𝐒𝐄𝐕𝐄𝐍
Luego de que la llamada concluyera, Sunghoon llegó entusiasmado a la casa.
Obviamente para los adultos fué algo duro de explicar el porqué de la ausencia de Felix y Jaeyoon, aunque Sunghoon se sintió triste al principio, pudo comprender la situación y lo dejó pasar. Claro que si miraba el lado positivo de las cosas, era que Jaeyoon estaba en casa siendo cuidado y recuperándose de ese malestar que le había impedido asistir, la idea de que su destinado estaba bien era suficiente para mantener más tranquilo al pequeño alfa.
En cambio, la comida que Jihyo se esmeró en preparar fué utilizada para la cena de bienvenida de Jay. Era una buena oportunidad para que toda la familia pudiera estar junta y así sucedió, toda la noche se la pasaron platicando acerca de lo que ha ocurrido en todos estos años, algunas novedades y lo más curioso de ahí era el proyecto que estaba desarrollando Jay junto a su mejor amigo, se trataba de iniciar su propia marca de ropa, Jongseong se veía muy entusiasmado mientras les explicaba a sus tres familiares cómo iba a comenzar a desarrollar su proyecto.
—Nos organizaremos mejor cuando Jeongin se mude a Seúl, hasta el momento tengo mis días libres— finalizó Jay.
—Suena una gran idea, Jongseong— felicitó Jimin a su hijo son una sonrisa —Si necesitas ayuda para tu proyecto, hazmelo saber y te ayudaré— ofreció realmente entusiasmado por su hijo.
El resto de la cena fueron puras bromas y risas, Sunghoon de vez en cuando bromeaba sobre algunos recuerdos que tenía con su hermano, por ejemplo, la vez que Jay en su secundaria había caído en el escenario a mitad de su recital por culpa de otro compañero y en ese entonces había sentido "resentimiento, ira y vergüenza", tal y cómo su mayor se había expresado en su momento de mal humor en aquella ocasión.
—¡Yah! ¡En verdad fué culpa de Taehyun, yo no me caí solito!— justificó Jay.
En verdad se alegraba de poder estar a lado de Jongseong de nuevo, él siempre había sido muuuy importante para Sunghoon, él era ese soporte que jamás lo abandonó a pesar de la distancia.
Ahora que lo tenía de frente, se encargaría de crear nuevos momentos a su lado.
Luego de la cena, ambos jóvenes se despidieron de sus padres y se dirigieron a la habitación de Sunghoon, el pequeño alfa prácticamente le había rogado a su hermano que hicieran una pequeña pijamada en su habitación, y Jongseong aceptó sin dudarlo, después de todo, nunca era tarde para hacer cosas divertidas.
Además de que así hacían tiempo de caridad como los hermanos unidos que son.
Cuando ambos ya estaban en pijamas, Jongseong fué el primero en recostarse en la gran cama de Sunghoon.
—¿Queee? ¿Enserio vas a dormirte?— preguntó Sunghoon haciendo un puchero inconscientemente.
—Si, tengo sueño— contestó Jongseong sin abrir los ojos —Tú también deberías hacer lo mismo, ya es tarde.
—Naaah, son las once de la noche apenas... aún es temprano— informó el menor —, sólo los ancianos cómo tú se duermen a estas horas.
Y Jongseong se levantó abruptamente de la cama, con falsa molestia.
—¿A quién le dices anciano, pequeño retoño?— se quejó.
—A usted, Señor Jongseong.
"Uuuh, golpe bajo" vaciló el lobo de Jay.
—¡Heyy! Tengo 23 años, aún soy jóven— justificó rápidamente el Park mayor, mientras, su mano se deslizaba discretamente sobre la cama en busca de una almohada— Y si yo fuera un anciano, no podría hacer esto tan rápido— tomó la primera almohada que tenía cerca para lanzársela a Sunghoon.
Y, ¡Pum! ¡Almohadazo justo en la cara!
—¡No se vale, estaba distraído!— entre risas, Sunghoon tomó la almohada que yacía ahora en el suelo y se lanzó hacia el combate que recién había iniciado, Jongseong no se quedó atrás y tomó otra almohada para poder defenderse.
