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๑✏️'✩⌗●☂️ 𝗖𝗵𝗮𝗽𝘁𝗲𝗿 𝟭 ━━━


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"HIGHWAY TO HELL" INUNDABA LA HABITACIÓN de aquella pelirroja de ojos castaños. El tema de AC/DC resonaba tan fuerte que hacía que las ventanas temblaran, aunque Brooklyn Hall no parecía ni inmutarse. Tan sumergida se encontraba en la canción que no se daba cuenta de que los vecinos o su propio hermano entrarían en cualquier momento a su cuarto para ordenarle que bajara el volumen, aunque para ella, la música rock nunca estaba lo suficientemente alta.

Los cabellos de la joven estaban desparramados por su almohada, mientras que su cuerpo descansaba encima de las sábanas de algodón de su cama. Sus ojos, completamente cerrados, ignoraban lo que ocurría alrededor y se centraban en relajarse, a la vez que sus oídos percibían el rock and roll puro y duro.

──¡BAJA ESA MIERDA, BROOK! ──La de pelos rojizos puso los ojos en blanco al escuchar la voz de su hermano, Jacob Hall, desde abajo, probablemente la música llegaba hasta allí ya que la puerta estaba abierta un palmo más o menos.

──¡CÁLLATE LA BOCA, IMBÉCIL! ──exclamó de vuelta Brooklyn, incorporándose de forma perezosa del cómodo colchón y cerrando la puerta lo bastante fuerte para que provocara un ruido sordo y seco.

La adolescente bufó sonoramente al darse cuenta de que su dichoso hermano le había estropeado la mejor parte de la canción, y la rebobinó hasta el principio, aguantándose las ganas de estrangular a ese ser mono neuronal con el que le había tocado compartir casa, familia y vida.

La pelirroja volvió a tumbarse en su cama, pero en un par de segundos, unos pasos se escucharon por encima de la música, y enseguida la figura de Jacob apareció abriendo el objeto de madera que momentos antes Brook había cerrado con todas sus ganas.

──He dicho que bajes la puta música ──repitió su hermano, malhumorado.

──Y yo he dicho que te calles la boca. Al parecer ambos estamos decepcionados. ──Brooklyn hizo un puchero falso, burlándose de Jacob. El nombrado se acercó rápidamente a la radio de la que salía uno de los temas más famosos de la banda de rock y la apagó, quedando la habitación en completo silencio──. ¡Oye! ¿Qué te pasa, inútil?

──Ojalá fuéramos gemelos, así habría tenido la oportunidad de estrangularte con el cordón umbilical ──se lamentó el muchacho susurrando, pensando alguna forma de poder matar a su hermana y vivir en paz de una vez por todas──. Bueno, baja ya la música y ven a cenar, mamá me dijo que te llamara para ambas cosas, todos aquí estamos hartos de que no pares de escuchar siempre las mismas gilipolleces.

──Pues esas gilipolleces son mejores que las que dices tú, y encima riman ──seguía riéndose la de ojos marrones.

──Baja a cenar cuanto antes ──dio por finalizada la conversación Jacob saliendo del cuarto, aunque mientras bajaba las escaleras murmuró algo casi inaudible──. A ver si te atragantas y mueres por falta de oxígeno.

Sí, la relación entre ese par no era de las mejores, a decir verdad.

Brooklyn Hall era una adolescente bastante inmadura, pero muy inteligente. Su capacidad de desbloquear nuevos insultos o maneras de callarte la boca era impresionante, nunca sabías la bonita palabra que te iba a dedicar para destruirte psicológicamente. Era amante de la música rock y toda su habitación estaba llena de discos y pósteres de sus bandas favoritas; entre ellas AC/DC, Nirvana, Pink Floyd, Queen, Kiss, The Rolling Stones y una que se había creado hace poco llamada Guns N' Roses. Toda una friki, según la mayoría de la gente de su edad. A ella no le importaba lo que pensaran los demás sobre sus gustos, y tenía claro que no iba a dejar de hacer algo que amara por la necesidad de encajar, ya que siempre había estado acostumbrada a no hacerlo. Si se buscara la definición de "Antisocial rara a la que debes tener miedo cuando se enfada", aparecería la foto de Brooklyn.

