O12; cuidar y dormir juntos
La habitación de Taehyung estaba envuelta en un silencio cómodo, roto solo por el leve sonido de los pasos de Jungkook al entrar.
El pelinegro la puerta con cuidado, sosteniendo un pequeño botiquín en una mano y unas vendas en la otra. Sus ojos se fijaron en Taehyung, quien estaba sentado en el centro de la cama, ya vestido con un pijama azul claro, con sus piernas cruzadas bajo él.
—¿Interrumpo? —preguntó Jungkook, aunque su tono no mostraba intención de irse.
Taehyung levantó la mirada, su flequillo rubio cayendo ligeramente sobre sus ojos cansados.
—No, pasa —respondió, inclinándose un poco hacia adelante para acomodarse mejor en el colchón.
Jungkook caminó hacia él y tomó asiento en el borde de la cama, dejando el botiquín a su lado. Miró a Taehyung con una mezcla de seriedad y ternura, como si intentara leer más allá de lo que sus ojos mostraban.
—Quisiera atender tu herida, hyung —anunció suavemente, alargando una mano hacia él.
Taehyung lo observó por un momento, como si estuviera considerando si protestar o no ante la petición, pero al final extendió su muñeca hacia el menor, dejándose hacer.
—No es necesario, Jungkook. Apenas es un rasguño… —murmuró, desviando la mirada.
—Déjame ser yo quien decida eso, ¿sí? —replicó entonces el menor, con una pequeña sonrisa mientras tomaba su muñeca con cuidado y delicadeza.
Abrió la pequeña botella de alcohol y vertió el líquido en un algodón, moviéndose con precisión, casi con ternura en sus acciones. Taehyung lo observó en silencio, sus ojos siguiéndolo mientras el menor se concentraba.
—¿Por qué siempre te preocupas tanto por mí? —preguntó de repente, rompiendo el silencio que se había instalado en la habitación.
Jungkook alzó la mirada hacia él, mirándolo con expresión suave pero decidida.
—Porque me importas, hyung.
Esas palabras, dichas con tanta naturalidad, hicieron que Taehyung desviara la mirada, ligeramente nervioso. No sabía qué responder, así que guardó silencio y dejó que Jungkook continuara con su tarea.
El algodón tocó la herida y un leve siseo escapó de los labios de Taehyung.
—Lo siento, hyung —dijo el menor rápidamente, retirando el algodón por un momento.
Taehyung negó con la cabeza, apretando los dientes.
—E-Está bien, sigue.
Jungkook asintió y continuó limpiando la herida con sumo cuidado. Era superficial, más como un arañazo que como un corte, pero no por eso menos preocupante. Mientras trabajaba, no pudo evitar preguntar.
—¿Cómo te hiciste esto?
Taehyung se tensó ligeramente, su mirada enfocándose en sus piernas aún cruzadas. No respondió de inmediato, como si estuviera debatiéndose internamente en si hacerlo o no.
—No importa —respondió finalmente, con un tono evasivo.
—Claro que importa, hyung —insistió Jungkook, inclinándose un poco más hacia él—. Quiero saber qué fue lo que pasó.
Taehyung soltó un suspiro pesado, todavía evitando mirarlo directamente a los ojos. Finalmente, después de unos largos segundos que parecieron eternos, murmuró.
—Me las hice yo mismo.
El menor se detuvo, sus manos congelándose en el aire mientras lo miraba con incredulidad.
—¿Qué? —preguntó en voz baja, aunque la alarma en su tono era evidente.
Taehyung esbozó una sonrisa amarga, todavía sin levantar la vista.
—Es por el estrés… y la ansiedad. Lo he hecho desde que era niño.
Jungkook frunció el ceño, su corazón hundiéndose al escuchar esas palabras. ¿Qué clase de peso cargaba su hyung como para hacerse daño a sí mismo?
—Hyung… —susurró, sus ojos llenos de tristeza y compasión.
