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Los días pasaron tan rápido como si fuesen huellas en la arena algunos estaban agradecidos de haber acabado con la primera semana del año escolar ya que era algo difícil volver a la rutina después de unos meses de vacaciones, otros estaban emocionados para que llegara el lunes dónde comenzaba el torneo de Quidditch y todos los de tercero estaban felices de pisar finalmente el sábado. La gran salida a Hogsmeade era lo que más se hablaba en el grupo de tercer año y más aún cuando algunos chicos de los años avanzados les mencionaban alguna que otra cosa que podían llegar hacer para divertirse.

— Amigos míos — Dijo Fred abrazando a Lee por los hombros.

— Es hora de divertirse — Dijo George haciendo lo mismo que su hermano pero con Angelina.

Se unieron al grupo de jóvenes que estaba reunido fuera del castillo junto con la profesora Mcgonagall y Hagrid quienes iban a supervisar a los chicos y saber si tenían la autorización firmada.
Algunos chicos de cuarto o quinto año fueron con los de tercero ya que tenían amigos que visitarian el pueblo vecino por primera vez.

— No deben separarse del grupo — Ordeno Minerva.

Mientras avanzaban se encargó de mencionar varias reglas que debían cumplir al pie de la letra sino serían castigados por desobedecer.

Al llegar a Hogsmeade visitaron muchas tiendas entre ellos la tienda de dulce que parecía explotar de tantas personas que habían allí dentro por eso los cinco leones compraron rápido y salieron de allí para caminar un poco antes que la profesora Mcgonagall reuniera al grupo otra vez.
La pelinegra se encontraba hablando a gusto con Fred hasta que su diversión se esfumó cuando un grupo de Slytherin dos años mayores que ellos pasaba cerca y no dudaron en molestar.

— Los bebés de Gryffindor con sus paletitas — Dijo Marcus burlándose del grupo quienes estaban comiendo algunos dulces —. Donde está su mami para supervisarlos?

Las serpientes comenzaron a burlarse del grupo, Samantha solo los ignoraba y estaba dispuesta a marcharse pero el otro grupo estaba deseoso por seguir molestando a pesar que se llevaron un contraataque por parte de la morena y los pelirrojos.

— Por que no te vas a la casa de los gritos seguro tu madre está allí — Dijo Samantha algo harta por los insultos de Flint dejando en silencio a todos por la repentina reacción de la pelinegra.

A pesar que era valiente la chica prefería evitar las peleas y solucionar las cosas hablando pero todo tenía su límite y el de ella lo sobrepasaron.

— Que dijiste Butler? — Marcus se acercó a ella con molestia.

— Oh vaya me conoce — Dijo Samantha en forma de sarcasmo —. Cómo no conocerme si soy mejor que tú y que todo tu grupito. Vamos Flint no nos hagas perder nuestro valioso tiempo con tus tonterías y vete con tu madre quien te está esperando en esa casa — Apunto la casa de los gritos.

Marcus la vio con arrogancia y odio pero debió aguantar sus ganas de lanzar algún hechizo porque la profesora Mcgonagall llamo a todos los alumnos de tercero dándole una victoria a los leones y una derrota a Flint por ser humillado por una chica y menor que él.

— Eso estuvo genial — Dijo Angelina riendo —. Pero estoy segura que cobrará venganza por la humillación.

— Y cuando nos han dejado en paz? — Pregunto Lee con cierta obviedad.

— Exacto, de todos modos soy una Gryffindor y no le temo a esos tontos — Respondió Samantha con una sonrisa.

Estaban en lo cierto, Marcus Flint haría lo posible para molestar al grupo y más aún con lo ocurrido hace un par de minutos lo haría como buen Slytherin.

Samantha había comprado algunos dulces de más para darle a los tres niños que últimamente se habían vuelto muy amigos a pesar de ser de años distintos. Pudo estar tranquila cuando ella y Harry se encontraban cómodos sin nada malo que pasará a su alrededor, por esa razón pensó que aquel sueño fue producto de algún estrés de comienzo de año.

— Gracias Sam — Dijo Hermione sonrojada y dándole un abrazo a la pelinegra.

A pesar que Hermione y los otros dos no eran amigos ya habían dejado de pelear así que se podría decir que hasta el momento reinaba paz a su alrededor.










[...]












De aquí para allá se podía oír los rumores sobre un jugador sorpresa que Gryffindor tenía, el partido dio que hablar todo el domingo.

— Lo harás bien — Dijo Samantha a Angelina quien se encontraba nerviosa —. A demás es el primero de muchos, si ganan o pierden hay otras oportunidades.

La morena asintió nerviosa y se despidió de la otra chica para ir a practicar un poco más. Samantha iba a dirigirse hacia su sala común pero al ver al grupo de Slytherin prefirió tomar otro camino para evitar alguna discusión, se encontraba de buen humor y no quería que esos tontos arruinaran su día. Pero al escoger el otro pasillo debió pasar cerca de sus dos profesores menos queridos, Snape y Quirrell quienes la vieron pasar y no dudaron en posar toda su atención en la chica haciéndola sentir no solo incómoda sino con una sensación algo extraña en su cuerpo como si la estuviese quemando por esa razón apresuró sus pasos.

— Sam — Dijeron detrás de ella haciéndola voltear.

— Oliver — Dijo la chica y observo hacia los otros profesores que ya no estaban en el pasillo entregándole cierto alivio.

— Estás bien?

— Sí, y tú? Emocionado por mañana? — Quiso evadir el tema para que Wood no notará su intranquilidad.

El muchacho estaba emocionado pero debía controlarse y evitar que pasará lo mismo como en su primer juego que no recordaba nada de ello porque fue golpeado por una Bludger. También tuvo la confianza en mencionarle que Harry Potter era su jugador sorpresa, el niño tenía un gran potencial y tenía la esperanza que podrían ganar este año con él.

— Eso es estupendo — Dijo Samantha —. Creo que si Mcgonagall pidió que lo unieras al equipo es por algo.

— Creo lo mismo, ya quiero ver la reacción de Flint — Dijo sonriendo.

— Será todo un poema — Ambos rieron. 

Luego el dúo decidió ir a la cocina por algo de comer y estuvieron juntos por un buen rato hasta que Oliver debió marcharse para crear nuevas tácticas de juego.

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