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๑✏️'✩⌗●☂️ 𝗖𝗵𝗮𝗽𝘁𝗲𝗿 𝟮 ━━━


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EL NUEVO CUARTO DE BROOKLYN se encontraba en aquellos momentos vacío, al igual que toda la casa. Las luces, apagadas, daban un aire lúgubre y de abandono, parecía que aquel edificio seguía igual que un día atrás, sin nadie en su interior.

Sin embargo, la casa de enfrente, la de la familia Wheeler, parecía llena de felicidad, con las ventanas iluminadas por las bombillas, el ruido de dentro que se oía hasta afuera...

Los Hall caminaban por el medio de la carretera, ninguno de los tres decía nada.

Jacob parecía que le daba igual todo, y Brook suspiraba y bostezaba, le daba pereza tener que conocer gente nueva. Al contrario que los hermanos, Anne sonreía con entusiasmo, le alegraba saber que habían hecho amigos al poco tiempo de llegar a Hawkins.

La mayor adelantó al par y se puso delante de la puerta de entrada de la casa de Karen, con un pequeño bizcocho entre sus manos. La señora Hall había insistido en que ir con las manos vacías cuando te invitaban a cualquier sitio era de mala educación, y la hora antes de irse al hogar de los Wheeler había estado preparando un bollo sencillo, pero muy rico, en opinión de Brooklyn.

Karen abrió la puerta después de que Anne la golpeara con su puño un par de veces. La de rizos sonrió abiertamente nada más vernos.

──¡Hola, chicos! ──saludó Karen. Segundos después desvió la vista al de ojos azules──. Tú debes de ser Jacob, ¿no es así?

──Sí, es un placer, señora Wheeler ──La pelirroja rodó los ojos ante tanta educación por parte de su hermano. El chico le estrechó la mano a la mujer, sonriendo. Como siempre, Jacob dando buena imagen.

──Pasad, pasad ──los animó la de rulos a entrar a su morada, apartándose a un lado para dejarles espacio.

Los Hall pasaron al interior de la casa. Brooklyn observaba todos los alrededores, curiosa y asombrada por lo bien decorado y amueblado que estaba todo. Karen los guió hasta el comedor, de donde provenían varias voces. Cuando los cuarto entraron a aquel lugar, todas las miradas se dirigieron a ellos, cosa que incomodó levemente a la joven de ojos cafés.

Una adolescente de pelos castaños y rizados con mucho volumen, ojos azulados y nariz puntiaguda le llamó la atención a Brook. Su apariencia le recordó a la señora Wheeler, por lo que supuso que sería su hija Nancy. Esta última estaba paralizada, de puntillas, intentando alcanzar un objeto que un chico de cabello azabache y ojos iguales le alzaba para que no llegara a agarrarlo.

En una gran mesa con ocho platos hondos llenos de sopa, una niña pequeña rubia con coletas miraba a sus hermanos aburrida, mientras que, a su lado, un señor más viejo con gafas de pasta ignoraba la situación y leía un periódico.

──¡Nancy, Mike! ──exclamó algo irritaba la madre de la familia──. Tenemos invitados, menuda imagen les acabáis de dar. Comportaos por una vez es vuestra vida.

──Lo siento, mamá ──se disculparon los dos mayores bajando un poco la cabeza.

──Perdonad a mis hijos ──les comentó a los Hall, avergonzada──, no saben dejar de pelearse nunca.

──No te preocupes, Karen ──le quitó importancia Anne──. Brooklyn y Jacob son iguales o incluso peores.

──¡Mamá! ──saltaron los nombrados, indignados. Al darse cuenta de que habían dicho lo mismo a la vez, se miraron de mala manera──. Cierra la boca.

──¿Ves? ──rio la de pelo corto.

──Bueno ──continuó la señora Wheeler──, Jacob y Brooklyn, estos son mis hijos: Nancy, Mike y Holly; y este es mi marido, Ted.

──Un placer ──dijeron los dos hermanos cordialmente.

──Bien, ahora traigo la cena ──informó Karen dirigiéndose al horno. La cocina y el comedor de aquella casa estaban en una misma habitación, igual que en la nueva vivienda de los Hall──. ¡He hecho especial de pollo asado! Id sentándoos.

