𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝟏𝟖
Camine sin ánimos al salón de pociones, era lunes.
¿Quién tiene animo los lunes?
Ni bien entro al salón, Snape la miro con caras de pocos amigos: ─Tuve un problema, lo siento.
Snape no dijo nada, quito su mirada de ella, y siguió con sus labores, conocía a Ana, ella no era de evadir sus responsabilidades y si lo hacía tenía una buena justificación, ni bien la vio entrar con esa cara sabía que no tenía que preguntar.
Cuando termino, se despidió y salió, estaba estresada, tenía que ir a la biblioteca, ayer Harry le había dicho que la primera prueba era dragones... DRAGONES. En qué cabeza cabe poner dragones a unos chicos de diecisiete años y lo peor es que Harry tenía trece. Sabía que él era capaz de superar la prueba, pero le daba terror el pensar que podrían lastimar a su hermano.
Entro a la biblioteca saludando a Irma. Lo único que averiguo Harry sobre la prueba era que iba a haber un colacuerno, y las probabilidades que le tocara a él era un veinte por ciento, asi que lo iba estudiar, a él y a unos cuantos dragones más, para que el día de la prueba le pudiera ayudar, aunque sea con la teoría.
─Ana... ¡Ana! ─se despertó de pronto y vio que Hermione le llamaba─. Te quedaste dormida las primeras horas de clase, estamos en receso, vamos.
Me pare rápidamente, agarre los libros y corrí a ponerlos en su lugar, aunque algunos me los lleve para releerlos y estudiarlos. Cuando llegamos al patio todos me miraban mientras ponían su mano en el corazón.
─¿Qué está pasando?
─Ay... Ana ─la mire confusa, sin entender ni un poco─. Medio Hogwarts tiene un pin apoyando a Cedric, y... burlándose de Harry.
─¿Qué?
Rápidamente fue a uno de los chicos que tenía la mano en el corazón y la quito para poder leerlo.
─"Apoya a Cedric Diggory, el verdadero campeón de Hogwarts. Potter apesta." ─leyó en voz alta para después arrancarlo de la túnica, el dueño de esta se quejó, pero Ana lo agarro de la camisa─. ¿Quién te dio ese botón? ─el chico que estaba muerto de miedo no respondió─ ¡¿Quien?!
─ No lo sé ─dijo con la voz temblorosa.
Ana lo soltó bruscamente, y cada persona que se le cruzaba le arrancaba el pin, hasta que vio a Harry pasar al frente, unos chicos los empezaron a molestar. Empezó a caminar rápido y si no fuera por Hermione que la agarro a tiempo le hubiera pegado a la peli-teñida que fastidio a su hermano.
Se soltó de Hermione y vio a Harry yendo en dirección a Diggory, este estaba echado riéndose con sus amigos y ni bien vio a su hermano se enderezo.
─ ¡Apestas Potter! ─de sus amigos se lo esperaba, pero la sonrisa burlona de Diggory no.
─Los voy a matar.─Empezó a caminar, pero Hermione la volvió a parar, diciéndole que esperara a que Harry terminara de hablar con Diggory.
Entonces ella aprovecho para lanzar un hechizo que juntara todos los botones, los junto a un metro de sus pies, para después prenderle fuego.
─ ¡Y al que vea decirle algo a mi hermano se las va ver conmigo! ¡¿Entendieron?!
Para esto ya había llamado la atención de su hermano y de la persona a su costado, emprendió hacia su hermano y le agarro de su muñeca, entonces Diggory le agarró del brazo.
─Ana... ─se soltó rápidamente y lo miro con cara de póker.
Empezaron a caminar, Harry empezó a hablar con Ron, ni bien termino de hablar se dirigió para otro lado cuando escucharon los malos comentarios de Malfoy, se iba acercar para enfrentarlo, pero su hermano se adelantó, sorprendiendo a todos.
─Me importa un bledo lo que tu padre diga Malfoy, mira... él es vil y cruel, y tú eres patético. ─Harry se dio media vuelta a lo que Draco intento sacar la varita y antes que yo reaccionara Moody se me adelanto convirtiendo a Draco en un hurón.
