo.
—Lo siento, el jefe está un poco indispuesto —la mano derecha del Raikage, Darui defiende a su manera a su señor.
—¿Alguna vez lo estará? —Yugito preguntó por lo bajo, el líder de su aldea nunca o casi nunca puede mantener su compostura.
—Es aburrido —aquel que defendió al líder de Kumogakure le respondió a la jinchuriki.
—Bee-sensei ¿Dónde estamos? —Omoi, uno de los alumnos del jinchuriki del ocho colas preguntó con miedo.
—Una habitación llena de misterio, hemos aparecido aparentemente en cautiverio —el sensei del chico intentó improvisar una rima.
—¿Cautiverio? —el alumno se asusta aún más —¿Y si no salimos de esta? ¿Y si en vez de matarnos nos torturan hasta que soltemos la sopa? ¿Y si...?
—Ay, ya cállate —Karui, la otra alumna de Bee le da un golpe en la cabeza, podrá parecer abusó, pero lo hizo por su bien, a veces su compañero puede ser bastante paranoico.
—Auch —sobó adolorido su cabeza, Karui a veces golpea más fuerte de lo que debería —. Oye... ¿Y Samui? —se acaba de percatar que la persona con la que se encontraban no estaba con ellos.
—Esa maldita vaca suertuda se salvó —la pelirroja murmuró, apretó su puño con fuerza, ¿Por qué ellos sí y ella no?
—¡¡Oye, más te vale que no hables mal de mí aldea!! —la Hokage sale en defensa de los suyos —¡¡¿Cómo sabemos que no fuiste tú, Raikage?!!
—¡¡Por qué estoy aquí, yo jamás estaría aquí!!
—¡¡Yo también estoy aquí, y nunca estaría en la misma habitación que tú a menos que sea urgente!!
—En vez de culpar a otros, deberíamos centrarnos en encontrar la razón de porqué estamos aquí —la actual Mizukage intervenía desde su fila. A su lado se encontraban su mano derecha, Ao, y el chico que en un futuro liderará a los nuevos espadachines de la niebla, Chōjūrō.
—Parece que no se llevan muy bien —el espadachín de la niebla murmuró un poco asustado, si esos dos comenzaban una pelea, de alguna u otra forma otros iban a quedar envueltos en ella —¿Y si comienza una guerra? —tembló ante la posibilidad.
—No tiembles —Ao regañó al chico —. Demuestras debilidad al hacerlo.
—Eh... Sí señor.
—Ao... ¿Por qué no te callas? —la Mizukage se volteó un momento para mirar al hombre —Asustas a Chōjūrō —diversas venas se remarcaron en su frente.
El mencionado optó por silenciarse, nunca entenderá porque las nuevas generaciones de su aldea son tan blandas, comprende que desde lo de Yagura ya no son una aldea sangrienta, pero mimarlos demasiado es malo, llegara el punto en que Chōjūrō tiemble hasta por sujetar una espada, que espera que eso nunca suceda, en verdad el chico le cae bien; si lo regaña es porque se preocupa por su futuro, pero parece que a su señora no puede percatarse de eso.
Chōjūrō se removió incómodo, otra vez ella ha salido a defenderlo, esperaba algún día poder hacerlo solo.
En la sección apartada, al lado de Toneri, se encontraban dos personas que miraban fijamente a alguien; Utakata a Mei, y Hotaru al que miraba a la Mizukage, es decir, el que quiere que sea su maestro.
«Espero y no se percate de mi presencia», el jinchuriki del seis colas pensó con fastidio, no quería tener que soportar a la mujer que quiere que regrese a su aldea, algo que nunca hará.
«Utakata-sama —Hotaru miró preocupada la fija mirada de su maestro en la Mizukage, comprende que este estresado porque muchos ninjas de Kirigakure han ido en su búsqueda, pero si se le queda viendo mucho tiempo le descubrirán —... También está él», miró de reojo a su otro compañero de asiento, y para ser sincera, hasta ella se dio cuenta que mira a la chica de Konoha con cierto sentimiento embarazoso.
En las escaleras que encaminan al trío de personajes, se encontraban una persona tomando distancia del resto de personas presentes. La joven de cabellos dorados estaba completamente desconcertada en el lugar en el que se encontraba, tratando de salir previamente de la impresión al ser rodeada de una luz que salió de imprevisto. Cuando logró regular parcialmente su respiración, una imagen se hizo presente en su cabeza. Dirigió su mirada tratando de encontrar el paradero de la persona con la que hablaba antes de que la luz pudiera cegarla. A los pocos minutos de no verlo, empezó a sentir que el desconcierto de antes se convertía en agobio al no encontrar a su padre. En eso vio, recostado en una de las paredes de aquella extraña habitación.
El hombre se encontraba inmiscuido en sus pensamientos, dando breves miradas a los personajes a su alrededor. Había identificado a los kages de las 5 aldeas shinobis, además que iban acompañados de sus asesores y respectivos cercanos; «Incluso los Jinjinchurikis están presentes», logró identificar algunos portadores de los bijuus. Inhalo lentamente, la situación que se presentaba era bastante intrigante y enrevesada al mismo tiempo. Necesitaba un cigarro, pero tampoco quería llamar la atención de los demás por el exuberante humo que se encerrará en el lugar; a pesar de las negativas que se planteaba, su mano instintivamente se posicionó en su bolsillo para encontrar el espacio completamente vacío. Pasó la mano por su agraciado pelo canoso, antes de que alguien se pusiera a lado suya.