Nancy y Mike se sentaron en un lateral de la mesa, el pelinegro quedando entre sus dos hermanas. Ted presidía la mesa por un lado, y la silla de la rubia de rizos estaba en el otro extremo. La familia nueva en Hawkins se colocó igual que los pequeños de los Wheeler, Jacob en el medio de ambas mujeres.

A los segundos, el quejido de la cocinera resonó por el cuarto, parecía que se había quemado con el horno. Ignorando el pequeño dolor, Karen colocó el pollo en medio de la mesa y empezó a servir un poco a cada comensal. Dos boles de ensaladas estaban a los lados de la madera que sostenía toda la comida.

──Nancy, Brooklyn me dijo que tenía tu misma edad, tal vez podríais llevaros bien ──habló la señora Wheeler después de unos segundos de silencio.

──Claro, mamá. ──La castaña miró a la persona de enfrente, Brook, con una sonrisa, y ésta se la devolvió débilmente.

──¿Y por qué habéis venido a Hawkins? ──preguntó Mike, sorbiendo un poco de sopa de su cuchara.

──A mi madre le ofrecieron dirigir su propia tienda de discos aquí, así cobraría bastante más. ──Jacob respondiendo por los demás cuando a nadie le importaba su opinión, qué sorpresa. El que hizo la pregunta asintió con la cabeza, entendiendo.

La cena transcurrió con varias conversaciones entre todos, aunque Brooklyn solo dijo unas tres palabras en toda la charla.

──¿Por qué no le enseñas tu habitación a Brook, Nancy? ──Más que una petición parecía una orden por parte de Karen.

──Uh... Vale, ¿por qué no? ──Nancy se levantó sonriendo y miró a la pelirroja, quien aceptó sin problema──. Vamos, Brooklyn.

La nombrada despegó su trasero de la silla y siguió a la castaña escaleras arriba, los zapatos de las jóvenes resonaban a cada escalón que subían. Entraron a un cuarto con las paredes pintadas de colores pastel. Había una cama, un armario y una cómoda, más la mesilla al lado del primer mueble, en la que reposaba una libreta y una lamparita.

──Siéntate ──le ofreció Nancy después de que ella se sentara en el colchón, dando unas palmaditas a su lado. La de ojos marrones obedeció y tomó sitio donde le señalaba la de rulos──. ¿Qué te parece Hawkins?

──Bueno... parece un pueblo normal. ──La de pelo largo y ondulado se encogió de hombros, pero vio que la hija de Karen se removía en su sitio, inquieta. La de mechones rojizos decidió ignorar aquel pequeño gesto──. Aunque... echo de menos San Francisco. Me encantaba ir a la playa a escuchar música o leer, lo único que no hacía era bañarme. Irónico, ¿cierto? ──Soltó una pequeña carcajada y se calló de golpe, arrepentida──. Disculpa, no te interesa, no sé ni por qué lo dije.

──¡Qué va! ──dijo enseguida la de ojos azules, no quería que Brooklyn se sintiera avergonzada por hablar sobre sí misma, y quería demostrarle que de verdad le interesaba lo que le estaba contando──. Me encantaría saber más cosas sobre ti, no aburres, tranquila.

──Oh, vaya. No estoy acostumbrada a que la gente muestre interés por lo que le cuento. ──Rio triste──. Bueno, ¿y qué te gusta hacer, Nancy?

──Lo primero, puedes llamarme Nance. Y me gusta bastante el tema del periodismo, de hecho dirijo el periódico de la escuela. ──Brooklyn alzó las cejas y formó una "o" con sus labios──. ¿Cuándo entrarás al instituto?

──Dentro de un par de días, cuando ya esté todo acomodado y pueda comprarme los libros necesarios ──supuso.

──¡Genial! Podemos ir juntas ──se entusiasmó Nancy──. Si este año mi novio siguiera en Hawkins, habría ido con él en su coche, pero puedo pedírselo a mi padre.

──¿Ya no vive aquí? ──La joven de ojos cafés frunció el ceño, refiriéndose al novio de la castaña.