Y luego estaba Jacob Hall, quien era muy distinto a su hermana. Un par de años mayor que ella, popular y extrovertido, carismático y de excelentes calificaciones... perfecto. Brook le tenía envidia, pero jamás se lo diría por miedo a dañar su orgullo. Toda la personalidad del chico cambiaba con la pelirroja, ambos querían lanzarse contra el otro cuando se veían y arrancarse los pelos brutalmente, se odiaban a muerte pero después de amaban, se peleaban y discutían por las cosas más absurdas. Una de ellas, por ejemplo, había sido la de hace unos instantes. A Jacob le molestaba que su hermana no dejara de escuchar a sus estúpidas bandas de música y que no parara de molestar su espacio cuando intentaba estudiar o hacer algo productivo debido al excesivo volumen que ponía Brooklyn desde su habitación.

Podríamos decir que en lo único que se parecían esos hermanos era en el apellido. El chico era rubio y bastante más alto que la amante del rock, con su metro ochenta, ya que ella apenas llegaba al metro setenta. Tampoco tenían ojos iguales. Mientras que los de Brook eran de un avellana oscuro y profundo que transmitían pureza, el azul de los de Jacob reflejaba desconfianza... pero también calma y serenidad.

Eran como el sol y la tormenta, como el blanco y el negro, como el ángel y el demonio.

──¡Cariño, baja ya! ──La melodiosa voz de la madre de Brooklyn, Anne Hall, hizo que la hija menor volviera a la realidad y corriera hacia el comedor, con tanta prisa que hasta tropezó un par de veces, aunque consiguió mantener el equilibrio y no caer al suelo. Cuando entró por fin a donde se encontraban Jacob y Anne, el primero le dedicó una mala mirada, mientras que la segunda le sonrió dulcemente──. Siéntate, cielo.

Brook obedeció y se colocó en su lugar de la mesa rectangular en el medio del gran comedor, frente a su hermano. Su madre presidía la mesa, y en el otro extremo debería sentarse su padre... aunque jamás lo hizo.

──¿Ya tenéis más o menos lista la mudanza? ──preguntó Anne, metiendo un trozo de filete de carne en su boca y mirando atentamente a sus dos hijos.

La señora Hall era todo lo contrario al par de hermanos. Siempre derrochaba alegría y entusiasmo, nunca se enfadaba y tenía paciencia infinita. Es decir, era un ángel caído del cielo. Brooklyn la amaba con su alma, y la admiraba muchísimo debido a lo difícil que había sido para ella cuidar a dos bebés sola a sus 19 años de edad después de que su novio y futuro padre ──su nombre era Nicholas Wilson── los abandonara. "Es un maldito cobarde", decía siempre Brook cuando alguien sacaba el tema de aquel capullo. Cuando Anne quedó embarazada de Jacob, Nicholas lo aceptó y decidió hacerse cargo, pero cuando un año y ocho meses después del nacimiento del rubio la mujer volvió a estar preñada ──esta vez de una niña──, el hombre huyó y los abandonó.

Anne era tan valiente que consiguió seguir adelante. Trabajaba en una tienda de discos de rock día y noche para poder mantener a los tres con vida. He ahí el por qué Brooklyn desarrolló una gran pasión por la música y las bandas de metal. Desde pequeñita, al pasar tantas horas en la tienda con su madre y su hermano, cogía algunos discos y los ponía ella solita en una radio para escucharlos y no aburrirse. En cambio, Jacob siempre estaba al lado de su madre sin mover ni un pelo, chupándose el pulgar, llorando y cagándose en los pañales.

Anne Hall era una mujer muy joven y alta, con los mechones de Jacob por encima de los hombros y los ojos de Brook. Siempre le comentaba a esta última que tenía el cabello de su padre, cosa de la que la menor no estaba nada orgullosa. Cualquier cosa que le recordara a su padre lo tiraba, lo chamuscaba o lo rompía. Todo excepto su pelo, claro.

──Yo sí, mamá. ──Jacob sonrió orgulloso por haber completado la tarea.

──¿Y tú, Brook? ──Dos pares de ojos se posaron en la pelirroja.

──Uh... ──balbuceó la chica──. Yo todavía no la he terminado.

──Ni empezado ──murmuró burlón el ojiazul, sonriendo divertido.

──Jacob... ──lo avisó la madre de la familia, llamándole la atención por su mal comportamiento.

──Mañana empezaré, te lo prometo, mamá ──le aseguró su hija, ignorando el comentario inapropiado de su hermano.

──Más te vale, hija. Nos mudamos de San Francisco en una semana y no me creo que no tengas nada todavía. Ponte las pilas. ──Aunque el semblante de Anne era serio pero no intimidante, Brooklyn asintió con un pequeño gesto, odiaba decepcionar a su madre.

