29 - Robar

Leer nota del final

Shim Jaeyun caminaba de la mano de su padre, dirigiéndose a un establecimiento bastante llamativo y divertido para gran la mayoría de los niños.

El lugar perfecto para que los padres puedan dejarlos solos por varias horas y descansar.

El pequeño infante deseó desde meses atrás poder asistir como el chico tan cool del video que vio en internet, él también quería divertirse y hacer muchos amigos.

Pero la gran desventaja, era que en Australia no existía dicho lugar, sin embargo, su padre le prometió llevarlo a Corea, donde vive parte de su familia y, además, existe más de un establecimiento.

Una vez llegaron, el tierno castañito se soltó de la mano del hombre y se acercó con lentitud y nervios al joven de la entrada, mismo que le sonrió y comenzó a atenderlos.

Una vez pagaron, le colocó un brazalete de localización y entregó un mapa del lugar, además de un cheque que cambiar en el banco.

Porque sí, aquel lugar que Jaeyun deseaba visitar era una pequeña ciudad, literalmente pequeña, estaba hecha a la medida de los niños.

Podías ejercer cualquier tipo de profesión ahí, ser bombero, policía, actor, etc.
Incluso, si lo tuyo no era trabajar, podías ir a la universidad.

Todo esto se manejaba con dinero falso, mismo que ayudaba a que los niños comenzaran a desarrollar la habilidad de administrar su dinero y un análisis crítico en la toma de decisiones.

Esto, mientras se divierten siendo adultos por un día.

Solo que, sin impuestos, claro.

Las rechonchitas manos de Shim sudaban, tenía miedo de no lograr hacer ningún amigo y estar solo todo el día, en Australia no era tan popular por sus rasgos asiáticos, y aquí, podían juzgarlo por su acento.

Con el corazón apretado, se acercó al trabajo que más llamó su atención, veterinario.

Al entrar se encontró con otros tres niños y una niña, pasaron varios minutos, mismos en los que tomó asiento y observó a la lejanía a los lindos cachorritos.

Después, una chica bastante linda y con vestimenta divertida les dio las instrucciones de lo que debían de hacer, lo cual, por seguridad, no era más que observar como ella hacía un chequeo al cachorro y después los menores lo repetían con un peluche.

Jaeyun salió encantado, pero no completo.

Él quería hacer un amigo.

¿Por qué todos venían en parejas o grupos? Nadie lo integraba.

Entró a unos cuantos más, fue bombero, pizzero y doctor.

Una hora más tarde, el próximo en llamar su atención fue "Seguridad Privada".
El trabajo era simple, le entregaban un montón de billetes en una bolsa y ellos debían entregarlos en los lugares que indicaba su tabla.

Se movían por la pequeña ciudad en una camioneta, dentro habían seis niños, tres parejas, cada una con encargos distintos.

Al bajar de la camioneta en la primer parada, observó a su pareja de entrega y apartó la mirada nervioso cuando el otro lo observó.

"Tú puedes, Jake, solo es otro niño, papá estará muy orgulloso si logras hacer un solo amigo."
Se repetía constantemente el castaño.

¡Pero es que es muy difícil! ¿Por qué es necesario observar a los ojos a otra persona para generar confianza? ¡Él es un buen chico!

-Oye, ¿sigues ahí o ya andas visitando otro planeta? -Cuestionó con verdadera inocencia y curiosidad el pelinegro a su lado.

Shim volteó y notó que, de hecho, el otro niño también tenía algunos problemas para mantener el contacto visual, incluso observó sus orejas rojas destacando en la pálida piel.

-Perdón... ¿Vamos? -Preguntó apuntando el hotel donde debían entregar el dinero.

El más alto asintió cargando la bolsa correspondiente.

Jake tocó la puerta del hotel, en esa ocasión, fue un hombre mayor quien lo recibió y firmó en la tabla de confirmación el recibimiento del monto.

Una vez completada la primer tarea, se giró con el pálido chico, notó entonces un pequeño lunar en su nariz, lindo. -En la tabla dice que debemos ir al supermercado, ahora yo entrego el dinero y tú pides la firma, ¿va?