──Por desgracia, no. Se mudó junto a su madre, su hermano y su hermana a California.

──Vaya, y yo que justo vengo de allí ──comentó en un suspiro Brook.

──Hablamos a menudo por teléfono ──le explicó la de rulos──, hemos pedido solicitud a la misma universidad para que pudiésemos estudiar juntos. Espero que nos admitan a ambos.

──No pareces muy feliz hablando de esto ──se extrañó la pelirroja al no notar el entusiasmo con el que habían empezado a conversar──. ¿Ocurrió algo malo entre vosotros antes de que se fuera?

──¿Qué? No, qué va, estamos bien. ──Brooklyn no la creyó al escuchar con qué rapidez hablaba. Se la notaba nerviosa e incómoda, así que decidió no hablar más sobre su relación, al fin y al cabo no era de su incumbencia.

──La verdad es que a mí me toca graduarme este año ya que repetí un curso ──cambió de tema la de ojos oscuros.

──Pues este será tu año, Brook ──sonrió amablemente Nancy.

Una media hora más tarde, Anne llamó a su hija para que bajara, se iban ya para casa. Cuando las dos amigas llegaron al salón, vieron como Mike y Jacob hablaban cómodamente. Qué rabia a Brooklyn le daba que su hermano se viera tan simpático y agradable cuando era un grano en el culo.

Después de las despedidas entre ambas familias, los Hall entraron a su nuevo hogar, y no tardaron en irse los tres a sus respectivos cuartos, agotados tanto de la mudanza como de la cena.

La más pequeña se tumbó en su cama sin cambiarse de ropa, solo quitándose los zapatos, y se durmió profundamente mientras tarareaba una canción de Guns N' Roses.



Joder.

La primera palabra del día de Brooklyn, ese día en el que empezaría el instituto en Hawkins.

Nancy se había ofrecido a llevarla en el coche de sus padres, así podrían ir juntas. Le comentó que había un inconveniente: Mike. A Brook no le importaba, habló con él un par de veces y era bastante agradable.

──Mike, no toques eso. ──La castaña había mirado por el espejo retrovisor para ver que su hermano estaba jugando con el pestillo de la ventanilla.

──Cállate, Nancy. ──El pelinegro le sacó la lengua, causando la leve risa de Brooklyn. Los Wheeler sonrieron para sí mismos, felices de haber escuchado a la de ojos cafés carcajearse.

──Siento que tengas que soportar esta relación de hermanos tan maravillosa que tenemos ──se disculpó sarcásticamente Nancy, girando la cabeza hacia la Hall.

──No te preocupes, ya me gustaría a mí llevarme así de bien con mi hermano ──le restó importancia Brook.

──A mí me pareció bastante simpático ──comentó Mike, observando el paisaje por su ventanilla.

──Tranquilo, Mike, te caerá peor cuanto más lo conozcas. ──La pelirroja suspiró apoyando su barbilla en una de sus manos. Miró también por su ventana, divisando a lo lejos un edificio el cual debería de ser el instituto de Hawkins.

Los tres adolescentes bajaron del vehículo cuando la mayor de los Wheeler lo aparcó. Los dos hermanos se despidieron secamente, y la pelirroja decidió seguir a Nancy después de darle unas palmaditas en la espalda al de cabello azabache. Se apresuró a seguirle los pasos a su amiga para no perderse, había un montón de estudiantes.

Las dos jóvenes caminaron por los pasillos repletos de personas.

──Estupendo, Brooklyn. Has entrado al instituto justo el día que se termina ──comentó irónica la de ojos azules.

──¿Ah, sí? ──preguntó extrañada la otra chica, no sabía que iba a haber festivo.

──Son las vacaciones de primavera, ¿no lo sabías? ──Brook abrió los ojos, sorprendida──. Ahora estamos yendo al gimnasio, hay una asamblea de nuestro equipo de baloncesto, hoy juegan la final de un torneo y es muy importante ──le explicó Nancy, invitándola indirectamente a ir.

──No iré al partido, Nance ──respondió la de pelos rojizos antes de que la de rulos hiciera la pregunta.

──Por favor, Brooklyn... ──Hizo un puchero.