—No es gran cosa realmente —dijo Taehyung rápidamente, encogiéndose de hombros como si intentara restarle importancia al asunto—. Es solo… mi forma de lidiar con las cosas.
—Eso no significa que esté bien —replicó Jungkook, con una firmeza que sorprendió al mayor.
Taehyung finalmente levantó la mirada, encontrándose con los ojos de Jungkook, que estaban llenos de preocupación genuina.
—¿Qué es lo que...? —preguntó Jungkook, su voz bajando un poco—. ¿Qué es lo que te hace sentir así?
Taehyung vaciló por un momento. No quería abrirse, pero algo en la forma en que Jungkook lo miraba, como si realmente quisiera entenderlo, lo hizo ceder.
—Ser adulto, supongo. Las presión, el miedo a fallar… Todo eso se acumula. Y cuando no puedo más, hago esto.
Jungkook dejó escapar un suspiro y terminó de atender la herida en la muñeca de Taehyung. Luego, sin soltar su mano, lo miró directamente a los ojos.
—Hyung, no tienes que soportar todo eso tú solo.
Taehyung soltó una risa suave y amarga.
—¿Y quién más lo hará, si no yo?
El pelinegro apretó un poco su mano, como si quisiera transmitirle fuerza y, aunque sea, un poco de tranquilidad.
—Yo... Yo quiero estar ahí para ti, hyung. Quiero ayudarte.
Taehyung lo miró fijamente, sorprendido por la sinceridad en sus palabras. Su expresión se suavizó, y por primera vez en mucho tiempo, permitió que alguien viera un poco más allá de su fachada de chico alegre y despreocupado.
—Gracias, Jungkook.
El silencio entre ellos se volvió a hacer presente, ahora más tranquilo, casi reconfortante. Jungkook soltó su mano una vez que le colocó un poco de pomada en la herida, guardandola luego en el botiquín.
El aire en la cálida habitación se volvió amena, con solo el leve crujir del colchón bajo los movimientos de Taehyung y Jungkook. El menor seguía sentado al borde de la cama, con los hombros ligeramente encorvados, mientras buscaba algo en el botiquín que había traído.
—No entiendo por qué haces tanto alboroto por esto —murmuró el rubio, pasándose la lengua por el labio inferior. El gesto fue breve, pero el escozor le recordó la pequeña herida que todavía no se había curado del todo.
—Porque tú no te preocupas lo suficiente, hyung —replicó Jungkook, sin mirarlo mientras tomaba otro trozo nuevo de algodón y lo empapaba con desinfectante. Luego levantó la cabeza, sus ojos oscuros y serios posándose en los del mayor—. Déjame ver.
—No es nada —insistió Taehyung, intentando desviar el tema, pero el pelinegro no le dio opción.
—No quiero discutir, hyung. Sólo quédate quieto.
Taehyung suspiró, resignado. El menor se acercó un poco más a su lado en el colchón, lo suficientemente cerca como para que sus rodillas casi se tocaran. Con cuidado, Jungkook colocó una mano bajo el mentón de Taehyung, inclinándole ligeramente la cabeza para tener una mejor vista del ligero corte en su labio inferior.
—¿Cómo te hiciste esto? —preguntó Jungkook, con tono calmado, pero sus ojos denotaban curiosidad.
—Suelo morderme los labios cuando estoy nervioso —respondió Taehyung con naturalidad y sinceridad, encogiéndose de hombros.
Jungkook entrecerró los ojos, sin creerse del todo su respuesta.
—¿En serio?
Taehyung desvió la mirada, incómodo bajo la atención del menor.
—Sí. Fue un accidente. No es gran cosa, de verdad.
El menor dejó escapar un leve suspiro, pero no insistió más. En cambio, movió sus dedos con cuidado para mantener el rostro de Taehyung en su lugar.
—Está bien, pero de todas formas lo limpiaré.
