𝐂𝐇𝐀𝐏𝐓𝐄𝐑 𝐓𝐖𝐎


𝖢𝖧𝖠𝖯𝖳𝖤𝖱 𝖳𝖶𝖮:
"𝐒𝐔𝐌𝐌𝐄𝐑 𝐖𝐄𝐍𝐓 𝐀𝐖𝐀𝐘 𝐈"

"𝖲𝗍𝗂𝗅𝗅, 𝗍𝗁𝖾 𝗒𝖾𝖺𝗋𝗇𝗂𝗇𝗀 𝗌𝗍𝖺𝗒𝗌
𝖨 𝗉𝗅𝖺𝗒 𝗂𝗍 𝖼𝗈𝗈𝗅 𝗐𝗂𝗍𝗁 𝗍𝗁𝖾 𝖻𝖾𝗌𝗍 𝗈𝖿 𝗍𝗁𝖾𝗆"

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━━ 𝐃𝐞𝐫𝐫𝐲, 𝐌𝐚𝐢𝐧𝐞.
𝐉𝐮𝐧𝐢𝐨, 𝟏𝟗𝟖𝟗

He esperado pacientemente en que un chico en especial notara mi existencia, pero a pesar de ser mejores amigos esa parecía ser la única manera en la que él me miraba, o eso creía.

Las vacaciones de verano amenazaban con llegar, estaban literalmente a unos minutos de distancia de nosotros. Me sentía emocionada, había esperado por este verano toda mi vida. No solo sería el fin de un año escolar, sino que el evento más especial para un niño judio estaba por cumplirse para uno de mis mejores amigos, Stanley Uris.

Planeamos esto por años, básicamente desde que nos conocimos, lo que viene siendo desde nuestro nacimiento, literal. No planeábamos celebrar el de ambos un mismo día, pero pasarlo juntos era la idea principal.

Mi Bar Mitzvah fue el año pasado, y fue el mejor día de mi vida. Cada familia es capaz de tirar la casa por la ventana solo por celebrar el día en el que sus hijos se vuelven religiosamente adultos y responsables de sus acciones, obviamente mis papás no podían quedarse atrás para el mío, y mucho menos para el de mi hermano mayor Louis. Así que la idea de que Stan estuviera por cumplir trece años para celebrar el suyo, era el evento más esperado del año.

En el último día de escuela me encontraba sentada en mi misma butaca del mismo salón de siempre, en la que todos los días me tocaba sentarme pues eran reconocibles las pequeñas estrellas que yo misma dibujaba sobre ella cuando me sentía aburrida, a veces con lápiz, otros días con un plumón, pero siempre se quedaban ahí dibujadas. Ya no hacíamos nada, simplemente esperábamos la hora de que el timbre sonara, y que con ello se marcaría el inicio del maldito mejor verano de nuestras vidas.

Con una mano recargada sobre mi banco, para recargar también mi barbilla en ella, mi mirada pasó de la aburrida butaca hasta un costado mío, en el cual se notaba que el mismísimo Stanley Uris me estaba mirando. Yo le sonreí, y él obviamente me sonrió de vuelta.

Como les decía, lo conozco desde siempre, su papá era el rabino de la sinagoga a la que mis padres asistían desde hace años, incluso estoy segura de que ellos se conocieron ahí, así que prácticamente nos mirábamos seguido y convivíamos lo suficiente como para decir que crecimos juntos.

Siempre fuimos a la misma escuela, y tan pronto como íbamos creciendo, nuevos amigos se unieron a nuestro pequeño círculo amistoso.

Bill Denbrough y Eddie Kaspbrak fueron los primeros, que así como Stan y yo se conocían desde tiempo antes. Eddie perdió a su padre a causa de una enfermedad cuando él apenas era pequeño, no conozco cuál exactamente, pero supongo que esa es la razón por la que su mamá siempre lo protegía demasiado. Eddie se pasaba día y noche enfermo, si no era una gripe era su asma de todos los días, pero diario se le podía ver como tomaba de todos los tipos de medicamentos y vitaminas existentes, siempre a una hora exacta.

