🌹❝Capitulo 1: ¡Justicia! (Parte 1)❞🌹
No había podido dejar de llorar Emily en todo un mes entero, la traición de Charlie le había dolido como nunca ¿Por qué?, ¿Por Charlie le había hecho eso? ¿Es que acaso no era suficiente?.
¿Que había hecho mal?.
¿Que fue lo que hizo mal?.
¿Ella tuvo la culpa de todo eso?.
Emily no había querido salir de la habitación de Alastor quién estaba para ella en ese momento difícil. Alastor había cuidado de Emily todo ese tiempo, él se había encargado de que la Seraphin comiera un poco pues la albina había dejado de comer, se encargó de cuidarla cuando cayó en la depresión e intento de todo para volver a hacerla reír, para que esa sonrisa volviera.
Y ahora habían pasado tres meses. Muchos se preguntaban que había pasado con Emily pues no la habían visto hace tiempo, los únicos que sabían dónde estaban era Alastor y Sirpentius; mejor amigo de Emily quién aún no sabía nada de la razón por la que su amiga lloraba tan forma tan dolorosa.
El Overlord se encontraba caminando con dirección a su habitación donde seguía la Seraphin, llevaba en sus manos una bandeja con la comida favorita de Emily; ¡Pizza de queso! Y para acompañarlo su jugo favorito; Uva.
—¡Alastor!—. Entre cerró sus ojos con un notable odio Alastor al identificar de inmediato la voz que lo había llamado.
Se dió la vuelta. —¡Princesa! ¡Que alegría verla!—. Mintió, no podía soportar ver a la rubia en estos momentos, no después de lo que le hizo a Emily.
—¿¡Por qué razón mi prometida ha estado tanto tiempo en tu habitación!?—. Se quedó parada de brazos cruzados con una mirada seria y enojada hacia él Overlord.
¿¡Y todavía tenía el descaro de reclamarle eso sabiendo que engañado a Emily revolcándose con la ex exterminadora!?.
Tuvo que calmarse en ese momento apretando fuertemente la bandeja de plata con casi todas sus fuerzas. Sentía el enojó recorrer por sus venas y las ganas de decirle sus verdades a la princesa crecían dentro de él como nadie tenía idea.
Pensar en Emily fue lo único que pudo tranquilizarlo y suspiró.
—La Señorita Emily se ha sentido mal últimamente—. Charlie arqueó la ceja ante lo que dijo el peli-rojo. —Me estoy encargando de cuidarla, justamente le estaba llevando su almuerzo.
—Bueno si es asi—. Cambió su expresión a una más calmada y dejó de cruzar sus brazos. Charlie vió la bandeja. —Yo me encargo de-.
—No—. Dió un paso hacia atrás antes que Charlie pudiera tomar la bandeja de plata. —La Señorita Emily me dió órdenes específicas de que yo solo podía verla debido a que no quería enfermar a nadie—. Esa era una total mentira pero no la parte en que él solo podía verla, Emily si le pidió que solo él podía verla por el estado en el cual ella se encontraba.
Charlie arqueó de nuevo la ceja confundida. —¿Y tú desde cuándo sigues órdenes de alguien?—. Cuestiono cruzando sus brazos.
—Vaya miré la hora, debó irle a dejar su comida a la señorita Emily—. Ignoró la pregunta y se dió la vuelta empezando a caminar hacia su habitación dejando a Charlie sorprendida.
La princesa se quedó ahí parada, viendo como su amigo iba a su habitación donde se encontraba su prometida.
Tenía tres meses enteros que no había visto a Emily y a penas hoy se había dado cuenta de eso, cuando se enteró que la Seraphin se encontraba en el cuarto del Overlord se enojó y fue directo hacia el peli-rojo para saber el porque la albina llevaba tanto tiempo en su cuarto.
La razón por la que apenas se había dado cuenta de que no había visto a Emily en tres meses fue porque anduvo pasando tiempo con Vaggie, bueno, ahora que lo pensaba si Emily se sentía mal podría pasar más tiempo con Vaggie. Sonrió al pensar eso y dió una vuelta para ir a buscar a su amante.
Tocó la puerta a la habitación Alastor y Sirpentius la abrió, detrás de él pecador serpiente se podían escuchar el llanto de la Seraphin.
—No ha mejorado...—. Dijo desilusionado Alastor que se podía notar hasta en sus ojos; Sirpentius negó con la cabeza.
