𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝟑𝟐


Di una bocanada de aire tan rápido que sentí como mis pulmones se anchaban y se satisfacían del oxígeno. Me senté y rápidamente reconocí la habitación, voltee a mis costados, él estaba al frente de su armario poniéndose su pijama, me quede viéndolo un rato hasta que recordé todo lo que paso.

─Si ya estás bien puedes irte. ─la frialdad de sus palabras me afectaron, pero no me sorprendieron, me lo merecía.

Baje mis pies de la cama y me puse los zapatos, voltee a verlo otra vez, pero él seguía de espaldas. Recorrí una vez más la habitación sabiendo que esa iba ser la última vez que estaba en ella. Suspire. Sin poder evitarlo lo mire otra vez, pero él seguía sin voltear, baje la mirada y vi las sabanas de la cama, no las había cambiado y seguía nuestro olor impregnado a ellas, sin evitarlo se me cayó una lagrima recordando esa noche. Me pare y en la mesa de noche vi el alcohol, hasta el final hizo lo que le dije... de no llevarme a la enfermería.

─Gracias. ─camine hasta la puerta y antes de salir voltee a mirarlo por última vez, pero él seguía igual─. Por todo..., Gracias. ─salí, esperaba que ya todos estuvieran durmiendo, y así fue.

Mientras estaba inconsciente había soñado algo muy feo, algo que me recordó y que me hizo vivir en mi mente mi peor miedo, tanto así para despertar de esa manera y con la frente llena de sudor. En la pesadilla se hacía realidad mi mayor miedo, ver a Harry morir y no poder hacer nada, pero algo cambio a último momento, las cosas cambiaron, me habían dado una oportunidad para salvarlo. Todo sucedió en cámara lenta, logre alcanzar a Harry y abrazarlo para que la maldición asesina no le cayera a él. Me sentí aliviada hasta que me separe de él y de inmediato quiso caer, pero lo volví agarrar. Asi concluía el peor sueño que había tenido hasta ahora, Harry agonizando en mis brazos mientras yo imploraba por ayuda.

Alce mi mirada para ver las ventanas, ya estaban entrando pequeños rayos de sol. Suspiré cansada, quería dormir, aunque sea un poco, pero tenía que seguir, no podía quedarse de brazos cruzados, tenía que hacer algo para que nada le pasara a Harry. Cuando escucho como alguien abría las puertas de la biblioteca agarro todas sus cosas y todos los libros de la sección prohibida que había agarrado para leer y practicar. El señor Filch no estuvo esa noche y se le facilitaron las cosas. Se colgó la maleta y se escondió por los pasillos.

─Ana sé que estas aquí. ─suspire, salí con la cabeza agachada─. ¿Y ahora por qué fue?

Primero saque los libros que, si podía leer y se los tendí a Irma, pero ella se dio cuenta estirando otra vez su mano, saque los libros de la sección prohibida y cuando Irma leyó el titulo ahogo un grito.

─ ¿Para qué quieres crear un hechizo?─baje la cabeza─ ¿Ya lo creaste?

Levante la mirada, vi su sorpresa en sus ojos si diría que sí, y la decepción si diría que no, entonces diría la verdad.

─Si. ─ahogo otro grito─. Ana... ¿sabes que tengo que llevarte con el director Dumbledore verdad?

Asentí despacio, ella me paso un brazo por la espalda agarrando mi brazo del otro lado mientras caminábamos.

─Sé que nada lo haces si no tienes un propósito y que ninguno de tus propósitos son malos.. ─nos paramos y nos miramos de frente─ ¿Puedo preguntar para qué sirve el hechizo?

Me acerque a ella y le susurre lo de mi sueño y el propósito de mi hechizo que a la vez es un encantamiento y embrujo, ella al escuchar todo lo que dije ahogo un grito por tercera vez desde que la vi.

─Mi niña... ─agarro mi mano fuerte.

─Siento un mal presentimiento en el fondo de... ─me acorde de lo que había pasado, ya no tenía corazón─. mi ser y presiento que tiene que ver con Harry.

Irma me abrazo y al rato me llevo de la mano a la oficina de Dumbledore, dijo la clave que se la reconocía de memoria y subieron, tocaron la puerta y al momento esta se abrió, Dumbledore como siempre caminando se paró para voltear a vernos.

─Buenos días, Irma.

─Buenos días Director Dumbledore.

─Buenos días Ana.

─Hola. ─no, para mí no eran Buenos.

─¿Qué las trae por aquí? ─Irma volteo a verme─ ¿Qué paso esta vez?

─Creo un hechizo. ─Dumbledore siguió caminando y no se sorprendió ni un poco.

─ ¿Otra vez? ─suspire silenciosamente─. Gracias Irma, puedes retirarte. ─ella asintió y se despidió de mi con un beso en la mejilla sin antes desearme suerte.

─De que se trata el hechizo esta vez. ─suspire, camine y me senté en su silla, sin antes agarrar uno de esos caramelos picantes.

No pregunte y de frente me eche al lado de Harry, este se removió en su cama y se puso de espaldas a mí. Le había contado a Dumbledore el propósito del hechizo, no creía que iba ser capaz de realizar mi objetivo, pero en el fondo de mi sabía que podía hacerlo.

