𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝟐𝟒
Comencé abrir los ojos, ni bien vi el techo, sabía que estaba en la enfermería, voltee a ver a los costados, Harry estaba durmiendo en una silla al costado de la camilla. Madame Pomfrey no estaba.
Rápidamente sin hacer ruido me pare de la cama, estaba con un tipo de túnica celeste, mire por debajo de esta y si tenía mi ropa interior, trate de buscar mi ropa, pero al no encontrarla después de buscar en casi toda la enfermería me resigne. Si iba por los pasillos correctos nadie me vería. Agarre una cuchara que había por ahí y antes de salir corriendo se la lance a Harry, él tenía que ir a clases, no se podía quedar durmiendo toda la mañana ahí.
─Ay, disculpe. ─me choque con alguien y al momento reconocí esa capa, iba correr, pero agarro mi brazo─. Sabes que no me gusta la enfermería y nada que tenga que ver con medicina, déjame ir por favor Snapee.
Me soltó y empecé a correr, pero a los tres pasos escuche como mi hermano me llamaba, voltee y lo vi corriendo, entonces corrí como si mi vida dependiera de ello. Hacia frio, de seguro era porque no tenía zapatos ni medias y el piso estaba congelando mis pies. Lamentablemente al voltear en una esquina había un grupo grande de estudiantes, al ver a Pomona Sprout como guía de estos suspiré, pero ni de eso tuve tiempo porque Harry se oía más cerca.
Todos los alumnos Hufflepuff me miraban como me acercaba a ellos, porque tenían que estar aquí, es temprano como para que todos ellos salgan a dar una vuelta o quien sabe qué.
─ ¡Permiso! ─los más pequeños que estaban adelante hicieron un hueco entre ellos, pase normal por ahí, pero por los más grandes tuve que escabullirme hasta que se dieron cuenta que estaba apurada y también hicieron un pequeño espacio.
─ ¡Cedric! ─fruncí el ceño, ¿para qué Harry lo llamaba?
Seguí corriendo entre los más grandes hasta que sentí un jalón, me enredé con los pies por lo rápido que iba y lo inesperado que fue el agarre, pero no caí, porque el que me había jalado agarro mi cuerpo, ni bien me tuvo en sus brazos sabía quién era.
El calor y el aroma que emanaba era solo de una persona, mi respiración agitada se mezcló con su corazón latiendo a mil por hora, me aleje de su agarre, lo mire a los ojos. El mundo se detuvo, como siempre que lo veía, recordé esa noche y las demás escenas que habíamos participado. Salí de su mundo.
Harry ya estaba cerca, inesperadamente agarre su nariz y la aprete fuerte para que me soltara, cuando lo logre comencé a correr de nuevo, Harry estaba muy cerca, tenía que perderlo, no quería volver a la enfermería, sabía que él iba querer que Madame Pomfrey me dé de alta, pero para que ella haga eso será después de días y no quería envejecer en ese lugar.
Dos cuerpos a lo lejos se hicieron visibles, Harry ya estaba más lejos, él nunca fue bueno corriendo. Agarre a ese par y los jalé a un salón, hice señal de que guardaran silencio. Me escondí debajo del escritorio.
─ ¡Fred, George! ¡¿Han visto a Ana?!
Rece por que los gemelos no me traicionaran.
─Se fue corriendo por allá, ¿no Fred?
─Si, George.
─Gracias.
Después de eso escuche a mi hermano seguir corriendo, cuando lo escuche lejos me pare. Los gemelos me quedaron mirando.
─Les debo otra. ─les toque el hombro y abrí espacio entre ellos─. Algún día les salvare sus traseros y ya no les deberé nada. ─guiñe un ojo, señalándolos.
Ellos con una sonrisa en la cara se despidieron y yo también, corrí en la dirección contraria de la que se fue Harry, quería cambiarme, estar con esa túnica me hacía sentir incomoda. Ni bien entre a la sala común Harry estaba parado cruzado de brazos y al lado tenia a Hermione y Ron.
─Antes de que digas algo Harry James Potter Evans, soy tu hermana mayor.
─Solo por unos minutos Cayetana Lily Potter Evans, Además, so-
─Harry basta, estoy cansada, en unos minutos empieza la clase, no tengo tiempo.
─Es lunes y feriado, Ana. ─hablo Hermione, detuve mi andar.