Bill tenía prácticamente una familia normal, sus papás, su hermano menor, y él mismo. Los conocía también, su madre era muy linda, tanto física como emocionalmente, sentía que su hijo mayor tenía un gran parecido a ella. Mientras que Georgie, su hermanito, era el más tierno de todos, a veces lo recuerdo y extraño verlo en la casa de Bill, pero fue demasiado triste enterarnos que hace meses desapareció sin dejar rastro alguno. Incluso hubo un funeral, pero Billy siempre tuvo la esperanza de que él siguiera ahí afuera en algún lado.

Al final se nos unió Richie boca-sucia Tozier. Él era cómico respecto a personalidad, y judío si hablamos de religiones. No era tan creyente como la familia de Stan o la mía, pero cada que se veía forzado por su madre, él aparecía en la sinagoga junto con nosotros. Tenía un vocabulario extenso en groserías y chistes que jamás daban risa, pero por el simple hecho de ser contados por él, nos parecían divertidos y nos veíamos en la forzosa necesidad de reírnos.

Ser la única chica del grupo no era malo, para mi era lo mejor del mundo. De algún modo me sentía protegida por Bill, Eddie, y Richie, pero de ser honesta, ser protegida por Stanley era todo lo que necesitaba, aunque si volvemos a la honestidad, los cinco éramos más bulleados que amados en la escuela, y yo los protegía más a ellos de lo que ellos a mí, ¿pero con quién se suponía que debía juntarme?, ¿Greta Bowie y su grupo de perras criticonas?, no gracias. No me importaba ser tachada de zorra y mucho menos de perdedora. Quizás sí, éramos perdedores, pero al menos no teníamos que tragar a la gente con críticas que no nos interesaban.

La idea del verano perfecto era algo que cada niño deseaba, quizás porque nos estábamos por convertir en adolescentes y era algo que deseábamos disfrutar, y yo realmente sí quería hacerlo.

— Ps, Sarita.— Susurra Stan a mi lado.— Quédate aquí, no te disocies.

Tenía razón, no sabía cuanto tiempo me había quedado mirando a la nada solo por pensar en cómo serían las vacaciones, definitivamente tenía que dejar de inventar escenarios que aún no sucedían en mi cabeza.

De repente, una mano de Stan deja un pequeño cuaderno de color azul sobre mi mesa, y aunque pareciera normal, ese objeto tenía un gran significado para nosotros, dentro de él se encontraban todo tipo de conversaciones entre ambos, ni siquiera nuestros amigos sabían lo que había escrito dentro, solo era él y yo.

— Perdón.— Respondí mirándolo, y después de devolverme a la realidad, tomé el cuaderno entre mis manos.

Pasé varias hojas hasta llegar a la última que tenía algo anotado, viendo que había un mensaje para mí.

"¿Cuanto falta para salir?"

Es lo que decía, ese era nuestro método de comunicarnos entre clases sin necesidad de hablar y recibir un regaño de los profesores, quizás era algo para nada sutil, pero era mucho mejor que comunicarse con palabras habladas.

"Ni idea, tú eres el que trae reloj"

Escribí entre risas, seguido de regresarle la libreta para que pudiera leer y responder. Alcancé a ver justo cómo lo hacía y la pequeña risa que salió de sus labios después de eso, pero finalmente miró su propio reloj y después de eso escribió de vuelta.

"Aproximadamente cinco minutos y veintisiete segundos. Pero elimina el tiempo que me tomó escribirlo y pasarte la libreta"

Nuevamente dejó la nota en mi butaca, y no hace falta describir la rutina.

"Recuérdame, ¿por qué debemos de esperar a que el timbre suene y no simplemente irnos?"

"Porque es más emocionante, Sarita :)
Es el inicio del verano, y te emociona más salir después de que suene"

"Tienes razón. ¿Te das cuenta de lo maravillosas que serán las vacaciones?
No solo será tu cumpleaños, tendrás la mejor noche de tu vida."

"Creo que sería mucho mejor si tan solo supiera leer bien la Torá."

— Pero sabes hacerlo, ¿de qué hablas?— Pregunté ahora de frente a frente, en voz baja y con la sorpresa de eso que acababa de escribir, él sabía hacerlo, solo que moría de miedo sabiendo que su papá recargaba toda la presión posible en él.