──¿Por qué hay que irse de aquí, mamá? ──preguntó por millonésima vez la pelirroja, seguía sin entender el motivo de abandonar aquel maravilloso lugar. No le gustaba la playa, pero sí le encantaba sentarse en la arena con sus cascos y su libro favorito para pasar horas allí, y no quería dejar de hacerlo.

──Brooklyn, sé que es duro, cariño, de verdad lo sé. Pero es que me han ofrecido un trabajo mejor donde podré dirigir mi propia tienda de discos y ganaré mucho más. Es una gran oportunidad ──explicó Anne, sin perder la paciencia.

──Pero mamá, en Hawkins no hay playa ──siguió protestando Brooklyn.

──Si no te bañas ni en verano ──la interrumpió el de ojos oceánicos.

──Tú cállate.

──Silencio, chicos ──los calló la que presidía la mesa──. Será para vosotros una gran oportunidad de hacer nuevas amistades, Hawkins parece un pueblo tranquilo.

──No estoy lista para dejar esto, mamá ──se negaba la pelirroja, dejar San Francisco era una pesadilla, amaba ese lugar.

──Créeme que lo siento, pero es lo mejor para todos ──habló Anne, dando a entender que no quería volver a escuchar ese tema ahora mismo.

La cena transcurrió en un silencio que se podría cortar con un cuchillo, exceptuando el ruido de los cubiertos contra los platos y los dientes masticando la comida. Cuando terminó, Brook recogió su parte de la mesa y se subió a su habitación sin decir nada más que un "Buenas noches". Se tumbó en la cama boca abajo, con unas ganas increíbles de gritar por la rabia que le producía tener que mudarse. También se sentía culpable porque su madre tenía razón, y sentía que estaba siendo muy egoísta al solo pensar en ella y en su música. Ganarían más dinero, y Brooklyn podría seguir yendo a la tienda y robarle algunos discos, total, Anne siempre le regalaba alguno de vez en cuando. Y así, entre debates mentales sobre si estar de acuerdo o no estarlo, la joven se quedó dormida.



La semana pasó volando, y Brook no se creía que en exactamente una hora y catorce minutos llegarían a Hawkins, un pequeño pueblo de Indiana. Dos camiones gigantes de mudanza iban por detrás de la familia en la carretera, mientras que el coche que contenía a los tres miembros les iluminaba el camino.

Brooklyn iba sola en la parte de detrás del vehículo, con sus cascos puestos y una cinta conectada a ellos. La canción que sus oídos percibían era una de la famosa banda de rock The Rolling Stones, y se llamaba "(I can't get no) satisfaction". La pelirroja tarareaba la canción gustosa, centrándose en la letra y en el ritmo, relajándose.

Anne y Jacob iban delante, la primera conduciendo y el segundo en el asiento del copiloto. Hablaban entre ellos sobre la mudanza, Hawkins, cómo sería su nueva vida allí...

──¿Cuánto falta? ──preguntó Brook quitándose los auriculares de las orejas para escuchar la respuesta de su madre.

──Poco más de una hora, cielo ──contestó la rubia, sin apartar la mirada de la carretera.

La adolescente suspiró sonoramente y volvió a colocarse los cascos, intentando dormirse para que el viaje se le hiciera más corto y ameno.



──¡BROOKLYN! ──La nombrada dio un salto en su lugar después del grito de su hermano. Lo miró lo más mal que pudo al darse cuenta que el rubio le había quitado los auriculares para que pudiera oír perfectamente el chillido──. Ya hemos llegado... ──dijo cantarín, con una voz más suave y una sonrisa burlona en el rostro.

──Te voy a degollar en cuanto agarre un hacha ──lo amenazó Brook, molesta porque le hubiera despertado de su profundo sueño.

La pelirroja bostezó y estiró los brazos hacia los lados, despejándose. Dirigió su vista a la ventana y observó lo que tenía delante. Rodó los ojos y salió del coche, aún desperezándose.

──Buenos días, dormilona ──saludó con diversión en su tono la madre de Brooklyn a su hija con una mano, para después volver a colocarla en una gran caja de cartón y que no se le cayera. Brook observó atentamente a Anne, quien entraba en una casa al lado derecho de la carretera ancha.

