005.
—CAPÍTULO CINCO
☾
—BUENOS DÍAS A MI NIÑA FAVORITA—,sonrió Maeve, entrando en el salón donde Abby estaba sentada en silencio dibujando sobre la mesa.
Abby se dio la vuelta y sonrió ampliamente.—Buenos días, Maeve—.
—¿Dormiste bien?—preguntó Maeve, agachándose junto a la niña para estar a su altura. Abby asintió, sonriendo.
—Es bueno saberlo—,dijo Maeve, dándole a Abby un suave beso en la mejilla. Abby rió entre dientes antes de que Maeve se dirigiera a la cocina.
Mike estaba ahí de pie, mirando por la ventana, con las cejas fruncidas y las manos agarrando la encimera.
La escena frente a Maeve la hizo fruncir el ceño, pensando que él seguía preocupado por lo ocurrido ayer.
Maeve notó el agua hirviendo detrás de él, a punto de estallar, y rápidamente corrió a apagar la estufa de gas, dejando escapar un suspiro de alivio.
Mike se dio la vuelta rápidamente, frotándose la frente.—Lo siento, me distraje—,dijo.
—No estaré ahí para evitar que explote la próxima vez. Tienes que mantenerte alerta—,advirtió Maeve suavemente mientras él suspiraba.
—Lo sé, lo siento, yo... No sé lo que pasó—,admitió Mike.
—Estabas pensando en lo de anoche. No te preocupes, Mike, se lo preguntaremos. No te estreses demasiado—,le tranquilizó Maeve.
Mike abrió un gabinete para sacar platos mientras Maeve miraba alrededor de la cocina.
—¿Quieres que te ayude?—le ofreció.
Mike negó levemente con la cabeza.—Sólo necesito ayuda para hablar con Abby—.
—No te dejaré hasta que sepamos exactamente qué pasó—,dijo Maeve con una sonrisa tranquilizadora antes de salir de la cocina para jugar con Abby.
Mike las observaba desde lejos. Abby parecía genuinamente feliz cuando estaba con Maeve o con el animatrónico de ayer.
Al principio, no entendía por qué Abby estaba tan unida a Maeve o por qué su relación era más fuerte que su vínculo con Max.
La diferencia era que Maeve se preocupaba por cada detalle, intentando que Abby se sintiera como una chica normal. Mike se dio cuenta de que ni siquiera podía prestar atención a su hermana pequeña como hacía Maeve.
Suspiró y llevó los platos llenos a la mesa de la cocina, llamando a Maeve y Abby para que se unieran a él.
Se apresuraron a alcanzar a Mike, ambas con amplias sonrisas mientras tomaban asiento en la mesa.
Abby tomó su sándwich y Mike la miró atentamente. Le dirigió una mirada significativa a Maeve, indicándole su intención de empezar a hablar con Abby.
Respiró hondo y empezó:—Oye Abby, quiero hablar contigo de anoche, ¿si?—.Abby dejó de comer y lo miró.
—Entonces, um, esas... esas máquinas...—
—¿Mis amigos?—preguntó Abby en voz baja, mientras Mike se esforzaba por hablar.
—Tus amigos... um, ellos son...—
—¿Fantasmas?—Le cortó antes de añadir,—Obvio, ¿si no como se moverian? Son robots—.
Mike asintió lentamente.—Cierto—.
—Quiero más sopa ¿puedo?—preguntó Abby. Mike asintió y fue a calentar la sopa en la cocina, mirando a Maeve en busca de apoyo.
Maeve le devolvió el asentimiento y Mike continuó:—Oye, Abby, ¿sabías que antes teníamos un hermano, verdad? Garret, no... no suelo hablar mucho de él—.
—Tampoco mamá y papá—,dijo Abby lentamente.
—Era difícil para ellos, es difícil para mi—.Mike estuvo de acuerdo apoyándose en la pared mirando a su hermana.
Maeve parecía insegura, así que Mike le hizo un gesto para que se acercara y se sentó junto a Abby.
Maeve metió la mano en el bolsillo, sacó un dibujo y se lo mostró a Abby.—¿Puedes explicarnos esto? Lo has dibujado tú, ¿verdad?—.
Abby asintió en silencio, y Mike se acercó a ellas, arrodillándose para quedar a la altura de los ojos de Abby.—Okay, y... ¿sabes quién es? ¿Y sabes qué es eso?—,preguntó, tratando de entender.
Abby frunció el ceño, parecía confusa.—Oye, oye, tranquila. Yo no me voy a enojar, ni a molestar contigo. Pero necesito que me ayudes a entender, por favor—.
—Es cuando se llevaron a Garret—,dijo la niña. Mike miró fijamente a Maeve, su rostro mostraba confusión.
—Abby, ¿quién te contó eso?—.preguntó Maeve con suavidad, siguiendo la pista de Mike.
—¿Fue un niño de cabello rubio?—.preguntó Mike con cuidado.
Abby asintió vacilante.—Y ese niño, ¿te dijo quien manejaba ese auto?—.añadió Mike, ansioso.
—No—,respondió Abby.
— Está bien...—Mike suspiró pesadamente y se levantó.
Abby miró a Maeve con incertidumbre, y Maeve le hizo un gesto tranquilizador con la cabeza, animando a Abby a seguir hablando.—Ellos sólo hablan de un conejo amarillo—,dijo finalmente Abby.