— ¿Me has escuchado leerla?— Pregunta.

— Sip, desde Marzo.— Sonreí.— ¿Hoy vas a practicar?, para ir contigo.

— Obviamente tengo que hacerlo, Sarita.— Me contesta sonriendo también.— Y sabes que puedes venir conmigo cuando quieras.

— Que bueno que yo siempre quiero, y prácticamente te he acompañado todos los días.

— Buen punto.— Afirma mientras la señala con un dedo.— Igual sabes que me gusta que vengas.

— Y seguiré yendo hasta que sea el gran día.

— Espera, ya casi es el momento.— Dice aumentando su emoción, y regresando su mirada a su reloj.

— Ya no puedo esperar más.— Dije de la misma manera, esta vez asegurándome de guardar nuestro cuaderno en mi mochila y cerrarla bien antes de que finalmente el timbre que tanto esperamos sonara para inaugurar el final del horario escolar.

— ¿Estás lista?— Me pregunta él sonriendo.

— Muy lista, estamos listos.— Respondí mientras ambos nos levantábamos de nuestro lugar.

— Bien, ahora corre antes de que quedemos atascados en la ola de alumnos.

Oficialmente el verano comenzaba, tenía tantos planes para estos meses que solo deseaba poder cumplir cada uno de ellos, todo sería fenomenal acompañada de mis amigos y estaba dispuesta a pelear con lo que sea que tratara de interponerse.

— Espera, ¿a dónde fueron los demás?— Pregunta Stan mientras mira de lado a lado, esperando encontrar a nuestros tres amigos faltantes a lo largo del pasillo.

— ¡Ahí están, ahí están, ahí están!— Exclamé yo mientras los veía caminar rápidamente por el pasillo, de ese modo comenzamos a correr hacia su dirección.

— ¡Esperen!— Dice ahora Stan, mientras que con sus brazos hacía espacio para acomodarnos entre Eddie y Bill, quedando Richie hasta la orilla.

— Ahm, oigan chicos.— Habla Bill al vernos llegar donde ellos.— ¿Qué pasa en el Bar Mitzvah?, cuéntennos. Eds dice que te cortan la punta del p-p-pene.

— ¿Es enserio?— Pregunté mirando a Eddie.— ¿Quién te dijo eso?

— Fui yo.— Responde Richie, haciendo que ahora giremos a verlo a él.— Creo que el rabino le va a bajar el pantalón, verá a la gente y dirá "¡¿dónde está la carne?!"

Eddie ríe ante su chiste, a lo que yo solo giré los ojos, y mirando ahora a Stan, dije:— Explícales.

— Bueno, en el Bar Mitzvah, leo algo de la Torah, digo unas palabras y... luego me vuelvo un hombre.

— Hay formas más divertas de ser un hombre.— Dice Richie.

— "Más divertidas" quieres decir.— Corrige Stan mientras continuábamos caminando a lo largo del pasillo, que para nuestra mala suerte, un par de pasos adelante se encontraban Henry Bowers junto con su pandilla de gorilas, de quienes habíamos sido víctimas desde hace demasiado tiempo atrás, y que esta ocasión no la iban a desaprovechar para tirarnos unas miradas que suponían intimidarnos.

Nunca comprendí su finalidad de molestar a cualquiera que se les atravesara, y quizás podían intimidar a Bill, Richie, Stan o Eddie, pero nunca a mi, así que si buscaban matarme con sus miradas que solo demostraban sus ganas de sexualizar a alguien, lo único que recibirían sería una mirada aún peor de mi parte, si bien les iba, porque también era capaz de responderles en su cara.

— ¿Crees que firmen mi anuario?.— Nos pregunta Richie mientas acomoda sus lentes después de pasar delante de ellos.

— Sí, obvio Richie, ahorita mismo te lo firman.— Dije yo con sarcasmo.

