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“ La dulce melodía viajaba por sus oídos llamando su atención sin saber por dónde provenía comenzó a caminar sintiéndose libre de cualquier carga que alguna vez llevó en sus hombros.
— Sami! — Su corazón se estremeció cuando oyó el apodo que su madre había escogido para ella —. Donde está mi linda Sami?
La joven buscaba a su madre con total desesperación, sentía la necesidad de abrazarla y jamás soltarla. De pronto una puerta fue abierta dejando ver como una ligera luz se asomaba, Samantha comenzó a sonreír y correr con una gran felicidad por dentro.
— Mamá? — Pregunto la pelinegra al ingresar a la habitación.
Vio a su madre con un hermoso vestido blanco y con una bella sonrisa en su rostro, la mujer extendió su mano para que su hija la tomara y se acercara a ella.
— Mamá...— Sus lágrimas no tardaron en salir ante la emoción de volver a reencontrarse con su madre.
— Hija mía — Dijo la mujer dejando una ligera caricia en su rostro —. No temas por lo que está por venir.
— Eres valiente — En ese momento el padre de Samantha se apareció para unirse a ellos —. Tal vez no comprendas algunas cosas pero debes prometer que pelearas hasta el último segundo.
— De que hablaban? — Se encontraba preocupada ante los dichos de sus padres.
— Solo vive y protege a los tuyos, nosotros siempre estaremos a tu lado — Dijo la mujer antes de soltar su mano.
La chica estaba confusa y algo preocupada pero su voz ya no salía, y sus padres desaparecían dejándola sola nuevamente y con muchas preguntas por hacer que no serían respondidas, al menos no por ahora ”.
Despertó con sus mejillas empapadas de sus lágrimas y con muchas ganas de seguir llorando pero se levantó de su cama sin despertar a sus compañeras de habitación y bajo hacia su sala para tratar de tranquilizarse. Pero se detuvo en las escaleras viendo como una ligera llovizna caía y algunas gotas de agua mojaban las ventanas del castillo.
Abrazo sus piernas para darse consuelo y calor ella misma mientras recordaba su sueño. Extrañaba tanto a sus padres que muchas veces se preguntaba cómo podía estar de pie aún sin ellos, y después de muchos años pudo verlos nuevamente pero con palabras que la dejaron intranquila después de todo.
— Veo que no soy el único que no puede dormir — Se sobresalto un poco al oír la voz de Oliver —. Puedo?
La chica asintió con cierta timidez y volvió a ver por la ventana sintiendo la presencia de Wood junto a ella quien copio su imagen y trato de despejarse viendo la lluvia.
— Los nervios de mañana? — Pregunto la chica rompiendo con el silencio.
— Sí, los primeros partidos siempre son así para mí — Confesó —. A pesar que llevo tiempo jugando los nervios del comienzo siempre serán los mismos.
— Te entiendo — Dijo Samantha —. Pero se que lo harán bien.
— Y tú? Porque no puedes dormir?
La leona soltó un leve suspiro recordando todo tal cual era, nunca fue difícil hablar de sus padres siempre los recordaba con alegría pero está vez fue diferente, volver a oírlos y sentirlos fue algo que sacudió el estado emocional de Samantha.
— Mis padres, después de muchos años tuve un sueño con ellos y parecía tan real que desee nunca más despertar — Dijo la chica dejando que una lágrima escapara y cayera al suelo.
— No puedo decir que lo entiendo, pero se que ellos te siguen protegiendo y deben estar felices de ver como jamás te rendiste a pesar de todo, y que día a día tratas de superarte a tí misma — Dijo Oliver.
En ese momento Samantha lo vio con una pequeña y entristecida sonrisa mientras dejo que su mano se apoyará en la suya en forma de agradecimiento, Wood la tomo sin dudar otorgándole calor y consuelo.
Aún que ninguno de los dos quería irse a dormir debieron hacerlo al día siguiente comenzarían nuevamente con las clases y había un partido en la cual asistir por esa razón se despidieron para regresar a sus habitaciones, pero está vez con un mejor ánimo.
[...]