──Tengo una cita.

──¿De verdad? ──los ojos de Nancy brillaron por segundos──. ¿Con quién?

──Con Queen y Nirvana, lo siento ──Brooklyn la miró con tristeza fingida, ganándose una mirada reprochadora por parte de su amiga──. Otra vez será.

──No te preocupes ──habló sin darle la más mínima importancia, tan real parecía que Brooklyn pensó que no le insistiría más──, si no vienes entraré a tu casa y te arrastraré de los pelos hasta aquí.

──Suena tentador ──ironizó Brook, y Nancy puso los ojos en blanco.

──Y aquí estamos ──informó la castaña, deteniéndose enfrente de una puerta cerrada. Se podía escuchar una música de trompetas y tambores──. Entremos.

Las dos amigas se adentraron en aquel lugar gigante. Un grupo de animadoras bailaba frente al público, al ritmo de la música, haciendo acrobacias o moviendo sus pompones.

Wheeler guió a la Brooklyn hacia los asientos donde se encontraba todo el instituto, ambas pegadas a las paredes para no llamar la atención por haber llegado tarde.

──Ahí está Mike. ──Nancy señaló con su dedo índice a su hermano──. Vayamos a sentarnos con él.

La pelirroja no protestó aunque no quisiera ir, por lo que siguió a la de rizos voluminosos. Después de un par de minutos, ambas se encontraban al lado del pelinegro. Nancy tocó su hombro y él se giró a verlas; sonrió abiertamente nada más hacerlo.

──¡Brook! ¿Qué te parece el instituto? ──preguntó, ignorando completamente la existencia de su hermana mayor.

──Uh... ¿Bonito? ──intentó buscar una palabra que lo describiera.

──Oye. ──Una voz con mucho seseo al otro lado del chico hizo que éste volteara──. Que yo no digo que mi novia sea mejor que la tuya, solo digo que Suzie ha demostrado ser un genio.

──¿Te das cuenta de que Ce ha salvado al mundo dos veces? ──replicó Mike en contra de su amigo. Este último tenía una gorra, rizos castaños tirando a rubios, ojos oceánicos y la misma camisa que el de cabello azabache ──una que ponía "HELLFIRE CLUB"──.

Brooklyn frunció el ceño. ¿La novia de Mike había salvado el mundo? ¿Dos veces? ¿Qué tipo de juego era aquel?

──Pero te quedas con un bien en español ──contraatacó el amigo.

──Él es Dustin, uno de los mejores amigos de Mike ──le susurró Nancy a Brook, para que entendiera quién era esa persona y por qué hablaban de quien tenía una mejor novia.

──¿Entonces Mike tiene novia? ──La de ojos cafés intentó aguantarse la risa. Luego se dirigió al nombrado──. ¿De verdad tienes novia? ──Mike, entendiendo el tono burlón de su vecina, la miró mal.

Todos comenzaron a aplaudir cuando la música de las trompetas terminó, y la joven nueva en aquel instituto se vio obligada a chocar sus palmas al igual que los demás.

──¡Un fuerte aplauso para Los Tigres! ──exclamó una persona con un micrófono en la mano para que se pudiera escuchar su voz por encima de todos aquellos vítores y gritos.

El papel gigantesco que sujetaban dos personas, una por cada extremo, se rompió cuando el capitán del equipo de baloncesto pasó corriendo, seguido de todos sus compañeros.

Los aplausos y los chillidos de la gente aumentaron, felices por ver a las personas que participarían en el torneo para intentar ganarlo.

──¡Buenos días, instituto Hawkins! ──saludó el capitán del equipo, un chico rubio de ojos azules, se parecía bastante al hermano de Brooklyn, Jacob, en opinión de ella. Otra ráfaga de gritos y silbidos resonó por el gimnasio.

De todas las palabras aburridas que dijo el ojiazul, el cual se llamaba Jason o algo así, la pelirroja solo se quedó con algunas, entre ellas que ese año había sido muy difícil para el pueblo, que había habido un incendio en el cual murieron muchas personas. Una de ellas se llamaba Billy, Brook recodó ese nombre porque sintió que Dustin y Mike se tensaban. También se quedó con el nombre de Jim Hopper, un jefe de policía.

