𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝟑𝟑
Corrió, tenía que ver a Harry antes de que empezara la tercera prueba. Al abrir la carpa se chocó muy fuerte con la cabeza de alguien más, que me caí al piso, al alzar la mirada me entro pánico, ¿esta prueba no podía comenzar peor?
─ ¡Ana! Discúlpame. ─me tendió su mano y yo la recibí, ni bien me incorpore el señor Diggory me abrazo a lo que yo correspondí─. ¿Cómo has estado? Preocupada, seguro, por Harry.
Asentí lentamente, nos separamos y bajé la mirada.
─Harry todavía no llega y Cedric se fue al baño, lo mande antes de que ingresara a la prueba final. Aun no me creo que mi hijo sea uno de los finalistas, estoy muy orgulloso por él. ─tenía una sonrisa radiante en la cara, una persona no podía verse tan feliz. Entonces me atreví a mirarlo a los ojos, no tenía los iris color gris como los de él, pero si tenían el mismo brillo tenía antes que le rompiera el corazón.
─Cariño, Cedric aun- Oh! ─voltee en la dirección de esa dulce y amable voz, al momento la reconocí─. Tú debes ser Ana. ─asentí─ Un gusto, yo soy la mamá de Cedric, él nos ha contado maravillas sobre ti.
─Cariño, ¿por qué no le dices la verdad? ─agache la cabeza─ Cedric habla hasta por gusto de ti, en cada momento que puede te menciona y si algo está relacionado contigo o le hace recordar a ti, Cedric lo dice a los cuatro vientos. ─el nudo en la garganta volvió.
─ ¡Amos!, no traiciones a Cedric. ─este tapo su boca rápidamente y después me mostro una sonrisa bonita, no me merecía tener ni siquiera un poco de su atención─. Ana. No tuve la oportunidad de agradecerte por haber ayudado a mi hijo ese día del campeonato de Quidditch.
─Mm, no se preocupe señora, hubier-
─Hubiera hecho eso con cualquier persona, ya que ella es muy generosa. ¿No, Ana? ─no podía voltear, maldita sea. Me dolía la frialdad de sus palabras, pero me lo merecía.
─Cedric.─advirtió su mamá alargando el nombre sin quitar el tono amable en sus palabras, me volvió a ver y me puso una mano en el hombro con una sonrisa─. Desde que me entere de eso, mi esposo y yo te hemos querido invitar a almorzar un día de estos en nuestro hogar, y si mi pequeño gana el torneo tendremos más motivos para celebrar.
─Obvio que va ganar, cariño. Mi hijo es el mejor de todos.
─Pap-
─Muchas gracias, fue un gusto haberla conocido Señora Diggory. Gracias por la invitación señor Diggory. ─les sonreí lo mejor que pude, se veía desde lejos que ellos era un matrimonio feliz, y no pude evitar imaginarme a Diggory y a mi juntos, como ellos─. Tengo que ir a ver a mi hermano, si me permiten.
Baje la cabeza y antes que me fuera Amos hablo: ─ ¿No le vas a desear suerte a tu amado Cedric?
Pasé saliva muy fuerte que por un momento pensé que todo Hogwarts lo había escuchado.
─Papá... ─voltee, pero no pude mirarlo a los ojos.
─Suerte... Cedric. ─no me contuve y lo mire.
Él se había sorprendido por la manera en el que lo había llamado, pero se dio cuenta al instante que lo dije en tono de despedida y volvió su expresión de tristeza y enojo. Para suerte mía justo llego Harry, saludo a los padres de Cedric y lo jale para un rincón, ya no había tiempo la prueba iba comenzar en unos cuantos minutos.
─ ¿Ya te perdono? ─iba responder, pero Harry miro detrás de mí para verlo─. Creo que no.
─No tenemos tiempo. Escúchame bien, Harry, si sientes que algo anda mal solo grita mi nombre, tengo el permiso de Dumbledore para cuidarte.
─Tranquila, estaré bien. ─lo abrace fuerte, y él correspondió mi abrazo. Tenía miedo, mucho miedo por él, pero no quería pensar en negativo. Él iba salir ileso de esto y después celebraríamos su logro en las tres escobas.
Harry comenzó a caminar y vi como el señor Amos salía dando saltos y Cedric me dirigía una última mirada de despedida. Saque todo el aire que tenía retenido, no podía ser que cuando estemos en el mismo ambiente no pueda respirar tranquila, su sola presencia me ponía nerviosa. Salí de la carpa.
─ ¡Ana! ─voltee sin antes percatarme de la presencia del profesor Moody a lo lejos de nosotras─. Sé que mi hijo está molesto contigo. Cedric siempre fue un niño trasparente con sus emociones y sentimientos. ─«Eso no lo podía negar»
Miraba a la señora Diggory, pero a la vez miraba de reojo al profesor Moody. No podía evitarlo, se me hacía raro mirarlo ahí solo sin observar nada. Entonces mientras la mamá de Cedric hablaba vi como el cabello de Moody desaparecía y se volvía castaño, perdía peso, hasta que tomo de su botellita y volvió a su normalidad. Interrumpí a la señora Diggory.