—Eres demasiado insistente, Jungkook —murmuró Taehyung, aunque no había molestia en su tono, sino un ligero toque de diversión.
Jungkook sonrió ligeramente mientras acercaba el algodón al labio inferior del mayor.
—Quédate quieto —le advirtió suavemente, sus ojos fijos en el corte.
El primer contacto del algodón húmedo contra la piel de Taehyung hizo que este se sobresaltara levemente en su lugar.
—A-Arde —se quejó, apartándose un poco.
—Lo sé, pero será rápido —dijo Jungkook, acercándose nuevamente, esta vez más decidido. Su mano bajo el mentón del mayor se afianzó un poco, sujetándolo con más firmeza para que no se moviera.
El ambiente, que hasta entonces había sido tranquilo, comenzó a cambiar sutilmente. Taehyung intentó concentrarse en cualquier otra cosa que no fuera la proximidad de Jungkook, pero no podía ignorar cómo los ojos contrarios parecían examinar cada detalle de su rostro con una intensidad que lo ponía ridículamente nervioso.
—¿Siempre tienes que ser tan meticuloso? —preguntó Taehyung, tratando de llenar el silencio que empezaba a hacerse incómodo para él.
—Sólo cuando se trata de ti, hyung —respondió el menor sin apartar la mirada, su voz baja y suave.
Taehyung sintió un escalofrío recorrerle la espalda. No supo si fue por las palabras o por el tono con el que las dijo, pero algo en su interior se removió inquieto.
—Deberías enfocarte en tus propias heridas —murmuró, intentando cambiar el tema.
—¿Qué heridas? —preguntó Jungkook con una pequeña sonrisa mientras limpiaba con cuidado los bordes del corte.
—No sé, alguna vez debes haberte lastimado. No puedes estar siempre cuidando de los demás.
Jungkook detuvo sus acciones por un segundo, sus ojos viajando desde la herida en el labio de Taehyung hasta sus ojos.
—Tal vez. Pero no me importa si estoy bien o no, hyung. Me importa más que tú lo estés.
La sinceridad en sus palabras hizo que Taehyung sintiera cómo el aire se volvía más pesado. Su corazón comenzó a latir más rápido, y tuvo que tragar saliva para no apartar la mirada.
—No deberías decir cosas como esas —dijo finalmente, su voz casi en un susurro.
—¿Por qué no? —preguntó Jungkook, inclinándose un poco más hacia él, su rostro ahora peligrosamente cerca.
Taehyung abrió la boca para responder, pero en ese momento el algodón tocó directamente el corte con fuerza, y una punzada de dolor lo hizo fruncir el ceño considerablemente.
—¡Ah! —exclamó, llevándose una mano al labio por reflejo.
Jungkook se alejó ligeramente de él, el arrepentimiento inmediato brillando en sus ojos.
—Lo siento, lo siento, hyung. No quise…
—No pasa nada —lo interrumpió Taehyung rápidamente, aunque su tono era algo brusco. Su mano seguía cubriendo su boca mientras intentaba calmarse.
Jungkook lo miró con preocupación, pero también con algo más. Había algo fascinante en la forma en que los labios de Taehyung se veían, incluso cuando estaban tensos. Por un momento, se olvidó de lo que estaba haciendo y simplemente lo miró.
Taehyung notó el cambio en la mirada del menor. La intensidad de sus ojos hizo que el calor subiera por su cuello hasta sus mejillas.
—¿Qué? —preguntó, sintiéndose incómodo bajo su escrutinio.
Jungkook parpadeó un par de veces, como si hubiera sido sorprendido pensando en algo indebido.
—N-Nada —respondió rápidamente, aunque la curva de sus labios traicionaba su aparente tranquilidad.
Taehyung lo miró con desconfianza, pero decidió no insistir.
—Termina con esto de una vez —dijo, tratando de recuperar algo de control sobre la situación—. Pero ten cuidado.
