𝟷𝟸. Cook

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El gran vacío frívolo llenando cada parte de mi materia, entumeciendome lentamente y sintiendo la tristeza devorandome casi llevandome al colapso mental.

Llevaba horas sin saber absolutamente nada de mi pareja y JJ me había tenido que arrastrar a casa por congelarme al ver cómo se lo llevaban. Podía oír las voces de todos mis amigos en el salón sin ningún pariente en la casa. Me había encerrado entre las sábanas y todavía eran las 7 de la mañana.

Habían arrestado hace horas a Cook por lo que ninguno había dormido ni lo pretendiamos, estábamos esperando a saber alguna señal para ir a verle. Logre oír pasos pensando en que ya estaba alucinando, solo era Emily.

- Cook es como una cucaracha, estará bien. - En un pequeño susurro acercándose para abrazarme como había hecho anteriormente con ella. Ni siquiera tuve las fuerzas de responder, solo me rompí en sus brazos.

- No quiero que le pase nada malo... - Continúe entre lágrimas, en esos momentos necesitaba más que nunca saber si él estaba bien, darle todo lo que necesitase.

- Literalmente es una basura, sobrevivirá. - Oí con una voz diferente viendo a Katie en la puerta.

- No hables así, ella le ama. - Emily respondió observando también a su hermana.

- Lo sé. - Katie agachó la mirada como si se deprimiese pensando en alguien más. En menos de un segundo su expresión cambio queriendo proteger sus sentimientos. - Vamos... Debemos hablar de todo. - Alejándose de la puerta bajando con los demás.

- Vamos. - Me separe de la pelirroja secandome las lágrimas de las mejillas, todavía destrozada pero tenía que encontrar una solución para verle.

- ¿Estás segura? - La pelirroja me tomo de la mano sintiendo una pizca de fortaleza.

- Si, quiero verle. - Me tambalee un poco al levantarme solo sintiendo una fuerza interior que me impulsaba por él.

Emily no me soltó de la mano ayudandome a bajar las escaleras en busca de los demás. Al llegar al salón Freddie se acercó a mi lado abrazandome con delicadeza para acercarme a la zona dónde estaban todos.

- Annie ya sabemos dónde está, puedes ir a verlo. - Freddie continuó sentandome en el sofá.

- Y vosotros? - Pregunté con un tono débil.

- Iremos a verle cuándo salga pero creo que él querra verte primero. - Freddie me respondió.

Con esas palabras solo quedé dudosa, me sentía mal por ir yo y no Freddie o JJ, los mejores amigos de toda la vida de Cook. Quise dar mi opinión pero era como si mi lengua no colaborase y se pegase a la parte baja de mi mandíbula.

Nos quedamos así horas simplemente en silencio y pensativos, aunque sólo quisiese llorar me sentía menos vacía con ellos. Cuando por fin descubrieron algo sobre Cook, automáticamente sali disparada por la puerta ya que no me importaba nada solo él. Effy me llevo hasta allí en el coche de su madre.

- ¿Estas bien? - Ella me miro con un intento de expresión amable.

- No... - Fue lo único que respondí sin saber que más decir. Effy asintió entendiendo que necesitaba el silencio.

Me quedé observando por la ventanilla todo el camino, mi cerebro estaba vacío como si estuviese fuera de mi mundo interior. Cuándo llegamos a la comisaria, consultamos todo pero Cook ya no estaba allí, se había ido a casa de su madre. Éste estaba supervisado con un grillete electrónico y encerrado en casa.

Volvimos al coche para ir a buscar a los demás, no podía parar de jugar con mis manos por los nervios, lo único que sabía sobre su estancia era que su madre le había expulsado de su casa hace años por venderle un anillo, todo para comprar droga. Effy salió del coche para hablar con Freddie, él y JJ eran los únicos que sabían dónde vivía la madre del ojiazul.

Una vez que lo supimos nos dirigimos hacia allí, apenas y podía hablar quedandome totalmente en silencio. Al llegar la castaña me espero en el coche y yo me dirigí hacia la puerta. Nada más tocar la puerta me abrió una mujer pelirroja como si hubiese estado mirándome de la mirilla, ella se tambaleaba en estado ebrio.

- ¡Jimmy, hay una chica aquí! - Casi entre risas por estar tan bebida.

- Hola... Vengo a ver a su hijo... - Conteste tambaleandome hacia los lados un poco.

- Pasa. - Dijo en tono cortante quitándose los tacones a patadas, dirigiendose al salón buscando una botella.

Entre en la casa buscando alguna pista de mi novio, hasta que lo vi bajar por las escaleras él parecía curioso, cuándo me vio bajo rápidamente y abrazandome con fuerza.