─Señora, necesito que vaya por donde salieron los campeones y le avise al director Dumbledore que venga atrás de las gradas. Rápido, por favor. ─ella al ver que lo decía enserio regreso por donde vino.
Rogué con todas mis fuerzas que mi plan que había hecho en estos segundos funcionara, saque de mi bolsillo el frasco de Varitaserum y lo destape, Moody ya se estaba yendo, tenía que hacerlo.
(Varitaserum: Es un poderoso suero de la verdad. La poción obliga al bebedor a responder con sinceridad cualquier pregunta que se le haga, aunque existen ciertos métodos de resistencia.)
─Tú puedes, tú puedes. ─entonces lo hizo, se transportó.
Tenía bien en claro que antes tuvo que tomar el curso de doce semanas con el profesor Wilkie, y sacar una licencia para hacer eso, pero esta era una muy grande excepción. Apareció en la espalda de Moody, o de quien supuestamente era y a la fuerza hizo que se tomara el Varitaserum, este quiso sacar la varita, pero fui más rápida.
─Expelliarmus. ─su varita voló y antes que reaccionara hice unos movimientos con mis mano─. Atabraquium. ─y otro para asegurarme, no sabía con lo que estaba lidiando─. Colloshoo.
(Atabraquium: Este hechizo ata firmemente las manos del objetivo.)
(Colloshoo: Esta maldición pega los zapatos de la víctima al suelo.)
Me aproximé a su varita y la rompí. Este reía como si todo lo que había hecho fuera una broma, me moleste y le apunte con la varita en el cuello amenazándolo.
─¿Quién eres tú?
─Bartemius Crouch... ─fruncí el ceño─. Jr. ─trague saliva.
─¿Dónde está el profesor Moody?
─Lo tengo secuestrado en el baúl de mi despacho. ─respondió bajo el Varitaserum
─ ¿Para qué has venido aquí? ─algo iba pasar y de seguro iba ser su culpa, tenía que sacarle toda la información que podía.
─Para traer de vuelta a el señor oscuro. ─después de decir eso se rio maliciosamente mientras casaba la lengua como si fuera una serpiente. Después de un segundo de procesar lo que acababa de decir pregunte sobre sus planes─. ¿Quién crees que le hizo ganar a Potter las dos pruebas anteriores? Si... Ahora tu querido hermano solo tiene que tocar el Cáliz que lo va trasladar a Little Hangleton donde Pettigrew regresara al señor tenebroso con la sangre de Harry y un hueso de Tom Riddle Sr., el padre de mi señor.
─ ¡Ana! ¿Qué le estás haciendo al profesor?
Gire en dirección al llamado, la mamá de Cedric estaba muy lejos, pero igual la lograba visualizar. No podía creer lo que había escuchado, no tenía tiempo para darle explicaciones, comenzó a correr, solo tenía que detener a Harry, pero justo en ese momento sonó el cañón dando inicio a la tercera prueba. Maldecí y volví hacia Barty Jr. la señora Diggory ya se estaba acercando.
─Dame la dirección exacta de la copa.
Cuando me lo dijo llego la señora Diggory, que ni bien estuvo atrás de mi agarro mis hombros y me puso a un costado un poco brusco. Salí corriendo y a lo lejos escuchaba como la señora empezó a quitar el maleficio, ella sigue pensando que es un profesor.
─Bombarda. ─hable mientras señalaba la varita de Barty Jr., ahora estaba en el suelo roto en pedacitos haciendo que queden solo cenizas.
La mamá de Cedric grito al escuchar la explosión y antes que se recupere inmovilice a Barty─ Señora, confié en mí, él es una mala persona, no tengo tiempo para esto... debo salvar a Harry. ¡Avísele a Dumbledore!
Lo último lo dije ya corriendo, tenía que ir para el lado derecho del laberinto.
«Maldita sea. Maldita sea. Maldita sea. Maldita sea.»
¿Qué pasaría si algún otro campeón que no fuera Harry tocaba la copa? Era más que seguro que Pettigrew matará a cualquiera que no se llame Harry Potter y tenga una marca en la frente, por otro lado, si Harry toca la copa primero todo el mundo estará en peligro con el regreso de Voldemort. Ni bien llegó a la entrada del lado derecho vio como una chispa roja iba al cielo anunciando que alguien salía de la prueba.
─¿Qué haces aquí, Ana? ─por obra del destino la profesora designada para la entrada era Irma y fue rápido que la dejara entrar al laberinto─. Suerte.
No le había dado tantos detalles, pero ni bien mencione a Voldemort me dejo pasar para que pueda rescatar a mis amigos y a Harry, también me prometió que le avisaría a Dumbledore.
