CAPÍTULO 6
Narrador omnisciente.
Sus manos ya estaban completamente espinadas y maltratadas de tanto apartar la hierba y espinas de entre los arbustos, y de igual forma sus ropas ya estaban llenas de polvo, lodo y tierra. No podía usar aquella técnica de nuevo, de nada serviría en lugar tan grande y desconocido para ella, solo sabía que estando lejos podría sentirse segura.
No se había detenido a beber agua o a descansar, ni siquiera a dormir. Solo rezaba para que no la encontraran jamás.
Camino unos cuantos metros mas siguiendo el sendero hasta encontrar un pequeño arrolló que descendía desde las montañas nubladas, donde parecía no entrar nadie. Se agacho y juntando sus manos recogiendo agua, estaba helada pero llevaba dos noches sin nada en su estómago, por lo que realmente ya no le importó. Miro a su alrededor, probablemente ya había escapado lo suficiente, no debía confiarse, no era la prima vez que escapaba de ese infierno y no tenía planeado volver jamas, así tendría que mancharse las manos de sangré para al menos luchar por su libertad lo haría con todo el dolor de su corazón. Y era claro, alguien como ella no había nacido para asesinar, ninguno sin un bien mayor.
Se recostó por un momento en uno de los arbustos mas cercanos donde no pudieran encontrarla y había guardado el pequeño cuchillo de la mesa cuando su amo le pidió que ella le diera de comer a Erina, le daba terror el solo pensar que el seguía con vida y que haría todo lo posible por regresarla a su jaula de oro.
Junto un poco de leña y encendió un pequeño fuego. Moría de sueño, sus párpados le pesaban y sentía que en cualquier momento caería dormida, y si así sería, al menos debía buscar un lugar seguro como un árbol, apartarse y desaparecer del camino.
Trepo hasta lo mas alto de la copa de un árbol ancho, enorme y lleno de hojas que podrían cubrirla, ahí dormiría aunque sea unas pocas horas, con cinco seria suficiente.
Ambos ninjas, Cole y Zane corrían rápidamente entre la maleza y las tinieblas que cubrían sus vistas. Cole llevo una de sus manos hasta el suelo y los rastros de la joven ya los había encontrado, en cadena color oro como las que uso en Shintaro para salir de las minas, una habilidad muy poderosa y útil para encontrar salidas y rastros.
Ahora debían seguirlos, hasta dar con la prisionera.
— Es lista. — dijo Zane con seriedad mirando todo el terreno —. No dejo ni una huella, es gracias a tu habilidad que podremos alcanzarla, que gran problema tendríamos si no tuviéramos nada.
— Y no solo eso. — dijo el azabache mirando desde lo lejos sus líneas doradas —. Nos lleva algunos días de adelanto probablemente, no se como lo hizo. Pero la alcanzaremos en unos dos días, si bien nos va.
— Esto me hace pensar que no es una joven normal. — dijo el androide liberando al halcón para que buscará por vía área —. Es eso, o puede que este muerta.
— Bueno, al menos que ella sea una experta en ese tipo de lugares no dudaría que siguiera viva — preocupado miró a su compañero —. Solo esperó que este bien y viva.
Narra __________.
Al abrir mis ojos de golpe casi caigo de la rama del árbol de no ser porque mi pequeño cinturón se quedo atorado entre algunas pequeñas ramas, me reincorpore y mi mayor terror se hizo realidad, era de noche y no se cuánto tiempo me había quedado dormida, hacia bastante frío y yo sin ningún abrigo.
Esta zona en especial no me daba confianza, si bajo probablemente muera por algún animal hambriento, tendría que quedarme despierta hasta que amanezca para seguir huyendo, por el momento no pienso morir, ya llegue bastante lejos.
Me pegue al tronco del árbol de espaldas y me senté, abrazando mis rodillas y quedándome quieta, aun me duelen bastantes las muñecas, incluso hay veces en las que no dejan de sangrar, así que corte otro trozo de tela de mi largo blusón y cambie el anterior vendaje, mañana antes de irme debo lavar la herida nuevamente muy bien, para evitar que se me infecte.
Sea como sea, no pienso regresar a ese lugar, jamas.
Narrador omnisciente.
A la mañana siguiente la castaña bajo del árbol a como pudo y siguió con su camino, lastimosamente el dolor en sus piernas por la caída de aquel muro, su hambre y su cansancio solo le permitieron ir caminando con lentitud y sujetando con dificultad su otro brazo también lastimado, estaba casi segura de que lo tenía roto.
Y al cabo de pocas horas de nuevo su mayor temor se hizo realidad, pues al mirar el cielo pudo observó dos esferas de luz en color blanco y negro que descendían hasta casi hasta caer sobre ella, trató de correr lo mas rápido que pudo hasta una pequeña zanja de por ahí y esperar hasta que ellos se fueran.
Al descender de los aires hasta el suelo, ambos se separaron para buscar mejor, Zane fue hacia los senderos y Cole hacia los ríos.
La montaña estaba en total silencio, Cole fijo la mirada en unas zanjas no muy profundas cerca de ahí, estaba seguro de que ahí escucho vibraciones y del otro lado había una laguna que reflejaba el cielo gris.
La muchacha rezaba en silencio para que no la encontrarán, incluso su misma respiración tuvo que controlarla porque en cualquier momento se rompería a llorar, cuando vio como uno de ellos se acercaba se quedo quieta.