Samantha quería quitarse toda duda con la clase de adivinación pero está vez la profesora Trelawney enseño sin tazas dejando algo frustrada a la chica. Pero prefirió no preocuparse por ello sino por su última clase que era con Severus, desde lo ocurrido el domingo lo había tratado de evitar todo el tiempo y cuando estuvo en su clase Samantha tomo asiento lejos de él a pesar de eso el hombre dejaba una que otra mirada con curiosidad y cierta sorpresa.
— Está pequeña poción puede traer grandes catástrofes para quien la beba — Dijo Snape enseñando un pequeño frasquito con una sustancia amarilla —. Sus peores miedos se convierten en realidad para el individuo y no solo en forma de ilusión sino que pueden herirlos si desean causando así la muerte de quién la beba.
La chica sintió escalofríos cuando sintió la mirada fría de Snape sobre ella cuando dejo de poner atención a la poción. Pero el hombre prosiguió de inmediato con su clase ordenando a los alumnos que imitaran aquella sustancia antes que acabará la hora.
Algunos hacían los pasos indicados pero igualmente la poción fallaba, otros ni siquiera lo alcanzaron.
— Diría que Butler lo hizo mejor pero también fue un fracaso — Dijo Severus viendo el caldero de la pelinegra y dejando caer un pequeño polvo que volvió verde a la poción —. Cinco puntos menos para Gryffindor.
Algunos protestaron pero el profesor simplemente los ignoro y los dejo ir.
— Señorita Butler — La mencionada se detuvo y cerro sus ojos por unos segundos rogando que nada extraño o malo sucediera —. Deberá esforzarse más si quiere recuperar los puntos de su casa.
— Sí profesor — Respondió tan rápido como pudo y salió de ese salón que le traía oscuridad.
El alivio llego a ella cuando Lee le recordó que el partido sería pronto haciéndola olvidar ese mal momento.
Casi toda la escuela asistió al primer juego, los leones y las serpientes soltaban cánticos para apoyar a sus equipos. Samantha se mantuvo junto con Hagrid y sus dos amigos nuevos, Ron y Hermione quienes estaban entusiasmados por ver a Harry.
— GRYFFINDOR!!! GRYFFINDOR!!! — Cantaban a todo pulmón.
La pelinegra se sentía animada ante el agradable ambiente que se generaba en las gradas y no mencionemos cuando el equipo salió al campo de juego.
El capitán y su equipo pasaron cerca de los espectadores como forma de saludo, y allí Wood le dedicó una sonrisa a Butler cuando la vio entre los alumnos apoyando al grupo.
— Bien! Quiero un juego limpio — Dijo la entrenadora Hooch —. Y va para todos.
Cómo todos estaban en sus posiciones y las reglas ya anunciadas, la profesora Rolanda hizo sonar su silbato dando comienzo al partido.
Era realmente un gran espectáculo, los profesores y director disfrutaban de ello junto a los alumnos. Y más aún cuando el partido parecía estar reñido, Angelina logro anotar dos veces pero las serpientes no se quedaron de brazos cruzados sino que derribaron al guardián para poder anotar.
En ese momento Harry entro al juego en busca de la Snitch dorada al igual que el otro buscador de Slytherin. Pero Potter parecía tener ciertos problemas con su escoba asustando a sus amigos pensando que pronto podría caer de ella y lastimarse.
— Alguien debe estar hechizando su escoba — Dijo Samantha.
— Es Snape — Respondió Hermione.
La niña no permitió gran injusticia y fue ayudar a Harry. Samantha veía como Snape movía sus labios mencionando algún hechizo para sabotear a Potter, sintió tanta molestia que deseo tanto que la Bludger fuese hacia él. Para su sorpresa su petición fue cumplida al instante dejándola asombrada.
— Vamos Hermione — Dijo Ron al ver que el hombre no se detenía.
A pesar que se llevó un pequeño susto continuo pero la otra niña logro acabar con sus malas intenciones de inmediato y Harry pudo seguir jugando hasta que cayó al suelo cuando se puso de pie en su escoba. Todos estaban expectantes cuando el niño parecía querer vomitar.
— HARRY POTTER ATRAPO LA SNITCH DORADA DÁNDOLE EL TRIUNFO A GRYFFINDOR!!! — Anunció Lee.
Harry saco la Snitch de su boca otorgándole el primer triunfo a su casa.
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