Después de correr un rato se le detuvo el corazón cuento escucho a lo lejos la voz de Cedric. Corrió en su dirección, que era casi la misma de donde Barty le había dicho que estaba la copa. Tenía que apurarse, mientras corría con todas sus fuerzas tropezó con una raíz, rápidamente se paró, pero volvió a caer al escuchar la voz de Cedric pidiendo ayuda.
«Esto no puede estar pasando.»
Corrió, tenía que ayudarlo. Al voltear en una esquina pudo ver la copa, un poco aliviada fue corriendo a ella, pero todo el alivio se fue cuando vio a Cedric y Harry juntos cerca de la copa. Ellos estaban bien. ─se le escapo una lagrima al verlos─ Ahora solo tenía que detenerlos. Mientras corría vio a lo lejos las pequeñas gotas de sangre que corrían por la cara de Cedric.
Cuando se dio cuenta que Cedric y Harry querían agarrar la copa empezó a gritar desesperadamente hasta que de pronto las raíces la agarraron del tobillo haciendo que se rompa la nariz por caer al piso. De inmediato las quito con un hechizo e intento correr de nuevo, pero gracias a las raíces se había doblado el pie, con dolor siguió corriendo y gritando para que ellos la escucharan, pero era como si alguien hubiera creado una barrera, no la escuchaban ni la veían.
─ ¡Me salvaste, tócala! ─escuche a lo lejos lo que dijo Cedric.
─ ¡No! ─grite.
─ ¡Juntos!
─ ¡NO!
Cedric a último momento de tocar el cáliz volteo y la vio, la había escuchado, él la había visto, él sabía que estaba ahí. Le empezó a faltar el aire.
«¿Qué iba hacer? ¿Qué debía hacer?»
Lo único que podía hacer ahora era calmarse y que no le dé su maldito ataque de asma en este preciso momento.
Sus piernas fallaron y cayo sentada al piso. Levanto el brazo queriendo mandar una señal, pero su varita ya no estaba en su mano, maldijo y grito tan fuerte que esperó que, aunque sea alguien la haya escuchado el grito tan desgarrador y quebrado que había soltado desde el fondo de su ser al no poder salvar a las dos personas más importantes de su vida.
Era tarde y no sabía qué hacer, el objetivo era parar a Harry o a los demás de tocar el cáliz, pero había fallado, Harry y el chico que le había robado el corazón ya se habían ido para morir. Grito de nuevo. Si algo les llegaba a pasar a cualquiera de los dos se iba lamentar y no iba poder seguir... no sin ellos, tenía que hacer algo. Entonces se le vino una idea a la cabeza.
─Funciona otra vez, por favor, por favor.
Y de un momento a otro ella se trasladó, se trasladó a un destino que no se podía imaginar, a un destino que la iba desgarrar de la peor forma posible.
❄︎❄︎❄︎
𝟑𝟑
Junio, 1993
Abrí los ojos y lo primero que pude ver fue ese techo blanco y feo, hice una mueca de dolor al sentir un ardor en la parte baja de la espalda.
─El doctor dijo que en quince días te quitaran los puntos. ─voltee a verlo, él no me veía, estaba enojado, se nota en su expresión. Suspiré mirando al techo─ Te dije... que no fueras, y ahora mira las consecuencias.
─No quiero sermones Snape.
─Te lo aguantas porque no debiste ir con Harry sabiendo que te pondrías en peligro.
─Él estaba en peligro, ¿Qué querías? ¿Que lo dejara solo? ¡Es Harry!
─Lily no hubiera querido que te arriesgaras de esa manera, casi pierdes todos tus recuerdos felices, ¿sabes cuánto tiempo los dementores se alimentaron de ti? ¿Por qué crees que estas aquí?
─ ¡Es Harry!
Se paro bruscamente y me miro enojado.
─ ¡Y también eres tú! ─se paró─ ¡Lily y James no murieron solo por Harry, murieron por los dos, salvándolos! ─se calmó un poco y siguió hablando─ Harry se puede cuidar solo del señor oscuro o de Sirius o de cualquier persona.
─ ¡No Snape, no puede! ¡Es un niño!
─ ¡TU TAMBIEN ERES UNA NIÑA! ─resoplo─ Tú también eres una niña, Cayetana.
─Si, pero yo puedo protegerlo, yo tengo que protegerlo, es mi hermano.
Snape iba responder mientras yo trataba de incorporarme para hablar mejor con él, pero me queje por la herida. Maldito Peter Pettigrew, algún día matare a ese maldito sin compasión por todo el daño que ha hecho a esta familia.
─ ¿Y tú? ¿Dónde quedas tú?
─Tú mismo me lo dijiste Snape, el último deseo de James fue que protegiera a Harry y así lo hare, así me tenga que sacrificar por él.
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