Los estudiantes parecían eufóricos, todos excepto Mike, Dustin, Nancy y algunos otros.

──Y esta noche, esta noche... ──vociferaba Jason──. ¡Traeremos a casa el trofeo del campeonato!

──¿¡Esta noche!? ──se alarmó el de ojos negros.

──¿Cómo es posible? ──dijo el chico del seseo.

──Se llama torneo. Si ganas un partido juegas el siguiente y así hasta que solo queda uno ──habló con sarcasmo una chica con el mismo tono de pelo que Brooklyn. Tenía los mismos cascos que ella colocados en el mismo lugar que ella, el cuello. Sus ojos eran azules y su cabello estaba recogido en un moño.

La asamblea terminó y todo el mundo se dirigió a sus respectivas clases. Dustin y Mike discutían por el camino con un chico de tez negra que formaba parte del equipo de baloncesto.

Brooklyn entró a su clase de Historia. Nada más entrar al aula pudo inspirar el olor a depresión y ansiedad.

Una hora después del gran sufrimiento de la adolescente de mechones rojizos, ésta salió de clase, tocaban los cinco minutos de descanso. La mujer caminó con prisa hasta su casillero y dejó los libros en él. Justo cuando cerró la pequeña puerta, la cara sonriente de Nancy Wheeler apareció.

──¿Qué tal, nueva? ──bromeó la de cabello chocolate.

──Para la mierda ──respondió simple Brook, y ambas amigas empezaron a andar hacia la cafetería.

──¿Por? ──La ojiazul frunció el ceño.

──Me han hecho presentarme, Nancy. ¡Presentarme! ──exageró la pelirroja──. He tenido que decir mi nombre, mi edad y las cosas que me gustan hacer. Y adivina qué.

──¿Qué? ──repitió la palabra, curiosa.

──Le he respondido que me gusta escuchar música y no hablar con profesores gordos y peludos con voz de pito. ──La risa de Nancy llenó los oídos de la de ojos marrones.

──Pobre profesor Kerny, le has dejado un trauma.

──Eso le pasa por obligarme a salir al frente a presentarme ──se mantuvo firme Brooklyn. Luego fijó la vista en los brazos de su amiga, los cuales estaban sujetando carpetas y papeles de periódicos. Frunció el entrecejo──. ¿Y eso?

──Te recuerdo que trabajo en el periódico del instituto, ahora voy a ir ──se burló Nance por la falta de memoria de la joven.

──¿Y te saltas clases, así sin más? ──preguntó indignada la otra.

──Por lo que me contaste tú también lo hacías en tu anterior colegio ──dijo divertida la castaña.

──Deberías apuntarte a un concurso de comediantes, lo ganarías sin problema. ──Wheeler miró mal a su vecina por el tono sarcástico que utilizó para formular aquella broma.

──En todo caso, Brook, no me salto clases ──explicó──. Es la hora del almuerzo, ahí es cuando nos encargamos del periódico.

──Ah... vale ──Brooklyn asintió con la cabeza, pero frenó en seco al darse cuenta de algo──. ¿Y con quién coño me voy a sentar?

──Haz amigos.

──Sabes que odio conocer a gente nueva, Nancy. ──La pelirroja y la de rizos rodaron los ojos al mismo tiempo. La primera por la burla de su amiga sobre lo antisocial que era, y la segunda por la respuesta de su amiga; ella quería que se abriera ante más gente y no se centrara solo en una persona. No porque a Nancy le molestara, en absoluto, se conocieron hacía un par de días y le había cogido a la de ojos castaños un gran cariño.

──Oye, Brook ──dijo la del cabello voluminoso mientras caminaba por los pasillos para guiar a la nombrada hasta la cafetería.

──¿Qué ocurre?

──¿Y Jacob? ¿Va a alguna universidad? ──Nancy parecía preocupada por el hermano de la pelirroja.

──Mi madre le ofreció trabajar con ella en la tienda, y Jacob aceptó ──contestó──. Dijo que no quería que se gastara dinero por él, y que le parecía bien trabajar a tan temprana edad para ganar su propio dinero.