—Papá, pensé que era la única de los dos en este lugar —la cara de su hija reflejaba un sentimiento de alivio, al verla de ese estado se reprendió mentalmente por quedarse perdido en sus pensamientos y no haberla ido a buscar
—Tranquila Akebi, lo importante es que no nos separamos —sonrió levemente para su hija.
—¿Sabes dónde estamos? — pregunto, si algo de lo que estaba segura era que su padre tenía habilidad para adentrarse en el más remoto misterio y darle una explicación, siendo este momento que necesitaba de la astucia de su progenitor.
—No estoy seguro, pero es mejor que vayamos a tomar asiento —habló calmadamente el hombre, si seguían parados por más tiempo en aquel lugar empezarían a llamar la atención de aquellos que ya estaban sentados; «Lo que menos quiero en este momento es que alguno de ellos se percate de nosotros —miró brevemente a los kages —. Pero somos prácticamente nadie ante ellos o cualquiera presente en este lugar», pensó de manera apacible; restándole algo de importancia a sus anteriores preocupaciones.
Cuando examinaba el lugar, se percató que la mayoría de los asientos estaban bordados con algún tipo de símbolo representativo a las aldeas, organizaciones o lugares específicos. Al no estar afiliado a ninguna de las anteriores nombradas, fácilmente dedujo que tanto ella como su hija no contaban con ninguno, a menos que el apellido Sanzu tuviera un símbolo esperándolos, el cual no era el caso.
—Mira, hay una fila que está casi vacía —su hija se percató de la fila más alejada del resto, que se encontraba siendo ocupada únicamente por 3 individuos, no como el resto de las filas estando prácticamente llenas en su totalidad.
Haciendo caso a su hija, ambos se marcaron aquella lejana fila. El hombre y su hija se sentaron, dejando 2 filas de diferencia entre ellos y Toneri.
«Pensé que eran conocidos», Hotaru miraba al hombre y la mujer que se sentaron sin decir nada. Cuando se dirigían hacia ellos, pensó que era conocido de aquel hombre de tez blanca, pero al haber tomado distancia le dejó claro que no estaban relacionados en ningún sentido.
«¿Serán aliados de Kirigakure?», Utakata miró desconfiado al par de personas que estaban en la misma fila que él.
En las gradas cercanas a Konoha había una sección de dos filas, la superior estaba compuesta por adultos pertenecientes a la aldea de la hoja, que a pesar de ser shinobis, no se catalogan para la sección de los maestros.
—Esto es demasiado problemático —Shikaku, el líder de los Nara se rascó la nuca con cansancio, esto era todo un problema.
—En vez de decir eso, deberíamos de encontrar una salida o alguna pista de lo que sucede —Yoshino, la esposa del hombre recomendó en un tono de reproche.
—No creo que haya respuesta, al menos no una lógica —Chōuza, el líder de los Akimichi dio su opinión —. Yo estaba comiendo con mi hijo y de la nada... ¡Pum! —hizo un movimiento con sus brazos —. Aparecí aquí con ustedes, no es que me quejé.
—Yo estaba en la cocina, cocinando para algo importante —la matriarca de los Nara también demuestra su descontento, ella debía de preparar algo delicioso, quería que su hijo llevara a comer a esa chica que tanto le agradaba.
—Ni que lo digan, yo estaba literalmente en el trabajo —Inoichi, el líder de los Yamanaka se palmea la cara, en estos momentos debería de estar trabajando, no aquí.
—¡Ja! —la única Inuzuka entre los adultos llamó la atención de los otros —¿Creen que eso es lindo? Yo literalmente estaba en una misión antes de esto —un tic en el ojo apareció en su expresión, por culpa de esto no podrá cumplir el encargo, y si no lo cumple no hay dinero, y tiene que mantener una familia de tres, aunque obviamente ellos deben ayudar, tal vez si Kiba y Hana... «¡¡¿Por qué también está aquí?!!», se percató de que Kiba se encontraba presente en el lugar, ahora todo dependía de Hana el conseguir el suficiente ryo, si es que salen claro está.
Hiashi mantuvo un ceño fruncido desde que llegó, no porque estuviera haciendo algo importante, ni tampoco porque le molestara está situación, su principal destemplanza se centraba en aquel extraño individuo. Este singular sujeto se encontraba mirando a su hija mayor con esa mirada risueña y embobada, practicante un idiota en toda la regla de la palabra.
Su desconcierto no era que viese de manera nada sensata a su hija, lo cual lo exasperaba de cierta manera, la razón era que este tipo tenía un Byakugan, uno tan puro y a la vez tan pintoresco que los ojos de su clan.