─ ¿Esta vez me lo vas a contar?

─No.

─ ¿Qué hiciste toda la noche?

─Nada.─ no quería que se enterara.

─ ¿Estuviste con Cedric? ─me mantuve en silencio.─ No me voy a enojar si me dices la verdad, Ana.

─Termine cualquier relación que tenía con él. ─no podía ni decir su nombre. Harry ni bien escucho lo que dije volteo y me miro a la cara.

─¿Qué hiciste... Qué? ─me puse de espaldas a él─. ¿Por qué?

─Por nada, ya duérmete.

─ ¿Qué le hiciste? ─hasta Harry sabía que Diggory no me podía hacer nada que me doliera, todo lo que él hacía me ponía feliz, aparte de haber puesto su nombre en el cáliz claro─. Diggory es... Diggory... él nunca te haría algo a ti...

─Exacto.

─Entonces... ─ahogo un grito, me hizo recordar a Irma─. Le fuiste infiel con Draco.

Fruncí el ceño y lo golpeé en el hombro. Como podría estar diciendo esas cosas. Harry me miraba resentido mientras sobaba su brazo.

«No lo golpee tan fuerte. ¿O sí? No, yo creo que no.»

─Para que dejes de decir tonterías. Él no me hizo nada, yo simplemente quise romper lazos con él y ya.

─ ¿Qu-e? ¿Estás loca? ─lo mire mal─. No me voy a retractar. ¿Cómo pudiste terminar con alguien que te hace feliz? Hasta nosotros notamos como es que él te alegra más el día.

«¿Acaso quería que me sintiera peor de lo que ya estaba?»

─Ya. Déjalo. ─cerré los ojos queriendo dormir.

─Largo. ─antes que reaccionara, me boto de la cama con sus piernas a lo que caí al suelo─. Regresa con él, Cayetana. Has lo que sea para que te perdone, o perdónalo, no sé, pero vuelve con él ahora mismo.

Me quede en el suelo con dolor de hombro. Ni siquiera me podía quejar, me lo merecía. De seguro esto no era ni la mitad de todo el daño que le había causado a... él. Ojalá fuera así de fácil lo que decía Harry, ya era muy tarde para pedir un simple perdón, ya lo había arruinado todo. Me pare y vi a mi hermano taparse con sus brazos su cara en señal que se estaba protegiendo, solo lo mire y suspire.

Me la pase toda la maldita madrugada preparando un maldito hechizo para él y ahora me estaba botando de su cama. Lo fulminé con la mirada y me fui del dormitorio de los hombres. Baje a la sala común y me eche en el sofá. En las últimas horas había sentido más que el año anterior. 

Amor, tristeza, enojo, satisfacción, impaciencia.


❄︎❄︎❄︎
32

Junio, 1994

¿Dónde está? Snape, Ron y Hermione se quedaron callados ¡¿Dónde está?!

Hermione iba responder, pero Snape la callo: No vayas, Lupin se convirtió en un hombre lobo.

Con más ra- me calle al escuchar el eco de la voz de Harry al interior del bosque.

Corrí al bosque, me caí unas cuantas veces raspándome las rodillas y los codos. Hermione me mandó una carta esta mañana, ni bien la leí salí volando a Hogwarts. En la carta solo decía, "Te necesitamos".

¡Harry! Harry baje saltando a donde él estaba y lo inspección ¿Sirius?

─¿Lo conoces? no supe que decir. En ese momento se empezó a escuchar ruidos extraños y mientras yo ponía mi casaca en el hombro herido y sangrando de Sirius, él se despertó y grito mirando para arriba, con Harry hicimos lo mismos y vimos cientos de dementores.

¡Expecto Patronum! grito Harry que se había parado y apuntaba al cielo con su varita.

(Expecto Patronum: Este encantamiento difícil materializa los pensamientos felices en un guardián mágico que puede proteger contra la magia más oscura. Repele dementores y lethifolds y también sirve para enviar mensajes a otras personas.)

De seguro Lupin le había enseñado ese encantamiento avanzado. La luz duro poco y al segundo un dementor ya se encontraba quitándole sus recuerdos felices. Me pare y puse a Harry detrás mío, apunte mi varita al cielo y suspire.

¡Expecto Patronum! no funciono.

Había intentado ese encantamiento por años y nunca, ni una sola vez le había podido salir. Necesitaba un recuerdo muy feliz para poder hacerlo, pero todos los recuerdos felices que ella tenía siempre acaban con recuerdos tristes. Mientras un dementor se alimentaba de Sirius ella se acoro del día en el salón abandonado viendo el espejo de Oesed teniendo una familia, estando con Harry, Mamá, Papá y ella... sonriendo.

¡Expecto Patronum! volvió a intentar y pudo lograrlo.

De su varita salía luz muy fuerte que duro poco por una fuerte puntada en la parte baja de su espalda. Cayo de rodillas y volteo, era colagusano, riéndose, tenía la varita de Lupin, le había tirado un cuchillo filudo, por último, logro ver como él se convertía en una rata y dejaba la varia de Lupin tirada. Los dementores siguieron alimentándose hasta que una luz al otro lado del rio en forma de ciervo alejo a todos los dementores.

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