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Estaba completamente exhausta, solo se la había pasado leyendo libros y libros para los próximos exámenes, pero era extraño su grupo de amigos había leído la misma cantidad que ella y parecían frescos como una lechuga en cambio ella debió irse a dormir temprano sin siquiera cenar simplemente sus ojos se cerraban solos ante el cansancio.

“ Escucho claramente el aullido de un lobo que la hizo abrir sus ojos. Y allí estaba en el bosque prohibido dónde ningún alumno tenía permitido ir y menos en las noches, Samantha se puso de pie algo confusa viendo a su alrededor sintiéndose observada. Pero decidió ocultarse cuando escucho el relincho de un unicornio.
La chica cubrió su boca para no gritar cuando un espectro comenzó a succionar la sangre de la criatura y cuando estuvo satisfecho huyó, la pelinegra no dudo en salir de allí, sentía el peligro cerca pero parecía estar pérdida sin saber dónde ir.

— Quiero ayudarte...— Susurro una voz suave que le trajo cierta calma —. Ven conmigo.

De pronto una Ninfa de bosque se hizo ver extendiendo su mano para que la chica la siguiera, Samantha expreso una pequeña sonrisa de alivio al ver a la bella criatura ya que había oído y leído sobre ellas, y sabía que eran inofensivas. La siguió con la esperanza de salir de ese bosque espeluznante. La bella criatura parecía estar contenta ya que danzaba mientras le guiaba el camino a la leona pero ese agradable momento fue quebrantado en cuestión de segundos cuando el mismo espectro rodeo a la Ninfa con su neblina.

— HUYE!!! — Grito la Ninfa.

Samantha obedeció y comenzó a correr para oír de esa aterradora criatura.

— No puedes huir de mí — Escucho provocando que su corazón se acelere —. Tu poder me pertenece.

La chica sintió como su espalda era desgarrada sin piedad, está cayó al suelo soltando un gran grito de dolor y agonía mientras que sentía el frío rodearla por completo.

— No podrás salvarlo... — Fue lo último que comprendió ya que la criatura comenzó hablar en otra lengua.

Parecía que su corazón saldría de ella, estaba luchando para permanecer con los ojos abiertos pero la debilidad se estaba haciendo presente a medida que esas voces aumentaban.

— SAMANTHA!!! — Escucho su nombre pero no supo quién era el dueño de esa voz.

Sus ojos vieron siluetas acercándose pero no pudo ver más allá ya que todo se volvió oscuro ”.

— Sam! Despierta, Sam! — Angelina sollozaba al no poder despertar a su amiga quien estaba pálida y con su nariz sangrando.

Samantha sintió ese mismo dolor de cabeza que la hizo llorar. Angelina con sus otras compañeras de cuarto llevaron de inmediato a la pelinegra con la enfermera y Mcgonagall, la profesora estaba preocupada al ver el estado de la chica.

— Ve por Dumbledore — Ordeno la mujer —. Niñas, vuelvan a sus camas.

Mcgonagall debió realizar un hechizo para que no se escucharán los gritos desgarradores de Samantha en toda la escuela. Ante lo único que podía decir la chica era como si su cuerpo se estaría quemando por dentro.

— Profesora — Dijo Dumbledore.

El hombre al ver a Samantha gritando de dolor no tuvo más remedio que actuar y lanzar un hechizo a su cuerpo para que esté se calmara. Aún así la leona había levantado fiebre y podría agonizar si no la trataban rápido.

— Que haremos director? — Pregunto Mcgonagall tomando la mano de la chica.

— Avisaremos a su tía y veremos cómo está Harry — Dijo viendo a la chica quien estaba recostada y bastante débil —. Por el momento tendremos que mantenerla bajo vigilancia.

La mujer asintió mientras acariciaba el rostro de la chica diciendo que se pondría mejor, a pesar que no deseaba dejarla sola debió hacerlo para realizar lo que Dumbledore le había pedido que haga pero luego recordó que Potter al igual que sus dos amigos y Malfoy habían sido castigados, y llevados con Hagrid por eso debió pedir a Filch que fuese por ellos lo antes posible.

[...]

Por alguna razón de Mcgonagall el único quien tenía permitido ver a Butler fue Harry, el niño estaba preocupada por su nueva amiga quien seguía débil y casi muy poco consciente.

— Oí tu voz cuando...cuando ese espectro se apareció en mi camino — Confesó el niño.

Decidió contarle lo ocurrido en el bosque, lo que vió y también lo que escucho. Pero no sabía cómo mencionarle que ese espectro había sido Voldemort, Harry conoció un poco la historia de Samantha y por esa razón no sabría la reacción de la chica.

— Y-y q-que oíste? — Fue lo primero y único que formuló Samantha.

Harry acercó un poco más la silla donde estaba sentado y vio a la chica quien intentaba permanecer despierta.

— Dijiste mi nombre y que corriera lejos — Dijo el niño —. Pero no pude mis pies tropezaron y caí, un centauro me salvó antes que vold...que ese espectro se acercara a mí.

— Voldemort?

El niño quiso golpearse a si mismo por haber hablado de más, la chica tomo la mano de Harry como pudo para que esté dijera la verdad.

— Deduje que era él pero la otra criatura no respondió a mi pregunta — Admitió Harry.

En ese momento Julia apareció junto con Mcgonagall librando a Harry de aquel aprieto. El niño se despidió inmediatamente de las dos mujeres, la tía de Samantha sonrió con cierta nostalgia y vio como Potter se marchaba de la enfermería.

— Cariño — Dijo la mujer acercándose a su sobrina quien sonrió débilmente.

A pesar que quería saber todo lo que había pasado con ella debió mantenerse callada hasta que su sobrina tuviese las energías suficientes para relatar todo. Por el momento solo acariciaba la mano de la joven y hablaba con Mcgonagall sobre la seguridad de la chica.

— No puede estar sola Minnie — Dijo Julia —. Creo que es mejor que la regrese conmigo.

— Julia, sabes que pondrás no solo la vida de Samantha en peligro sino la tuya tambien — Respondió la profesora —. Es mejor que este aquí bajo la protección de Dumbledore y mía.

— No me quedaré de brazos cruzados, se lo prometí a Cassandra y a Edward — Dijo Julia —. Sam está bajo mi cuidado y haré lo posible para que ella esté a salvo.

— Y lo estará, pero aquí.

Minerva debió calmar a su antigua alumna y convencerla que Samantha estaría mejor en el castillo hasta que todo vuelva a solucionarse.