Después de todo el show y que Minerva viniera a pararlo, Moody llamo a Harry, él empezó a caminar siguiendo a Moody, pero ella lo detuvo diciéndole unas palabras: ─Ten cuidado Harry, hay algo en él que no me cuadra. ─él asintió y siguió su camino.
Ana empezó a irse, pero Cedric la detuvo.
─Ana, yo-
Ana volteo y se soltó de inmediato.
─Mira a mí no me vengas con tus excusas baratas Diggory, no creas que no te vi burlarte de mi hermano. Aléjate de nosotros.
─Ana. ─volvió a agarrarla
─ ¡Basta! Te lo advierto Diggory, si vuelvo a ver a tus amigos o a ti burlándose de Harry les va ir mal, si te metes con mi hermano te metes conmigo, eso lo sabes muy bien, y no me vuelvas a tocar un solo pelo, porque no respondo.
Camino en dirección a Hermione y Ginny que le estaban esperando, ni bien vio el muro no se contuvo las ganas de golpearlo y lo iba ser si no fuera por Diggory que la contuvo otra vez.
─No te hagas daño pegándole a la pared, si estas mo-─no pudo terminar porque Ana dirigió su puño a su cara, un grito ahogado provino de parte de las chicas que se aliviaron al ver que el puño no llego al lindo rostro del prefecto.
─Para la otra si cae en tu cara, Diggory.
Emprendió camino y detrás de ella las chicas la siguieron. Después de un rato antes que terminara el recreo, Ginny tuvo que irse por un tema de almuerzo, así que se separaron. Hermione y ella se fueron a la biblioteca y el interrogatorio de Hermione comenzó, ya había aplazado un par de días desde lo que paso.
─ La pregunta que me hiciste esa vez... ¿fue por Cedric?
─Sí, pero ya olvídalo, no siento nada por Diggory, si eso es lo que te preguntas. ─empezó a agarrar libros de dragones avanzados parte tres.
─ ¿Qué paso ese día en el que me pediste el Giratiempo?
─Atacamos al profesor Moody y nos escapamos, utilice el Giratiempo para volver y dejar a Diggory en su salón y que no lo metieran en problemas. ─se sentó y abrió el primer libro mientras que Hermione tenía cara de no creer lo que había dicho.
─Ultima pregunta ─Ana giro su cabeza para mirarla a los ojos─. ¿Paso algo entre Cedric y tú?
─ ¿Algo? ─la mire confundida.
─ ¡Algo sentimental! ─dijo entusiasmada por saber.
─Para mí no.─ agarré mis libros y empecé a caminar, dentro de mi sabía que estaba mintiendo.
Al finalizar el día, llegue a la sala común, me eche en el sillón mientras algunos integrantes de la casa me saludaban cuando entraban y se iban a sus camas, hasta que en una de esas personas entro Finnigan.
─Ana. ─saludo.
─Seamus ─saludé y seguí leyendo mi libro, pensando que se iba ir, pero se quedó ahí parado ─. ¿Paso algo?
─ ¿Sabes que le paso a Cedric? Esta bajonado y triste, pareciera como si la chica que le gusta le hubiera rechazado. ─comencé a toser fuerte, por alguna razón me atore con mi saliva, Finnigan se acercó rápido y me jalo las orejas.
Cuando se me paso lo mire raro y él lo entendió al instante.
─Mi mamá siempre dice que cuando te atoras tienes que alzar los brazos o jalarte las orejas.
─Ah. ─asentí, nos quedamos callados por unos segundos─. Con respecto a lo de Diggory... ¿tan mal esta?
─ ¿Ah?, si, casi lo castigan por llegar tarde a la reunión de prefectos y jefes de las casas, yo estaba ahí porque un profesor quería bajarme puntos por salir una noche y andar por los pasillos, felizmente me excuse diciendo que era sonámbulo. ─explico sonriendo por su victoria, pero yo solo me concentre en lo que dijo del Hufflepuff
─ ¿Casi? ─pregunte, Seamus me miro extrañado hasta que comprendido lo que quería decir.
─Si, hubieras visto la cara que tenía cuando llego. Él se excusó diciendo que era gripe, pero la verdad parecía que hubiera llorado por días, tenía la cara roja como un tomate y unas ojeras que le colgaban hasta el pómulo, ¿Sabes que le paso?
