𝐒𝐈𝐗

—¡Inténtalo de nuevo Hoon!— alentó la entrenadora Jihyeon desde el barandal que rodeaba la pista de patinaje.

Sunghoon se levantó del hielo y volvió a intentar la pirueta vertical que llevaba practicando desde hace rato, consiguiéndolo hacer correctamente esta vez.

—¡Señorita Jung! ¿Vio eso? ¿Lo vio?— expresó el chico emocionado mientras se acercaba a la beta.

—Claro que lo vi, estas avanzando mucho Sunghoonie— felicitó la mujer para luego revolverle los cabellos a Sunghoon —Si sigues así probablemente puedas participar en alguna competencia el próximo año, eres uno de los alumnos que mas rápido aprenden a dominar el patinaje sobre hielo, seguramente patinar es tu talento innato— comentó.

Sunghoon se sintió orgulloso de sí mismo al escuchar eso, cuando les cuente a sus padres seguramente se también se sentirán orgullosos. Además de que sería una gran oportunidad para él, pues podría mostrarle a más personas su habilidad.

—¿De verdad lo cree?— preguntó el pequeño alfa con un brillo en sus ojos que demostraba lo ilusionado que estaba.

—¡Claro que lo creo! Estoy segura que vas a impresionar a muchas personas... Y tal vez a muchas y muchos omegas— agregó la mujer para guiñarle un ojo a Sunghoon.

Por su parte, al alfa sólo se le vino a la cabeza cierto omega castaño y con ojitos de cachorro que cautivaba su corazón cada que lo veía.

—Daré mi mejor esfuerzo—.

—¡Así se habla!— Jihyeon de verdad veía mucho potencial en su alumno, estaba casi segura que el chico podría convertirse en un patinador artístico muy famoso si Sunghoon perfeccionaba su técnica con el paso del tiempo, ella se encargaría de ayudarlo.

Luego de haber practicado un rato mas, su entrenamiento había concluido.

Sunghoon estaba terminando de guardar todo en su maleta cuando sintió la presencia de alguien más en el vestidor, intentó no darle importancia a la desconocida compañia, pero cuando un cuerpo grande se colocó detrás de él se alarmó.

Dejándose llevar por su instinto, se giró para confrontar a aquella persona, bajando la guardia casi de inmediato cuando el amigable semblante de su hermano Jongseong se encontraba frente a él.

—¡Jay!— gritó Sunghoon emocionado.

Su hermano se había ido de casa a los 18 años para viajar a estados unidos, pues había sido aceptado en una prestigiosa universidad y esta era una grande oportunidad para él. Sunghoon apenas tenía siete años cuando vió a su hermano por última vez, habían veces que hacían videollamadas, pero eran muy pocas las ocasiones gracias a los numerosos deberes que su hermano tenía.

Ahora que han pasado cinco años, Sunghoon no puede estar más que feliz de verlo de nuevo.

—¡Jay, Jay! ¡No sabes cuánto te he extrañado!— exclamó.

Sunghoon olvidó por un momento su postura como alfa y se aferró a Jongseong cómo si su vida dependiera de eso, como si fuera un pequeño cachorro, tal como lo había hecho aquel día en el aeropuerto pidiéndole que no se fuera.

—Honnie— llamó el alfa correspondiéndole el abrazo a su pequeño, bueno, ya no tan pequeño hermano —, también te he extrañado muchísimo, ¡Mira cuánto has crecido! ¿Qué rayos te da de comer mamá?— preguntó haciendo uso de su característico carisma.

Para Jongseong era increíble ver qué tanto había crecido Sunghoon desde entonces, sentía que se había perdido de tanto, pero había vuelto a su hogar y no pensaba irse de nuevo, quería pasar tiempo con su familia y sobretodo con su hermano para recuperar el tiempo perdido.

—¿Cuándo llegaste? ¿Cómo sabías que entrenaba aquí? ¿Me viste prácticar? Oh espera... ¿Vas a quedarte con nosotros? ¿Ya no te irás de nuevo?— preguntó el alfita con sus ojos llenos de ilusiones.

— Llegué en la mañana, durante el camino a casa mamá me contó que estabas entrenando patinaje y quería soprenderte hoy yéndote a recoger— explicó brevemente una parte de su día —Y patinas realmente increíble Honnie, de eso no hay duda alguna—.

El ánimo de Sunghoon iba cada vez en aumento, pero no le había contestado una pregunta.

—Pero... ¿Ya no te irás de nuevo?—.

Jongseong puso una mano en el hombro de su hermano.

—Ya no me iré de nuevo, lo juro— prometió —Ahora, mejor vayamos a casa, tengo entendido que alguien vendrá a cenar a casa—.

Sunghoon en ese momento recordó a Jake, y rápidamente se alejó de Jongseong para terminar de guardar todas sus cosas bajo la curiosa mirada del mayor.

En menos de un minuto Sunghoon ya estaba cerrando su mochila.

—Vámonos Jay, deprisa, tengo que recibir a Jakey cuando llegue— dijo mientras empujaba a su hermano fuera de los vestidores.

Jay inmediatamente tuvo una idea del porqué su hermano parecía entusiasmado de llegar a esa cena.

Mientras tanto, Felix se encontraba a mitad de una llamada con los padres de Sunghoon, estaba en altavoz así que podía hablar mientras le entregaba un té a Jake.

—De verdad me avergüenza mucho, pero Jake comenzó a sentirse mal y necesita descansar— informó el omega realmente apenado.

Jake escuchaba todo atentamente mientras bebía el té de manzanilla que le habían traído.

Oh, no pasa nada Lix— esa voz masculina sin duda era del señor Park —Gracias por avisarnos a tiempo, esperamos Jake se mejore

—Gracias de verdad, espero podamos quedar para otro día— luego de despedirse, el omega cortó la llamada y se concentró en atender a su hijo.

—Cuando termines tu té déjalo en la mesita de noche, duerme un poco ¿Está bien? Iré a prepararte una sopa— Lee besó la frente de su hijo.

—Si papá— contestó Jaeyoon.

Sin más, Felix salió de la habitación dejando a Jake sólo. El niño se levantó de la cama para dejar su té en la mesita y se encaminó hacia la ventana de su habitación.

En realidad no estaba enfermo, sólo fingió para no asistir a esa reunión.

No sabía que hacer, su subconsciente le estaba recriminando por haber hecho eso cuando él mismo había dicho que se esforzaría en enlazarse con Sunghoon, pero algo dentro de su pechito le decía que era una mala idea acercarsele.

Tenía un mal presentimiento.

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