«¿Mestizo? —surgió una posible respuesta ante la identidad de ese sujeto, pero la terminó descartando inmediatamente, ese sujeto no formaba parte de la familia principal ni secundaria, eso seguro, tampoco cree que sea posible que sea algún bastardo de alguien de su clan, de ser así ya lo hubiera sabido. Su pálida apariencia podría indicar que este sufriera de algún tipo de percance en su salud, pero su apariencia dictaba que se encontraba debidamente conservado, avivando más su desconfianza ante este sujeto —¿Cómo los obtuvo?», fue la principal pregunta ante ese rompecabezas, si no pertenecía a ninguna de las dos ramas de la familia, por algún medio los tendría que haber obtenido y eso no era nada seguro, el saber que se podría extraer y manipular el dōjutsu de su clan de tal manera, lo alertaba. Tendría que vigilar más de cerca a ese sujeto y tratar de obtener algún tipo de información que podría esclarecer quién era y ver a través del aura de misterio que lo rodea.
Shibi se encontraba analizando el lugar en el que se encontraban, era una habitación extensa llena de asientos y filas, en su mayoría estaban organizados de forma bastante peculiar. La razón de esto es que... seguramente para los que los trajeron, era una buena idea agruparlos de forma que puedan evitar conflictos o que puedan corresponder a ciertos objetivos o calificativos.
En la fila inferior a la de los adultos, cuatro gennin se encontraban sentados, cada uno poseía una expresión diferente, pero con la misma duda de donde estaban y qué hacían en ese lugar con todos los demás.
—Saben... Sonara loco, pero creo que nos secuestraron los marcianos —Konohamaru da la posibilidad que se le acaba de ocurrir en su cabeza.
—Los alienígenas no existen —Udon, el compañero de lentes del Sarutobi negó con lentitud, esa posibilidad debe de ser descartada de forma inmediata.
—Y aunque existieran no tendrían razones para secuestrarnos, especialmente a nosotros —Moegi daba otra razón, lo podría entender de la gente con influencia, genética fuerte, habilidades especiales o con líneas de sangre, pero... ¿Ella y Udon? ¿Qué querrían seres de otro mundo con ellos?
«Veo que siguen siendo igual de idiotas —Hanabi reflexionó, el trío de idiotas de la academia está justo a su lado, y ella habrá de soportarlo quiera o no —. Aunque ¿Quién es ese?», miró de reojo a Toneri ¿Quién es ese sujeto y por qué mira a su hermana de esa forma?
—Oye, Hanabi —el Sarutobi llamó a la chica.
—¿Qué quieres? —respondió disgustada, no porque la llamara, sino porque ese tipo seguía mirando a Hinata.
—¿También crees que nos raptaron los alíen?
—No existen los alíen, honorable nieto —contestó con formalidad —. Ni siquiera sé de dónde sacaste tal idea, pero no deberías creer en esas cosas.
—Un día ellos vendrán y te sacarán los ojos —el de la bufanda murmuró en un tono casi inaudible, ¿no podía al menos seguir la broma?
—Te escuche.
En la sección del nuevo amanecer, caracterizado por tener un símbolo de nubes rojizas en sus asientos. La mayoría de los integrantes de este grupo portaban capas negras con nubes rojas en ellas, algunos poseían bandanas ninja, pero una raya había tachado el símbolo de la aldea de origen, eran renegados. Los anillos que portaban en sus dedos revelaban la identidad de la organización. Eran los renegados que coleccionaban demonios, los más buscados del mundo, Akatsuki.
—¡¡¿Dónde está mi jodida guadaña?!! —Hidan gritó, le habían arrebatado una de las pocas cosas que ama y no quiere soltar nunca en la vida.
—No solo han anulado el ninjutsu, también nos han arrebatado las armas —el tesorero de la organización dijo en un tono pensativo —. Seguramente el responsable de traernos se quedó con tu hoz.
—¡¡Mataré a ese ladrón, bastardo!! —Hidan amenazó, aunque no supiera quién es, él mismo lo buscaría y lo mataría.
—No, ese seré yo —Sasori, un chico de baja estatura y pelo rojizo le corrigió al jashinista.
—Ni te atrevas, muñeco, me arrebato mi arma, es mi derecho —vociferó con ira.
—Quien nos haya traído aquí... Me privó de mis venenos, me arrebató mis marionetas, y me despojo de Hiruko. Eso me da más razones que tú —odiaba estar en ese lugar así de desprotegido, se sentía como si lo hubieran tirado al campo de batalla sin marionetas, toxinas o algo con lo que se pueda defender, ni siquiera puede realizar la técnica de hilos de chakra, la más básica para los marionetistas.
—Me quitaron mi arcilla, hm —Deidara intentó buscar cualquier material arcilloso que pudiera encontrar a su disposición, pero no había absolutamente nada a pesar de haber repuesto hace poco, después de todo ellos en este momento deberían estar en las tierras del viento dirigiéndose a Sunagakure.
—Itachi-san —un hombre con aspecto de tiburón llamó a su compañero —¿Dónde estamos? —preguntó, si alguien puede saber dónde estaban, es él.
—En un lugar para nada oportuno —Itachi observó de reojo a Sasuke, el cual se encontraba en la misma fila que Orochimaru y su ayudante, con él se encontraban dos personas por lo que pueden ser experimentos del sannin de las serpientes —. Debemos salir de aquí antes de que ocurra un imprevisto —suspiró, nunca predijo que algo así podría ocurrir, pudo prever el cómo Sasuke acabara con él, puede deducir como actuara después, al volver a Konoha como el héroe que restauró el honor del clan, pero no puede anticipar que puede ocurrir aquí.