Era un hombre azabache de cabello atado a una pequeña coleta y largo hasta los hombros, con una mascada cubriéndole hasta por encima de la nariz y con tipo traje militar.
Se acercó aún mas hasta la zanja con sigilo y con un rápido movimiento introdujo su brazo dentro de esta misma, no necesito de fuerza para arrastrarla unos dos metros fuera, ella se defendía torpemente, retorciéndose bajo sus manos.
— ¡Sueltame!. — pidió mirando el suelo y al mirar hacia arriba para ver a su captor sus ojos castaños se clavaron en los del joven azabache.
Cole retrocedió unos pasos, sin saber que hacer. A sus ojos, era una joven de tal vez quince años por su baja estatura, de tez clara, cabello y ojos castaños, para el era una muchacha muy bonita. Sintió sus muñecas mojadas por la sangre, la lastimaba pero ella no decía nada respecto al dolor. La ayudó a levantarse y sujeto su brazo con firmeza. La castaña intento retroceder, hundiendo los talones en el lodo y al ver que no la soltaba, libero su brazo sano y le dio un golpe en la mejilla proveniente de sus pequeñas manos y este la solto. Corrió intentando escapar hacia la laguna.
Cole no dejaría que después de días de larga búsqueda se fueran así como así, por lo que no dudo en ir tras ella y así como la castaña había escapado ya la tenía de nuevo bajo su agarre, después de todo el era dos o tres veces más rápido que ella.
En ese instante había llegado Zane al escuchar los gritos de la joven.
El androide analizó su rostro, y de paso revisó sus signos vitales para asegurarse de que todo estuviera bien con ella antes de llevarla de vuelta con Vanger.
— Su ritmo cardíaco esta aumentando considerablemente. — informo mientras veía a Cole luchar por no soltarla —. Y su presión arterial bajo mucho al igual que el aumento de sus respiraciones.
— ¡No me lleven con ellos, por favor. — gritaba la joven con mucha desesperación — . Ella me matara, ambos lo harán!
— Tranquila. — Cole trato de tranquilizarla pero era inútil, ella no estaba dispuesta a escuchar ni mucho menos a cooperar.
Tenia miedo a tal vez lastimarla y el azabache dudaba que ella le contara por qué tenía tanto, por lo que con una simple mirada le indicó a Zane pasar al siguiente paso del plan B.
El de blanco creó que sus Shuriken una prisión en forma de esfera perfecta en color azul y blanco translúcido, abrió una pequeña apertura y Cole la lanzo dentro de ella con cuidado de no hacerle daño. La castaña lloraba y gritaba desde adentro de la esfera, pero por lo grueso de las paredes no podían oírla ya.
— Morirá de frío. — dijo Cole con lastima mirando a la joven dañarse las uñas para romper las paredes.
— No. — dijo Zane —. Ella no puede escucharnos, pero solamente le di la forma de hielo, es en pocas palabras seco. Solamente es para atraparla.
Era inútil que siquiera pensaran en tratar de hablar con ella, estaba tan aterrada que jamás les escucharía.
Por lo que optaron en hablar con ella mañana cuando ya estuviera mas tranquila, acamparían ahí esa noche para poder moverse a la mañana siguiente de regreso al palacio de Vanger.
Ambos ninjas buscaron un lugar mas seguro y buscaron mucha leña para una pequeña fogata.
En la penumbra de la noche ambos jóvenes ya estaban sentados frente a frente. Ruidos, susurros y lamentos era lo único que podían escuchar en ese horrible lugar, donde sólo tenían como luz la fogata, estaban en completa desventaja si alguna criatura los atacaba esa noche.
— ¿Habrá fantasmas por aquí?. — preguntó un tanto incómodo el de negro buscando entre la oscuridad algo.
— Seguramente si. — dijo Zane —. Almas en pena merodean este bosque, ¿no escuchaste? todo el tiempo hablan entidades de otro mundo.
— La verdad es que prefiero no escuchar nada. — en ese instante a lo lejos escucharon un aullido — . Lobos, seguramente buscan comida.
— Que bueno que no hemos cocinado nada. - susurro el de blanco —. Y aquel aullido de hace un momento era de un hombre lobo.
— En ese caso hay que hacer turnos. — sugirió mirando a la joven ya dormida dentro de la esfera —. No pienso arriesgarla ahora que la tenemos, si quieres yo tomó el primer turno.
Y así fue como mientras Zane descansaba un poco sus circuitos, el azabache se dedicó a cuidar de sus dos acompañantes hasta las tres de la mañana.
Mientras tanto, se sentó en un viejo tronco seco a observar el vivo fuego naranja de la fogata, no era un fuego como de kai pero si que tenían calor luz.
Después miro en dirección a la esfera flotante donde la joven seguía dormida abrazada así misma y en sus ojos cerrados habían rastros de agua, probablemente había llorado en silencio hasta quedarse dormida en poco tiempo, tanto que ni el lo noto.
Nada de lo que estaba pasando tenía sentido, dudó mucho sobre la veracidad de las palabras de Vanger, aquel hombre no le había contado seguramente toda la verdad ya que la joven que dormía ahí a su lado no parecía una vulgar ladrona, todo lo contrario.
Estaba sola, demacrada con heridas y asustada de cualquiera que si quiera pensara en tocarla o en someterla, tal y como el lo había echo. No sabía que hacer, si continuar o investigar más a fondo.
De nuevo, les regaló dos capítulos más, en base a que la han apoyado mucho y que les ha gustado está historia. Muchas gracias, no olviden su estrellita. Nos vemos ♡.
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