—No...—. Dejó que Alastor pasará a la habitación. —Me tengo que ir, cuida bien de ella...
—Tu sabes que siempre haré eso—. Sirpentius sonrió ante las palabras del Overlord y se retiró del lugar cerrando la puerta.
Emily estaba cubierta con las sabanas de la cama de Alastor, nadie tenía que verla llorar, no quería que nadie la viera llorar. El Overlord se acercó y dejo la bandeja con comida aún lado de la cama en el mueble, se sentó en la cama.
—Emily, Querida...—. Pudo escuchar como el llanto de la Seraphin fue disminuyó más no se había acabado aún.
—¿Al..Alastor?—. Su voz sonaba temblorosa y se quitó las cobijas para que Alastor la pudiera ver.
—Te traje comida querida—. Le sonrió con gentileza a la albina. —Tu favorito; pizza de queso y un jugo de sandía—. Rogaba por ver qué la Seraphin al saber que comería su comida favorita su sonrisa volvería más no fue así.
—No tengo hambre...—. Desvío la mirada tratando de secar sus lágrimas.
Alastor no le gusto escuchar eso por lo que dió una mirada preocupada (aún mantenía su sonrisa), la Seraphin no llevaba comiendo viendo desde hace días y si estoy seguía así temian que ella enfermera.
—Querida por favor...—. pido Alastor. —Debes de comer algo, no has comido bien estos días y temo que vayas a enfermar—. Emily no dijo nada ante eso, ya había dejado de llorar pero abrazaba sus pies y escondía la mitad de su cara en las rodillas.
—Al'....¿Tu crees que...hice algo mal?—. Preguntó desanimada y dolida la Seraphin; Alastor abrió los ojos sorprendidos sabiendo a qué se refería.
—No...Claro que no...—. Tocó la cabeza de la Seraphin para poder acariciarla. —Tu eres tan dulce y gentil, si hay alguien que hizo algo mal aquí es Charlie y no tú—. Comenzó a acariciar los cabellos blancos de la Seraphin quién no se mostraba convencida por sus palabras.
—¿¡Entonces por qué su engaño!?—. Quitó la mano de Alastor de su cabeza pero con cuidado. —¿¡Que fue lo que hice mal para que me pagara de esa manera!?—. Puso su mano en la parte de arriba de su pecho mientras las lágrimas volvían a salir.
Alastor miró a la Seraphin con tristeza.
—¡Yo dí todo en esa relación Alastor!—. Se levantó de la cama y comenzó a caminar hacia a él balcón mientras sus lágrimas caían al suelo con cada paso que daba. —¡Mi tiempo, mi cariño, mi amor...!—. Una vez que estaba en el barandal puso sus manos ahí; Alastor estaba detrás de ella. —Incluso mi cuerpo...—. Susurró y sus lágrimas salieron aún más.
Apretó con fuerza sus puños Alastor al escuchar éso, los celosos y la ira lo estaban consumiendo en ese momento.
—La defendí de mi hermana, de mis amigos en el cielo, ¡La cuide y la apoye en todo!—. Se volteó con su vos oyendose más temblorosa y dolida.
—Emily-...
—¡¡Es que no lo entiendo!!—. Pegó el barandal con su puño sin voltear. —¿¡Que fue lo que hice mal!?—. Se dejó caer para volver a llorar de nuevo y está vez escuchándose más dolida y sus lágrimas cayendo como más rápido.
El silencio dominó el lugar por uno cuantos segundos, hasta que Alastor decidió caminar hasta la Seraphin y arrodillarse para tomar las manos de ella.
—Eh?—. Emily levantó la mirada. —Alastor?—. Vió confundida al Overlord mientras que sus lágrimas disminuían un poco.
—Emily...—. hizo una pequeña pausa —vuélveme tu amante....—. Alastor se mantuvo firme y serio pero en ningún momento dejó de sonreír.
Abrió sus ojos zafiros como platos la Seraphin al escuchar aquellas palabras que el pecador que consideraba su amigo había dicho.
¿Amante?, ¿Él...de verdad quería ser su amante?.
No mentía, lo sabía por la mirada que estaba dando ¡Él de verdad lo decía en serio!.
Emily había dado todo por Charlie ¿Y como le pagó? Engañando la, traicionado la, teniendo un Amante.
¿Debería hacer ella Justicia por eso?.
Ya lo sé, este capítulo fue corto, pero les prometo que la parte dos será más larga.
Eso fue todo, Adiós!.
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