- Cookie... - Susurre apretando mis brazos más alrededor de él.

Nos quedamos así un poco más, sabía que el ojiazul se sentía muy cómodo al estar de esa forma en mis brazos otra vez. Cuándo nos separamos el tomo mi mano y me subió a la que era ahora su habitación.

- ¿Como está todo? - Pregunte muy nerviosa acercandome a el acariciando su mejilla con cariño.

- Me dieron un abogado, es idiota... Me dijo que si aceptaba que era culpable solo me mandarian a servicios comunitarios. - El ojiazul contestó con una pequeña sonrisa burlona como si le diese igual, aunque sabía que no era así.

- Eso es mejor que ir a la cárcel. - Admiti acercandome a la cama para sentarme.

- Soy inocente. - Este cortó con molestia sentándose a mi lado.

- Lo sé, lo sé mejor que nadie pero si no irás a la cárcel. -

- ¡Soy inocente, joder! - Los ojos del ojiazul se pusieron llorosos.

- ¿Prefieres ir a la cárcel? - Dije aguantandome las lágrimas.

Éste nego empezando a llorar de frustración, por instinto le abrace besando su mejilla múltiples veces con cariño.

- Solo haz lo que te diga el abogado, porfavor... - Las lágrimas empezaron a caer por mis ojos, nublando mi visión.

Note como éste me rodeaba atrayendome hacia él, con fuerza como si yo fuese una roca a la que él se aferraba.

╸╸╸╸╸

Había dormido con Cook ese día ambos nos abrazamos toda la noche pensando en todo, nos había costado dormir pero por fin lo habíamos conseguido cuándo llego la madrugada. Al día siguiente al abrir los ojos note como él me miraba con esos ojos azules casi oceánicos.

- Buenos días, principito. - Intente ser cariñosa con él nada más despertar para que se tranquilizase un poco. El no me contesto solo me miro con tristeza volviendo a abrazarme. Ambos nos quedamos así un poco más.

- Quiero ir a clase... Quiero ver a Fred y JJ. - Su tono era triste con un pequeño brillo en sus ojos, como si quisiese despedirse por si acaso.

- Vale. -

Al separarnos fuimos al baño para ducharnos juntos, limpiandonos mutuamente sin poder evitar sonreír un poco al ver cómo el cabello de este mojado se ponía por su rostro. Este pudo notar mi sonrisa y soltó una pequeña carcajada.

- ¿Que pasa, princesa? - Con su sonrisita de siempre, como si se hubiese olvidado de todo.

- Se te puso el flequillo loco. - Con cariño acaricie su frente y este soltó una risita abrazandome.

- Te quiero. - Susurro sorprendiendome como si también se despidiese de mi en ese abrazo.

- Y yo a ti... Pero estaremos juntos siempre. - El me dio un beso cariñoso como respuesta.

Después ambos salimos de la ducha secandonos recíprocamente, finalmente vistiendonos y buscando a Paddy el hermano de Cook, todavía no lo conocía así que el pequeño me miro confuso.

- Cook, ¿Quién es ella? -

- Una persona muy especial, colega. - Le susurro con una pequeña sonrisa.

- ¿Es tu novia? - Continuó la conversación con un tono divertido. Cook asintió con una sonrisa graciosa lo que hizo a Paddy reir.

- Ella es bonita. - Paddy continuó lo que me hizo sonreír un poco por poder oír su conversación.

- Joder, si. - Cook rio dándome una mirada divertida.

Al llegar al colegio de Paddy este señalo a un par.

- Ellos me molestan. - Paddy siguió señalando, yo frunci el ceño mientras Cook ya se preparaba para defender a su hermano.

- ¡Mocosos! - Grito el ojiazul haciendoles una señal de que dejasen en paz a su hermano. Los niños entraron entendiendo la indirecta. - Vamos, entra. - Continuo a Paddy dándole una pequeña patada juguetona.

- Pero quiero estar contigo y con tu novia. - El pequeño miro suplicante a su hermano mayor.

- Entra, estaré disfrutando de mi libertad. -

- ¿Que vas a hacer? -

- Divertirme, choca. - Estos chocaron los puños y el pequeño entró corriendo a clase.

Cuándo su hermano se fue esté me rodeo el brazo alrededor de los hombros.

- Ese colegio es basura. - Susurro burlonandose con una sonrisa.

- Y que lo digas. - Rei un poco pero después me abrace a el mientras caminabamos hacia el instituto.

Nada más llegar era la hora del descanso, todos se giraron a mirarnos parando con lo que estaban haciendo. Cook me solto apartándose para disimular que era fuerte y duro como casi siempre era con los demás.