Jungkook asintió y volvió a centrarse en la herida de su labio inferior, aunque esta vez sus movimientos eran más lentos, más deliberados. Cada vez que sus dedos rozaban la suave piel de Taehyung, este sentía que su respiración se volvía un poco más pesada.
Cuando terminó, dejó el algodón a un lado y pasó el pulgar suavemente cerca de la herida, como si quisiera asegurarse de que todo estuviera bien.
—¿Duele? —preguntó en voz baja, su mirada fija en los labios de Taehyung.
El mayor negó con la cabeza, pero su respuesta fue apenas audible.
—No.
El silencio que siguió fue casi insoportable. Los dos estaban demasiado conscientes del otro, demasiado conscientes de los pocos centímetros que los separaba.
—Tienes unos labios bonitos —soltó Jungkook de repente, su voz apenas un susurro.
Taehyung lo miró con los ojos muy abiertos, su corazón latiendo con fuerza en su pecho.
—¿Qué?
—Tus labios —repitió Jungkook, más seguro esta vez. Su tono era tranquilo, pero había algo en su mirada que hacía que el ambiente se sintiera más pesado, más cargado y difícil de sobrellevar—. Son bonitos.
El mayor sintió que el aire abandonaba sus pulmones. No sabía qué responder, así que simplemente lo miró, con el rostro ligeramente enrojecido.
—Deberíamos… deberíamos dormir ya —balbuceó finalmente, apartándose un poco.
Jungkook sonrió ligeramente, pero no insistió.
—Sí, supongo que tienes razón.
El ambiente seguía siendo tenso cuando Jungkook se levantó de la cama y fue a guardar el botiquín en el baño principal. Pero mientras Taehyung intentaba calmar su corazón acelerado. Jungkook volvió poco después a la habitación con una pequeña sonrisa iluminando su rostro, satisfecho de haber dicho lo que pensaba.
El aire entre ambos seguía cargado incluso después de que Taehyung tratara de recuperar el control de la situación. Ahora estaban, de nuevo, uno frente al otro, cada cual en su propio mundo de pensamientos, aunque ninguno lo admitiría.
—Bien… supongo que ya es hora de dormir, ¿no? —Taehyung rompió el silencio, al tiempo que pasaba los dedos por el borde de su camiseta de pijama, nervioso.
Jungkook lo miró de reojo, sentado nuevamente en el borde de la cama.
—¿Seguro que no te molesta que me quede aquí esta noche?
Taehyung suspiró, tratando de sonar lo más indiferente posible.
—Ya te dije que está bien, Kook. No hace falta que sigas preguntando.
El menor sonrió ligeramente, con ese aire travieso que siempre lograba sacar de quicio a Taehyung.
—Sólo lo decía porque pareces algo… nervioso.
—¿Yo? —replicó el mayor, arqueando una ceja—. ¿Por qué estaría nervioso?
Jungkook encogió los hombros, divertido.
—No lo sé. Tal vez porque compartiremos cama por primera vez.
—No hagas que suene raro, idiota —masculló Taehyung, dándole un pequeño golpe en el brazo.
—Debo admitir que no es raro para mí —respondió Jungkook con calma inquietante, aunque su mirada brillaba con un toque de picardía.
Taehyung decidió no contestar. En lugar de eso, se giró hacia la pared, ajustándose en la cama de una plaza que, aunque estrecha, parecía ser lo suficientemente grande como para que ambos entraran sin problema.
—Yo me quedaré aquí —anunció, acomodándose contra la pared, dejando el lado externo para Jungkook—. Tú puedes quedarte en el borde.
—¿Por qué tengo que estar en el borde? —protestó Jungkook falsamente, cruzándose de brazos.
Taehyung lo miró por encima del hombro.
—Porque yo soy el mayor y porque esta es mi cama, por eso.
Jungkook soltó una risita.
—Ah, claro. Esa es tu lógica para todo.