──Teniendo en cuenta que es... ──La castaña parecía buscar las palabras adecuadas──. Jacob... parece un buen gesto por su parte. Raro, ¿no?

──Eso mismo pensé yo ──le dio la razón, mirando a Wheeler de reojo.

──Aquí se separan nuestros caminos, compañera de viaje ──soltó como despedida Nancy cuando las dos se detuvieron frente a la puerta del comedor, haciendo el gesto militar de colocarse dos dedos en la frente.

──Sí, señora ──Brooklyn le devolvió el gesto, para luego ambas chicas reír levemente.

──Nos vemos luego. ──Después de unos segundos, la silueta de la ojiazul desapareció entre la multitud de estudiantes.

El timbre que indicaba la hora del almuerzo sonó justo al lado de Brook, rompiéndole los tímpanos. Al pensar aquello, se dio cuenta de que para no pasar mucha vergüenza podría ponerse los cascos y así ignorar todo lo de alrededor. Se colocó dichos auriculares que colgaban de su cuello en las orejas y encendió la mini radio a la que estaban conectados.

"Back in black" empezó a sonar. Brooklyn sonrió al escuchar aquella buena canción de AC/DC, si duda esa banda era una de sus favoritas.

Después de un largo y pesado suspiro, la joven se vio forzada a entrar a la cafetería debido a los empujones que propinaban algunos estudiantes sedientos de la hora de descanso por detrás.

La mitad del instituto se encontraba ya sentada en diferentes mesas, y mucha gente continuaba entrando por la otra puerta, justo frente a la que había atravesado la de ojos cafés segundos antes.

Brooklyn caminó el final de la fila que esperaba para que las cocineras les sirvieran la comida diaria.

Minutos después, le tocó a la pelirroja, quien no pudo elegir su almuerzo ya que solo tenían una cosa para todos: una especie de puré de patata y... mejor no intentar averiguar lo que era lo demás.

Brook fue hasta una mesa vacía, y suspiró aliviada, pensaba que no habría ninguna. Se sentó en uno de los bancos y lo único que cogió de su bandeja fue el zumo de manzana y el trozo de pizza.

Recordó que en su taquilla había dejado varios dulces para emergencias, y maldijo por lo bajo al darse cuenta de que esa era una emergencia de las gordas, pero que no podía ir a su casillero.

Pausó la canción al ver como un joven de pelo largo castaño y rizado, flequillo, ojos oscuros y la misma camiseta de esa mañana que llevaba puesta Mike y su amigo se ponía de pie en la mesa de al lado mientras gritaba.

──¡Si estás en la banda de la ciencia, las fiestas o...! ──chilló, y luego alzó la voz para que la mesa del equipo de baloncesto lo escuchara bien──. ¡LOS JUEGOS DE METER BOLAS EN CESTAS DE LA ROPA!

──¿Qué te pasa, bicho raro? ──saltó en defensa rápidamente Jason.

Como respuesta, el que estaba voceando por toda la cafetería se puso ambas manos a los lados de la cabeza estirando los dedos índices y sacando la lengua, a la vez que hacía un ruido raro con la boca.

Brooklyn río levemente y alzó las cejas hacia él. Por un segundo, las miradas de ambos cruzaron, y el del flequillo sonrió al ver que a alguien ──aparte de su mesa── le había hecho gracia el gesto.

El rubio popular susurró algo maldiciendo al de rulos y se volvió a sentar. Éste último volvió caminando a paso lento por su mesa y se tiró al lado de una chica que llevaba tranquilamente su bandeja llena de comida ──o lo que parecía comida──, causando que se sobresaltara y él se carcajeara.

Unos minutos después, Brooklyn se encontraba masticando con una mueca el trozo de pizza, pero de reojo vio como el chico del gesto raro levantaba bruscamente a Mike y a Dustin de su sitio. El cuerpo de la pelirroja se tensó, pensando que les iba a hacer daño o algo parecido.

¿Desde cuando le preocupaba a Brook la gente?

Luego de unos segundos, el de rizos empujó a ambos y ellos se largaron de la mesa.

