𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝟏𝟔
De pronto ya estábamos al frente del salón donde Diggory tenía que tomar clase, donde hace instantes había peleado con Macmillan, sin darme cuenta Diggory se acercó rápidamente y me dio un beso en la mejilla, se despidió con la mano y con una sonrisa entro a su salón.
Él se fue sin darme tiempo a decirle algo, en otra ocasión lo hubiera detenido y le hubiera dicho que todo lo que paso hace un rato fue un error y que no debió pasar nunca, era lo que pensaba, pero no se lo iba a decir, no después de haberle correspondido y haber visto esos ojos llenos de ilusión. Simplemente no quería hacerle daño.
Empezó a correr hacia su clase y al llegar Snape la regaño por el par de minutos tarde, pero después de un rato se le paso y empezamos a leer el libro. Se quedó pensando en lo que había pasado en esa habitación con Diggory que hasta casi se olvida que tenía que "ir al baño", pidió permiso y el profesor se lo concedió.
8:35 am.
Al salir volvió a correr, en unos minutos la Ana de su pasado tocaría la puerta y pediría permiso a Snapee para que Hermione salga de la clase un momento, ahora tenía que asegurarse que nadie fuera al baño donde le entregarían el Giratiempo.
Cuando entro al baño había una chica lavándose las manos, pero ni bien la vio salió apurada, al parecer le tenía miedo, iba entrar al baño del fondo, pero escucho unos pasos aproximarse, saco media cabeza y vio a Cho venir hacia su dirección, ya era 8:38 am, en cualquier momento vendrían.
─Cho. ─salió rápidamente y la chica se asustó, agarro sus hombros y empezaron a caminar hacia la dirección opuesta.
─¿Qué crees que haces? Suéltame. ─miro de reojo y vio que Hermione y su yo ya habían entrado al baño, suspiro aliviada, Cho se quitó bruscamente y se volvió a dirigir al baño.
─¿A dónde vas? ─se puso en su enfrente para que no avanzara más.
─Al baño, ¿A dónde más iría?─dijo irónicamente, la iba esquivar, pero nuevamente se puso en su camino y así repetitivamente hasta que la Ravenclaw se molestó y saco de su camino empujándola.
Ana vio que ella ya iba salir del baño y se acordó que justo en ese momento Hermione la paro, fue donde Cho y le dio media vuelta.
─Cierra los ojos. ─solo tenía que hacer que no la viera, si no la chica podría soltar algo y ahí sí se metería en un problema muy grande.
─¿Por qué? ¿Me vas a besar? ─bromeo irónica.
─Mala idea. ─agarro su capucha y se tapó, después agarro la cara de la chica y junto sus labios, Cho por instinto cerro los ojos, después de segundos escucho su propia voz.
─No es lugar. ─se separó de la azabache.
─Disculpe. ─y su yo ya se había dio, Ana retrocedió dos pasos ─No me puedo creer que era yo la que te estaba besando. ─susurro.
─¿Qué? ─alzo la mirada y vio a Cho con las mejillas sonrosadas y todavía con los labios abiertos, suspiro pesadamente.
─No le digas a nadie de esto. ─iba entrar al baño pero Cho la detuvo.
─Esp-pera yo...
─Lo siento. ─le soltó suavemente. Por más que odiaba aceptarlo, Cho no tenía la culpa en este caso.
Se asomó al baño y le hizo una seña a Hermione, ella rápidamente salió del baño, Cho al verla empezó a correr en dirección opuesta, Ana volvió a suspirar pesadamente.
─¿Todo salió bien? ─hablo Hermione viendo a Chang irse y después volteando a verme aun sonrojada.
─Algo así.
Se encaminaron a su salón y antes de entrar Ana le devolvió su Giratiempo sin antes agradecerle, aunque Hermione dejo bien en claro que tenía que explicarle que había pasado, según ella ese era el precio por el Giratiempo. Después de unos minutos hubo una expedición, llego minerva y le informo algo a Snape, un alumno había atacado a un profesor, suspiro pesadamente otra vez y Snape se dio cuenta de eso, Ana tenía que hacer algo, esta vez no se podía escapar de esto, tenía que aceptar las consecuencias sin meter a Diggory en esto.
Toco la puerta de la oficina de Snapee, esta se abrió sin mostrar nadie adentro, decidió esperar, sabía que en cualquier momento él vendría. Dicho y hecho él a los minutos llego, Ana volteo encontrándose con su profesor favorito, con caras de pocos amigos, esa cara que le mostraba a los demás, pero a ella se la mostraba pocas veces, y esas ocasiones fueron porque estaba molesto con ella.