─¿Qué? ─volví mi cuerpo y mire confusa a mi hermano.
─Te desmayaste más de veinticuatro otras. ─me sorprendí.
─Wow, es un récord. ─entonces fruncí el ceño─. ¿Hoy no es navidad? ─agrande mi ojos─. ¡Hoy es el baile! ─fue más afirmación que pregunta, pero igual los tres asintieron.
─Es en unas horas. ─mis ojos se agrandaron. Mire a la ventana más cerca y tenía razón, ya estaba anocheciendo, ¿Por qué me sale todo mal?
Subí a mi cama y me puse mi ropa, por fin, esa fea túnica ya me estaba molestando. Me puse mis botas y salí, agarre a Hermione de la mano y la jalé.
─Préstenmela.─ salimos de la sala y empezamos a bajar las escaleras detrás de los gritos de Harry.
─No tienes vestido. ─afirmo, pero igual asentí. ─Te voy a matar, corre.
De tanto correr me iba volver a desmayar, pero no lo iba hacer. ¿Mi motivo?, tiene nombre y es Neville, no lo quería decepcionar, sabía que había practicado mucho para esta noche, me lo conto Harry, así que hoy sería una noche muy larga.
─No. No. Menos. ¿Eso es un vestido? Jamás. ─Hermione ya me enseño más de cincuenta vestidos, y no me gustaban, nunca me gustaron los vestidos y tacos, soy más de polos y zapatillas.
─Ana. No queda mucho tiempo, no te gusta ningún vestido de aquí. Yo compre mi vestido aquí.
─ ¿Si? ¿Cuál es? ─señalo su vestido, era un morado con rosa.─Ese me gusta, pero ya te lo pondrás tú.
─Señora, no tiene más vestidos.
─Lo siento, ya les mostré todos los modelos que tengo.
─Bueno, entonces chau vestido. ─empecé a caminar hacia la salida, pero Hermione me detuvo agarrándome del brazo, de seguro estaba cansada, ya estábamos más de una hora aquí.
─Te voy a escoger un vestido y te lo pondrás.
─¿Qué? No. ─negué rotundamente, hasta con la cabeza.
─ ¡Ana!, ¡¿Quieres que Neville se ponga triste?! ─fruncí el ceño e hice un pequeño puchero sin que me dé cuenta─. Dame la plata. ─le di la bolsa que agarre de mi maletín al momento que me estaba cambiando.─ Te prometo que el vestido que escogeré será hermoso igual que tú. ─hice una mueca.
Entonces me empujó hacia la salida, ni bien pase la puerta ella volvió a la tienda, la verdad es que todos los vestidos estaban bien bonitos, pero eso era para chicas como Hermione, no como yo. A los diez minutos Hermione salió de la tienda con dos bolsas y una sonrisa en la cara.
─Listo. ─dijo dando pequeños saltitos y comenzando a caminar, teníamos que apurarnos para llegar a Hogwarts, ya había anochecido y en poco tiempo seria el baile.
─ ¿Por qué dos bolsas? ¿Compraste dos vestidos? ─me tendió la bolsita con la plata─. A ver. ─dije refiriéndome al vestido, a lo que ella alejo las bolsas.
─Ya lo veras cuando te cambies. ─se subió a su escoba y yo a la mía, ya me había agarrado miedo, aunque confiaba en Hermione, sabía que ella no me haría pasar vergüenza.
─Te estafaron. ─dije cuando alce el "vestido".
─¿Qué? ─Hermione vino a donde yo estaba.
─El vestido vino roto. Mira. ─entonces Hermione empezó a reírse a carcajadas, agarrándose la barriga, yo la mire como si estuviese loca.
Ella ya se había puesto el vestido, le quedaba hermoso, ahora la había interrumpido en el salón de belleza que había hecho en el cuarto. ─ ¿De qué te ríes? Te estafaron y te ríes.
─No me estafaron, Ana. ─dijo quitándose las lágrimas de la risa─. Asi es el modelo. ─fruncí el ceño─. De dos piezas, estoy segura que te quedara hermoso.
─No. ¿Dos piezas? No. Hermione...─ alargue su nombre en tono de queja por el vestido.
─Ana, no queda tiempo. De seguro Neville ya te está esperando y todavía no te has arreglado el cabello.