—Pain —la única mujer del grupo llamó a su líder, que estaba a su lado.
—Lo sé —respondió, deben salir de este lugar cueste lo que cueste, no podían tomar el riesgo de que su plan se vaya a la basura solo por un secuestro colectivo fortuito.
Al otro lado de Pain, se encontraba Tobi, el entusiasta e ingenuo chico que quiere unirse a la malvada y seria organización que traerá la paz al mundo ninja. Su máscara de tipo espiral anaranjada ocultaba perfectamente su rostro, solo contaba con un agujero para que uno de sus ojos pueda visualizar el exterior, aunque gracias a la perspectiva, no podía verse del todo.
Por el momento, parecía un individuo algo inquieto, movía un poco sus pies, colocándolos el uno con el otro, más que todo sus rodillas, sus manos estaban juntas, y sus dos pulgares estaban tocándose repetidas veces.
«Mierda, mierda, ¿Por qué tuvo que suceder esto? —el enmascarado pensó alterado —. Se supone que Deidara y Sasori deberían estar en Sunagakure capturando al Ichibi —intentó mantener la compostura —. Además de que no puedo estar sentado en este lugar, aún no soy un miembro oficial», tragó en seco.
—Oe, Tobi ¿Qué mierda haces aquí, hm? —el renegado de Iwagakure miró al payaso que lo molestaba a cada rato, ese tipo no debería de estar con ellos.
—Tal vez ya pueda ser un miembro de los Akatsuki, eh... —soltó una risa nerviosa —¿Con estar sentado aquí ya puedo ser un integrante de la organización, señor Zetsu? —le preguntó al organismo que estaba a su lado.
—Tonto... ¿En serio crees que es tan fácil? —la parte oscura de Zetsu respondió de mala manera —Oh, vamos ¿Por qué no admitirlo? —la parte blanca le cuestionó a la negra —. Después de todo, Tobi es un buen chico.
«(Sí, Tobi es un buen chico) —Tobi escuchó una voz algo distorsionada e irritante en su mente —(Oe, esto se me hace conocido... Nah, no debe ser nada)»
—Ni que estemos tan necesitados, hm —Deidara se cruzó de brazos, ser un buen chico no es razón para admitirlo, y ni siquiera lo es, es solo insoportable.
—Eres malo, Deidara-senpai —el "buen chico" fingió llorar por lo dicho por su superior.
—Soy franco, hm.
—Per-
Antes de que el payaso de los Akatsuki pudiera defenderse, un encuentro bastante esperado ocurrió. Uzumaki Naruto había logrado ver a aquel amigo que le fue arrebatado hace unos años, sin pensarlo dejó su asiento y se fue corriendo hasta la fila en la que se encontraba su compañero. Haruno Sakura lo siguió, ella también ansiaba su reencuentro con el Uchiha.
—Sasuke... —el rubio miró fijamente a los ojos del azabache.
—Sasuke-kun
—Naruto... —el azabache dirigió su mirada a los ojos de su antiguo lazo.
—Indra... —Ashura, el hijo menor de Rikudou Sennin intentó hablar con su hermano.
—Ashura... —Indra, el hijo mayor de Rikudou Sennin respondió al llamado.
Ninguno sabía qué demonios estaba pasando, hace un momento estaban con sus actuales transmigraciones, aún lo están de hecho, pero antiguamente se encontraban en lugares diferentes, pero una luz los envolvió y los trasporto, con ellos incluidos.
Jamás pensaron que algo así podría ocurrir, en todos los siglos en los que sus transmigraciones han combatido a muerte, en ninguna de ellas había pasado algo similar, ni siquiera en la de Hashirama y Madara, las anteriores antes de las actuales.
Ahora solo les queda esperar, y que lo que sea que suceda no resulte en que ellos deban de volver a transmigrar solo porque Naruto y Sasuke se murieron.
A lo lejos, desde la sección de Konoha, en la fila del equipo ocho, el espíritu de Hamura observaba a sus sobrinos, aunque en algunas ocasiones su mirada se dirigía al único Ōtsutsuki vivo que se encontraba en la sala, Toneri. Esperaba que no le hiciera nada a su princesa.
«Parece que las cosas nunca salen como se prevén», dijo Hagoromo Ōtsutsuki, observando a sus hijos desde la lejanía.
No sabía cómo había llegado a este lugar, sabe que, a pesar de su muerte, su chakra y espíritu se mantuvieron en el mundo como un mero observador, viendo diferentes culturas, lenguajes y siendo testigo de cómo evolucionaba el Ninshū. Sin embargo, nunca ha visto algo similar a esto y, especialmente, nunca creyó que podría volver a ver a sus hijos y a su hermano reunidos.
—Sasuke, regresa a la aldea —el de blondos cabellos pedía —. Ni Sakura, ni Kakashi-sensei ni yo queremos perder nuestra conexión contigo.
«Nosotros daremos lo que sea para proteger nuestros vínculos», la peli rosa asentía, ellos nunca se rendirán.
—Dejen de intentar que vuelva a Konoha, ya rompí mis lazos con ustedes, sobre todo contigo, Naruto —el Uchiha dejó claro su negativa —. Ahora tengo un nuevo vínculo —les comentó.