— Imagina, "Querido Richie, perdón por meter esa asquerosidad en tu mochila el mes pasado. Que tengas un buen verano"— Dice él imaginando un universo en donde eso realmente sucedía, el cual se miró interrumpido después de que la comúnmente odiada Greta Bowie apareciera por las escaleras y empujara a Stan con su mal humor, el cuál, me hizo enojar el doble de lo que ya estaba después de encontrarnos con lo más mierdas de la escuela.

— ¿Y esa perra?, caminar es opcional.— Dije en un tono moderado, como si quisiera mantenerlo solo entre mis amigos, pero también que ella lo escuchara. Me daba lo mismo lo que ella tuviera que decir, jamás pasaba de gritar algunos insultos o inventar chismes, pero por fortuna siguió su paso hacia una dirección que no me interesaba saber.

— Sara...— Susurra Stan a mi lado, con el tono que usaba para tranquilizarme cada que alguien se interponía en nuestro paso.— Cálmate.

— ¿Y que te siga tratando como mierda en los pestillos?, nunca.— Respondí mientras comenzábamos a bajar las escaleras.

— No es una sorpr-presa que siempre t-trate de... buscar p-problemas.— Dice Bill en referencia a Greta.

— ¿Pero crees que me voy a dejar rebajar por ella?.— Volví a hablar.— Que se vaya a la mierda con sus actitudes de superioridad, ¿qué nos va a hacer ella?, ¿drogarnos con las medicinas de su papá?

— Ey.— Habla Eddie.

— Lo siento, Eds. No hablaba de ti...

— ¡Oye, Sara!— Grita alguien entre las escaleras, la voz que reconocía mejor que la de otra persona ya que la escuchaba en todos lados, hasta en mi casa. Mirando la dirección de donde venía, era mi hermano quien me llamaba desde la parte de arriba.

— Ish, adelántense. Los alcanzo afuera.— Dije a mis amigos, quienes igual habían volteado a buscar la voz que me llamaba.

Todos eran conscientes de que la relación con mi hermano era buena, y que Louis no solo era a quien le confiaba todo, sino que a veces también cubría mis mentiras o escapadas que me daba por ir con ellos, así que mi mejor forma de agradecerle era al menos hacerle caso si me hablaba en cualquier situación.

Subí un par de escaleras nuevamente, él bajó unas pocas para al fin quedar frente a frente, así que haciéndonos a un lado para seguir permitiendo el paso a los demás comenzó a hablar.

— ¿Te irás con tus amigos?— Me pregunta.

— Creo que sí, ¿por qué?— Respondí mientras volteaba a ver detrás mío, aún alcanzando a ver cómo mis amigos seguían bajando escaleras.

— Que bueno, porque tampoco volveré a casa.

— ¿A dónde irás?— Cuestioné yo.

— Ya sabes.— Dice con una sonrisa, dando a entender que lo que haría es también pasar a escaparse con alguien.— Leah quiere que pasemos la tarde juntos, así que me preguntaba si nos podíamos cubrir mutuamente.

— Pero iré con Stan, ¿y si le preguntan al rabino que estuviste ahí?

— No lo harán, Sar.— Me dice con mucha tranquilidad.— Solo es para asegurarme que cuando diga que estuve contigo, tú lo afirmes.

— Eso es lo que siempre hacemos, ¿por qué me pides que te lo asegure?

— Para que no lo olvides, ¿a qué hora estarás libre?

— No tengo idea. Mejor tú dime a qué hora terminarás tu tarde con Leah.

— De acuerdo, ¿te parece si quedamos vernos a las... seis y media?, para volver juntos a casa, justo antes del toque de queda. Para que no nos reprochen por llegar tarde, ni por ser "irresponsables"

— No puede ser, había olvidado el toque de queda— Musité poniendo las manos sobre mi cabeza.

— Por eso te digo, a las seis y media paso por ti, y llegamos seis cincuenta a casa, ¿te agrada la idea?

— Seguro, ¿dónde te veo?— Pregunté, al mismo tiempo que me daba la vuelta para comenzar a bajar las escaleras de nuevo, con Louis caminando detrás de mí .

— Pues si estarás en la sinagoga, entonces ahí.

— Pero es posible que terminemos yendo a otro lado, quizás a Bill se le antoje llevarnos a sus lugares raros, sabes cómo es, y en ese caso ¿cómo te avisaría donde estoy?