Me tire en la cama, no quería hacerlo, Hermione me empezó a jalar y me incorpore, a lo que ella hablo de como Nevill se había esforzado mucho por este baile, me volví a tirar a la cama, hasta que Hermione se enojó y salí corriendo con las dos prendas del vestido.
Primero me puse la parte de arriba, que era un top que... tenía dos tiritas dejando al descubierto totalmente mis hombros y mi abdomen, Al ponerme la parte de abajo me tranquilicé un poco ya que la falda era larga, tapaba mi ombligo y casi mis pies. Comencé a quejarme al ver que no podía subir más el vestido para que tapara mi barriga porque el vestido venia incluido con un short debajo, ¿Qué clase de avance es este en los vestidos?, aunque agradecía porque se había olvidado de comprar pantis.
Me mire en el espejo largo que había en el baño, el vestido era de un color blanco crema, que tenía unos bonitos bordados de rosas en el top y en la falta también, pero con una tela un poco transparente y abajo otra tela crema. Incline mi cabeza para atrás, el vestido era bonito, pero no era lo mío y me sentía incomoda. De pronto Hermione toco la puerta a lo que salí, ni bien me vio se tapó la boca con las manos asombrada, era obvio me veía muy rara con ese vestido.
─Con ese vestido vas a hipnotizar a medio Hogwarts. ¡Qué digo medio! ¡Todo!
─Ja ja, No quiero que eso pase.
─Claro, tu solo quieres enamorar a alguien que ya está recontra enamorado de ti. ─fruncí el ceño, había fruncido el ceño muchas veces ya en el día, así que deje de hacerlo, pero Hermione comprendió─. No te hagas. ─sonrió al mismo tiempo que empezó a alzar las cejas y después reírse─. Está bien. Está bien. Ahora ponte los zapatos.
─ ¿Zapatos? También me comparaste za- No. ─ ¡Eso había en la otra bolsa! Por eso no me dejo abrirlo, porque sabía que lo iba devolver.
─Si.
─No.
─Ana.
─ ¡Tengo unas buenas zapatillas que quedarían perfecto con este vestido! ¡No me quiero poner tacos!
─ ¡Te los vas a poner! ─se volvió a enojar a lo que yo me los puse rápidamente que casi me caigo, pero ella me agarro. ─Muy bien. Ahora el cabello.
─No... ya vámonos. ─me queje pero igual Hermione empezó a arreglarme el pelo, después que termino, hizo que volteara a su dirección y me miro la cara.─ ¿Qué?
─Te pondré labial. ─fruncí el ceño otra vez.
─¿Qué es eso? ─acerco un cosa media extraña a mis labios, me aleje mirando esa cosa rosada.
─Quédate quieta, es suave. ─entonces me puso algo y después me dijo que mueva los labios raro.
─Hermione. Se supone que solo voy a bailar. ¿Por qué me enseñas como besar? ─ella se volvió a reír.
─No te estoy enseñando a como besar, es para que el labial se acomode a tus labios. ─fruncí más el ceño. Suspire. Estaba confundida y cansada de todo esto.
De pronto sentí como me pasaban el brazo por detrás del cuello, la miré extrañada mientras que ella hablaba: ─ Es el toque final.
Ella había puesto un collar y ahora se estaba dando los últimos detalles a su cabello, me iba tirar a la cama, pero Hermione me agarro antes que lo hiciera. ─Ya tenemos que irnos.
Me jalo de la mano, pero al instante me soltó y casi me caigo por esos benditos tacos. Hermione se sorprendió mientras miraba mis manos como si fuera un Ron azabache... ¿Se imaginan a un Ron azabache?
─Tenemos que pintarte esas u-
─ ¡NO!, Eso si no por favor, mira que me puse los tacos, te dejé que arreglaras mi cabello, encima me puse esta cosa pegajosa en los labios, en las uñas no, por favor.
─Está bien. Está bien. Ahora vamos, nos deben estar esperando.
Comenzó a jalarme, bajamos las escaleras y no encontramos a nadie en la sala común, eso solo significa una cosa, el baile iba comenzar en unos minutos.
─Por cierto Hermione. ─hable a lo que ella siguió jalándome a la salida.─ ¿Quién es tu pareja? Nunca me dijiste.
─Víctor ─comencé a toser fuerte, me atore con mi saliva de la inesperada información.