La pequeña de la familia abrió la boca sorprendida a la vez que se colocaba los cascos, todavía sin poner ninguna canción. Observó la casa en la que vivirían a partir de ahora. Las ventanas en pisos diferentes le dio una pista a la chica sobre que su futuro hogar constaba de dos plantas. Las paredes, construidas con ladrillos, no tenían pintura, dejaban ver cada pequeña pieza de color rojizo perfectamente, y por una parte lo hacía original y bonito. Una puerta blanca abierta invitaba a la joven a meterse a la casa, así que no lo dudó y lo hizo enseguida.

Nada más entrar, a la derecha había un gran hueco que comunicaba el recibidor con el salón y con la cocina. A la izquierda había un baño y una puerta que parecía conducir a un sótano, y un poco más adelante unas escaleras que Brooklyn no tardó en subir. Cuando terminó, vio cuatro puertas, y se lanzó contra todas para ver lo que había en su interior. Tres eran habitaciones con algunas cajas de la mudanza cerradas, y la otra un cuarto de baño.

──Brooklyn. ──La voz de su madre hizo que la nombrada pegara un pequeño respingo en su sitio.

──¿Qué pasa, mamá?

──Toma. ──Anne le entregó una caja de cartón con el nombre de su hija marcado en grande con rotulador negro, y la amante del rock la cogió a duras penas, intentando no caerla. La observó y se dio cuenta de que ponía en un tamaño menor otra palabra: "Frágil"──. Tu habitación es la del medio, solo falta esta caja por llevar. Tu obligación ahora es ordenar tu cuarto, ya me han ayudado a ponerte la cama y hay algunos muebles y estanterías de tu habitación antigua dentro para que los coloques como veas ──explicó la mayor.

──Vale ──consiguió hablar la adolescente, caminando hacia su nuevo cuarto.

Al abrir la puerta vio una cama con colchón pero sin sábanas, unas seis cajas cerradas amontonadas en un rincón, una cómoda y un armario de madera y una ventana que daba hacia la carretera donde tenían aparcado el coche.

Brook dejó el pesado objeto en su cama con delicadeza, con temor de escuchar algún "Crack" proveniente de dentro, y suspiró aliviada al no oír ninguno.

──Bien, esto necesitará algo de música ──murmuró para sí misma, dirigiendo una mano a sus cascos para asegurarse de que estaban bien colocados y otra a su cinta de música, la cual encendió rápidamente. Comenzó a escucharse "Smells like teen spirit". La de ojos castaños sonrió, amaba ese tema de Nirvana y la llenaba de energía; perfecto para organizar todas sus cosas.

Decidió empezar por la caja que había colocado anteriormente en el colchón, y lo primero que encontró fue un gran espejo circular con bordes dorados. Brooklyn amaba ese espejo, se lo regaló su madre cuando cumplió los quince, y desde ese dieciséis de enero, le cogió un cariño especial. Dejó el objeto en la cama y se acercó a su cómoda, para arrastrarla con todas sus fuerzas hacia una de las paredes; colocaría el espejo con un taladro encima de ésta.

Cuando la pelirroja se dio cuenta de que no tenía ningún taladro o tornillos para colgarlo, bajó corriendo por las escaleras, dispuesta a poner la casa patas arriba para encontrar dichas herramientas.

Brooklyn frenó en seco al ver a su madre hablando con una persona totalmente desconocida. La joven se acercó por detrás de Anne quitándose los auriculares, y observó a la señora con la que conversaba. Su pelo, rubio, tenía un gran volumen y unos rulos impresionantes, sus ojos cafés daban un aire de bondad y de diversión, y en sus labios rosados había una gran sonrisa que mostraba sus perfectos dientes.

──Mamá, ¿sabes dónde hay herramientas? ──preguntó Brook, mirando fijamente a la rubia que conocía.

──En la encimera de la cocina, cielo ──Anne curvó las comisuras de sus labios hacia arriba──. Por cierto, cariño, te presento a nuestra vecina de enfrente. ──Señaló a la mujer de rizos, quien le dedicó una sonrisa sincera y dulce. La pelirroja se la devolvió para no parecer grosera y agarró la mano que ella le extendía a modo de saludo.

──Hola, soy Brooklyn ──dijo la de cabellos extravagantes lo más amable posible, sonriendo.

──Encantada, cariño. Soy Karen Wheeler. ──El tono con el que habló le dio bastante confianza a Brook, parecía una mujer firme pero agradable.

──El gusto es mío, señora Wheeler.