— Me da igual, te veré ahí y ya. Además, debo de presumirle al rabino que finalmente encontré a una chica linda.

— Mejor si estarás en casa de Leah, yo te busco ahí.

— No, imposible.— Contesta mientras continuábamos bajando.

— ¿Por qué no?

— Porque sé lo que buscas, y no me vas a interrumpir en una tarde con mi novia.— Me mira.— Ya no estás pequeña, sabes lo que hacen las parejas.

— ¿Entonces qué hago?

— Simple, si te vas con tus amigos, regresas con el rabino y listo, sigo pasando por ti al mismo lugar.

— ¿Por qué no puede ser al revés?

— Porque estaré con mi novia, Sara.— Vuelve a repetir, realmente no quería ni imaginarme su propósito de estar con ella, pero por si acaso era mejor obedecer y no hacer más preguntas.

— Está bien.— Acepté finalmente.— Pero llega puntual, que no me quiero quedar sola esperándote.

— Soy Louis maldito puntual Alwyn, ¿cuándo te he dejado?— Responde él.

— Nunca.

— Nunca.— Afirma él, seguido de meter una mano a su bolsillo del pantalón y de ahí sacar un billete que tenía guardado para extendérmelo a mi.— Toma, por si lo necesitas, te veré hasta esa hora, ¿si?

— Gracias, ¿qué se celebra hoy?— Pregunté ante aquel acto suyo, cinco dólares no podían alcanzarte para comprar un mundo en esta época, pero servía ante cualquier emergencia, y de algún modo él adoraba estar preparado para todo.

— Nada especial, te di mis sobras, no te emociones.— Contesta con un tono de broma notable, mi hermano era cariñoso, pero no tanto como para aceptarlo.

Una vez ya estábamos en la puerta principal, antes de que Louis pasara de conversar conmigo a mirar a la persona que se acercaba a nosotros desde la parte trasera, tomamos una pausa de nuestra corta caminata para despedirnos por un rato.

— Ahí está mi chica.— Dijo con una sonrisa al ver cómo su novia llegaba a donde nosotros con paso lento, como si se esforzara tanto en mirarse linda al caminar, pero realmente ni siquiera le costaba trabajo y Louis estaba completamente encantado por ella.

— Bueno, ya me voy, te veo más tarde.

— Con cuidado.— Me dice mientras se alejaba de mí para acercarse más a su amada Leah.

— No, tú ten cuidado.— Dije con una pequeña risa, él sabía perfectamente a lo que me refería.

— No haré eso, Sara, que asco.— Respondió con una mueca cuando ya estaba a la suficiente distancia cómo para ya no responderle de vuelta.

Leah era linda, y a mi parecer era demasiado agradable, me caía bien y me gustaba que ella fuera de las personas más cercanas a mi hermano, no era el tipo de chicas que juzgaba a las demás, al contrario, siempre se mostraba respetuosa ante todas.

A unos muy pocos metros de distancia de la salida de la escuela se encontraban dos botes de basura donde siempre te podías encontrar las peores asquerosidades posibles, y esta vez fue el lugar donde mis amigos se encontraban, así que entre más caminaba en esa dirección más podía escuchar la conversación que poco a poco se convertía en una pequeña pelea.

— Tenemos que tirarlas, es la tradición del club de perdedores.— Escuché a Richie decir a todos los demás.

— ¿De qué hablas, sucio?— Pregunté uniéndome a ellos. Ese apodo era uno que usábamos él y yo solo para nosotros, era algo especial, como de esos saludos de la amistad.

— Richie dice que debemos de tirar nuestros libros a la basura.— Me responde Eddie.

— Sí, incluyéndolos a ustedes.— Afirma el de lentes, mirándonos a Eds y a mí.

— No voy a hacer eso.— Dije con los brazos cruzados, totalmente negada a copiar sus acciones.

— Vamos Sara, es verano.— Habla Richie.— Solo diviértete un poco.

— Sí, pero gasté dinero para comprarlos, no los voy a tirar solo porque sí.

— La verdad ya ni siquiera los vas a ocupar, no tienes porque tenerlos guardados.— Dice Stan.