Luego de varías rondas, los dos alfas cayeron rendidos en la cama.
—Jay hyung— llamó Sunghoon luego de un rato.
—¿Qué pasa, Hoonie?
Otro silencio inundó la habitación, Sunghoon se encontraba buscando las palabras correctas para decirle a su mayor cuáles eran sus dudas.
—A ti... ¿A ti te ha gustado alguien?— preguntó finalmente, girando su cabeza en dirección a su hermano para poder verle. Estaba curioso sobre esa parte de la vida de Jongseong, pues seguramente él ya habría salido con algún omega o beta y eso significaría que podría darle algún consejo para poder estar con Jake.
Por su parte, Jongseong juntó sus cejas confundido ante la pregunta de Sunghoon. Aunque si tenía que ser sincero, esa pregunta sólo le trajo a una persona a la cabeza.
—¿Por qué la pregunta, Hoonie?— inquirió el alfa llevando su vista hacia su hermano, analizando con cuidado su persona —Oh, espera, ya sé qué pasa aquí... ¿Acaso te gusta alguien?— aquel pensamiento fué el primero que se le vino a la mente al ver el semblante de Sunghoon: el leve carmín en sus mejillas, ver los dedos de sus manos jugando entre si y los ojitos del menor con ese característico brillo que sólo una persona enamorada posee.
Y claro, sus sospechas se confirmaron cuando las mejillas de Sunghoon se calentaron más ante su pregunta.
Su hermano estaba enamorado.
—Yo... Bueno... Si, me gusta alguien— respondió finalmente, apartando su mirada del mayor para poder sentarse en la cama y estar más cómodo.
Jongseong imitó su acción.
—Es ese tal... ¿Jaeyoon?— preguntó nuevamente, haciendo memoria sobre la larga plática que su mamá y él habían tenido cuando salían del aeropuerto. Aunque no le había dado muchos detalles, recordaba el nombre de ese chico al derecho y al revés.
—Ujum— asintió Sunghoon, ignorando la sorpresa sobre el hecho de que su hermano supiera el nombre del chico —Él es mi destinado, pero parece no quererme y ya no sé qué hacer— explicó brevemente, Jongseong siempre fué su lugar seguro a pesar de la distancia, y ahora que lo tenía de frente necesitaba hablar con esto de alguien que no fuera su madre o alguno de sus amigos —¿Cómo puedo conquistar a mi omega?— preguntó.
—Cuéntame sobre él.
—Umm, Jaeyoon es el niño más bonito que he visto en la tierra— comenzó a decir mientras que millones de imágenes sobre el pequeño omega aparecían en su cabeza —Siempre sonríe bonito, y es alguien muy alegre... ¡Oh! Es alguien que siempre ayuda a los demás, recuerdo haber visto una ocasión cuando uno de sus amigos se había caído y él lo llevó a la enfermería, o la vez que defendió a uno de segundo de primaria porque lo estaban molestando— relató, realmente orgulloso de la persona que era Jake, inconscientemente las mariposas en su estómago revolotearon ante la imagen de su omega.
—Bien, ¿Y porqué no le das algún regal... — Jongseong fué interrumpido.
—No acepta los regalos que le doy, siempre los rechaza... También evita mi presencia— se apresuró en decir, lo había dicho cómo si eso fuera lo más normal del mundo y ese detalle hizo que Jay tuviera algo de pena por su hermano —Es un anti-romántico según Yeonjun hyung.
—Sunghoonie— el mayor atrajo al contrario para darle un abrazo, un abrazo que Sunghoon aceptó con gusto porque de verdad necesitaba consuelo ajeno —Escucha, voy a ayudarte con Jake, ¿Si? Todo va a salir bien, tranquilo.
Sunghoon asintió, con las esperanzas volviendo a nacer en el interior de su pecho, en verdad esperaba que Jay lo ayudara a enamorar a su omega.
Porqué si no lograba hacerlo, Sunghoon ya no sabría qué hacer con toda la tristeza que él y su lobo tenían en su interior.
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