─Fui yo.
─Lo sé. ─¿Qué?─ Aunque algo me tiene confundido, me informaron que fue como a las 8:10 y a esa hora tú ya estabas en mi clase.
─No a esa hora todavía no llegaba. ─mentí, pero a la vez no, los viajes en el tiempo confunden.
─Y también sé que estuviste con el señor Diggory.
─¿Qué?─se hizo la desentendida─. ¿Diggory? Estuve sola.
─Moody dijo que vio a una pareja de la casa de Gryffindor y de Hufflepuff, desde un comienzo sabía que eras tú la que había atacado al profesor, eras la única que lo haría y tu único amigo de Hufflepuff es el señor Diggory.
─Diggory no es mi amigo.
─¿Pareja?
─¡Menos!, Diggory y yo no somos nada y no lo seremos nunca.
Entonces la persona que menos quería que apareciera en ese momento y escuchara lo que había dicho, lo hizo, y el ver su expresión en su cara le hizo saber que le había afectado, ¿y si eso era lo mejor? Decirle a Cedric que no llegaran a nada, era lo correcto, ¿verdad?
─Muy bien, señor Diggory se puede retirar. ─El tejón me devolvió una última mirada de tristeza y se fue, ni bien salió de mi campo de visión Snape hablo─. Sé que fue Cedric, él se arriesgó por ti también, parecen dos jóvenes enamorados. ─hizo una mueca de fastigio.
Suspire agarrándome la cabeza.
─Sabes que yo no me enamoro. Te pido por favor que lo de Diggory quede entre nosotros.
─Eso no se podrá. Dumbledore sacara la misma conclusión y buscara a Cedric.
Ni bien dijo eso fui en busca por el castaño, si él no decía nada no se metería en problemas, sabía que Snape me guardaría el secreto, él para ella era de confiar. Al doblar en una esquina que va para la sala común de Hufflepuff vio a Diggory, se acercó rápidamente y lo agarró del brazo para que se detuviera y volteara para verlo. Se sorprendió cuando vio sus ojos rojos sin ese brillo que lo caracteriza mientras se le caía una lagrima.
─Sé que... no es verdad lo que dijiste, p-pero... me dolió. ─se le quebró la voz al final. Ana no pudo resistirse y lo abrazo, Diggory estaba saliendo herido y eso era justo lo que no quería.
Cedric correspondió rápidamente al abrazo rodeando la cintura de la chica, a la vez que ocultaba su cara en su cuello y soltaba pequeños sollozos, enserio le había dolido lo que la chica había dicho y el cómo se había expresado, sonó tan real que llego a creerlo por un momento, hasta que lo pensó bien, después de lo que había pasado ella no podía pensar de esa forma.
Podría tenerle cierto rencor a Cedric por todo lo que paso, pero aun así no le gustaba ver a las personas sufrir y menos si lo conocía, aparte todo el rencor que le tenía poco a poco se está desvaneciendo, el Cedric que tengo en mis brazos no es el mismo de hace años, ahora ya crecimos. Tengo que decirle y hacerle entender que él y yo no podemos estar juntos, y que lo que había pasado hoy no podía volver a pasar, no quería darle faltas esperanzas.
─¿Por qué le dijiste a Snape que fuiste tú? Te dije que yo lo arreglaría. ─hablo aun abrazándolo.
─No quería que pagaras las consecuencias sola.
─Si no me dejas hacerlo sola nada de lo que hicimos tendrá sentido. ─se separó para mirarlo a los ojos.
─Contigo todo tiene sentido Ana. ─le acaricio la mejilla.
Se volvieron a abrazar. Se suponía que lo había alcanzado para decirle que esto se tenía que terminar aquí, que no se tenía que volver a repetir lo de la habitación, pero ahora estaba aquí abrazando a Diggory dándole todas las esperanzas posibles, dándole a entender que lo que dijo no lo había dicho de verdad.
¿Cómo iba decírselo? Si ni siquiera podía mirarlo a la cara y decirle lo que le había dicho a Snape, no podía decirle que no sentía nada porque le estaría mintiendo, no podía decirle que no se le había revoloteado el estómago cuando se besaron porque el mismo se dio cuenta cuando no me dieron las piernas, y él se lo dijo.