Los ojos de Mike se abrieron de par en par. Respiró con dificultad.
—Pero, yo preguntare—.
—Eso me gustaría mucho—,dijo Mike, dirigiéndose de nuevo a la cocina, mientras Maeve dedicaba a Abby una suave sonrisa, haciendo que la niña se sintiera a gusto.
Mike estacionó su auto en el estacionamiento vacío, pero esta vez, un auto de policía también ocupaba un lugar.
Abby fue la primera en salir del coche, seguida de Mike y Maeve.
—Está Vanessa—,mencionó Abby, agarrando su mochila.
Mike asintió:—Sí—.
—¿Quién es Vanessa?—preguntó Maeve con curiosidad, y Mike suspiró.
—Sólo una policía que suele visitar este lugar—,explicó rápidamente mientras Maeve asentía.
Abby miró el coche:—Mis amigos hablan de ella a veces—.
—¿Y qué te dicen?—Preguntó Mike mirando a su hermana pequeña.
—Que es linda—,confesó Abby, haciendo que Mike frunciera las cejas, inseguro sobre si debía dejarla entrar de nuevo por el edificio.
—Abby, si te pido que esperes en el auto, ¿lo harías?—,cuestionó.
Abby sonrió ampliamente antes de contestar.—No—.Empezó a correr hacia el edificio con Mike siguiéndola de cerca.
—Abby, espera—,la llamó cuando entraron en el edificio.
—Ya llegué chicos—,exclamó Abby mientras corría hacia el escenario y saludaba a Vanessa.
Mike y Maeve entraron por las puertas, con Mike aun llamando a Abby y Maeve siguiéndola.
Dejaron de caminar, quedándose parados en su sitio, cuando Vanessa se giró para mirarlos. Sonrió a Maeve y saludó levemente con la mano antes de volver su atención a Mike.
—Vanessa—,dijo Mike.
—Mike, ¿y?—,preguntó en voz baja, esperando a que Maeve se presentara.
—Soy Maeve—.
Vanessa sonrió, y la pareja se acercó a ella.—Encantada de conocerte, Maeve—.
Mike suspiró mientras los animatrónicos se movían para saludar a Abby.—¿Sabías esto?—preguntó Mike mientras Vanessa se cruzaba de brazos.
—Supongo que ya lo entendiste—,dijo ella sonriendo.
—¿Niños fantasmas que poseen robots gigantes? Gracias por avisar—,comentó Mike antes de que Abby interrumpiera su conversación.
—Oigan, ¿nos ayudan?—.
El trío se unió a Abby y a los animatrónicos mientras ella colocaba su cuaderno sobre la mesa con el boceto de un fuerte de almohadas.
—Tiene que ser enorme para que quepamos todos—,explicó Abby. Mike puso las manos sobre los hombros de Abby y la animó suavemente a hablar con él.
—Abby, sé que es divertido y emocionante, pero estas cosas son enormes y podrían ser peligrosas, así que abra reglas, ¿si?—,dijo, asintiendo. Luego miró a Vanessa y Maeve, que habían empezado a hablar.
—Maeve, Vanessa, ¿qué opinan?—preguntó Mike, esperando que estuvieran de acuerdo con él. Vanessa ladeó la cabeza y Maeve sonrió.
—Pensamos que—,empezó Maeve, dejando que Vanessa continuara,—podríamos usar mesas para el fuerte—.
Abby rió entre dientes y empezó a correr hacia las mesas.—Ahora todos, síganme—.
Mike miró a Vanessa y Maeve, sintiéndose decepcionado, mientras ambas sonreían y se alejaban para ayudar a Abby y a los animatrónicos a crear el fuerte.
Empezaron a juntar mesas y a colocarlas, con los animatrónicos ayudándoles a apilar las mesas unas encima de otras, siguiendo las instrucciones de Abby.
—Tiene que ser más alto—,dijo, y los demás empezaron a ayudar. Bonnie y Foxy consiguieron más mesas para apilar y hacer el fuerte más alto.
Una vez que lo acomodaron,—¡Lo lograron!—.vitoreó Abby, antes de que Bonnie levantara las manos y cayera juguetonamente al suelo.
Abby corrió a ver cómo estaba, con cara de preocupación.—Bonnie, ¿estás bien?—El animatrónico le hizo un gesto con el pulgar hacia arriba, lo que permitió a la niña sonreír.
Todos se acomodaron dentro del fuerte, acostándose uno al lado del otro. Maeve se acosto junto a Chica y Abby, mientras que Mike estaba junto a Bonnie.
Maeve no pudo evitar reírse para sus adentros cuando se dio cuenta de la expresión aterrorizada de Mike al estar acostado junto a un animatrónico en movimiento.
Vanessa suspiró antes de hablar.—Me gusta este lugar—.
—A mí igual, pero creo que va a llover—,dijo Abby, sonriendo.
Vanessa se levantó, mirando a la niña:—Entonces pongamos un techo. Vere que nos sirve—.Se levantó y desvió la mirada hacia Maeve:—¿Me acompañas?—.
Maeve sonrió y asintió, levantándose para caminar con ella. Cuando las dos chicas empezaron a alejarse del fuerte, Mike las miró y luego a Abby.
—Yo... las acompaño—,dijo.—Abby,recuerda preguntarles—,recordó, y su hermana asintió, permitiéndole levantarse y unirse a las otras chicas.
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