──Llámame Karen, preciosa. ──Asentí a la petición de Wheeler──. Me alegro de que por fin tengamos vecinos, mis hijos están todo el día con el mismo grupo de amigos, les vendría bien conocer gente nueva. ──Las dos mayores de la conversación se carcajearon entre ellas, y Brooklyn solo soltó una pequeña risa.

──Brook, hija, podrías pasar luego a conocerlos, ¿no crees? ──Lo que dijo Anne, más que una oferta, parecía una orden, aunque nunca quitó la sonrisa del rostro.

──Uh... ──titubeó la de pelo largo. Su madre le dio una mirada de advertencia y Brooklyn bufó silenciosamente──. No estaría mal, algún día podemos quedar.

──¡Fantástico! ──exclamó Karen──. ¿Qué edad tienes?

──Cumplí dieciocho hace unos meses, ¿por qué la pregunta? ──respondió algo confusa la de cabellos rojizos.

──Mi hija Nancy tiene la misma edad, supongo que os podréis llevar bien.

──Oh, claro ──entendió Brook, y decidió dejar algo de ese lado antisocial aparte──. Pues no me importaría conocerla.

──Podéis venir a cenar a nuestra casa ──las invitó la señora Wheeler──. Será bastante mejor para vosotros ya que no tenéis todo acomodado.

──No querríamos ser una molestia... ──se escaqueaba Anne.

──¡No sois ninguna molestia! ──la interrumpió la de rulos──. Tengo tres hijos y un marido que no hace nada, por otras tres personas en casa no pasa nada.

──Si quiere podemos ir solo mi madre y yo, Jacob puede cenar comida de perro en el jardín...

──¡Brooklyn Charlize Elizabeth Hall! ──saltó la madre de la nombrada, dándole una colleja que provocó un quejido por parte de Brook.

──¡Auch! ──gimoteó la pelirroja──. ¿Qué te he dicho de usar mi nombre completo?

──¿Y qué te he dicho yo de insultar a tu hermano? ──atacó la del pelo por los hombros.

──Muy cierto, ya me callo ──le dio la razón Brooklyn──. Ha sido un placer, Karen. Nos vemos esta noche ──se despidió con una sonrisa y una mano alzada, olvidando la pequeña discusión de hacía unos segundos.

──¡Hasta luego, Brooklyn!

Esta última se dirigió a donde estaban las herramientas según su madre; no se equivocó. En la encimera de piedra de la cocina había una bolsa llena de objetos que la ayudarían a colocar estanterías o colgar espejos, cuadros y fotos.

La amante de la música subió a toda prisa las escaleras y entró a su habitación para enseguida cerrarla de un portazo. Rebobinó la canción de Nirvana hasta el principio, esta vez sí, lista para trabajar.

Después de un par de horas, Brooklyn se tiró en su cama con las sábanas ya puestas, exhausta por haber estado colocando sin cesar su habitación. Respiró profundamente y se arrastró hasta quedar con la cabeza en la almohada, cerrando los ojos, agotada.

El cuarto le había quedado bastante bien. No había pintado ni una pared, le gustaba el blanco del que éstas constaban ya. Era sencillo y bonito, lo que para Brook significaba "perfecto". El armario y la cómoda estaban enfrente de la cama, pegados a la pared. El primero tenía la ropa de la pelirroja en su interior, y la segunda aguantaba el peso de algunas fotos y diminutos floreros con plantas hermosas. Toda la colección de discos de sus bandas de rock favoritas estaban colgados en la pared del cabecero de la cama, junto a algunos pósteres de cantantes como Michael Jackson o Freddie Mercury. Tres guitarras eléctricas colgaban de la pared de la izquierda, la de la puerta de entrada a la habitación, y a la derecha, debajo de la gran ventana que daba a casa de los Wheeler, estaba su preciado skate, Brooklyn amaba montarse en él.

Estaba ilusionada por lo bien que le había quedado su nuevo cuarto, y la existencia de la playa dejó de importarle tanto a la joven de ojos cafés. Tal vez su madre tenía razón, era una gran oportunidad de rehacer su vida.

Hawkins parecía un sitio tranquilo donde vivir, no habría ningún problema.

O al menos eso creía ella.




...




( ALWAYS FOREVER )

written by -xluuvibes

09/07/22



¡Primer capítulo de este fanfic publicado! Qué ganas tenía, Dios mío.

Espero que les haya gustado muchísimo.

No se olviden de votar y de comentar, muchas gracias ❤︎︎

Los leooo :)


꧁ LUU ꧂

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