Los dos integrantes del equipo siete abrieron sus ojos de sorpresa ¿Acaso Sasuke les acaba de decir que los reemplazó?
—Uh, eso les tuvo que doler —un chico de dientes afilados menciona con diversión.
La verdad no sabía qué hacía aquí, ni mucho menos cómo es que consiguió ropa, antes de esto estaba metido en un tanque para experimentos totalmente desnudo, pero entre eso y esto, el poder ver como Sasuke corta nuevamente los lazos con sus antiguos compañeros es mucho mejor, realmente ama cuando cortan cosas.
—Sasuke les ha dado un duro golpe de realidad —Karin observó a los dos chicos que vinieron a buscar al Uchiha, ¿De verdad esos dos se hacían llamar "amigos" de Sasuke?, que idiotez «Aun así...», se forzó a no quitarse las gafas para no actuar como lo haría si estuviera a solas con el azabache.
Ella tampoco sabía qué hacía aquí, simplemente mientras tomaba lista de los prisioneros de la cárcel que dirige una luz la rodeo y luego la trasporto a esta habitación, apareció al lado de Sasuke por lo que no se queja, pero que esa peli chicle venga aquí junto a ese rubio a exigir que su "amigo" vuelva, le molesta y le irritaba.
Jūgo ladeó su cabeza un poco, ¿Por qué esos dos se quieren llevar a Sasuke a Konoha? ¿No sé supone que fue el propio Uchiha quien se fue por su propia voluntad? ¿Por qué no simplemente respetan su voluntad?
«La voluntad de Kimimaro es la de Sasuke...», repuso, decidido.
Sí. Él ha de obedecer al Uchiha en toda orden que le dé. Esos chicos deberían de hacer lo mismo, si Sasuke le dijera que su voluntad es cortar lazos con él, entonces lo haría, por muy peligroso que eso pueda ser.
Es un privilegio y un regalo el haber sido transportado a este lugar, desde que llegó no ha habido ni un solo ataque de ira o descontrol de su parte, y aunque los tuviera, Sasuke podría detenerlo, después de todo, él será como su carcelero.
Naruto miró a las tres personas que Sasuke tenía a su lado, ¿Es con ellos con quien los reemplazó?
Sakura miró tristemente a Sasuke, su vista se dirigió primero al chico con dientes afilados, no le llamó mucho la atención, parecía un idiota, el callado parecía alguien normal, ni sabía porque estaba con esos experimentos, sin embargo, esa chica... Se preguntaba quién era esa mujer y cuál era su relación con Sasuke.
—Suigetsu, Karin... Silencio —el emo vengador dijo con enojo —. Mi nuevo vínculo —reanudó la conversación con sus antiguos compañeros —... Es entre mi hermano y yo —aclaró —, y es un vínculo de odio —añadió.
—Pero Sas- —el ninja rubio intenta convencer a su amigo, el que sucumbió a una oscuridad y debe ser rescatado de esta.
—Tener muchos lazos en este mundo, solo representa una carga —el Uchiha no dejó hablar al Uzumaki, esté bajo su mirada al suelo —. Es la ambición del débil, que solo distrae de lo que realmente importa.
—Sí así es como te sientes, Sasuke...
Naruto alzó su mirada para volver a mirar a los ojos a Sasuke, Sasuke al ver esa expresión, recordó algo de su pelea hace unos años:
—¿Por qué llegaste tan lejos por mí? —un Sasuke totalmente convencido de renegar le cuestionó a Naruto, aquel que quiere detenerlo.
—Porque tú eres el primer gran vínculo que tengo en mi vida —le dio una sonrisa al emo que tiene por mejor amigo —. Es por eso que haré todo lo posible por detenerte.
El recuerdo de Sasuke fue interrumpido por una pregunta por parte del mismo Naruto.
—¿Entonces por qué no me mataste ese día? ¿No ibas a cortar ese vínculo, Sasuke?
La integrante femenina del equipo siete deja de mirar a la chica de lentes, o al propio Sasuke, su mirada se centró en el propio Uzumaki.
—Naruto... —Sakura ve con tristeza a su compañero, no le agrada que use ese tipo de palabras, es como si le dijera a Sasuke que la única forma de cortar lazos con él es que lo asesine.
—La razón es simple —entrecerró sus ojos un momento —... No es que no quisiera romper nuestro vínculo, Naruto —recordó algo dicho por su hermano el día de la masacre; «"Como yo, tal vez tú puedas ser de los pocos que puedan usar el Mangekyo Sharingan, pero hay un requisito. Toma la vida de tu mejor amigo. Debes matarlo"», el recuerdo terminó de forma fugaz, odiaba tenerlo presente hasta para justificar sus actos —. Yo simplemente hice lo mismo que hizo mi hermano anteriormente. Todo es parte de una estrategia para ganar poder —mintió superficialmente, él sencillamente no quiere ser tan escoria como Itachi, no quiere obtener un aumento de poder acabando con alguien cercano, aún si este ya no lo sea.
—Pero ¿qué estás diciendo?
—No tengo por qué explicarte nada —respondió súbitamente —. El hecho de dejarte con vida fue un capricho, nada más —encontró una "explicación" adecuada —. Por cierto, Naruto...