—Y siempre funciona, ¿o no? —respondió Taehyung, volviendo a girarse hacia la pared.
Jungkook negó con la cabeza, todavía sonriendo, mientras se acomodaba a su lado. Aunque el espacio era limitado, los dos lograron encontrar una posición en la que no se sintieran demasiado incómodos. Sin embargo, la proximidad era innegable. Sus cuerpos se rozaban ligeramente, y la respiración de ambos llenaba el silencio de la habitación.
—¿Estás cómodo? —preguntó Jungkook después de un rato, girando la cabeza hacia Taehyung.
—Sí, perfectamente —respondió el mayor, aunque no sonó muy convincente.
Jungkook lo observó por un momento, notando cómo Taehyung seguía rígido, como si estuviera intentando mantenerse lo más lejos posible de él.
—No tienes que estar tan tenso, hyung. No voy a morderte… a menos que me lo pidas.
Taehyung giró la cabeza tan rápido que casi se golpea contra la pared.
—¡¿Qué acabas de decir?!
Jungkook soltó una carcajada que no pudo contener, llevándose una mano a la boca para intentar contenerse.
—Nada, nada. Sólo bromeaba, hyung. Relájate.
—No sé cómo puedes bromear en una situación como esta —refunfuñó Taehyung, dándole la espalda de nuevo.
—¿Qué situación? —preguntó Jungkook con tres tonos más bajo, inclinándose ligeramente hacia él—. Sólo dormiremos juntos, hyung. No es para tanto.
—Exacto. No es para tanto. Así que ya cállate y duerme.
Jungkook sonrió de nuevo, satisfecho con haberlo puesto nervioso. Se recostó de espaldas, mirando el techo por un momento antes de cerrar los ojos.
Pero el sueño no llegó de inmediato. La cercanía de Taehyung era demasiado evidente, incluso con la distancia que intentaba mantener. Jungkook podía sentir el calor del cuerpo del mayor a su lado, podía escuchar el suave ritmo de su respiración mientras intentaba relajarse.
—¿Hyung? —llamó después de un rato, su voz apenas un susurro.
—¿Qué? —respondió el mayor, claramente molesto por la interrupción.
—Gracias por permitirme dormir contigo.
Taehyung suspiró, aunque esta vez su tono era más suave.
—¿Qué dices? No tienes que agradecerme por eso —cuestionó sin girar a verlo.
—Lo sé, pero aun así… gracias.
El silencio volvió a instalarse entre ellos, pero esta vez fue diferente. Era un silencio menos incómodo, más lleno de algo que ninguno de los dos podía describir.
Después de unos minutos, Taehyung fue el primero en sucumbir al cansancio. Su respiración se volvió más lenta, más profunda, indicando que finalmente había caído dormido.
Jungkook se alzó ligeramente sobre el cuerpo del mayor para cerciorarse de que estuviera durmiendo, observándolo en la penumbra de la habitación. Había algo increíblemente pacífico en su rostro cuando dormía. El ceño que siempre parecía estar ligeramente fruncido estaba relajado, y sus labios, esos labios que Jungkook no había podido dejar de mirar momentos atrás, estaban entreabiertos de manera despreocupada.
El menor dejó escapar un suspiro y volvió a su lugar, sintiendo cómo su pecho se llenaba con una calidez inexplicable. No podía evitar pensar en lo mucho que significaba Taehyung para él, en cómo cada pequeño gesto o palabra, lograba impactarlo de una manera que nadie más podía.
—¿Qué haría sin ti, hyung? —murmuró en voz baja, aunque sabía que no obtendría respuesta.
Después de un rato más, el cansancio finalmente lo venció. Cerró los ojos, permitiéndose relajarse junto a la persona de la que ha estado enamorado en silencio durante años. Y por primera vez en mucho tiempo, podría decir que se sentía en paz.
trataré de subir otro
capítulo un poco más tarde ^^
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