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Los exámenes y proyectos fueron la distracción perfecta para Samantha sin siquiera imaginarlo ya se encontraba a días de la navidad. La pelinegra se encontraba algo preocupada, hubieron muchas noches dónde no pegaba ni un ojo ya que los susurros se hacían presentes u horrendas pesadillas se aparecían para interrumpir su descanso. A pesar que no decía nada al respecto algunos se dieron cuenta de esas ojeras que aparecían bajo esos bellos ojos, como la profesora Mcgonagall quien continuamente le pedía respuestas pero no las obtenía y otra persona fue Angelina quien muchas veces despertaba ante los quejidos que hacía Butler cuando estaba en una pesadilla.

— Irás con tu tía? — Pregunto Angelina empacando algunas pertenencias antes de ir a Hogsmeade con el grupo.

— No lo creo, le dije que podía ir con sus padres yo me quedaría aquí este año — Respondió Samantha colocándose un gorro y bufanda para salir.

Prefirió pasar navidad en Hogwarts, por alguna razón se sentía más segura en el castillo bajo la protección de Dumbledore y de Mcgonagall. También quería estar cerca de Harry y asegurarse que Quirrell no se metiera con el niño.

Después de los días libres que le regalaron al profesor regreso más  extraño de lo que se había ido, Samantha pudo evitar que Quirrell dijera mentiras respecto a Potter acusándolo de ser el causando de aquel acto vandálico hacia su sala. Lo acusó sin prueba alguna, solo por qué el muchachito y su amigo pelirrojo pasaban por allí. Desde ese momento tenía entre ceja y ceja a su profesor de defensas contra las artes oscuras.

— Te enviaré un regalo — Dijo la morena abrazando a su amiga para bajar —. Vamos los chicos nos deben estar esperando.

Se sentía afortunada al tener al cuarteto como sus amigos, siempre trataban de hacerla reír y apoyarla en todo.

El grupo de tercero fue reunido otra vez para dirigirse a Hogsmeade, pero está vez podían ir donde quisieran. Como los gemelos aún no habían logrado ingresar a la casa de los gritos obligaron a sus amigos en ir.

— Realmente no eres una verdadera Gryffindor — Dijo Fred a Angelina quien se quejaba.

Samantha la convenció en entrar y matar con cualquier curiosidad que cruzaba en su mente. Ambas chicas estuvieron juntas dejando que los tres chicos fuesen primero. Pero en el camino comenzaron a oír pasos provocando que los cinco estuviesen alertas.

— Les juro que sí...— Angelina no logro terminar cuando ya estaba gritando de miedo provocando que los gemelos y Samantha se sobresaltaran y que Lee también gritara por haber oído la voz de alguien detrás de ellos.

— Hola chicos — Sintieron cierto alivio al ver a Oliver allí quien no pudo evitar reír por la reacción del grupo —. Lo siento si los asusté.

— No es gracioso — Se quejo la morena.

El castaño decidió unirse al grupo y a pesar que él ya había entrado prefirió que los demás tuvieran su propia experiencia.
Al principio no oyeron nada, todo parecía tranquilo y eso motivo a los pelirrojos a subir las escaleras hasta que la puerta comenzó azotarse haciendo un sonido muy agudo.

— No vas a subir? — Pregunto Wood a Samantha.

— Ya entre así que no me pueden considerar cobarde por no subir — Dijo sonriendo un poco —. Y tú?

— No, me quedaré contigo — Respondió viendo fijamente a la pelinegra provocando que las mejillas de ambos sintieran un leve calor en ellas.

Oliver y Samantha se habían acercado más en estos meses creando un amistad pero que muchas veces parecía ser algo más, muchos y no solamente el cuarteto notaban la química que había entre ellos creando así pequeñas teorías de que tal vez estaban saliendo pero como no tenían suficientes fundamentos estos rumores no se propagaban.

— CORRAN!!! — Grito Lee bajando las escaleras empujando un poco a la pelinegra.

Wood logro atraparla antes que cayera quedando bastante cerca del otro chico pero a pesar que era agradable esa cercanía debieron salir de esa casa cuando sus amigos lo hicieron diciendo que habían sido atacados por un espíritu provocando la risa de los otros dos.

— Como puede asustarlos? — Pregunto Oliver riendo —. Vemos fantasmas a diario.

— Pero este era diferente — Se defendió Jordan —. Mejor vámonos de aquí.

Los seis salieron de allí sin decir nada al respecto, excepto los otros dos quienes reían por lo exagerados que fueron sus otros cuatro amigos.
En el camino el capitán de Quidditch se atrevió a preguntar a Samantha si pasaría Navidad fuera de Hogwarts.

— Me quedaré en el castillo — Dijo la pelinegra —. Estarán los gemelos así que no me quedaré sola, y tú?

— Me hubiese gustado quedarme pero le prometí a mis padres ir a casa — Respondió el muchacho —. Espero pase rápido para regresar.

— Estoy segura que lo pasarás muy bien — Ambos sonrieron.

Como aún era temprano fueron a visitar otras tiendas y el cuarteto se adelantó un poco para dejar a los otros dos solos quienes no se percataron de las intenciones de los otros ya que estaban muy concentrados hablando entre ellos.

[...]

Era una noche silenciosa, ya sus dos amigos se habían marchado con sus familias y los gemelos se encontraban en su habitación. Samantha leía un libro en la sala mientras esperaba que el sueño la tomara para ir a dormir. En ese momento de paz comenzó a sentir una extraña sensación en su cuerpo pero se detuvo cuando vio a Harry algo adormilado y asustado al mismo tiempo.

— Harry? Te encuentras bien? — El niño no se había percatado de la presencia de la leona hasta que está hablo.

— Sí, yo...— La chica lo interrumpió invitándolo a tomar asiento en el sofá y luego le ofreció un vaso de agua.

— Adivino, una pesadilla — Afirmó la chica.

Con tan solo verlo logro entender, ella solía ponerse así cuando su descanso era interrumpido.
Harry asintió mientras veía un punto fijo pero a pesar que no quería recordar nada de su pesadilla tuvo la necesidad de hablarlo con Samantha quien lo veía con atención.

— Es extraño, no es la primera vez que ocurre — Dijo el niño —. Me veo huyendo de alguien y cada vez que intento voltear solo veo una figura femenina pero es todo por qué mí cuerpo parece ser capturado por esa persona.

Mientras el niño seguía relatando su pesadilla instantáneamente Samantha recordó el suyo cuando seguía a Harry provocando que se tensara y entendiendo que era ella quien iba detrás del niño pero no entendía el porque.