El mencionado se quedó en silencio, no podía creer que Sasuke le dijera que solo fue por un capricho, eso no es verdad.
—¿No era tu sueño convertirte en Hokage algún día? —el antiguo amargado del equipo siete preguntó de forma retórica, era obvio que ese era su sueño si se desvivía gritándolo —Todo el tiempo que desperdiciaste buscándome debiste usarlo entrenando ¿No lo crees, Naruto?
—Pero, Sasuke-kun... —Sakura se negaba rotundamente a creer que le había dicho eso, él no sabe todo lo que se ha esforzado entrenando durante dos años para poder conseguir el poder para traerlo de vuelta a la aldea, con ellos, a salvo y lejos de Orochimaru.
—¿Cómo podría llegar a ser Hokage si ni siquiera puedo salvar a un amigo? —el rubio le respondió —¿Acaso no tengo razón, Sasuke?
Sasuke estaba a punto de responder, cuando un grito se escuchó en el centro del escenario, el cual estaba debajo de la pantalla gigante.
—¿Qué clase de excusa es esa? —una voz masculina comenzó a reír un poco, definitivamente no entendía a los humanos, y eso que él era uno; «"Una persona que no puede ni siquiera puede salvar a un amigo no puede ser Hokage"» —¡¿Qué mamada?! Es la mejor frase contradictoria que he escuchado en toda mi existencia —admitió en conjunto con una risotada, había terminado de anotarlo en su cuaderno.
—Ay, no me acordaba de esto —la mujer que acompañaba al joven ocultó su cara usando una de sus manos, era realmente vergonzoso escuchar tal cosa, eso es como decir "¿Cómo podría llegar a tener hijo si ni siquiera puedo casarme?"
Además de que a lo largo de la historia del propio universo del ninja rubio se demostró que tal afirmación es falsa, Hashirama no pudo salvar a Madara, Tobirama no tenía un mejor amigo que recuerde, Hiruzen tampoco pudo alejar a Danzō, Minato murió, pero debería de actuar si Fugaku continuaba con el plan del golpe de estado, Tsunade, bueno, en este caso consideraría a Orochimaru, pues fue el único cercano de ella que se hundió en la oscuridad, Kakashi más de lo mismo con Obito, pues fue Naruto quien lo hizo entrar en razón, no él.
«Aunque bueno, en esta ocasión sí fue posible», Sariel tosió incómodo al compartir los pensamientos con su hermana, de todos los Hokages, Naruto fue el único que pudo salvar a su amigo del tenebroso camino que había escogido. No cuenta a Orochimaru porque no fue Tsunade quien lo redimió.
Ambos por fin se habían dignado a aparecer, aunque nunca se habían ido, solo que no eran visibles o audibles por parte de los invitados, no hasta que ellos desearan que fuera así. Normalmente lo harían de inmediato, pero el reencuentro fue tan tenso que su hermana lo convenció de no hacerlo.
—¡¡No es contradictoria!! —Naruto se defendió en el acto, aún si no sabía quién era ese chico, debía defender su postura —Piénsalo así, si no puedo salvar a una sola persona ¿Cómo podría salvar a un pueblo entero?
—Eres un adolescente lleno de emociones fuera de control. Amas tanto a tu amigo que matarías por recuperarlo, ¿no? —Gannon preguntó, preparándose para anotar la respuesta en su cuaderno.
—¿Qué? —Natruto se tensó al escuchar la pregunta, fue tan repentina.
—Ya, Gannon —Belial le da un pequeño golpecito en su cabeza —. No deberías hacer esa clase de preguntas. Recuerda, es mejor tener una respuesta aproximada a la pregunta correcta que una respuesta exacta a la pregunta equivocada.
—Qué lástima —suspiró con cierto grado de decepción, quería saber si era verdad que el amor o el apego intenso podría ocasionar conflicto —, aunque no puedo hacer nada.
—Hmp —el Uchiha ya perdió el interés en responderle a Naruto, aunque nunca le debió explicaciones en primer lugar.
—Oh, mírenlo, es un adolescente que preferiría estar en cualquier otra parte —Sariel se acercó esta vez a él —¿Qué vas a hacer? ¿Hacer un silencio malhumorado o algún comentario cruel?
No es que le caiga mal Sasuke, pero su actitud fría y oscura siempre le pareció bastante fácil de provocar y quería confirmar que tan cierto es.
—No te conozco, y no esperes nada de mí.
—Que desafortunado —espiró fingiendo desilusión, ya se esperaba tal respuesta.
—Oigan, ¡¡¿quiénes son ustedes?!! —Tsunade, la quinta Hokage se levantó de su asiento y fue directamente a donde esos sujetos, los otros Kages la habían acompañado, querían explicaciones.
Hidan quería ir a solicitar amablemente (con todos los insultos que tenía en su vocabulario) el que le devuelvan su arma o advertirá (amenazara con acabar a puños a todos los que pueda en este lugar), pero Sasori lo detuvo, según él, deben quedarse al margen y esperar, aunque también le dijo que sería él quien los acabase.
—Sí, hablen mocosos —el Tsuchikage ordenó con inmediatez.