— Stan t-tiene razón.— Apoya Bill.

Directamente miré a Eddie, esperando una respuesta de su parte, él siempre fue el más difícil de convencer para todo, así que si él aceptaba, me tocaba hacerlo yo también.

Y sí, antes de que me juzguen, sí, si mis amigos saltan de un acantilado yo también lo haría, siguiente pregunta.

De repente, lo que parecía un debate entre los cuatro chicos se volvió un tipo de ruego hacia mí, donde todos me miraban cómo si pidieran a gritos seguirles la corriente. Ellos sabían exactamente cómo hacerlo, y esta vez no me iba a salvar de negárselos.

— De acuerdo...— Dije, seguido de escuchar un par de exclamaciones de su parte al celebrar que acepté hacerlo.— Pero yo elijo cuáles tirar.

Cómo acto seguido, los cinco abrimos nuestras mochilas, pero antes que nada saqué el cuaderno azul que ocupaba con Stan, ese jamás se iría, ni de broma así que una vez estando a salvo, todos voltearon sus mochilas hacia el bote de basura para dejar caer todo su contenido.

— La mejor sensación de la vida.— Habla Stan.

— Sí— Afirman los tres a la vez.

— Como masturbarse la primera vez.— Menciona Richie, ganándose una mirada de Stan y mía, ambos teníamos la ligera sospecha de que jamás lo había hecho, y esa era la razón principal por la cual hacer chistes sexosos.

— ¿Qué quieren hacer mañana?— Pregunta Eddie mientras nos miraba a todos, al mismo tiempo que volvía a colgar su mochila en sus hombros.

— Empiezo a entrenar.— Le dice Richie, creando una pequeña conversación entre ellos dos mientras que nosotros terminábamos de tirar los libros y acomodar nuestras mochilas de vuelta sobre nuestra espalda.

— ¿A entrenar qué?— Pregunté yo ahora.

— Street Fighter.

— ¿Así quieres pasar el verano?— Dice Eds.— ¿Con un juego?

Rich suspira, y después de acomodar sus gafas, le responde.— Es mejor que estar con tu madre, ¡ohh!— Levanta el brazo como indicativo de querer chocar los cinco con Stan, quien inmediatamente le baja el brazo con fuerza para no corresponderle.

— ¿Y si vamos a la cantera?— Pregunta el judío.

— Tenemos los b-b-baldíos.— Propone Bill.

— Sí, claro...— Susurra Stan mientras agacha la cabeza, pareció no agradarle la idea, y de ser honesta, a mi tampoco.

— Ew, no iremos ahí.— Dije con cara de asco, odiaba ir a los baldíos, porque siempre tenía ese olor tan horrible que ni siquiera salía de tu ropa por días, era básicamente agua sucia, donde se quedaban todos los deshechos que tirábamos.

Comprendía la razón por la que Bill quería ir a ese lugar prácticamente todos los días, y aunque al inicio era divertido, poco a poco de volvió insoportable, siempre teníamos que ir con la esperanza de encontrar algo sobre Georgie, y terminábamos siempre mirando y oliendo la misma mierda de siempre sin encontrar nada.

La mirada de Eddie pasa de nosotros hasta las personas que se encontraban a unos metros de distancia detrás de los cinco, una mujer usando un vestido color claro, acompañada de un par de policías y su respectiva patrulla, entre ellos, el papá de Henry.

— La mamá de Betty.— Dice Eds.

— ¿Enserio espera que salga de la escuela?— Fue la pregunta que Stan nos hizo a los cuatro que mirábamos juntos a dicha señora.

— No lo sé, cómo si Betty se hubiera escondido en la escuela estas semanas.— Responde el mismo.

Contexto rápido, porque creo lo necesitan.

No hablamos lo suficiente de la desaparición del hermano menor de Bill, que si bien fue un total misterio, también se llegó a saber que sucedió en una alcantarilla a unas cuadras de distancia de su casa. Betty Ripson era una compañera nuestra de la escuela, pero un día simplemente desapareció igual que Georgie. Nunca supimos la razón, y lleva varios meses siendo así, Bill dice que fue a causa de lo mismo, y aunque tampoco hemos descifrado que fue, parece ser que ninguno de los niños desaparecidos desde el año pasado han hecho que su familia pierda la fe en encontrarlos. Porque así como ellos, han sido cientos de niños más los que aún no regresan a casa desde el año pasado.