─ ¿Krum? ─asintió, a lo que yo por primera vez en el día me reí bajito.─ ¿Sabías que ustedes van a abrir el baile?, los tres campeones, en este caso cuatro empiezan el baile de invierno.
Ella solo sonrió embobada y a la vez preocupada. Seguimos bajando las escalaras, ella agarrándome y yo agarrándola a ella para que no nos cayéramos con los tacos, no entendía que tenia de bonito estas cosas, solo te hacen perder el equilibrio y doblarte el tobillo.
Por otra parte, ya se habían cruzado con un par de personas que las veían fijamente, estaba nerviosa, como nunca antes en su vida había estado así, la verdad era que no quería que nadie que conocía la viera así, pero según Hermione se veía bien así que... seria fuerte y enfrentaría todo lo que se le pusiera en su camino.
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𝟐𝟒
Agosto, 1986
Gracias a Snape ahora no puedo pedir la varita, él le fue a contar a Dumbledore que me escape esa noche y Minerva no tuvo de otra que decirle que ya habían sido varios días. El trato era que me "emocionara y expresara" y que también me portara bien.
Como castigo voy a sacar los desechos del invernadero.
─Pomona, gracias por estar aquí. ─hablo Minerva.
─Es un gusto conocer a Cayetana Potter y pasar tiempo con ella. ─se dirigió a mi─ Yo soy la profesora Pomona Sprout
Solo le sonreí ya que ya sabía mi nombre, me despedí de Minerva y comenzamos a caminar junto con la profesora Sprout.
─Ya puedes dejar de sonreír, Minerva ya no nos puede ver. ─voltee a verla y ella también me miro mientras seguíamos caminando─ Se nota que no estas acostumbrada a sonreír mucho, y se nota que la sonrisa que haces es forzada.
─ ¿Crees que algún día pueda sonreír sinceramente?
─Algún día un buen chico te sacara una sonrisa sincera del corazón. De seguro será un Hufflepuff.
─ ¿Un Hufflepuff?
Deduje que seria los de insignia amarilla, porque hace un tiempo supe que Slytherin era la de insignia verde, y que Snapee era de ahí, Gryffindor es Sir Nicholas igual que Dumbledore y Minerva ese es de color rojo. Y Pomona esta vestida de color amarillo así que de seguro ese es Hufflepuff. Aunque Dumbledore no sabe que lo sé.
─Si, los Hufflepuff aparte de tener buenos sentimientos son muy cariñosos y coquetos, de seguro algún día conocerás a uno.
─Lo describes como si me fuera a enamorar. ─eso no era posible, ni siquiera podía sentir felicidad. Ella se rio y me acaricio la cabeza.
─Algún día conocerás a uno. ─repitió.
Seguimos caminando en un silencio cómodo hasta que de pronto vimos como varios niños venían corriendo en nuestra dirección. No estábamos en época de colegio y ellos no llevaban el informe entonces... Pomona comenzó a correr y yo fui detrás de ella. Ni bien nos íbamos acercando se escuchó un fuerte lloriqueo de varias personas, algunos de algo inusual, como algo desconocido y otros lloriqueos de al parecer niños normales.
─ ¡Cayetana quédate aquí! ─grito a metros del invernadero, le hubiera hecho caso si no fuera que vi a un niño en el piso, rápidamente me acerque a él con los gritos de Pomona a mi atrás.
Traté de llamar al niño un montón de veces, pero este no reaccionaba, vi como tres niños estaban en el piso. Alce la mirada para ver a Pomona ella estaba agarrando una planta que... tenía raíz de un bebe. De pronto me miro con el ceño fruncido, pero no tuve tiempo de decir nada porque yo ya me encontraba arrastrando los cuerpos de los cuatro chicos.
Cuando el ruido dejo de oírse yo ya había sacado a los cuatro chicos. Pomona salió a paso rápido del invernadero y dijo: ─ ¿Estás bien?
─S... ─me calle porque sentí como un líquido salía de mi oído, lo toque, mire y después vi a Pomona─ Es sang-
Y como los otros cuatro chicos Ana también se desmayó, gracias al llanto de las mandrágoras.
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Dejo la imagen para que vean lo hermosa que es Dove y como el vestido le queda muy bien, para que no sufra su imaginación y por lo mensa que soy describiendo un vestido jajs, los quiero, comenten y voten para que más personas puedan leer esta historia, se vienen capítulos muy buenos, espero los disfruten <3
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