—¡¡Y más les vale que digan la verdad!! —el Raikage truena sus puños, un aura intimidante lo rodeo.
—No se preocupen, nosotros escucharemos atentamente —la Mizukage mostro una leve sonrisa en su rostro —, espero que un hombre tan guapo como tú no mienta —se dirigió a Sariel.
Gaara se le quedó viendo a la chica, ella podría ser realmente peligrosa si es que tiene intenciones de corromper a Naruto, aunque también debe considerar que algo se lo impide, pues dijo "Qué lástima", tal vez sea el propio hermano quien se lo prohíba.
—Mi nombre es Sariel —el chico se presentó formalmente —, y esta es mi hermana Belial —introdujo a su hermana en la presentación —. Este amiguito de aquí es Gannon, su aprendiz —integró al niño.
Esta solo levantó los dedos índices y los separó un poco de los del medio, los demás permanecían cerrados, esto hizo parece que formaba una especie de "V" con su mano.
—Si llegan a joder con que mi nombre es de chico y no de mujer, este símbolo ya no representara lo que significa —amenazó manteniendo una expresión amable y cortes.
—Hola, espero aprender mucho de ustedes —Gannon se inclinó, agradecido por tener esta experiencia.
—¿Y qué hacemos en este lugar, mocosos? —Ōnoki, el mayor de todos los interrogadores habló.
—Tanto Sariel como yo tenemos más de 250 años ¿Me estás llamando mocosa, mocoso? —Belial miró con cierta cólera en su mirada.
—¿Más de 250 años? —el Kage de Iwagakure no podía creer tal cosa —¡Es imposible, un humano jamás podría vivir tanto!
—¿Y quién dijo que somos humanos? —esta vez fue Sariel quien intervino.
Aunque sí es justo, la edad del cuerpo humano que posee ahora detuvo su envejecimiento a los 20 años. Así que, en términos técnicos, se podría decir que... ¿tiene veinte?
«Yo tengo 13 años —Gannon se rascó su nuca, avergonzado por ser tan menor —¿Podré vivir tanto? —se preguntó —. Digo, me dedicaré a esto, tengo que al menos tener una vida longeva, ¿no? —tragó en seco, vivir tantos años ¿Cómo se sentirá eso? —. Una vez cumpla más de 100, en el sumo caso de que se dé... ¿Una relación entre la señorita Belial y yo sería aceptada?»
«¿Son Ōtsutsuki? —Shiro pensó a modo de cuestionamiento, sólo un ser celestial podría vivir tanto —No. No tienen sus características», Kuro le respondió telepáticamente, aunque es preocupante, de ser eso así ¿Acaso hay más amenazas externas a parte del clan originario de su madre?
—¿Son extraterrestres? —Mei consideraba esto un poco inverosímil, los alienígenas no existen.
—¡¡No nos intenten tomar el pelo!! —A gritó con fuerza, su puño se alzó con firmeza.
—No lo estamos haciendo, Raikage-sama —el chico de ojos color cian habló calmadamente.
—Antes que preocuparse por eso deberían de preguntarse porque los hemos traído y privado de su libertad, al igual de por qué le hemos arrebatado de sus armas y jutsus —la chica miró efímeramente a cada uno de los Kages, sus ojos escarlata brillaron un poco al notar tanta la oscuridad que algunos de ellos cargaban; «Rico, pero debo resistirme, Gannon no debe tener un mal ejemplo», se forzó a no relamerse los labios, los sentimientos negativos son una buena comida para ella, aunque sigue prefiriendo el alimento físico y no el psicológico —. El Kage de Iwagakure fue el único que hizo una pregunta adecuada, aunque perdió el ritmo al insinuar que somos menores que él.
—¿Entonces para que nos han traído aquí? —Gaara preguntó, sobre todo a Belial, quería saber a qué se refería su aprendiz acerca de aprender de ellos.
«Es una persona de corazón puro, pero con una mente atormentada», Belial se percató; —Los hemos traído a este lugar... Para que puedan reaccionar a su posible futuro —explicó; «Hacía un tiempo que no hacía esto», pensó para sus adentros, han pasado unos 3 años desde la última vez que dijo tales palabras.
—¡¡¿El futuro?!!
Varios gritaron al unísono, no podían creer tal cosa, eso es imposible, no existe nada que pueda corroborar que tal cosa se pueda realizar.
Neji, el Hyūga de la segunda rama de su clan dio una expresión algo triste, y tensó en parte su cuerpo. Si existe el futuro, entonces el destino también pues todo está estricto, es tan real que hasta los seres han podido obtener la capacidad de observarlo.
—Antes de que reclamen por lo poco posible que puede ser lo que mi hermana les dijo —Sariel alzó su mano para centrar la atención hacía él —... Recuerden que ustedes viven en un mundo en el que pueden controlar los elementos mediante sellos de mano, cambiar de apariencias, invocar seres de lugares extremadamente lejanos, meter en ilusiones a otros, y en cierta forma pueden teletransportarse mediante jutsus espacio-tiempo.
—¡¡Eso es normal comparado a ver el futuro!!
—Cierto, en este mundo todo lo que han dicho es el pan de cada día, pero en cuanto a lo de ver el futuro no, nadie ha hecho porque no se puede.