— ¿Crees que la encuentren?— Vuelve a preguntar Stanley.

— Claro, en una zanja descompuesta con larvas oliendo la ropa interior de la mamá de Eddie.— Le responde Richie.

— Cierra la boca, es asqueroso.— Dice Eddie.

— No está muerta, está p-p-perdida.— Le corrige Bill.

— Sí, Richie, está perdida.— Dije yo, lanzándole una mirada para no continuar con sus chistes.

— Lo siento, Bill. Perdida.— Se corrige Richie mientras acomodaba sus gafas.

Muy en el fondo sabíamos que a Bill le importaban estas cosas, y que no era razón para hacer bromas, aparte de que él mismo se trataba de seguir dando ánimos para saber algo de su hermanito. No lo culparé, porque yo haría lo mismo por Louis, pero a veces quiere sobrepasar sus propios límites.

— Los baldíos no están mal.— Vuelve a hablar Richie, esta vez mientras comenzábamos a caminar para alejarnos de la escuela.— ¿A quién no le gusta chapotear en agua asquerosa?

Y cuando la tarde parecía empezar de la mejor manera, de un segundo a otro apareció Henry Bowers acompañado de su pandilla nuevamente, esta vez siendo él quien jalara a Richie de la mochila causando una caída suya seguido de una de Stan.

— ¿Otra vez?— Cuestioné al verlos llegar, tuve que dar unos pasos rápidos hacia atrás para evitar formar parte de esa caída en efecto dominó.

— Lindo Frisbee, marica.— Murmura Patrick mientras agarraba la kipá de Stan que había caído al suelo.

— Devuélvemelo.— Dice el contrario mientras estiraba su mano en un intento de agarrarlo.

— ¡No, no, no!— Exclamé yo, intentando también arrebatarlo de las manos de Patrick, pero fue más rápido al levantarse y aventarlo directamente al camión escolar que iba pasando a nuestro lado.

— Malditos perdedores...— Musitó uno de ellos.

Detrás de Eddie, el tercero de su pandilla se le acercó para soltar un eructo justo en la oreja del pequeño, causando que su reacción sea poner una cara digna de que quisiera vomitar.

Por ese lado había comenzado una línea de discursos entre Bill, Eddie y el resto de la pandilla de Henry, mientras que de nuestro lado me acerqué a extenderles ambas manos a mis amigos restantes para que pudieran levantarse de su caída. Intenté buscar con la mirada si la kipá de Stan había quedado cerca de nosotros, pero parecía no haber señal alguna.

— Vamos, arriba.— Musité dejando mi mayor esfuerzo en ayudarlos, cuando estaban de pie, inmediatamente nos acercamos con el resto.

— Perdí mi Kipá.— Susurra Stan a mi lado.

— Traté de buscarlo, pero creo se quedó en el camión.

— Como odio...— Contesta en voz baja.

— Tú... ¿d-d-d-dijiste algo?, ¿B-B-B-B-Billy?— Tartamudea Henry, haciendo una imitación al problema de lenguaje de Bill, desatando que me enojara aún más.— Tenías tiempo fuera este año por tu hermano, pero se acabó Denbrough.

— Woah, le dio tiempo fuera por su hermano, que considerado. No esperaba su amabilidad al mil.— Dije sin miedo. Si algo me distinguía era la poca pena que sentía por responder en voz alta a la gente, y de ser honesta al hablar. Mi mamá le decía "no tener pelos en la lengua", Henry podía ser todo lo terrorífico que quieran, pero jamás era imposible decidir enfrentarlo.

— ¿Qué acabas de decir?— Pregunta el mayor mirándome fijamente, no me aterrorizaba y menos porque la distancia entre nosotros era suficiente, además, su papá estaba cerca, y no tuvieron que pasar más de tres segundos hasta que su actitud cambió por completo gracias a que este ya lo estaba mirando, siempre llegaba en el mejor momento.— Este verano sufrirás, tú y tus amigos maricas.