Negué ¿enserio Diggory?
─Bueno, te preguntaba porque hay rumores que tú le gustas, pero no lo creo.─eleve una ceja y él al darse cuenta de lo que dijo agrando sus ojos del asombro. ─¡No! Ósea, ¡Si! Si puede... ¿no? Pero no creo porque antes también había rumores con Cho entonces... mejor me callo. ─asentí y se retiró rápidamente despidiéndose con la mano.
Me pare del sillón y me dirigí a la cama de mi hermano, él estaba entretenido leyendo un libro que lo reconocí de inmediato, Animales Fantásticos y donde encontrarlos de Newt Scamander, conocía perfectamente cada página de aquel libro, no por nada era su libro favorito, cuando llegue a su costado Harry alzo la mirada del libro para verme.
─Necesito que me prestes la capa de papá. ─susurre, él la empezó a sacar sin preguntar y me la entrego discretamente─. Gracias.
Cuando ya me estaba yendo Harry me llamo así que me detuve, le respondí con un "Dime" a lo que él empezó hablar: ─Vi la pelea que tuviste con Cedric, Ana... no te enojes con él, él se preocupa por ti, es amable y muy buena persona, se nota que te quiere.
─ ¿A qué viene todo esto?
─Sé que te peleaste con él porque crees que se estaba burlando de mí. Él hasta les pidió a sus amigos que no se pusieran el pin, obviamente ellos no le hicieron caso, me lo dijo, y yo le creo, así que perdónalo.
Suspire pesadamente, ¿Acaso Diggory le había dicho a Seamus que me haga preocuparme y a mi hermano que hable maravillas de él para que lo perdone?, esa posibilidad la estaba empezando a considerar.
─Por si acaso Diggory no me dijo que te diga nada ─lo mire raro, ¿me había leído la mente o qué? ─. Así que no te la agarres con él.
Rodé los ojos y me fui de la habitación de chicos, antes de salir de la sala común me puse la capa, empecé a caminar hacia una ventana, no podía entrar por "la puerta grande" sin que nadie se dé cuenta, así que entraría de frente hacia su habitación.
─Accio Firebolt.─ susurré, a los minutos la escoba llegó. Siempre la dejaba tirada por cualquier lugar, así que siempre tenía que "llamarla".
Baje a la altura de las ventanas de la casa Hufflepuff, tendría que averiguar cuál era la de Diggory. Como la casa Hufflepuff esta como en un sótano tenía pocas ventanas en el piso, busco y busco hasta que encontró una ventana abierta que emanaba un olor a manzanilla, entonces se acordó cuando entro la primera vez en ese cuarto, Cedric tenía unas velas aromáticas de manzanilla, vio más de cerca y reconoció el interior, al momento de verificar el cuarto se percató del dueño tirado en el suelo.
Rápidamente intento abrir la ventana, pero esta estaba con un tipo de seguro que no era visible a siempre vista, con prisa saco su varita: ─ ¡Alohomora!
(Alohomora: Este encantamiento permite abrir y desbloquear cerraduras cerradas con llave.)
Salto, haciendo que la escoba cayera al suelo. Corrió hacia el cuerpo y volteo la cara del chico desmayado, Seamus había descrito a Diggory perfectamente, y lo que más destacaba era su cara roja como un tomate. Toco su frente, definitivamente estaba con fiebre.
─Diggory ─lo sacudí─. Diggory.
Al no responder ningún llamado verifique si estaba vivo y me calme cuando sentí sus signos vitales en su muñeca. Tenía que hacer algo así que fui con la capa de invisibilidad al baño de la casa, llevé una toalla y un pequeño balde al cuarto para bajarle la fiebre, puse la toalla en su frente mientras él hacía gestos de incomodidad.
Como pude minutos después fui a la enfermería de Hogwarts y agarré un frasquito que tenía como etiqueta bajar fiebre, felizmente Madame Pomfrey los había puesto por precaución para los pequeños que venían de familias muggles y sin darse cuenta también ayudaba a personas que no sabían nada de medicina. Ni bien llegue vi que Diggory se removía en la cama incómodo y que la toalla se había caído al suelo.