El pelinegro asintió con una sonrisa, era gracioso ver al castañito, parecía un cachorro.

Repitieron el proceso una vez llegaron al supermercado, incluso chocaron los cinco al terminar su segunda y penúltima tarea.

La próxima, era ahora recibir el monto y subir de vuelta en la camioneta, misma que los esperaría saliendo del banco.

Pero una vez ahí, con el dinero en manos, cierto chico tuvo una idea.

-¿Y si huimos? -Preguntó el pelinegro, bastante curioso por cómo sería cometer una travesura.

-¡¿Qué?! ¡Pero eso es un delito! -Le reclamó el más bajo. -¡Solo tengo nueve años, soy muy joven para ir a la cárcel!

-¡Oh vamos! Yo también tengo nueve y no creo que nos pase nada, ¡anda!

Y Jake no tuvo tiempo de responder cuando fue jalado por el más alto, trataba de seguirle el paso pero era demasiado rápido y él cargaba con el dinero.

Fue entonces cuando escucharon un silbatazo y gritos a sus espaldas.

-¡Policías, a ellos! -Gritó la voz femenina, pronto se vieron envueltos en una persecución con otro montón de niños que parecían tomarse muy en serio su trabajo falso.

Para bien o para mal, terminaron atrapados en un callejón, donde no tuvieron de otra que entregarse a los jóvenes policías.

Minutos más tarde, entre sollozos, Jake se cuestionaba si su padre lo dejaría en prisión hasta que fuera un viejito.

-¡Esto es tu culpa! ¡Y-yo no suelo hacer esas cosas! ¡Eres un chico malo! -Reclamó soltando patadas al aire desde su lugar.

-Ay ajaaaá, yo nunca había hecho esto, ¡por fin hice una travesura! -Exclamó bastante emocionado.

Jake se levantó del falso baño que había en prisión y observó con detenimiento al chico.

-¿Por qué querías hacer eso?

El de gruesas cejas carcajeó aún orgulloso de su logro y habló. -No lo sé, todo el tiempo hago lo que mamá dice, entreno lo que ella desea y eso, pero siempre quise ser rebelde... ¿A que soy cool?

Shim no pudo evitar contagiarse de la tranquilidad del más alto. -Sí, muy cool.

Los niños se observaron, era una situación bastante cómica, estaban en una prisión falsa por un robo falso de dinero falso donde los atraparon policías falsos...¡Pero debían venir sus padres reales!

La razón de esto era únicamente hacer saber lo que el niño había hecho, no porque fuera algo grave, pero si debía ser comunicado para evitar que se conviertiese en una mala costumbre.

Justo cuando los pequeños querían seguir hablando, una niña de coleta apretada y cara enojada abrió las rejas. -Sus papás están aquí, pueden salir.

Obedecieron, encontraron a los adultos un tanto consternados y divertidos, es decir, ambos tenían un hijo con problemas para hacer amigos y ahora resulta que incluso roban mini bancos juntos... Como crecen.

Cada quien tomó a su niño por los hombros, los menores se observaron con temor al darse cuenta que estaban siendo dirigidos a lugares distintos, Jake fue el primero en reaccionar, tomando el aire de sus pulmones y gritando:
-¡Soy Shim Jaeyun!

El pelinegro sonrió y trató de memorizar su nombre.

-¡Yo Park Sunghoon! ¡Búscame!

Grata fue la sorpresa de Jake al regresar a Australia y descubrir que, de hecho, el pálido chico con el que había sido arrestado era de hecho un patinador famoso en Corea ñ, por algo le pidió que lo buscara.

Fue aún mejor cuando al entrar a la preparatoria, se reconocieron al instante, confirmaron que era el otro cuando contaron la anécdota de cuando eran niños y entonces, pudieron ser realmente amigos.

Sin necesidad de robar bancos.

Ya sé que no tiene casi nada que ver con la trama, pero quería escrubir algo por el día del niño y ellos resultaron ser los únicos sin traumas 😭😭
Por cierto, para quienes lo hayan pensado, si, el lugar es Kidzania, amo ahí
¡Nos leemos pronto!

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