Dos horas más tarde la muchacha se había sentado sola en un banco, observando sus uñas y jugando con sus manos. Vio a lo lejos al amigo de Mike, Dustin, hablando con la pelirroja de las gradas de la asamblea. Ella sonreía sarcásticamente, y al final se montó en su skate y se largó de allí.

¿Le gustaba el skate también? A Brooklyn le iba a caer bien. Si llegaba a entablar conversación con ella, claro.

El de la gorra suspiró sonoramente y se fijó en la otra pelirroja, la nueva en Hawkins. Corrió hacia ella y la joven bufó al saber que tendría que hablar con él. Hizo ademán de coger su mochila y largarse allí, pero cuando estaba ya de espaldas al de rizos, escuchó su nombre repetidas veces.

──¡Hey, hey! ──gritaba Dustin, llamando la atención de los estudiantes que pasaban por ahí. Brooklyn puso los ojos en blanco, se detuvo y se dio la vuelta lenta y pesadamente──. Eres Brooklyn, ¿verdad? Eres nueva en este instituto, Mike me ha hablado de ti.

──Uh... no. Yo soy... ──Justo cuando Brook luchaba por encontrar algún nombre decente y que pareciera real, su mente se cerró. Suspiró y decidió decir la verdad──. Sí, soy yo. ¿Qué pasa?

──¿Has jugado alguna vez D&D? ──La pregunta le pilló por sorpresa a la adolescente.

──¿Qué coño es D&D? ──A Brooklyn se le ocurrió lo que podía significar aquello, basándose en la discusión de Mike y el niño que oyó al llegar al gimnasio──. Oh... ya sé. ¿No será algún juego de dar razones por la cual tu novia es mejor que la de tu mejor amigo o algo así?

──¿Juego de dar razones...? ──murmuró confuso Dustin──. No, no es nada de eso. Es un juego de rol de fantasía.

──Ah, vale. Me alegro. ¿Y qué?

──Que es muy divertido de jugar ──siguió intentando convencerla──. ¡Tiene dados con muchas caras! ──exclamó asombrado. Brook alzó una ceja.

──Como mi hermano ──intervino la de ojos oscuros.

──¡Pueden tener hasta veinte caras! ──El pequeño había ignorado el comentario sobre Jacob.

──¿De verdad? ──sonrió falsamente con la misma expresión de asombro y entusiasmo.

──¿Es sarcasmo? ──Dustin frunció el ceño.

──No lo sé ──continuó con su ironía Brooklyn.

──Uh... De acuerdo ──habló confundido. El ojiazul sacudió la cabeza, despejándose, para volver con el tema por el que había venido a hablar con la de cabellos rojizos──. El caso es que esta noche mi grupo y yo vamos a jugar unas partidas, y nos falta una persona. ¿Querrías ser tú la gran afortunada?

──¿Y tener que perderme el gran partido de nuestro equipo por el cual estoy tan ilusionada? ──dijo sarcásticamente Brook. Rodó los ojos al darse cuenta de que el chico no lo había pillado──. Es ironía, ricitos de oro.

──¿Entonces vendrás? ──cuestionó alegre.

──No he dicho que sí.

──Tampoco has dicho que no ──apuntó el más pequeño.

──Bien... ──aceptó por fin, causando que Dustin sonriera mostrando los dientes que le faltaban. Eso le causó algo de ternura a Brooklyn, pero intentó ignorarlo──. Lo pensaré.

──Eso me sirve ──dijo Dustin el de rulos──. ¡Hasta luego, Brook! ──se despidió, yéndose corriendo por donde había venido.

──¡No somos amigos! ──soltó la nombrada, señalándolo con el dedo índice.

Ahora tenía que decidir si ir al partido o quedarse a jugar D&D.




...




( ALWAYS FOREVER )

written by -xluuvibes

18/07/22



¡Segundo capítulo! Eddie y Brook todavía no hablaron, pero al menos saben de la existencia del otro jeje...

¿Irá Brooklyn a jugar D&D o al partido?

Espero que les haya gustado muchísimo.

No se olviden de votar y de comentar, muchas gracias ❤︎︎

Los leooo :)


꧁ LUU ꧂

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