─Tranquilo. Tranquilo.
Recogí la toalla y la fui a lavar al baño, al volver me asuste tanto que casi me caigo por ver a Diggory en el suelo boca abajo, rápidamente fui por él y como pude lo devolví otra vez a la cama.
─Maldita sea ─murmure al ver que se partió el labio y como de este salía sangre lentamente─. Recuérdame no dejarte solo con esta fiebre otra vez. Pareces un niño de cinco años.
Ni bien dije eso él se removió en la cama haciendo que me caiga por estar sentada al filo de la cama, le iba regañar pensando que estaba despierto, pero cuando vi su carita de niño de cinco años enfermito se desvaneció todo el enojo y el palpitante dolor en el trasero que tenía por haberme caído.
Después de haberlo sentado para que tomara su medicamento y de haberlo obligarlo a tomarlo por el mal sabor, lo jale de las patas para que se pueda volver a recostar, lo arrime un poco para que este en el medio de la cama y que no se volviera a caer.
Toda la noche me la pase tratando de que se le pasara la temperatura poniéndole la toalla en la frente, felizmente con el medicamento pudo dormir a gusto toda la noche, aunque a veces se revolvía en la cama como un niño, no entendía por qué se revolvía de esa manera hasta que me incorpore de estar sentada en el piso y sentir un aire helado recorrer mi cuerpo, hace rato cuando lo trate de tapar no quería, pero esta vez que lo intente no se quitó la sabana ni la colcha de algodón.
Me volví a sentar en el piso como antes, pero el frio llego a mi así que me pare y busque algo con que taparme, agarre una casaca de su armario y ni bien me la puse me remangue porque me quedaba grande, pero lo importante era que es calentita. Con una almohada me senté y le saqué la toalla de su frente y comprobé si seguía la fiebre, al no notar nada de calentura sonreí aliviada.
Igual me quedé un rato por si pasaba algo o Diggory necesitaba algo y cuando me di cuenta ya estaba amaneciendo. Toque su frente por última vez, el castaño estaba completamente bien, ya no tenia de que preocuparme. Ordene todo lo que pude para que él no se diera cuenta de nada y salí por la ventana.
De seguro cuando se despierte tendrá muchas preguntas que nadie excepto yo podrá responder, puede que se pregunte por el corte en su labio que ya estaba cicatrizando o por quien le bajo la fiebre o quizás por el medicamento con la nota de a qué hora tenía que volver a tomarlo, esperamos que mi letra falsa lo despiste.
❄︎❄︎❄︎
𝟏𝟖
Diciembre, 1989
Hoy iría a dejar los libros que ya leyó y agarraría unos nuevos, esta vez tenía que agarrar libros que no fueran de magia porque Dumbledore poco a poco está sospechando, y preocupándose porque se está dando cuenta que mi cuerpo está cansado, por más que me quiera quedarme despierta en las clases que él me da mi cuerpo se duerme.
Bostece por quinta vez, a las justas y podía tener los ojos abiertos, recién tenía dos libros y ya se había sentado y dormido en la biblioteca.
─Disculpa... ─alguien la movió del hombro─. Todos los lugares en la biblioteca están llenos, deberías ir a tu habitación... Oye.
Cayetana despertó y estiro sus extremidades, ¿Qué hora era? ¿Cuánto había dormido? Al parecer lo suficiente para que los alumnos ya estén buscando libros en la biblioteca. Volteo a ver al chico que le habló y de inmediato agacho su cabeza.
─Tu... ¡Tu! Eres la niña... la niña ─lo mire a los ojos─ eres la niña de la tienda de varitas Ollivander. ¿Te acuerdas de mí?
─No. ─agarro todos sus libros y se iba ir pero choco con alguien.
─Ey... ¿Qué haces... aquí? ¿Oliver?
Me agache a recoger los dos libros que se me habían caído mientras los dos chicos se miraban entre sí.
─Percy, ¿la conoces?
─No ─respondí.
─Si ─miré a Percy y negué─. Oh, disculpa, me confundí de persona. No la conozco. ¿Tu sí?
No espere a que respondiera y me fui, haría casoal tal Oliver y me iría a dormir a mi habitación, esperando no volver a ver alchico.
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