¿Saldría más adelante lastimado? Y ¿Si dejamos algunas cosas en claro para que no lo malinterpretemos en el futuro?
Toco por segunda vez en el día la puerta del despacho de Snape, al recibir un "Adelante" ingreso, sabía que adentro estaba Dumbledore, Minerva, Snape y Moody, también sabía lo que le esperaba y estaba dispuesta aceptarlo.
─Ana... ─dijo Minerva ni bien me vio─. ¿Fuiste tú?
─Si, fue ella. ─Moody se acercó y agarro mi túnica jalándome a él─. Y no estaba sola, ¡¿Quién era tu cómplice?!
Me solté bruscamente y dije: ─ ¿No lo viste? Entonces para que te sirve ese estúpido ojo.
─¡Ana! No le faltes el respeto a tu profesor.
─Él me ataco primero, mi acompañante no hizo nada, pero si es necesario pagare las consecuencias por los dos.
─No puedes hacer eso Ana, el alumno tendrá que ser castigado─ hablo Snape.
─Entonces suerte averiguando quien es. ─dije mirándolo de reojo.
Moody me volvió agarrar la túnica, pero esta vez con las dos manos.
─Le puedo sacar la información de varias maneras.
─Inténtalo y me conocerás. ─me acerque casi pegando mi frente a la de él con el ceño fruncido, sabía que él era mejor mago, pero no me dejaría intimidar por un profesor que no respeta a sus alumnos.
─Está bien, Ana pagara por lo que le hizo al profesor Moody, y también por el encubrimiento de su compañero. ─Moody seguía con mala cara y Ana también, Moody iba reclamar, pero Dumbledore continuo:─ Esto porque el profesor Moody no debió atacar a los alumnos.
Moody salió renegando del despacho, a lo que yo relaje mi cara neutral y los mire a todos.
─Ok, ¿cuál será mi castigo? ─cruce los dedos─ ¡El bosque!
─No Ana, el bosque no. ─me desanime, hasta que vi sus caras e hice una mueca de horror.
─Si, los calderos. ─de solo escuchar la palabra caldero me aburria, el castigo sí que será largo.
❄︎❄︎❄︎
𝟏𝟔
Abril, 1991
Se despertó exaltada. Minerva no estaba en esta ocasión, pero en las otras veces ya la había visto despertarse a la pequeña de esa manera por una pesadilla. La pesadilla era la misma, ver a un niño morir por un sujeto que le lanzo la maldición asesina. Ese niño parecía Harry, no le había visto la cara, pero sabía que era Harry.
Se levanto de la cama en medio de la madrugada y fue corriendo a la biblioteca, tenía que hacer algo y tenía una idea.
Mayo, 1991
─ ¿Cayetana?
Se levanto lo más rápido que pudo al escuchar esa voz y trato de esconder los libros, pero era muy tarde. Había pasado todo un mes entero escapándose de Minerva y ahora la tenía al frente con un ceño fruncido.
─Lo siento mucho, pero esto no le puedo ocultar a Dumbledore.
Dijo Minerva al ver los libros de cómo crear un encantamiento, me rodeo un brazo por el hombro mientras me llevaba al despacho de Dumbledore, ni bien llegamos encontramos a Dumbledore sentado leyendo unos pergaminos con sus lentes. Al Minerva decirle lo sucedido, trate de descifrar su expresión, pero no lo logre.
─ ¿Cómo es posible que hayas podido hacer con 10 años de edad lo que todavía no hacen ni los de sexto año?
─Practicando con libros avanzados de magia. ─Dumbledore al escuchar eso se paró y empezó a caminar por todo el despacho con sus manos agarradas a la altura de su espalda baja.
─Y ¿Cómo pudiste agarrar libros avanzados si Minerva te estaba supervisando? ─Minerva iba intervenir, pero Cayetana fue más rápida.
─Me escabullí.
─ ¿Y la varita?
─Engañe a Hagrid cuando me llevo a el callejón Diagon. ─Minerva estaba mirándome con preocupación o lastima, esa expresión tampoco la conocía muy bien.
─Nadie más fue víctima o cómplice de tu engaño. ─Minerva miro mal a Dumbledore a la vez que la niña negó con la cabeza─. ¿Tampoco el señor Cedric?
─No señor, con él solo tengo una amistad.
─Como castigo iras junto con Hagrid al bosqueprohibido. ─Minerva iba protestar, pero el continuo─ Yespero que esta vez no te escabullas ni le mientas.
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