- ¿Como esta todo, idiotas? - El paso como si nada a lo que me quede mirándole desde atrás.

- Hola Cook. - Freddie fue el único en saludar.

- Annie. - Effy que estaba acurrucada junto a Freddie me susurro.

- Hola, Eff. - Sonreí un poco aunque el ambiente fuese demasiado incómodo.

- Solo venía a ver si ya estáis hundidos en alguna mierda. - Cook soltó burlandose lo que me hizo suspirar. - ¿Jugais o que? - Este se había acercado a una zona donde había diferentes juegos como los dardos.

- No. - JJ nego al notar que el le miraba, el otro ojiazul se giro hacia Panda.

- No, gracias. - Panda agachó la mirada.

- ¿No? ¿Por qué? -

- Simplemente no queremos. -

Cook se giro hacia los demás pero nadie quería, así que me miro.

- ¿Princesa? -

- Cook... - Suspire queriendo advertirle de alguna manera con la mirada de que todos estaban incómodos por como los estaba tratando después de lo sucedido.

- ¿No tienes miedo, Cookie? - Pandora respondió y el mencionado río.

- ¿De que? -

- ¡De ir a la cárcel! - Grito está como si lo llevase conteniendo desde hace tiempo.

JJ levanto la mirada, mostrando mejor el gran cardenal que recibió por parte de Cook en el accidente de aquella noche.

- ¿Que te ha pasado? -

- ¿No te acuerdas? -

- No, ¿De que? ¿Quién te ha jodido así? - Cook estaba muy confuso.

- Finalmente el famoso James Cook. - Una voz sonó al fondo, todos nos giramos viendo al director lo que me hizo acercarme a mi novio por instinto.

- ¿Quién coño eres? -

- David Blood el director, nos hemos conocido antes. - Este le puso una tarjeta en el bolsillo. - Puedo ver que este colegio le ha fallado, señor Cook.

El señor Blood empezó a desvariar con el tema de normas hasta que finalmente soltó esa palabra, expulsado.

- Estas expulsado, ex purgado, excomulgado, voy a pedirte que te largues... -

- ¿O que? -

- Cook, vamos... - Susurre tirando levemente de su mano no queriendo que tuviese más problemas.

- Jonathan te acompañara...-

- Jonathan puede besarme el culo. - El ojiazul contesto burlandose.

- Si, eso es extremadamente divertido. - Respondió riéndose falsamente el director. - Aún así vas a tener que salir de las instalaciones. - Dicho eso el tal Jonathan se acerco.

- No me toques. - Cook se apartó levemente hacia atrás.

- Venga - De un momento a otro lo agarro fuertemente, doblando sus brazos hacia atrás impidiendo que se moviese. Me alerte al ver la situación sin saber que hacer, pero todo empeoró cuándo el señor Blood disparó al ojiazul con un spray.

Todos nos alertamos acercándonos del todo, no pude evitar alterarme preocupada.

- Oiga no puede hacer eso, es ilegal.

- ¡¿Que demonios esta haciendo?! - Effy grito apoyandome.

- Ciertamente es un incidente, es un uso racional de la fuerza para la defensa propia. - Volvió a quedarse en su mente hasta que por fin se despidió saliendo de allí.

La habitación estaba congelada en un estado de shock dada la situación. Freddie se alteró acercándose para decir algo.

- ¿Estas bien? -

- Jodete. - El ojiazul grito por el enfado ya acumulado.

El especie de guardaespaldas saco a éste y yo los seguía detrás. - ¿Puede soltarlo, porfavor? - Comenté con un tono triste. El guardaespaldas lo soltó con desprecio, rápidamente abrace a éste por detrás para que se apoyase en mi, todavía sintiendo molestias por el spray. El guardia nos siguió de cerca hasta que salimos de las instalaciones.

Al salir rebusque si tenía algún pañuelo en mi bolsillo, secando los ojos de éste con delicadeza. - Shh, ya está. - Éste estornudo entre abriendo sus ojos. - Aquí estoy... - Susurre intentando que se sintiera mejor, aunque sabia que era una pérdida de tiempo pero este me abrazo acurrucandose en mi.

Sabía que me necesitaba más que nunca, incluso todo el dolor lo podía sentir yo, todo le estaba saliendo mal y aunque no lo expresase con palabras, con cada beso, con cada abrazo sentía cada emoción de perdición, de tristeza.

Todo lo que le pasase a este ahora sabia que había un gran porcentaje de que fuese cayendo, pero jamás me alejaría de él, lo apoyaría en todo hasta el final, en todas sus caídas y tristezas.

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