Antes de irse, decidió hacer el acto más repugnante posible, lamió su mano para después arrastrar su saliva sobre el rostro de Bill, después de eso se dió la vuelta y se fue.

Cuando Stanley, Richie y yo ya estábamos más cerca a los otros dos, continuamos viendo cómo los cuatro bullys se subían al carro donde siempre andaban por la ciudad, no estoy segura de quién era el dueño de tal vehículo, pero siempre se les veía paseando sobre él en Derry.

— Ojalá él se perdiera.— Dice Richie aún mientras los observábamos.

— Tal vez él causa eso.— Contesta Eddie dándole la razón.

— Ni siquiera sabía que una mujer podía ser marica, pero supongo que ¿gracias?

— Eso no es cool que te lo digan, Sara.— Habla Richie, antes de deshacer el pequeño círculo que habíamos formado.

— ¿Pero sabes algo?, si yo fuera un niño y me trataran de ofender diciendo que soy afeminado, sería lo más cool que me hayan dicho. O sea, las mujeres son increíbles.

— Lo dices porque tú eres una.— Habla Stan.

— ¿Y acaso no soy cool?— Pregunté poniendo mis manos sobre mi cintura, cómo si modelara delante de ellos.

— La más cool de t-todos.

— Por supuesto que lo soy.— Afirmé.

Al final del día éramos nosotros cinco contra ellos cuatro, ¿qué podía detenernos?, no les temíamos y jamás nos íbamos a dejar ganar, cueste lo que cueste. Pero por ahora, nuestra única preocupación era disfrutar el verano, así que sin pensarlo dos veces, corrimos hacía donde nuestras bicicletas se habían quedado.

— ¿Sara, vienes con nosotros?— Me pregunta Eddie mientras los cinco sabíamos a nuestras bicis, todo indicaba que él iría a su casa en compañía de Richie y Bill.

— No, Eds. Me iré con Stan, pero nos veremos después, ¿no?, ¿en la cantera?— Respondí después de acomodar mis pedales.

— Los b-b-baldíos.— Corrige Bill, haciendo cambiar la expresión en mi cara.

— Claro... los baldíos.— Respondí, creí que había quedado claro que ninguno de nosotros quería ir.— De acuerdo, está bien.

— Los veremos ahí, chicos.— Les dice Stan con una pequeña sonrisa, pero sabía perfectamente que si era posible no íbamos a llegar.

Finalmente todos nos retiramos tomando nuestros respectivos caminos de salida. Oficialmente el verano quedaba inaugurado, y ninguna pandilla de gorilas ni toques de queda iban a evitar que nos divirtiéramos.

𝐀𝐋𝐋 𝐓𝐎𝐎 𝐖𝐄𝐋𝐋 ━━━
𝚆𝚛𝚒𝚝𝚝𝚎𝚗𝚋𝚢𝙷𝚎𝚗𝚗𝚒 ✧
𝟸𝟹.𝟷𝟸.𝟸𝟹












































TERCER Y ÚLTIMO EPISODIO DEL AÑO. Esta es la vaina más larga que he escrito, casi 5 mil palabras, quedé. Hay muchas referencias a distintas series o películas en esta historia (así como en todas las que yo escribo), ¿pero logran descifrar cuales son?

Solo quería mencionar que viniendo de una persona que cada que lee una fanfic, los diálogos se escuchan con las respectivas voces de los personajes, imaginen la voz de Louis, interpretado por Luke Mullen, como la voz que tiene TJ en Andi Mack, y la de Sara a completa imaginación suya, a mi me gusta pensar que tiene un timbre de voz dulce.

Me alegra ver que han estado apoyando mis edits de TikTok sobre All Too Well, y que gracias a ellos llegan hasta aquí, si aún no me siguen corran a hacerlo, aparezco como WrittenbyHenni en tooodos lados, incluyendo Instagram 🩷

Espero que les haya gustado esto y nos leeremos después, feliz navidad y año nuevo adelantado, MUAKKK ♡


— Helencita 🩷

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