—Además, si lo vemos ¿No estaríamos cambiando tal futuro?, por ende, ese "futuro" ya no sería el nuestro, tendríamos uno nuevo.
—Wuah, inteligente —Belial soltó una pequeña carcajada, es un planteamiento bastante listo —. Estas en lo correcto, pero a la vez no —responde, aunque sabe que esa respuesta dejará muchas dudas —. Te lo explico así, el futuro que verán era el que iban a tener, es su futuro, pero una vez nosotros los trajimos, creamos una nueva línea de tiempo la cuál dependiendo de cómo lo hagan, tener un futuro mejor.
Toneri arqueo una ceja ante esto, ¿Por qué quiere darle alas y esperanzas a la humanidad? Ellos solo tienen un destino, uno que fue declarado hace casi mil años, y no pueden detenerse. Si les dice que pueden tener un futuro mejor los estaría engañando, pues su final siempre será el mismo, extinguirse, y él será su ejecutor.
—En términos simples, cuando ustedes llegaron aquí, ese futuro dejó de ser su futuro, pero eso es porque se creó una línea de tiempo en lo que esto sucedió. Sin embargo, la línea original a su vez permanece, como si nada hubiera pasado, por lo que sí, ese futuro también podría considerarse suyo.
Neji alivió un poco su cuerpo, entonces ese futuro dejó de ser el de ellos una vez llegaron aquí, por lo que suceda ahí no precisamente les pasara, así que puede elegir su propio destino.
—No se sientan mal si no lo entienden muy bien —Belial agitó su mano para restarle importancia al asunto —. Solo deben de tener en claro que tanto mi hermano como yo seremos sus anfitriones, y como tal, ustedes serán nuestros invitados y serán tratados como tal —las palabras de su boca salieron con tal facilidad, como si se tratara de una explicación fabricada de antemano.
—Por favor, acomódense en sus asientos, y permítanos hacer nuestro trabajo —Sariel hizo una reverencia educada —. Prometo que nuestros servicios son de la mejor calidad, también tienen mi palabra de que nadie morirá en este lugar.
—Sí, así que no tienen nada de qué preocuparse —la mujer hizo un movimiento con su mano derecha, y la gran pantalla se iluminó, la luz que esparció sobre la sala cegó fugazmente a más de uno, pero pudieron recomponerse tan rápido como se acostumbraron a la intensidad cambiante del brillo de la pantalla.
—¿Qué vas a hacer?, dattebayo.
—Ya te dije —respondió sin mirar al rubio —. Nos quedaremos aquí... Veremos lo que les hubiera deparado el futuro... Y luego se podrán ir.
En el centro de la pantalla aparecieron las palabras "Ashita no omoide", algo que podría corroborar lo que le decían esos dos, pero muchos aún no estaban convencidos de que pueda ser real.
—Bien... ¿Con quién vamos a empezar? —Sariel buscaba a aquellos que podrían dar un buen inicio.
—Decidiremos eso en un momento —Belial ladeó su cabeza, sus ojos escarlatas se iluminaron hasta el punto de quedar en un rojo brillante —. Gannon, toma asiento en la fila de arriba, iré contigo dentro de poco —extendió su mano hacía su alumno, y lo desapareció.
—Sí señora —dijo en voz baja, nada más aparecer en su asiento.
Hola a todos, ¿cuanto tiempo ha pasado desde la última vez?
Creo que fue desde abril que publique algo.
Yo he estado ocupado, muy ocupado, ¿y ustedes?
Bueno, agradezco a todos los que me estuvieron esperando y comentando cosas en el muro, que aunque no les respondiera, sí que los leía.
Agradezco también a las extrañas canciones que @Ateneaa-chan creo, porque, aunque estuvieron raras, me divirtieron.
Bien, dejando de lado los sentimentalismos de mi regreso, debo de aclarar una cosa. Este prólogo y la introducción, anteriormente eran un solo capitulo, pero decidí separarlo tras escuchar la opinión de alguien.
Así mismo, debo agradecer a Yemito, mejor conocido como @yemo03, por la ayuda con algunas partes. Tanto de la introducción como de este prólogo.
También debo darle las gracias a @DannielGarden, que a pesar de haberme ayudado con una versión diferente de este texto, no dejo de ser una buena... ¿consejera?, total, que me soporto casi tanto como Yemito a la hora de hacer esto :v.
Vuelvo a darle el crédito de la portada a la pequeña @Natsume_Suzu por la portada, si quieren pueden ir a leer algunas de sus historias, aunque actualiza menos que yo, y eso es difícil.
Ahora, pasando a otras noticias... ¿Y el capítulo 1?
Bueno, ya está en producción. De hecho, estos dos capítulos que subí han estado en un proceso de escritura y reescritura por más de dos meses, creo... Realmente quería regresar de buena manera, así que apreciaría su paciencia para lo que sigue.
Bien, estos dos contenidos han llegado a su fin. No habrá sección de Fan Arts por ahora debido a que no es el capítulo 1, pero sí diré algo que he tenido ganas de decir desde hace meses...
¡Bien, eso sería todo por hoy! ¡Espero que les haya gustado! ¡Comenten algo, cualquier cosa! ¡Me gusta leerles! ¡Hasta la próxima!
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